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Curveando
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Hola a todos.
Teníamos unos días de descanso y los íbamos a emplear en conocer dos Parques Naturales donde los sentidos y el placer al montar en moto se unen de tal forma que todo el tiempo que empleemos en recorrer estos parajes nos sabrán a poco.
1er. Día: Madrid-Salamanca.
Mi chica ha tenido que trabajar por la mañana y la escapada motera se tiene que retrasar hasta la tarde. La temperatura ronda los 30ºC en el termómetro de la moto pero cuando llegamos a las estribaciones del Pto. del León la temperatura es ya muy agradable.
Poco tráfico y nada reseñable salvo que antes de llegar a Villacastín nos adelantan dos motoristas de la G.C. con las sirenas de las motos a todo volumen, les dejamos pasar y les perdemos de vista al poco tiempo.
En las primeras curvas de la N-110 después de pasar Villacastín encontramos la razón de tanta prisa: dos coches habían chocado casi frontalmente, uno quedaba en mitad de la calzada y el otro metido en la cuneta. Los conductores parece que estaban bien.
Llegamos a Avila y paramos en los Cuatro Postes para estirar las piernas e inmortalizar el momento.
Luego cogemos la autovía hacia Salamanca pues el madrugón que se dio Ana por la mañana y la jornada de trabajo realizada invitan a llegar cuanto antes pues este día nos lo tomamos solamente como aproximación a la zona.
A las 18:15 estamos entrando en Salamanca y el GPS nos lleva directos al céntrico hotel elegido para descansar.
Después de la necesaria ducha que nos deja nuevos, nos damos un paseo por esta bulliciosa Salamanca que en estos días parece más una pasarela de modelos pues en casi todas las iglesias, capillas, juzgados, etc, hay una boda.
La calle Mayor, entre la Catedral y la Plaza Mayor es un hormiguero de visitantes, estudiantes, peregrinos, invitados a alguna boda.
Visita obligada a los monumentos más famosos como:
La Catedral
La Casa de las Conchas y su patio interior
El bullicio de la Plaza Mayor
La fachada de la Universidad con su famosa rana, tantas veces buscada por los turistas
Tanto paseo cultural merece un descanso al fresquito de una de las muchas retrazas abiertas.
Tras la cena comprobamos la bien ganada fama que tiene Salamanca por su ambiente nocturno pues todos los bares y terrazas están a reventar de jóvenes y no tan jóvenes.
El día de hoy no da para más y hay que descansar pues nos esperan todavía tres días de moto y paisajes.
Teníamos unos días de descanso y los íbamos a emplear en conocer dos Parques Naturales donde los sentidos y el placer al montar en moto se unen de tal forma que todo el tiempo que empleemos en recorrer estos parajes nos sabrán a poco.
1er. Día: Madrid-Salamanca.
Mi chica ha tenido que trabajar por la mañana y la escapada motera se tiene que retrasar hasta la tarde. La temperatura ronda los 30ºC en el termómetro de la moto pero cuando llegamos a las estribaciones del Pto. del León la temperatura es ya muy agradable.
Poco tráfico y nada reseñable salvo que antes de llegar a Villacastín nos adelantan dos motoristas de la G.C. con las sirenas de las motos a todo volumen, les dejamos pasar y les perdemos de vista al poco tiempo.
En las primeras curvas de la N-110 después de pasar Villacastín encontramos la razón de tanta prisa: dos coches habían chocado casi frontalmente, uno quedaba en mitad de la calzada y el otro metido en la cuneta. Los conductores parece que estaban bien.
Llegamos a Avila y paramos en los Cuatro Postes para estirar las piernas e inmortalizar el momento.
Luego cogemos la autovía hacia Salamanca pues el madrugón que se dio Ana por la mañana y la jornada de trabajo realizada invitan a llegar cuanto antes pues este día nos lo tomamos solamente como aproximación a la zona.
A las 18:15 estamos entrando en Salamanca y el GPS nos lleva directos al céntrico hotel elegido para descansar.
Después de la necesaria ducha que nos deja nuevos, nos damos un paseo por esta bulliciosa Salamanca que en estos días parece más una pasarela de modelos pues en casi todas las iglesias, capillas, juzgados, etc, hay una boda.
La calle Mayor, entre la Catedral y la Plaza Mayor es un hormiguero de visitantes, estudiantes, peregrinos, invitados a alguna boda.
Visita obligada a los monumentos más famosos como:
La Catedral
La Casa de las Conchas y su patio interior
El bullicio de la Plaza Mayor
La fachada de la Universidad con su famosa rana, tantas veces buscada por los turistas
Tanto paseo cultural merece un descanso al fresquito de una de las muchas retrazas abiertas.
Tras la cena comprobamos la bien ganada fama que tiene Salamanca por su ambiente nocturno pues todos los bares y terrazas están a reventar de jóvenes y no tan jóvenes.
El día de hoy no da para más y hay que descansar pues nos esperan todavía tres días de moto y paisajes.