Bueno, aquí os cuelgo la crónica del viaje.
Al final solo pasé por CZ, cierto era lo que me comentaron algunos compañeros por el foro, eran mucho Km para tan pocos días teniendo en cuenta las condiciones de las carreteras.
Las fotos las colgaré (algunas aquí y el resto en mi blog) cuando consiga un lector de tarjetas MiniSD, hasta entonces os tendréis que acostumbrar con la literatura.
Así pues, demos paso a este ladrillazo, espero que seáis pacientes lectores.
Día 1 – 29.10.2011
Stuttgart – Karlovy Vary = 419Km
El día amanecía fresco pero no demasiado, así que con una ligera capa de ropa térmica se podían afrontar sin muchas dificultades los aproximadamente 400Km que separaban Stuttgart de Karlovy Vary.
Había quedado con mi primo a eso de las 11:00 como no era mucha la distancia, podíamos permitirnos el lujo de no pegarnos un madrugón.
Llego tarde a mi cita, exactamente 30’ estas autopistas alemanas no perdonan ni en festivo ni a la hora que sea del día, de verdad que jamás conocí carreteras tan congestionadas como las de Stuttgart, ni un cruce tan sumamente jodido como el Stuttgart- Kreuz.
Y allí estaba mi primillo, sentado en el escalón de su casa esperando, con su chalequito fosforescente para que le vieran bien por la autopista. Es de los moteros que va todo de negro, a juego con la moto, y siempre le da esa nota de color a su equipamiento . . . ese amarillo fosforescente que se ve a Km de distancia.
Salimos ante la atenta y paciente mirada de sus vecinas, un par de niñas alemanas, que esperan pacientes a que nos pongamos los guantes y los cascos para salir rumbo a Karlovy Vary.
Al llevar yo el GPS lidero la marcha, le comento a mi primo que tenía pensado hacer todo el recorrido por nacional a excepción de los tramos que por narices haya que hacer por autopista, en el caso de que así sea.
Ratoneamos la primera hora por Stuttgart city, izquierda, derecha, túnel arriba, túnel abajo, hasta salir directamente ya de la ciudad para adentrarnos ya definitivamente en las nacionales.
Llevamos un buen ritmo de marcha, nos vamos cruzando con algún que otro motero a pesar de que la temperatura en estas fechas empieza a ser algo ya incómoda.
Al final de esta crónica comentaré la equipación que llevé estos días, en donde estuve rodando con temperaturas en algunos momentos cercanas a los 0º, pero en ningún momento llegué a pasar frío.
Cerca de los 200Km recorridos si no recuerdo mal paramos en un Pennymarket a comprar algo que llevarnos a la tripa. Fiambre, salchichas, algo de pan, y unas papas.
A la salida cargamos toda la comida en mis maletas que era donde había más espacio y tiramos unos cuantos Km hasta encontrar una zona apartada al lado de la linde de un bosque para comer.
Menos mal que siempre llevo mi fiel navajilla suiza encima, que bien viene para cortar el pan, untar patés, apretar algún que otro tornillico o simplemente abrir que otra cerveza. Hechos los bocatas de rigor me pongo a trastear un rato con el GPS para ver cuánto nos queda.
Último bocado y en marcha de nuevo, tras unos pocos Km más de nacional el GPS nos mete de en autopista, y es aquí en donde la cosa se complica.
Acostumbrado a la GSA me olvido de que la moto de mi primo no tiene tanta protección aerodinámica, así que la velocidad por autopista que para mis es cómoda para él resulta un infierno que le supone luchar con todas sus fuerzas contra la presión del aire. Al cabo de un rato pego un vistazo por el retrovisor y no lo veo, paso un área de descanso y a los pocos metro me detengo en el arcén, sigo sin verlo y es entonces cuando empiezo a pensar mal: se habrá caído? se le habrá jodido la moto? . . . trataba de llamarlo pero era imposible, así que supuse que seguiría encima de la moto y por eso no podía atenderme el teléfono.
