L
lagartija
Invitado
Intro
La historia comienza el pasado diciembre, en plenas fiestas navideñas, cuando estaba esperando, tranquilo, ver pasar los excesos impropios de estas fechas. Eso sí, siempre está uno ideando viajes, mirando mapas, siguiendo líneas rojas gruesas que llegan a las negras más finas. Está claro, las discontinuas ponen más. Sobre papel o pantalla. Pero sin poner fecha. Ningún proyecto inmediato. Entonces recibo la invitación. Carlos Azevedo, de los Nomad's, y socio de la joven empresa de aventuras en moto, Motoxplorers, me llamaba para participar en la exploración de uno de sus proyectos para luego vender al público. Se trataría de enlazar los más importantes yacimientos arqueológicos que el pueblo Maya dejó en México, Guatemala, Honduras y Belice.
No tuve más remedio que decirle que contara conmigo.
Miguel Casimiro "Casi", Rui Romero "Romerito", Joaquim Rolha "Joe" y Joao Rodrigues "JR" son los demás integrantes del grupo.
Hacia el corazón de Chiapas
Nuestro punto de partida es Playa del Carmen. Nos alojamos en la Hacienda María Bonita.
El primer día transcurre…
…esperando que lleguen las motos desde Ciudad de México, veinte horas de carro son necesarias. Instalamos tomas de corriente para nuestros GPS y de mecheros para cargar otros aparatos como cámaras de fotos o teléfonos móviles. Además chequeamos el estado general de las motos. Sólo hubo que cambiar alguna bombilla fundida.
A Joao se le ha olvidado el carnet de conducir en casa. En un ciber, hacemos una copia exacta para evitar posibles problemas, o para acrecentarlos, ya se verá más adelante.
Briefing, briefing!!
Esas palabras, y con el sentido del humor que le da Carlos a las cosas, se convertirán en una tónica de todos los días. El viaje estaba bien estudiado, pero nada decidido. Gracias a la experiencia de Carlos, y como está demostrado que no puede ser de otra manera, dejaba todas las opciones sobre la mesa y se consensuaba qué hacer en cada momento. La noche antes de partir, decidimos el sentido de nuestro bucle. Lo haremos en sentido anti horario, dejando para el final la costa caribeña.
Cobá, Ek Balam, Chichén Itzá, Uxmal… visitamos las más importantes ciudades maya del Yucatán en los primeros días de expedición.
La primera ciudad maya en visitar es Cobá. Una urbe que en su máximo esplendor, allá por el siglo VIII congregó a 55000 habitantes. Por ello sus construcciones se reparten por una gran superficie que recorremos en bicicleta a través de sus caminos de tierra blanca o Sacbés, que se adentran en la espesura de la selva. Su juego de pelota maya.
Tenían que meter una pelota de 3 kilos de caucho por el aro. Como normas, sólo se podía golpear con la cintura, codos y hombros. El capitán del equipo ganador era sacrificado con todo honor a los dioses.
El árbol del caucho,
la Ceiba, árbol sagrado para los mayas.
y el Chico Zapote, de donde los mayas sacaron el chicle, facilitando las cosas a Mr. Cheiw y al Sr. Bazoka. Mezclado con otras resinas naturales y polvo de caracoles y conchas hacían su mortero para soldar las piezas de sillería que forman sus construcciones.
Nos alojamos cerca de Valladolid en unas cabañas de una cooperativa de una pequeña aldea, en la que el beneficio de sus instalaciones repercute directamente en sus pobladores.
Las cabañas, hechas de madera con techo de palma de guano como lo hacían los antiguos pobladores mayas y que todavía siguen siendo la construcción popular. Se necesitan alrededor de 2500 palmas para una cabaña de 5 metros de ancho por 10 de largo.
Cuando entramos en una de las cabañas sale el anterior “inquilino”. Un ratón de campo que pasa entre mis piernas. Y es que estamos en medio de la selva.
Una cabaña para los que roncan y otra para los que dicen que no. De todas formas, los ronquidos son amortiguados por los incesantes sonidos de animales de la jungla. Espectáculo de oscuridad y sonido. Las mosquiteras sobre las camas hacen su trabajo.
La verdad es que podíamos haber prescindido del Camelback, habiendo cocos fríos por el camino, no hay cosa más refrescante. Aunque todo depende, como te pases con el chile, el agua suele apagar el fuego.
