6º DIA (A DESTINO). 24/07 Rovaniemi- Nordkapp (Noruega):
Hoy me despierto con cierta impaciencia por ponerme en marcha, si todo va bien llego a Cabo Norte ( Nordkapp) son las 6 horas 15’ y ya tengo la moto cargada. Salgo de la ciudad tras un ligero despiste y enfilo por un tramito muy corto de autovía y enseguida llego al circulo polar ártico, 66º 33’ 38’’, donde existe un tinglado en plan parque temático sobre santa claus, según dicen como esto es Laponia su casa esta en este lugar. Por suerte creo, como apenas son las 7 de la mañana todo el parque tematico esta cerrado, así tengo la excusa para no entretenerme con las visitas típicas del parque turístico y la compra de recuerdos de papa Noel. Lo que si esta abierto es una gasolinera de AGIP donde lleno deposito y desayuno, hago unas fotos del monumento al circulo polar ártico y alguna curiosidad, y en ruta de nuevo.
El día sigue muy soleado, de momento tengo mucha suerte y la temperatura para estar en estas latitudes es espectacularmente buena, hoy tenemos la máxima de todo el mes de Julio, 24,8º centígrados. El paisaje comienza a cambiar y se va ondulando en colinas cada vez más pronunciadas, los ríos y los lagos son una constante, y están por todas partes, la carretera esta en buen estado, llegado a un determinado punto de repente aparece una cosa que me resulta curiosa, la carretera se ensancha, durante un par de kilómetros de longitud, de forma impresionante y pasa de tener unos 7 u 8 metros a más de 20, tiene toda la pinta de ser una pista de aterrizaje para aviones, lo que no seria extraño por lo aislada que esta zona está una gran parte del año. Lo próximo sorprendente podríamos decir que es la aparición de renos, al principio son varios los que cruzan la carretera y más adelante los veo pastar tranquilamente a la orilla del camino. Cuando me acerco al lago Inari ,2º mas grande de Finlandia, el trazado cambia y el lago se rodea en un tramo divertido, porque hay algunas curvas en los márgenes del lago; aunque hay que tener cuidado por que los renos empiezan a aparecer en grupos por la carretera, a partir de aquí estos bichos son un incordio y los encuentras por todas partes, al final terminas aborreciéndolos porque en Noruega también los encuentras hasta rebasar otra vez el circulo polar cuando bajas en dirección sur.
Ha media mañana llego al cruce de la 4 con la 92 donde ya aparece la primera indicación de Nordkapp, 343 kilómetros, como es de rigor esto merece una foto y claro uno de los problemas de ir solo es que el autorretrato es complicado, después de hacer el jilipollas un poco y sacar unas fotos que mejor esconder, un alma caritativa paró su coche y se ofreció a hacer él la foto, lo cual le agradezco mucho. Pues nada con una foto decente y más feliz que una perdiz sigo por la 92, carretera que al principio esta llena de cambios de rasante muy pronunciados y que se adentra en plena tundra donde la vegetación empieza a ser cada vez más escasa y los árboles que encuentras a tener menor tamaño.
De esta forma entro en Noruega y llego a la ciudad de Karasjok donde se encuentra el parlamento de los samis y un museo dedicado a este pueblo que es el que tradicionalmente habita estas tierras. Desde este pueblo ya tomamos la famosa E6 que recorre toda Noruega de norte a sur, esto significa que nos acercamos a destino, transcurridos 80 kilómetros desde que dejamos Karasjok aparece el primer fiordo del viaje, Porsangerfjord, que bordeándolo nos llevara hasta la isla de Mageroya donde se encuentra el Cabo Norte tan anhelado. La impresión a la vista del fiordo es emocionante, estos fiordos del norte no son tan impresionantes como los del sur, pues no son profundos ni estrechos pero si es un paisaje bello, el mar se adentra en tundra donde la vegetación es ya casi inexistente y los olores son intensos, de echo creo que una de las cosas que mas me impacta y que no creo que olvide nunca es ese fuerte olor picante y persistente que viene de la orilla del mar y que me recuerda a las especias como el clavo, pimienta y nuez, es un olor de verdad muy especial. Con todas estas sensaciones y la emoción del ya cercano destino dejo la E6 y tomo la E69 en Olderfjord donde no echo gasolina a pesar de ir casi en la reserva, además con la contemplación del paisaje estoy a punto de atropellar a un reno que se cruza de repente, hay que tener mucho cuidado con estos animales porque están por todos lados y cruzan la carretera o se paran en ella cuando menos te lo esperas. Al instante un coche de policía que me había cruzado me adelanta con todas las sirenas y luces, pienso que quizás e cometido alguna infracción pero sigue y pocos kilómetros más adelante, un volvo a atropellado a un dichoso reno, mejor extremar la precaución hay que ver como ha quedado el coche.
