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Curveando
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- 28 May 2005
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Estoy disfrutando de los últimos días de vacaciones antes de incorporarme otra vez al trabajo y se me presenta un día por delante un poco aburrido a priori:
Mi chica ya hace unos días que volvió a la rutina del trabajo así que no la veré hasta la hora de cenar, la temperatura aunque estamos a últimos de Julio, no acompañan y la opción de pasar el día en la piscina tampoco me seduce mucho.
Tengo la mirada perdida en el mueble de la biblioteca pensando qué hacer y de repente fijo la vista en un libro de Rutas en Moto al que no hago caso hace mucho tiempo.
Paso las hojas ávidamente tratando de encontrar una ruta posible para hacer en un día y... Voilà (francés), la encontré, un poco ambiciosa para hacerse en un día pero no tengo prisa, no me espera nadie y mis ganas de montar en moto son inagotables.
Destino elegido: La desconocida Sierra de la Demanda.
En menos que canta un gallo recorro el tramo de autovía que me une a Guadalajara y enseguida salgo en el desvio que indica Jadraque, no sin antes llenar el depósito hasta arriba por lo que me pueda encontrar más adelante.
Estoy en el CM-1003, carretera de nuevo trazado que en algunos tramos deja ver lo que fue la antigua carretera, bien asfaltada para circular con comodidad y con fluidez.
Me encanta encontrarme con estos indicadores antiguos, muchas veces escondidos, que nos hacen viajar un poco al pasado.
Sigo mi camino, disfrutando de un cielo casi despejado pero sin calor, temía haberme equivocado en la equipación al elegir la chaqueta de invierno (sin forro) antes que la chaqueta ventilada de verano pero veo que no me equivoqué.
Me encuentro con este balcón natural de estupendas vistas.
Tenemos la sierra de Madrid al fondo esperándonos
Primera fortaleza de las muchas que veré durante el viaje: Jadraque. El denominado Castillo del Cid (s.XV) estrategicamente situado dominando el valle del Henares
Dejo Jadraque y sigo perdiéndome por estas carreteras Alcarreñas para encontrar lugares curiosos y un tanto en desaparición como este.
En este momento las barreras están levantadas pero en el momento de cruzar no puedo evitar lanzar una mirada furtiva a ambos lados de la vía "por si acaso".
Al fin cruzo con más miedo que vergüenza las vías del tren y sigo disfrutando de la carretera, muy entretenida motoristicamente hablando, las rectas no son muy largas y las curvas no son complicadas pero si abundantes.
(continuará).
Mi chica ya hace unos días que volvió a la rutina del trabajo así que no la veré hasta la hora de cenar, la temperatura aunque estamos a últimos de Julio, no acompañan y la opción de pasar el día en la piscina tampoco me seduce mucho.
Tengo la mirada perdida en el mueble de la biblioteca pensando qué hacer y de repente fijo la vista en un libro de Rutas en Moto al que no hago caso hace mucho tiempo.
Paso las hojas ávidamente tratando de encontrar una ruta posible para hacer en un día y... Voilà (francés), la encontré, un poco ambiciosa para hacerse en un día pero no tengo prisa, no me espera nadie y mis ganas de montar en moto son inagotables.
Destino elegido: La desconocida Sierra de la Demanda.
En menos que canta un gallo recorro el tramo de autovía que me une a Guadalajara y enseguida salgo en el desvio que indica Jadraque, no sin antes llenar el depósito hasta arriba por lo que me pueda encontrar más adelante.
Estoy en el CM-1003, carretera de nuevo trazado que en algunos tramos deja ver lo que fue la antigua carretera, bien asfaltada para circular con comodidad y con fluidez.
Me encanta encontrarme con estos indicadores antiguos, muchas veces escondidos, que nos hacen viajar un poco al pasado.
Sigo mi camino, disfrutando de un cielo casi despejado pero sin calor, temía haberme equivocado en la equipación al elegir la chaqueta de invierno (sin forro) antes que la chaqueta ventilada de verano pero veo que no me equivoqué.
Me encuentro con este balcón natural de estupendas vistas.
Tenemos la sierra de Madrid al fondo esperándonos
Primera fortaleza de las muchas que veré durante el viaje: Jadraque. El denominado Castillo del Cid (s.XV) estrategicamente situado dominando el valle del Henares
Dejo Jadraque y sigo perdiéndome por estas carreteras Alcarreñas para encontrar lugares curiosos y un tanto en desaparición como este.
En este momento las barreras están levantadas pero en el momento de cruzar no puedo evitar lanzar una mirada furtiva a ambos lados de la vía "por si acaso".
Al fin cruzo con más miedo que vergüenza las vías del tren y sigo disfrutando de la carretera, muy entretenida motoristicamente hablando, las rectas no son muy largas y las curvas no son complicadas pero si abundantes.
(continuará).