Después vinieron Ek Balam, que destaca por sus esculturas y relieves en la parte alta de su templo principal.
Chichen Itzá, considerada una de las siete maravillas del mundo, con su pirámide de Kukulkan, el Templo de Chac Mool y la Plaza de las Mil Columnas.
Máscaras mayas
Uxmal, urbe que cuenta con una disposición de sus edificios a propósito coincidente con los puntos cardinales y los solsticios de primavera y otoño. Sabido por todos es el conocimiento tan amplio que tenían los mayas de la astronomía, dedicando grandes edificaciones a la observación estelar. Los únicos pobladores de estas ruinas hoy en día, son las iguanas
Llegado el atardecer nos topamos con una playa en Isla Aguada
y antes de cruzar el puente que la une a Isla del Carmen.
Tras un baño en tan claras y tranquilas aguas,
decidimos disfrutar del lugar y pasar las noches en nuestras hamacas junto a la playa.
Por la mañana el tiempo cambia radicalmente. Frío, viento y agua nos acompañará todo el día. Por la costa conducimos con precaución. Motos inclinadas por la acción del viento recuerdan cuando el levante azota nuestro Estrecho de Gibraltar.
Paramos a comer en Campeche los productos del mar.
Dejamos la costa en la ciudad de Frontera y Villahermosa, en el Estado de Tabasco, para adentrarnos en la Selva Negra de Chiapas.
Carreteras retorcidas que recorren los valles y montañas. La lluvia sigue sobre nosotros.
Menos mal! Encontramos algo donde refugiarnos del agua! Taquería de carretera y aprovechamos para calentarnos con un café instantáneo. Para encontrar un expresso como es debido cuántos kms más habrá que hacer??
Notamos como la primera actitud de las personas en esta zona es la de recelo y en guardia, desconfianza tal vez, que en pocos minutos se convierte en amabilidad y generosidad, propia de los que han sufrido.
Curvas y más curvas bien peraltadas sobre asfalto algo resbaladizo pero en buen estado. Así son las carreteras de la Selva Negra de Chiapas.
Continuamos por la tarde, que no es larga precisamente pues a las seis ya empieza a anochecer, hasta Tapilula, entre nosotros Tupilila.
Uno de los pocos pueblos en la región que disponen con algún hotel, donde aprovechamos para tender la ropa y comprar algún pantalón impermeable e incluso botas de goma para continuar soportando mejor la lluvia mañana.
Por la mañana ponemos dirección a San Cristóbal de las Casas. Niebla, frío, lluvia más arriba. Al coronar un puerto se despeja todo el cielo y el sol nos regala el calor que necesitábamos. Seguimos bajando desde los 3000 y pico de metros hasta los 400 de Chiapa de Corzo, donde dejamos las motos para adentrarnos en el Cañón del Sumidero en barca.
Formación geológica sobre el río Grijalva, afluente del Usumacinta, que se encajona bajo paredones de 1000 metros y profundidades del agua que rondan los 750.
Sus habitantes…cocodrilos
monos, garcillas, garzas grises de cuello largo y el carroñero llamado zopilote.
Ascendemos otra vez hacia San Cristóbal de las Casas (1200 metros) donde llegamos entrada la noche y nos alojamos en Na Bolom.
La hacienda Na Bolom, invita a pasear por su patio y las numerosas estancias llenas de objetos, mapas y fotos que el matrimonio Frans Blom (arqueólogo) y Gertrude Duby (fotógrafa) recopilaron durante años de estancia en la zona, información relativa a los mayas y los lacandones en particular. Dedicamos parte de la mañana a ello.El omnipresente jaguar en la cultura maya
Ahora es una fundación cuyos fondo destina a los indios Lacandones y sus instalaciones sirven de refugio a los indios que vienen a la ciudad a vender su artesanía o a visitar al médico. En la cena sobre la larguísima mesa del comedor coincidimos indios y viajeros.
Con buen tiempo emprendemos la marcha hacia Palenque. De camino hacemos un alto en las Cascadas de Agua Azul y de Misol Ha.
A la mañana siguiente visitamos la ciudad maya de Palenque en la que destacaría sus relieves de colores.
Árbol visto desde lo alto del templo
Intentamos atajar en nuestro camino pero sin mucho éxito, pues tras 15 kilómetros de pista, no hay salida.
Pero las vistas desde arriba merecen la pena
Los carteles nos recuerdan dónde estamos
Seguimos nuestro viaje hacia Bonampak.
continúa...