A los pocos segundo me llega un sms de él . . . se raja del viaje, no puede aguantar por la autopista y con su moto a 150Km/h . . . trato de llamarle y mandarle varios SMS, para decirle que aminoramos el ritmo de la marcha pero que se venga hasta Chequia, no hay respuesta.
Cuando ya estoy maldiciendo hasta en arameo lo veo aparecer, se había detenido en el área de servicio que yo había dejado atrás, se para a mi lado y hablamos.
Trato de convencerle, pero en su cara veo la decepción y el cansancio, por más que le digo que se venga, que bajamos el ritmo de la marcha hasta en el que él se encuentre cómodo nada lo hace cambiar de opinión, y en la siguiente gasolinera nos despedimos.
- Que te lo pases bien primo, ya me cuentas como ha ido a ti vuelta-
Me puse triste la verdad esperaba al menos el primer día pasarlo con él, pero bueno, tampoco iba a ponerle una pistola en el pecho, este tipo de viajes hay que hacerles a gusto, si no, lo que en principio es un placer se convierte en un infierno.
Tras despedirnos en la gasolinera me meto en la autopista ya sin miedo a darle al acelerador, voy sólo, así que puedo ir al ritmo al que me encuentre cómodo.
Mientras voy comiendo Km dejo que Isabel (el GPS) vaya pinchando uno y cada de los temas que le había cargado para el viaje.
Tras la autopista otro tramo de carretera nacional, tras el cual vuelta a entrar en autopista. La temperatura cambia y un ligero escalofrío recorre mi espalda, es momento de parar un momento para ponerme la chaqueta térmica, en el arcén de la autopista, faltando apenas unos poco Km para llegar a la República Checa termino de parapetarme para el frío y la humedad que se me viene encima, y tras colocarme también los sotoguantes de seda vuelvo a incorporarme a la autopista.
Poco a poco la niebla se va adueñando de todo hasta hacerse prácticamente imposible ver más allá de los 1000m, reduzco algo la velocidad y me quedo en el carril de la derecha, las heroicidades se las dejo a los especialistas de Hollywood.
Es entonces cuando a lo lejos diviso lo que eran las antiguas garitas de la frontera entre Alemania y Chequia, actualmente en desuso y en pleno proceso de deterioro, y nada más pasar estos pequeños bloques de hormigón que ya forman parte de un pasado ya lejano para mi e voila LA REPÚBLICA CHECA!!!
Una alegría enorme me desbordaba por cada poro de mi piel, un país nuevo, una aventura más, algo desconocido a lo que enfrentarme.
El viaje en si no lo había preparado más que la ruta a seguir y de una manera un tanto liviana. Gracias a un par de compañeros del foro BMW que me sugirieron algunos de los mejores lugares para visitar en el país y poco más.
El tema de alojamiento lo iría improvisando sobre la marcha, sabiendo que en Europa a eso de las 17:00 o las 18:00 te lo encuentras todo cerrado, incluso las recepciones de algunos hoteles, mi máxima prioridad era llegar a los destinos algo antes para poder tener cierto tiempo en buscar algo BBB (Bueno Bonito Barato).
Tras el último tramo de autopista en el que la niebla fue la absoluta protagonista, y la cual me acompañaría durante los 4 días que estaría en el país, llegué finalmente a Karlovy Vary.
Mi primera impresión no fue nada del otro mundo, llegaba algo cansado, notaba los dedos de los pies algo entumecidos por el frío, y quería darme una ducha caliente cuanto antes.
Llegué al centro de la ciudad en la que ya estaban todos los comercios prácticamente cerrados, lo cual ya me estaba dando a entender lo que me iba a encontrar.
Paré un momento para trastear con Isabel a ver que resultados me daba para alojarme en la ciudad, pero como por lo general los resultados que da siempre suelen ser algo caros para lo que yo estaba dispuesto a pagar, decido tirar del navegador de la Black Berry a ver que es lo que encuentro.