El relieve cada vez es más escarpado y empiezo a atravesar algún túnel hasta llegar al Nordkapp-tunnelen, que es un túnel submarino a 212 metros de profundidad sobre el nivel del mar y una longitud de 6875 metros, y en el que hace un frío que pela. Al salir del túnel que es de peaje ya estamos en la isla de Mageroya, hay un puente y en pocos kilómetros se llega la ciudad de Honningsvag donde me alojaré, los últimos kilómetros no los he disfrutado totalmente ya que no eche gasolina a tiempo y creía que no llegaría, el ordenador de la moto me marca al llegar al albergue que solo dispongo de combustible para 5 kilómetros.
Me instalo en el hotel que esta justo antes de entrar en Honningsvag, es una zona portuaria y no sabría decir que era antes de convertirse en hotel, tiene unos largos y amplios pasillos y las habitaciones son también muy amplias, con tres literas y un amplio sofá, como es temprano decido salir ya y aprovechar la tarde. Me acerco a la gasolinera del pueblo y lleno el deposito de la moto, con la decisión de no volver a apurar tanto los depósitos enfilo la subida a Nordkapp, solo quedan 35 kilómetros que voy recorriendo con creciente ansiedad, la subida ofrece sitios bastante pintorescos y voy parando para disfrutar del paisaje, esta cubierto y hace algo de fresco, se nota la proximidad del destino porque me cruzo y adelanto a moteros de distintas nacionalidades y un numero considerable de autocaravanas.
Y por fin llego, después de 5.308.000 metros estoy en el control que da acceso al complejo turístico de Cabo Norte en la isla de Mageroya al norte de Laponia en Noruega, lo mas al norte que se puede llegar en Europa por carretera, exactamente a 71º 10’ 21’’N 25º 47’ 40’’E, son las 5 de la tarde, un largo paseillo para llegar hasta aquí en esta hora taurina en España. Todo es ideal, muy épico, pero los chicos del control de acceso me bajan de la nube de golpe, el ticket de entrada valido para un día cuesta 215 coronas noruegas, al cambio 24,07€, no es que sea caro, pero te demuestra que el sitio no deja de ser un prosaico complejo turístico para vender souvenir y hacer negocio. Aparco la moto y me dirijo a ver el lugar, por supuesto lo primero las fotos de rigor en el “Globo”, monumento que simboliza el lugar, después compro algún recuerdo y envío un par de postales a Julia y a Toño desde la oficina de correos que hay en el complejo mientras tomo un café. Aunque todo el mundo me recomienda que vea el audiovisual en la sala de proyecciones y que me espere hasta las 12 de la noche para ver el famoso sol de medianoche decido irme a dormir un rato al hotel y subir de madrugada antes de abandonar la isla. Al llegar de nuevo al pueblo donde esta el albergue doy una vuelta por el puerto para localizar desde donde zarpa el barco en el que dejaré mañana la isla hacia Havoysund, compro algo para cenar y me marcho a dormir.
7º DIA. COMIENZA EL RETORNO: 25/07 Nordkapp- Silsand (isla de Senja)
Esta noche he dormido poco, se juntan muchas cosas, por un lado el que no oscurezca al llegar las horas nocturnas, tenemos 24 horas de luz, la excitación de haber llegado al destino de un viaje soñado y mil veces recorrido sobre el mapa y también el cansancio acumulado durante tantos kilómetros sobre la moto. La verdad es que me fui a la cama muy pronto sobre las 8 de la tarde pero me he levantado muy temprano, por así decirlo, porque a las 3h 30’ de la madrugada ya estaba en pie, el Hurtigrutenn barco que me llevará a Havoysund zarpa a las 6 de la mañana, pero antes quiero subir de nuevo a Nordkapp y disfrutar tranquilamente.