La historia comienza el pasado diciembre, en plenas fiestas navideñas, cuando estaba esperando, tranquilo, ver pasar los excesos impropios de estas fechas. Eso sí, siempre está uno ideando viajes, mirando mapas, siguiendo líneas rojas gruesas que llegan a las negras más finas. Está claro, las discontinuas ponen más. Sobre papel o pantalla. Pero sin poner fecha. Ningún proyecto inmediato. Entonces recibo la invitación. Carlos Azevedo, de los Nomad's, y socio de la joven empresa de aventuras en moto, Motoxplorers, me llamaba para participar en la exploración de uno de sus proyectos para luego vender al público. Se trataría de enlazar los más importantes yacimientos arqueológicos que el pueblo Maya dejó en México, Guatemala, Honduras y Belice.
No tuve más remedio que decirle que contara conmigo.
Miguel Casimiro "Casi", Rui Romero "Romerito", Joaquim Rolha "Joe" y Joao Rodrigues "JR" son los demás integrantes del grupo.
Hacia el corazón de Chiapas
Nuestro punto de partida es Playa del Carmen. Nos alojamos en la Hacienda María Bonita.
El primer día transcurre…
…esperando que lleguen las motos desde Ciudad de México, veinte horas de carro son necesarias. Instalamos tomas de corriente para nuestros GPS y de mecheros para cargar otros aparatos como cámaras de fotos o teléfonos móviles. Además chequeamos el estado general de las motos. Sólo hubo que cambiar alguna bombilla fundida.
A Joao se le ha olvidado el carnet de conducir en casa. En un ciber, hacemos una copia exacta para evitar posibles problemas, o para acrecentarlos, ya se verá más adelante.
Briefing, briefing!!
Esas palabras, y con el sentido del humor que le da Carlos a las cosas, se convertirán en una tónica de todos los días. El viaje estaba bien estudiado, pero nada decidido. Gracias a la experiencia de Carlos, y como está demostrado que no puede ser de otra manera, dejaba todas las opciones sobre la mesa y se consensuaba qué hacer en cada momento. La noche antes de partir, decidimos el sentido de nuestro bucle. Lo haremos en sentido anti horario, dejando para el final la costa caribeña.
Cobá, Ek Balam, Chichén Itzá, Uxmal… visitamos las más importantes ciudades maya del Yucatán en los primeros días de expedición.
La primera ciudad maya en visitar es Cobá. Una urbe que en su máximo esplendor, allá por el siglo VIII congregó a 55000 habitantes. Por ello sus construcciones se reparten por una gran superficie que recorremos en bicicleta a través de sus caminos de tierra blanca o Sacbés, que se adentran en la espesura de la selva. Su juego de pelota maya.
Tenían que meter una pelota de 3 kilos de caucho por el aro. Como normas, sólo se podía golpear con la cintura, codos y hombros. El capitán del equipo ganador era sacrificado con todo honor a los dioses.
El árbol del caucho,
la Ceiba, árbol sagrado para los mayas.
y el Chico Zapote, de donde los mayas sacaron el chicle, facilitando las cosas a Mr. Cheiw y al Sr. Bazoka. Mezclado con otras resinas naturales y polvo de caracoles y conchas hacían su mortero para soldar las piezas de sillería que forman sus construcciones.
Nos alojamos cerca de Valladolid en unas cabañas de una cooperativa de una pequeña aldea, en la que el beneficio de sus instalaciones repercute directamente en sus pobladores.
Las cabañas, hechas de madera con techo de palma de guano como lo hacían los antiguos pobladores mayas y que todavía siguen siendo la construcción popular. Se necesitan alrededor de 2500 palmas para una cabaña de 5 metros de ancho por 10 de largo.
Cuando entramos en una de las cabañas sale el anterior “inquilino”. Un ratón de campo que pasa entre mis piernas. Y es que estamos en medio de la selva.
Una cabaña para los que roncan y otra para los que dicen que no. De todas formas, los ronquidos son amortiguados por los incesantes sonidos de animales de la jungla. Espectáculo de oscuridad y sonido. Las mosquiteras sobre las camas hacen su trabajo.
La verdad es que podíamos haber prescindido del Camelback, habiendo cocos fríos por el camino, no hay cosa más refrescante. Aunque todo depende, como te pases con el chile, el agua suele apagar el fuego.
Después vinieron Ek Balam, que destaca por sus esculturas y relieves en la parte alta de su templo principal.