Un motel relativamente cerca, en la web pone que cobran 10GBP (lo que viene a ser 10 Libra/noche y persona), un chollo vamos, y está en una zona tranquila, así que le meto la dirección a Isabel y tiro dirección al susodicho motel.
Efectivamente la zona es tranquila, de lo tranquila que es, es una mierda. Aparcó como puede en una acera medio desconchada e inclinada, y ese era el mejor lugar para aparcar. El motel tiene la pinta de ser una precaria construcción que debe navegar entre las turbias aguas de la legalidad, imagino que el concejal de urbanismo será invitado una o dos veces al año por el duelo del motel para no tener ningún problema y seguir pudiendo acoger a viajeros despistados.
Tocó el timbre, me responde una voz directamente en inglés. Pido una habitación, me pregunta cuantos somos y cuando le respondo que solo uno me suelta un implacable NO. A pesar de decirle que vengo desde España en moto, sigue con su negativa, le ofrezco pagar algo más por la cama, y sigue negándose, es cuando le pido por favor algo de ayuda cuando directamente cuelga el interfono.
Y ahí me quedo yo, con cara de gilipollas, me vuelvo hacia la moto maldiciendo a los putos checos y la madre que los parió, se está haciendo de noche y hace fresco, o me doy prisa o me quedo en la calle.
De vuelta a la moto me doy cuenta de que el antro en el que iba a dormir compartía calle con el PINK FLYING GIRLS, a tan sólo un par de números de distancia. En esos momentos no llegaba a imaginar lo que el destino tenía preparado para mi.
Tras otros 3 infructuosos intentos por encontrar alojamiento, decido parar y que el destino haga de las suyas, esto en ocasiones me ha funcionado y en otras no. Pero tuve suerte y los planetas se alinearon para otorgarme una solución un tanto peculiar.
Veo una pareja de moteros en la entrada de un parking, así que decido acercarme y preguntar. Me comentan que está jodido, y que no tienen ni idea de donde puedo ir, aún así me tiran un cable y hablan con el vigilante del parking, un tipo con aspecto de mantenerse las jornadas de trabajo a base de vodka y cigarrillos negros sin filtro.
Tras hablar con los moteros, el hombre me mira, y mientras se lleva la mano al culo para rascárselo con la otra me hace una seña para que me acerca mientras me díce –Kein problema-. Eá!! Ahí estaba mi salvador, en formato checo alcohólico, mientras me consiguiera una cama y una ducha me daba igual si se bebía 15 o 20 vodkas al día . . . empezaba a hacer frío de verdad.
Me acercó hasta la garita en donde pasa su jornada de trabajo la cual estaba decorada como un taller, lleno de almanaques de tías en bolas, a cual con las tetas más grandes, y efectivamente al lado de la silla una botellita de vodka, si ya sabía yo que no iba muy desencaminad.
Saca su cartera de la chaqueta y se pone a rebuscar entre los papeles que tiene mezclados entre los billetes, es cuando entonces al encontrar un pedazo de papel amarillo se sonríe y murmulla algo incomprensible. Llama desde tu móvil y se pone a charrar con alguien al otro lado mientras me mira de reojo, al cabo del rato termina la conversación –Kein problema, ein zimmer, warten Sie 3 Minute bitte-
Bueno, al menos este simpático borrachín al parecer me había encontrado una habitación para pasar la noche, no obstante y acostumbrado a que las cosas se tuerzan por bien que pinten. Me pongo a mirar por el GPS soluciones aunque sea a varios Km de la ciudad.
Al poco rato llega un Peugeot 206 color verde lima eléctrico con la persona que me proporcionaría alojamiento aquella noche. Me hace luces, saludo con la mano sin acabar de discernir quién hay dentro, el vigilante del parking saca su cuerpo serrano de la garita y le dedica unas palabras a quién conduce el Peugeo, deduzco que cariñosas por el tono de voz, es entonces, cuando ya a la altura de la ventanilla del conductor se baja, y me encuentro a . . . . La Madame.