Cargo la moto, ya se ha convertido en rutina, y a la salida de Honningsvag le coloco a la moto la cámara de video para filmar toda la subida hasta el centro turístico, voy subiendo a buen ritmo porque a estas horas no hay nadie en la carretera, solo me encuentro con un coche italiano, los dichosos renos y algunas gaviotas que se calientan al sol en el asfalto. La mañana es esplendida no hay ni una nube y el sol brilla a estas horas tan alto como lo hacia la tarde anterior cuando subí, aunque entonces había que adivinarlo entre las espesas nubes. No me arrepiento de no ver el sol de medianoche ya que el de esta madrugada es esplendido, el complejo esta cerrado y desierto, solo se ven las autocaravanas aparcadas y un montón de tiendas de campaña, pero todo el mundo debe de estar durmiendo, solo hay un japonés haciendo fotos y yo. En esta soledad saboreo mi particular victoria y disfruto de los acantilados de más de 300 metros sobre el mar y el horizonte en el mar totalmente en calma, me quedaría aquí mucho rato pero no puedo perder el barco y desciendo de nuevo pero despacito contemplando cada rincón que se hace visible desde la carretera. Llego al muelle justo antes de que el barco entre en el puerto, el navío en cuestión es el Midnatsol, embarco la moto y voy a recepción donde me dan las tarjetas de embarque para la moto y para mi, desayuno en la cafetería (una de ellas) y salgo a la cubierta superior donde algunos pasajeros empiezan a hacer uso del jacuzzi, lastima no llevar el bañador a mano. La travesía dura entorno a 2 horas y media con lo que además de echar alguna foto también echo una cabezadita en una hamaca hasta llegar a Havoysund que es la primera parada del barco y en la cual me apearé.
Lo de estos barcos merece detenerse un poco, esta línea marítima une Bergen en el sur con Kirkenes cerca de la frontera con Rusia recorriendo prácticamente toda la costa de Noruega; antiguamente era un barco correo, pero actualmente realiza cruceros de lujo, la ventaja que tiene para el viajero es que sigue deteniéndose en infinidad de puertos y puedes utilizarlo como un ferry puerto a puerto. No es muy barato pero los servicios son excelentes y da mucho juego para moverse por una costa tan accidentada, los que yo tome estaban realmente bien, aunque no se si será lo habitual pero el pasaje era de geriátrico.
Retomando el viaje desembarco en Havoysund, pueblo pesquero muy pequeño pero de donde sale, o termina según se mire, la futura carretera turística 889 que en el momento de mi viaje tenia un pequeño tramo en obras, enseguida la vía empieza a discurrir serpenteando entre el mar y la montaña, es un paisaje maravilloso las rocas están dispuestas en estratos con formas imposibles y contornos de lo más llamativo que llegan al mar, de un azul intenso que se vuelve esmeralda en algunas playitas de arena blanca, no hay nada de trafico en toda la carretera, me cruzo un coche en sentido contrario, luego la carretera se adentra en el interior y llega a la E69 y en 4 kilómetros a la E6, hoy si pongo gasolina donde no lo hice cuando pasé hacia el norte y casi no llego a Honningsvag.