Chichen Itzá, considerada una de las siete maravillas del mundo, con su pirámide de Kukulkan, el Templo de Chac Mool y la Plaza de las Mil Columnas.
Máscaras mayas
Uxmal, urbe que cuenta con una disposición de sus edificios a propósito coincidente con los puntos cardinales y los solsticios de primavera y otoño. Sabido por todos es el conocimiento tan amplio que tenían los mayas de la astronomía, dedicando grandes edificaciones a la observación estelar. Los únicos pobladores de estas ruinas hoy en día, son las iguanas
Llegado el atardecer nos topamos con una playa en Isla Aguada
y antes de cruzar el puente que la une a Isla del Carmen.
Tras un baño en tan claras y tranquilas aguas,
decidimos disfrutar del lugar y pasar las noches en nuestras hamacas junto a la playa.
Por la mañana el tiempo cambia radicalmente. Frío, viento y agua nos acompañará todo el día. Por la costa conducimos con precaución. Motos inclinadas por la acción del viento recuerdan cuando el levante azota nuestro Estrecho de Gibraltar.
Paramos a comer en Campeche los productos del mar.
Dejamos la costa en la ciudad de Frontera y Villahermosa, en el Estado de Tabasco, para adentrarnos en la Selva Negra de Chiapas.
Carreteras retorcidas que recorren los valles y montañas. La lluvia sigue sobre nosotros.
Menos mal! Encontramos algo donde refugiarnos del agua! Taquería de carretera y aprovechamos para calentarnos con un café instantáneo. Para encontrar un expresso como es debido cuántos kms más habrá que hacer??
Notamos como la primera actitud de las personas en esta zona es la de recelo y en guardia, desconfianza tal vez, que en pocos minutos se convierte en amabilidad y generosidad, propia de los que han sufrido.
Curvas y más curvas bien peraltadas sobre asfalto algo resbaladizo pero en buen estado. Así son las carreteras de la Selva Negra de Chiapas.
Continuamos por la tarde, que no es larga precisamente pues a las seis ya empieza a anochecer, hasta Tapilula, entre nosotros Tupilila.
Uno de los pocos pueblos en la región que disponen con algún hotel, donde aprovechamos para tender la ropa y comprar algún pantalón impermeable e incluso botas de goma para continuar soportando mejor la lluvia mañana.
Por la mañana ponemos dirección a San Cristóbal de las Casas. Niebla, frío, lluvia más arriba. Al coronar un puerto se despeja todo el cielo y el sol nos regala el calor que necesitábamos. Seguimos bajando desde los 3000 y pico de metros hasta los 400 de Chiapa de Corzo, donde dejamos las motos para adentrarnos en el Cañón del Sumidero en barca.
Formación geológica sobre el río Grijalva, afluente del Usumacinta, que se encajona bajo paredones de 1000 metros y profundidades del agua que rondan los 750.
Sus habitantes…cocodrilos
monos, garcillas, garzas grises de cuello largo y el carroñero llamado zopilote.
Ascendemos otra vez hacia San Cristóbal de las Casas (1200 metros) donde llegamos entrada la noche y nos alojamos en Na Bolom.
La hacienda Na Bolom, invita a pasear por su patio y las numerosas estancias llenas de objetos, mapas y fotos que el matrimonio Frans Blom (arqueólogo) y Gertrude Duby (fotógrafa) recopilaron durante años de estancia en la zona, información relativa a los mayas y los lacandones en particular. Dedicamos parte de la mañana a ello.El omnipresente jaguar en la cultura maya
Ahora es una fundación cuyos fondo destina a los indios Lacandones y sus instalaciones sirven de refugio a los indios que vienen a la ciudad a vender su artesanía o a visitar al médico. En la cena sobre la larguísima mesa del comedor coincidimos indios y viajeros.
Con buen tiempo emprendemos la marcha hacia Palenque. De camino hacemos un alto en las Cascadas de Agua Azul y de Misol Ha.
A la mañana siguiente visitamos la ciudad maya de Palenque en la que destacaría sus relieves de colores.
Árbol visto desde lo alto del templo
Intentamos atajar en nuestro camino pero sin mucho éxito, pues tras 15 kilómetros de pista, no hay salida.
Pero las vistas desde arriba merecen la pena
Los carteles nos recuerdan dónde estamos
Seguimos nuestro viaje hacia Bonampak.
continúa...