Ataviada en un abrigo de piel hasta las rodillas, un gorro picudo de terciopelo tocado con una pluma enroscada de Faisan y unas botas de cuero hasta las rodillas, La Madame me saluda amablemente y en un alemán con un fortísimo acento me pide que la siga.
Yo que de por sí soy un poco inconsciente y bastante confiado por naturaleza, ahora lo pienso, y fácilmente me habría podido dirigir a una trampara para robarme la moto y todo lo que llevase encima, por fortuna el borrachín del parking era un tipo honesto y La Madame se ganaba la vida de otra manera menos robando.
El Puti-Motel:
Hasta la mañana siguiente no tuve la certeza absoluta de si auqel lugar era un puticlub o no. Me recordaba bastante a la casa cabaret que salía en un capítulo de los Simpsons, y la Madame era el vivo ejemplo de la propietaria de dicho Cabaret.
Me mostró la entrada del “motel”, lo pongo entre comilllas porque aquella no era su principal actividad comercial, y me pidó que usara la entrada trasera para no molestar a los clientes. ¿Y qué era yo?, ¿acaso no era un cliente?.
En la tercera planta de aquella vetusta mansión decorada con un gusto a la par que la vestimenta de la propietaria estaba mi habitación. Grande, con calefacción, baño limpio y al lado de las cocinas, en donde dos horondas señoras de unos 60 años se apremiaban por remover un caldero enorme en el que bien podían estar cocinando a una persona por el tamaño de semejante perolo. Mientras, y en el otro extremo de la cocina, un chavalín al que le venía tres tallas grandes la ropa de faena, se apresuraba en cortar una montaña de verduras que tenía a su lado a un ritmo frenético.
35€ me pedía La Madame a cambio de la noche con desayuno incluido, no está mal, todo limpio y aunque decorado con un gusto un tanto hortera y excéntrico, debido al cansancio y al frío, el lugar me resulta de lo más acogedor.
Suelto la pasta mientras La Madame alarga su enguantada mano de cuero y me sonríe deslumbrándome con su brillante colmillo de oro.
Por esta noche el Puti-Motel será mi hogar.
Día 2 - 30.10.2011
Karlovy Vary – El Pozo del Infierno – Pilsen – Lidice = 502Km
Hoy es el Día 2 en este mi viaje por la Republica Checa en moto aprovechando el puente festivo en Alemania.
Tras haber desayunado el maravilloso manjar que La Madame me había preparado y tras darme una alegría al ver que efectivamente me devolvía el cambio de lo que le había pagado la noche anterior, y además en € dentro de una servilletita bien camuflado. Pero mi sorprea fue mayor cuando ví lo que me había devuelto . . . 20€!! Le pagué con un billete de 50€ y en principio la habitación costaba 35€, y a pesar de que no prestaba mucha atención a las clases de matemáticas en el colegio, 15€ era lo que debería haberme devuelto. Así que la habitación con desayuno me había salido por 30€, perfecto. Al parecer La Madame le había cogido cariño al joven español perdido con la moto por esos mundos de Dios.
Salí de allí disparado a visitar Karlovy Vary y sus afamadas fuentes termales. Como el reto estaba en no tener nada programado, me dejo llevar por lo que Isabel me recomienda y un poco por lo que mi instinto dicta. . . craso error.
Después de visitar un par de lugares curiosos a la par que bonitos, mi confianza sobre el GPS se afianza, así que decido meterle otro "punto de interés" como los señores de Garmin (fabricantes del GPS) lo llaman.
Me saca de la ciudad y me meto por un camino mal asfaltado durante unos km, todo en 1a pues si metía 2a la moto se embalaba y no era lugar para jugar a ser Rossi, no fuera que me pasara como Simoncelli por temerario.