Enfilo hacia el sur por la E6, el paisaje es monótono, la zona esta definida por un páramo casi sin vegetación, sin darme cuenta la carretera se ha metido en Alta, junto al fiordo Altafjorden, la ciudad esta rodeada, ahora si, de extensos bosques, paro para comer algo en una gasolinera como vengo haciendo casi todo el viaje pues mi dieta se basa principalmente en salchichas y sándwich, compro la famosa jarra-termo para café de staoil, hasta ahora no había tenido oportunidad de hacerlo y me proporcionara café gratis mientras este en Noruega. Junto a la estación de servicio hay unos trampolines de salto de esquí que sin nieve se ven extraños; paran algunos moteros pero como no hablo ingles el intento de conversación no prospera, sonrisitas y bye, bye. De nuevo en la carretera bordeo el fiordo y la carretera va ascendiendo de nuevo hasta divisar el glaciar Oksfjordjokelen, que por ser el primero que veo, aunque sea de lejos me impresiona bastante, para luego comenzar a bajar hacia el siguiente fiordo Lyngenfjord, la vista de las montañas nevadas en pleno verano en la península de Fingen es espectacular, en esta zona tenia previsto coger un par de ferrys para dirigirme a Tromso pero la verdad es que estoy muy cansado y decido que cuanto antes llegue al lugar previsto para dormir mejor; creo que ha sido un error establecer de forme fija los lugares para dormir, que es precisamente uno de los consejos que me dieron y he desatendido.
Reprogramo el GPS para ir directo a destino y me sigue dando la opción de tomar el ferry en Olderdalen hasta Lyngen que había como primera opción, la verdad es que me ofusco un poco y apago el navegador, se que durante muchos kilómetros si continuo por la E6 también voy hacia Senja, además como en pantalla me aparece la hora prevista de llegada me estoy rayando con los horarios, mejor seguir sin preocuparme para nada de cumplir el dichoso horario. Me relajo y disfruto del fiordo que es espectacular, este ya es algo profundo y las laderas están cubiertas completamente por el bosque además hay caídas de agua por todas partes, una vez que dejas atrás el fiordo el paisaje discurre por amplios valles entre imponentes montañas.
Paso de largo por Finnsnes, que parece un lugar como de veraneo para los lugareños y por un puente cruzo a la isla de Senja donde pasaré la noche, conecto de nuevo el GPS pero la dirección que tengo del albergue no se corresponde y no hay ningún alojamiento en ese punto, pero como preguntando se va a Roma me dirijo a la gasolinera mas próxima donde me indican la dirección exacta, tengo que preguntar en otro lugar pero no me cuesta encontrar el lugar que también es camping. El sitio es muy apacible y lo lleva un chico que sabe algunas palabras en español, descargo, ducha y vuelvo a la gasolinera a comprar la cena que me preparo en la cocina comunitaria, como hay wi-fi en el salón me conecto consigo hablar con Julia sin recurrir al teléfono, ya puedo ir a dormir tranquilo. Hoy ha sido un día donde he pasado por lugares realmente preciosos pero al final me he estresado por llegar a destino, tengo que tomarme el viaje más tranquilo, el recorrido total de hoy es de 626 Km.
8º DIA. 26/07 Silsand- A (islas Lofoten):
Me he levantado a las 9 de la mañana, esto es todo un lujazo después de los días que llevo, la verdad es que ya lo necesitaba. Además hoy no tengo demasiada prisa tengo que coger un barco en Gryllefjord para que me lleve desde la isla de Senja a las islas Vesteralen y no sale hasta las 11 de la mañana, tengo 2 opciones puedo ir directamente que son unos 66 Km. O dar un rodeo por la costa noreste de la isla que son 119 Km. Vuelvo hacia el continente para repostar atravesando el puente Gisund que une la isla a la zona continental. Como es domingo la primera gasolinera funciona con surtidor automático y tarjeta de crédito porque esta cerrado, ya he utilizado este sistema en un par de ocasiones, pero hoy no me aclaro; me marcho a otra que esta apenas a 500 metros y si que esta abierta, recarga de energía para la maquina y para mi. Como el día es soleado y voy con tiempo decido ir por el camino largo, al principio el relieve es suave pero al enfilar hacia el norte ya se divisan montañas de cierta altura, las carreteras 861 y 862 son más que recomendables, las montañas llegan al mar pero conservan nieve en la parte alta, en muchas ocasiones están como cortadas a cuchillo y forman pequeños fiordo de una belleza mayúscula, cada curva te ofrece la visión de una autentica postal.
