Re: RUMANIA 2009
Como lo prometido es deuda, aqui estoy con parte del viaje.
Viaje Rumania, del 03/07/2009 al 22/07/2009.
Para el viaje utilizamos la guía viva de Europa en moto de Anaya Touring Club y la guía de Rumania* también de Anaya.
Empezamos como siempre, chupándome yo los Km. Málaga-Barcelona de un tirón y recogiendo a Pilar en el aeropuerto.
Esta vez cogimos el barco que va a Genova y la verdad es que fue una pesadez, porque este barco viene procedente de Tánger, lleno de marroquíes y siempre con retraso, así* que embarcamos 4 horas más tarde de la hora de salida y llegamos también 4 horas más tarde. Es preferible coger el barco que va a Livorno porque aunque es más lento es mas regular (sale de Barcelona).
De todos modos la travesía fue agradable, pues conocimos a varios moteros simpáticos con los que tomamos unas cervezas.
Llegamos por tanto hacia las 10 a Génova, y como teníamos reservada habitación en Verona en el hotel Fiera (lo hacemos siempre por Booking.com), cogimos carretera y llegamos allí hacia las 2 de la mañana, justo cuando empezaba a llover.
Por la mañana nos dedicamos a visitar la ciudad, que nos sorprendió gratamente, pues es más bonita y grande de lo que esperábamos.
Hacia las 12 de la mañana cogimos carretera para dirigirnos a Zagreb. Eran Km. de autopista, pero había que hacerlos, y lo malo es que nos llovió por el camino.
No paramos en Lubijana porque ya lo conocíamos del viaje anterior a Croacia y Eslovenia, así que comimos en cualquier sitio de la carretera y llegamos hacia las 7 de la tarde al hotel Arcotel Allegre de Zagreb, que también teníamos reservado por Booking.com.
Resultó un hotel muy bueno, pues tenía parking y tranvía gratis en la puerta al centro de la ciudad (que estaba a 5 minutos en tranvía). Después de muchos Km.*en moto si podemos la dejamos aparcada.
Visitamos el centro de Zagreb de noche, y también nos pareció muy agradable, con muchos bares de copas y sitios donde cenar.
Al día siguiente nuestra meta era Timisoara, ya en Rumania.
Tuvimos que ir todo el tiempo por la tediosa autopista, aunque ya no tenía tanto tráfico y el terreno era muy llano, lleno de girasoles y maizales. Al pasar a Serbia los bares de la carretera cambiaron y se hicieron del estilo de los marroquíes, es decir estilo musulmán. La verdad es que paramos a comer en un restaurante de carretera y hablando por señas nos comimos una sopa riquísima, “Ciorba de Burta” que es una especie de sopa blanquecina hecha de tripas como los callos. Abstenerse los que no les gusten los callos.
Continuamos hacia Belgrado, y para atravesarlo cogimos un tráfico endemoniado y en un momento dado nos perdimos. Paramos donde unos guardias que nos entendieron en ingles, y mientras nos indicaban la salida paró un tío en moto y se ofreció a ir delante de nosotros para llevarnos hacia la salida de Timisoara, así que le seguimos y sin ningún problema salimos de la ciudad.
Pilar se arrepiente de no habernos quedado a visitar Belgrado, pero nuestro objetivo era Rumania y teníamos que continuar. Ya volveremos en otra ocasión (a mi me horrorizan las grandes ciudades).
Llegamos a la frontera de Rumania, y por esta carretera la frontera es muy pequeña, así que no había nadie más que nosotros. Con todo lo que se dice de los rumanos estábamos un poco acojonados, pero no tuvimos ningún problema y en seguida estábamos sentados en un bar pasado la frontera tomándonos unas cervezas.
Una cosa que nos sorprendió es que el rumano,* al ser una lengua románica,* se entiende algo, por lo menos puedes leer los carteles y sabes de qué va lo que dicen.
Legamos a Timisoara hacia las 7 de la tarde, y aunque no teníamos hotel reservado sí habíamos mirado cuales eran los que ofrecían una buena relación calidad precio, así que nos dirigimos a uno de ellos (el Continental) y encontramos hotel sin dificultad. La moto en el parking frente al hotel con vigilante nocturno.
Timisoara tiene un centro histórico peatonal muy bonito, así que cenamos en una Trattoria y fuimos a tomar una copa a un bar, donde resultó que la camarera, una chica guapísima rubia, sabía español, pues había estado viviendo con sus padres en España, y ahora a los 21 años se había vuelto ella sola a su país.
No vimos por ningún sitio ni gitanos malos ni “Rumanos malos”, sino gente agradable y normal, y esto a lo largo de toda Rumania. Creo que ellos han sabido deshacerse de ese* tipo de gente, cosa que nosotros no solo no hemos sabido deshacernos de los nuestros sino que acogemos a los de los restos de los países europeos.
Nuestro siguiente objetivo era Sibiu,
parando por el camino a visitar el castillo de Hunedoara que es muy bonito, pero esta al lado de unas fabricas cerradas del tiempo de Ceausescu.
La carretera estaba en obras, y tuvimos que esperar una larga cola para poder continuar. Espero que ya este terminada.
También fuimos a Alba Lulia, pero no mereció mucho la pena.
En Sibiu fuimos también al hotel Continental, que lo recomiendo sin duda, pues esta justo al lado del centro peatonal y la relación calidad precio es inmejorable. La moto se queda en un parking frente al hotel con vigilante nocturno.
La ciudad es preciosa, con unos techos característicos con ventanucos que parecen ojos.
Aquí dormimos dos noches, pues queríamos hacer la carretera del Transfagarasan, una carretera que construyo Ceausescu atravesando los Cárpatos meridionales como camino de huida ante una posible invasión de los alemanes.
Nuestra información era que la cara norte, la mas bonita, estaba bien de asfalto, pero que la cara sur no, así que decidimos afrontar la subida sin maletas y volver por el mismo camino a dormir a Sibiu, y eso hicimos.
En la cima hay un lago y un restaurante donde comimos fenomenal en la terraza.
Como veis en la ruta trazada en el mapa, al día siguiente casi llegamos por la vertiente sur, desde Curtea de Arges, al punto donde nos dimos la vuelta en el Transfagarasan, así que creo que se puede hacer la carretera entera en moto de carretera sin dificultad, pues el asfalto no estaba tan mal en la vertiente sur y no merece la pena volver a Sibiu como hicimos nosotros. Además en el trozo que no recorrimos, unos españoles que iban en coche y que nos encontramos en Sighisoara, nos enseñaron fotos de osos que habían cruzado delante de ellos en esa carretera. ¡Y nosotros no los vimos!
Continuamos al día siguiente hacia Bucarest, parando en nuestro primer monasterio en el camino,
y visitando Curtea de Arges
Llegamos sin problemas al Hotel de Bucarest que habíamos reservado el día anterior desde el ordenador del hotel de Sibiu. Estaba bien a secas, y además la página web decía que tenía parking, y este resultó ser dos plazas en la acera de delante del hotel, pero había toda la noche alguien en recepción, así que no estuvo mal.
Como dice Carolus,* publicar la crónica del viaje te hace revivirlo, y es algo agradable, pero por hoy creo que tengo suficiente.*
Continuaré.