En fin, el caso es que seguía por aquel camino que el GPS reconocía como tal, así que no me preocupaba. Es cuando he llegado a un bifurcación, en donde el GPS me pedía que tirara por la izquierda, pero el camino de la derecha pintaba mejor.
En ese momento un Skoda desvencijado venia cara a mí, le he hecho señales y en el cruce se ha parado a mi altura. Baja un hombre de unos 30000 años, sin dientes y con aspecto de haber vivido toda su puta vida en aquel busque y ser la primera vez que va a la civilización.
Como podemos, nos entendemos y me dice que el camino de la izquierda que recomienda el GPS esta jodido, que tire por la derecha que está mucho mejor.
Quisiera yo saber que entiende este buen hombre por "mejor" pues si según el, el camino de la derecha estaba bien, que había en medio del otro UN ACANTILADO?!?!
En fin, hago caso al Sr. Gollum y me dirijo por el puto sendero, que se convierte en un infierno de rocas sueltas cuesta abajo....quiero recordar que llevo una moto de casi 300Kg cargada con equipaje.
La mezcla barro+piedras+pendiente es una cosa graciosa desde casa, sentadito en el sofá, pero para nada chupi guay cuando la tienes que hacer. La moto no frenaba, era como lanzar un elefante por un barrizal cuesta abajo, todo lo que puedes hacer es "dirigir"....tras unos minutos que a mí me han parecido horas, al final he llegado a una zona más o menos llana y ancha, en donde podría dar la vuelta.
Si la bajada había sido intensa, la subida no lo iba a ser menos, los neumáticos que llevaba no eran precisamente los adecuados para el turismo de aventura, así que por la rueda trasera, una mezcla de barro y pedrolos gordos salían disparados hacia atrás mientras le daba rosca al puño del gas para salir de ahí cuanto antes.
He llegado a donde comenzaba dicho infierno en forma de camino, y he visto otro que circulaba perpendicular, y que el GPS reconocía, asi que podría tirar por ahí....a pesar de estar cansado, la puta curiosidad por ver ese lugar tan representativo hacia que me metiera por todos lados sin tener muy claro si luego podría salir de ahí. Si hubiera sabido lo que me deparaba el destino....
Desde aquí hago un llamamiento al departamento de puntos de interés de Garmin, señores del departamento.....que os den por culo.
El nuevo caminito circulaba mas o menos normal, con algo de barro y piedras pero nada complicado, todo en horizontal, así que no problem. El problema es cuando te encuentras tornantes en ese sitio (curvones de 180grados y en pendiente). Ahí es cuando me empiezo a dar cuenta de que la situación me supera, y recuerdo el refrán de "la curiosidad mato al gato".
Tras lidiar con 3 o 4 tornantes pequeñitas que a mí se me antojaban inmensas, me doy cuenta de que a cada paso me voy metiendo más en la boca del lobo. Pero me encuentro a tan solo 3000m del sitio, digo yo que allí habrá algo digno de ver....incluso algo asfaltado.....jajajajajaja que puto inocente.
En los últimos 2000m en línea recta, la moto va de un lado al otro del camino como le da la puta gana, ahí no sirve frenar ni nada que se le parezca. Te dejas llevar, rezas a la virgen de los desamparados y que pase lo que tenga que pasar. Finalmente el GPS me marca que he llegado al lugar, ahí en medio de un lodazal, en medio del bosque, 4 putas piedras con un cartelito.
¡¡¡GRAN PUNTO DE INTERES!!!
Saco fotos de tan magnánimo momento, si hubiera llevado una traca la habría tirado.....¡¡¡su puta madre!!!! ¡¡¡Menudo lugar de mierda!!!, ¡¡¡ahí no van ni las cabras a cagar!!!!
Como puedo doy a vuelta, y vuelvo sobre mis pasos, y es entonces cuando pasa lo que tenía que haber pasado ya en varias ocasiones......me caigo.