Para poder enlazar con la 86 que divide la isla en dos y que nos llevará hasta el ferry hay que atravesar un largo túnel de reciente construcción, a pesar de lo cual es frío, húmedo y mal iluminado, pero menos que la mayoría de los atravesados hasta ahora. Con estas, extasiado con esta costa del norte de Senja, llego a Gryllefjord unos 15 minutos antes que atraque el barco, también se embarca una familia francesa que se alojó en el mismo albergue que yo, el barco es una antigualla, que se va alejando de la costa con un traqueteo y un ruido de motor algo sospechoso, como la travesía será de unas 2 horas me relajo al sol y contemplo la costa que ofrece un fantástico perfil.
Desde el traqueteo del barco empiezo a ver la costa de Andoya, la isla en que desembarco en las Vesteralen, el pueblo concretamente se llama Andenes y es famoso porque desde aquí se inician los safaris para divisar ballenas, si hiciese uno perdería el resto del día por lo que ni me lo
planteo, lo que llama mi atención es el cementerio del lugar, como todos en el centro del pueblo pero en esta ocasión hay unos niños jugando con sus bicicletas entre las tumbas como si estuviesen en un parque infantil, impensable en el carácter latino. Salgo del pueblo por la 82 pero la dejo en seguida para seguir circulando por la costa oeste de la isla de Andoya hasta el pueblo de Bo, en esta zona el relieve es muy suave la planicie se extiende hacia la costa con larguísimas playas donde el viento sopla con fuerza, voy pasando por pequeños pueblecitos hasta volver otra vez a la carretera 82 y pasar a la isla de Hinnoy donde empieza a verse alguna de las montañas típicas de esta zona. Me detengo a comer en una gasolinera en Sortland que se encuentra en otra isla llamada Langoya, aunque voy cambiando de isla no es necesario embarcar pues están conectadas por puentes al estar muy próximas unas de otras, durante la comida me entretengo un ratito al sol pues hace una temperatura buenísima, hasta que caigo en la cuenta que debo coger el ferry en Melbu y voy justo, me pongo en marcha y empiezo a circular demasiado rapido para lo que esta permitido en este país, 80 Km/h, llegando al puerto veo zarpar el barco, no llego por unos minutos y tengo que esperar al siguiente que saldrá en unos 40 minutos, como la moto empezó a avisar de que tenia una lámpara fundida aprovecho para sustituirla, es la luz de cruce, no hay problema llevo repuesto y es fácil de sustituir. Mientras espero se acerca un tipo de unos 70 años que va montado sobre una R100RS y comienza a hablarme en un español bastante bueno, me cuenta la historia de su vieja moto y me advierte de las fuertes multas por exceso de velocidad y que vigile pues hay radares camuflados, me viene de perlas la advertencia porque en algunos momentos empiezo ha ir demasiado rapido.
En estas estoy cuando llega el barco que me cruzará a las famosas islas Lofoten, el trayecto dura media hora y tengo la suerte de ver una horca, un marinero nos avisa pero se sumerge antes de que la pueda fotografiar.
Llegando al muelle el paisaje es alucinante de verdad, estas islas son una autentica maravilla no es de extrañar que las califiquen como uno de los archipiélagos más bonitos del mundo. En Fiskebol tomo la E10 que cruza todas las islas pues son tres principales conectadas por puentes, ya dije lo bonito que era todo, pero es que voy en la moto con la boca abierta constantemente, paro para hacer alguna foto, pero realmente no las que este paisaje se merece, cada nueva panorámica es alucinante, me desvío en la 816 hacia Henningsvaer que viene señalado como un lugar muy turístico y realmente lo es, hay varias playas en el camino que están a tope de gente y el propio pueblo también esta concurrido, incluso veo un autobús con matricula española aunque me da la impresión que los turistas no lo son pues aunque les hago un montón de señas no me hacen ni caso, el lugar merece la pena visitarlo pues son una serie de islotes conectados por puentecitos, y las casas sobre palafitos, pero demasiado explotado turisticamente yo prefiero sitios que conserven más su estado original. Vuelvo a la E10 y aunque me había propuesto un itinerario alternativo lo descarto y me dirijo directo hacia Moskenes y A que es mi destino final de hoy. Desde la isla de Flakstadoya en adelante las vistas todavía mejoran parece imposible pero cada vez me gusta más lo que veo, antes de llegar al pueblo de Ramberg aparece una playa grande de arena blanca y fina, con las montañas negras y puntiagudas contrastando, luego un fiordo y
enseguida Reine, según dicen el pueblo más fotografiado de Noruega y no es para menos, sigo un poco mas y llego a A que es donde me alojaré. El Chico del albergue habla algo de español, poco, me da la llave y me instalo el alojamiento es una especie de pajar, aunque aquí antiguamente se utilizaba para almacenar pescado seco, se accede desde un pequeño vestíbulo por una empinada escalera de madera, en realidad todas las construcciones son de madera, en la parte superior hay tres habitaciones y un baño comunitario. Después de alojarme decido salir a cenar algo en un restaurante que he visto cuando venia, resulta ser un sitio muy bien montado, es una casa como todas en A, esta sobre una roca y la mitad al menos descansa sobre palafitos que se hunden en el mar, decido salir a cenar a la terraza donde hay un grupo de gente muy animada que intentan entablar conversación y brindan con unas cervezas en honor del español, pero como no hablo ingles la cosa no prospera, una autentica pena. La camarera es medio checa medio italiana y ha pasado una temporada en Méjico por lo que me entiendo con ella y cruzo algunas palabras, me pregunta que cuanto tiempo voy a estar allí y flipa al contarle que solo pasaré esa noche. Ceno una sopa de pescado, echa con nata, y un filete de ballena que tiene un sabor parecido al hígado pero más suave y la textura es como un bistec de ternera, la verdad no me gusta demasiado, a pesar de que para una gaviota que esta sobre la barandilla de la terraza junto a la mesa parece ser un suculento bocado. Aunque la camarera quiere practicar su español decido irme a dormir, hoy no me he angustiado con los kilómetros he recorrido 119 en Senja más el ferry, 2 horas y otros 322 hasta el albergue, en total 441 y dos ferrys.
9º DIA. 27/07 A- Sandnessjoen:
Hoy vuelvo a madrugar me levanto a las 7 de la mañana, bajo de mi habitáculo en lo alto del almacén de pescado y cargo la moto, esta mañana hace fresco y hay bastante niebla, como no se estar quieto doy un paseito andando pero enseguida cojo la moto y me acerco a Moskenes para localizar desde donde sale el barco y como falta mas de una hora para que salga decido ir a Nusfjord, que por lo que dicen es uno de los pueblos mejor conservados de toda Noruega, el paisaje esta casi mas bonito que ayer pues la niebla va levantando y ajustándose a los contornos de las montañas, así de contento voy cuando a cuatro kilómetros de Nusfjord empieza a llover de verdad, una chaparrada en toda regla, con lo que al llegar al pueblecito me refugio en un pequeño hotel que tiene la cafetería abierta y me tomo un café calentito esperando que deje de llover, el hotel es moderno y con una pinta excelente, además lo que he visto del pueblecito también esta bien, en un fiordo pequeñito las típicas construcciones sobre palafitos pero todo muy bien conservado. Como la lluvia no cesa decido marcharme para no perder el ferry, hago unas fotos curiosas de las cabezas secas de unos rapes enormes.