Edelweiss (la moto) patina bobalicona entre el barro, la rueda trasera no tiene tracción, así que tras dos meneos que ya me anticipaban que iba a pasar me vencen las circunstancias y me voy al puto barro. Allí en medio de la puta nada, en un bosque de Checoslovaquia a 8 grados.....ahí estaba yo. ¿Lo primero?, quitar el contacto, ¿lo segundo?, levantar la moto.
¿Levantar casi 300Kg yo solo? Bueno, no esperaba que los duendecillos ni hadas del bosque me ayudaran, así que me puse manos a la obra.
Primero trate de levantarla de espaldas, tal y como había visto en algún tutorial en Youtube, pero ni su puta madre. Así que recordé haber visto un tipo en internet que levantaba una Honda Goldwing (el Airbus de las motos) valiéndose solo del manillar.
Así que lo intente....a la 1, a las 2 y a las 3.....LEVANTA HIJA DE PUTAAA!!!
A medida que tiraba para arriba las botas se me hundían en el barro, pero al final con una mezcla entre adrenalina cojones he logrado poner la moto en pie. Mi alegría era contenida, pues aun me quedaba un trecho tocho hasta tocar tierra firme y sin problemas, el tema era que el retrovisor se me había aflojado y necesitaba dos llaves inglesas para apretarlo, y yo solo tenía una. Así que llevaría el retrovisor inservible hasta que encontrara una gasolinera o alguien que tuviera una llave inglesa. Pero estaba contento, pues había levantado la moto completamente solo.
De no haber podido, estaría escribiendo estas líneas seguramente bajo las ramas de un árbol, a la espera de que aparecieran las hadas y duendes para levantar la moto, o en su defecto los lobos para ponerme aun más interesante el tema si cabe aun.
Tras haber encontrado el principio del camino que me llevaba al infierno, sonrió dentro del casco....no tengo ni puta idea de cuánto tiempo pase en ese infierno de barro y piedras , pero para mí fue eterno.
Por el camino encontré una casa desvencijada con unos críos jugando en el jardín, así que decidí parar a ver si encontraba algo de ayuda en forma de llave inglesa para arreglar el retrovisor antes de meterme de nuevo en la autopista.
Por fortuna allí andaba Vicente (así lo bautice yo porque ni puta idea de su nombre), saco una fabulosa llave inglesa oxidada y arreglamos el retrovisor sin problemas. En agradecimiento, y como poco más le podía dar, saque de las maletas una bolsa de papas fritas que tenia sin abrir y se la di al crio pequeño de la familia -chips chips chips- gritaba el criajo. Lleno de alegría.
Vicente me rellenó la botella de agua le estreche la mano en agradecimiento, le saque una foto a él y su familia y tire millas camino Pilsen para comer y refrescarme con una auténtica cerveza Pilsen, pues esta es la ciudad originaria de donde viene dicha variedad de cerveza a la cual le otorga dicho nombre.
Al entrar en el primer lugar del centro histórico que veo que tiene buena pinta, una mesa entera de varias personas se giran, se me quedan mirando durante unos segundos y comienzan a cuchichear algo entre ellos en un alemán que no llego a entender del todo, cansado, y algo magullado por la caída me desplomo directamente sobre la silla del bar. Prácticamente solo me había quitado el casco y los guantes, así que la imagen que debía dar, allí sentado con el traje medio lleno de barro no debía ser muy buena.
Tras la primera jarra de una heladísima Pilsen la moral sube notoriamente y ya me encuentro con fuerzas para desembarazarme de parte de la armadura que llevo a cuestas durante horas.
Tras una hora y medio que es lo que tardo en terminar de comer, con la tripa llena las fuerzas recuperadas y la moral más alta, me pongo en pie con ánimos suficientes para retomar la carretera y llegar hasta Lidice, en donde pasaría la noche . . . y aún tenía que buscar lugar para dormir.