Llegando al embarcadero de Moskenes deja de llover y empiezan a llegar bastantes motos, más de una docena, ninguna española. La travesía hasta Bodo será larga más de cuatro horas, el frío en cubierta es intenso, descubro que el verano por encima del circulo polar ártico es un espejismo de algunos días, seguro que no superamos los 4 o 5 grados de temperatura y llueve de forma intermitente, como el barco esta lleno la gente se amontona dentro muy pocos nos atrevemos a salir a cubierta, ahí conozco a Frank , un alemán que sabe alguna palabra de español y que esta fuera porque fuma como un carretero, solo se puede fumar fuera, establecemos lo que se podría llamar una conversación. Hacia las dos y media de la tarde desembarcamos y salgo disparado hacia la carretera turística 17 por la 80 y en 19 kilómetros rodeando el Saltfjord ya estoy en la famosa carretera turística 17, el tiempo no acompaña, sigue haciendo frío y la lluvia aparece amenazando con ir a más, cruzo el puente de Saltstraumen bajo el cual pasa la corriente marina más fuerte del mundo, hay mucha gente haciendo fotos pero yo no paro aunque es verdad que los remolinos que se ven desde la moto son impresionantes. Al poco rato empieza a llover con fuerza pero para enseguida, el paisaje no se aprecia porque el día esta cerrado pero se adivina espectacular, la carretera discurre entre la montaña y el mar por un pequeño espacio llano, luego empieza a ascender hasta pasar por un largo, y frío, túnel. Al salir del túnel parece que despeja algo y aparece a mi vista el glaciar Emgabre, que es un brazo del gran glaciar Svartisen que es parque natural, y que desciende hasta un lago del mismo nombre. Sale el sol por primera vez hoy y llego a Foroy donde tomo un trasbordador para cruzar el fiordo, es el primero de los tres que tomaré hoy, el recorrido es cortito pero lo suficiente para que se oculte otra vez el sol, en pocos kilómetros después de este ferry llego al siguiente en Jektvik. Aquí vuelvo ha ver bastantes motos, están un grupo sueco con las nuevas tenerés que vi en cabo norte, un grupo de Triumph clásicas, la más nueva debe tener 30 años, y por primera vez en todo el viaje oigo hablar en castellano, bien pronunciado, me dirijo a dos parejas de moteros de unos 60 y tantos años y resulta que son de Barcelona y regresan de Nordkapp, hago la travesía con ellos y charlamos un poco, han subido por donde yo, Suecia y dicen que les ha llovido, después de todo he tenido suerte, a mi es el primer día que me llueve, ellos tienen todo un mes para hacer el viaje y además utilizan el tren Hamburgo-Narvona, no tienen ninguna prisa y hacen etapas cortitas, no han pasado por Lofoten, una pena, además no saben lo del café staoil que es gratis en toda Noruega con la jarra de marras. En estas estamos charlando cuando el barco atraviesa el círculo polar ártico dirección sur, hacemos fotos y decido que al desembarcar yo seguiré mi marcha ellos van tranquilos de más.
Al salir del barco los suecos salen como tiros, a estos no les preocupa el limite de velocidad, salgo detrás de ellos y nos hacemos una carretera que bordea el fiordo Sjona a un ritmo muy divertido, así dan gusto estas curvas y como lloviznea el paisaje ni distrae, ellos toman dirección a Mo I Rana y yo continuo hacia Nesna.
En Nesna veo que hay un albergue de Hi-hotels y pienso en alojarme aquí, paro, pero es tarde son las 20h 45 minutos y no encuentro a nadie en recepción por lo que pienso en cenar algo y pensar que hacer, me dirijo al muelle del trasbordador, o ferry, y me dicen que no saldrá hasta las 22h 45 minutos, es la primera vez que falla la información que traía sobre horarios que había bajado de Internet, ponía la salida a las 21h 30 minutos, joder eso es más de una hora de espera sobre lo previsto y además cuando cruce el fiordo Rana serán mas de las 11 de la noche, llamo a casa y cavilo desde la cafetería del muelle mientras ceno un plato de carne y verduras, total si en esta latitud todavía hay sol y al desembarcar solo quedaran 32 kilómetros hasta el destino previsto. Decido seguir, un día de motero aguerrido no me puede hacer daño a estas alturas, mientras espero aparecen los suecos de nuevo, parece que estos tampoco tienen hartura, la travesía es corta y la gente que va en el barco parece aburrida y cansada, por el horario supongo, salgo del barco y enfilo carretera, no presto atención al entorno hasta llegar a las inmediaciones de Sandnessjoen donde un puente cruza sobre el mar, realmente es una obra de arquitectura notable, es inmenso y como alguno de los que aparecen en los catálogos turísticos además de tener una gran pendiente no es recto sino que describe una curva pronunciada en la bajada y continua por un dique artificial, lo paso ya oscureciendo el sol hoy parece que si se oculta aunque esta muy nublado y no se ve. Intento alojarme en un hotel de carretera pero esta cerrado, como es muy tarde decido montar la tienda y lo hago junto a la carretera, hay una zona de estacionamiento donde ha aparcado una autocaravana y hay me planto, mientras descargo y monto la tienda empieza a arreciar el aire y lloviznear, ato la tienda a la moto y me meto a dormir justo a tiempo porque el aire se transforma en vendaval, menos mal que he atado la tienda a los 240 Kg. de la moto porque no se si las piquetas hubiesen aguantado el huracán, además empieza a llover con fuerza, creo que esta noche dormiré poco. Desde que desembarque en Bodo he recorrido 355 km. incluyendo los tres ferris pero se me ha hecho largo, en total con la visita a Nusfjord (95) hoy 450 kilómetros y una travesía de más de cuatro horas.
Hoy me despierto con cierta impaciencia por ponerme en marcha, si todo va bien llego a Cabo Norte ( Nordkapp) son las 6 horas 15’ y ya tengo la moto cargada. Salgo de la ciudad tras un ligero despiste y enfilo por un tramito muy corto de autovía y enseguida llego al circulo polar ártico, 66º 33’ 38’’, donde existe un tinglado en plan parque temático sobre santa claus, según dicen como esto es Laponia su casa esta en este lugar. Por suerte creo, como apenas son las 7 de la mañana todo el parque tematico esta cerrado, así tengo la excusa para no entretenerme con las visitas típicas del parque turístico y la compra de recuerdos de papa Noel. Lo que si esta abierto es una gasolinera de AGIP donde lleno deposito y desayuno, hago unas fotos del monumento al circulo polar ártico y alguna curiosidad, y en ruta de nuevo.
El día sigue muy soleado, de momento tengo mucha suerte y la temperatura para estar en estas latitudes es espectacularmente buena, hoy tenemos la máxima de todo el mes de Julio, 24,8º centígrados. El paisaje comienza a cambiar y se va ondulando en colinas cada vez más pronunciadas, los ríos y los lagos son una constante, y están por todas partes, la carretera esta en buen estado, llegado a un determinado punto de repente aparece una cosa que me resulta curiosa, la carretera se ensancha, durante un par de kilómetros de longitud, de forma impresionante y pasa de tener unos 7 u 8 metros a más de 20, tiene toda la pinta de ser una pista de aterrizaje para aviones, lo que no seria extraño por lo aislada que esta zona está una gran parte del año. Lo próximo sorprendente podríamos decir que es la aparición de renos, al principio son varios los que cruzan la carretera y más adelante los veo pastar tranquilamente a la orilla del camino. Cuando me acerco al lago Inari ,2º mas grande de Finlandia, el trazado cambia y el lago se rodea en un tramo divertido, porque hay algunas curvas en los márgenes del lago; aunque hay que tener cuidado por que los renos empiezan a aparecer en grupos por la carretera, a partir de aquí estos bichos son un incordio y los encuentras por todas partes, al final terminas aborreciéndolos porque en Noruega también los encuentras hasta rebasar otra vez el circulo polar cuando bajas en dirección sur.
Ha media mañana llego al cruce de la 4 con la 92 donde ya aparece la primera indicación de Nordkapp, 343 kilómetros, como es de rigor esto merece una foto y claro uno de los problemas de ir solo es que el autorretrato es complicado, después de hacer el jilipollas un poco y sacar unas fotos que mejor esconder, un alma caritativa paró su coche y se ofreció a hacer él la foto, lo cual le agradezco mucho. Pues nada con una foto decente y más feliz que una perdiz sigo por la 92, carretera que al principio esta llena de cambios de rasante muy pronunciados y que se adentra en plena tundra donde la vegetación empieza a ser cada vez más escasa y los árboles que encuentras a tener menor tamaño.
De esta forma entro en Noruega y llego a la ciudad de Karasjok donde se encuentra el parlamento de los samis y un museo dedicado a este pueblo que es el que tradicionalmente habita estas tierras. Desde este pueblo ya tomamos la famosa E6 que recorre toda Noruega de norte a sur, esto significa que nos acercamos a destino, transcurridos 80 kilómetros desde que dejamos Karasjok aparece el primer fiordo del viaje, Porsangerfjord, que bordeándolo nos llevara hasta la isla de Mageroya donde se encuentra el Cabo Norte tan anhelado. La impresión a la vista del fiordo es emocionante, estos fiordos del norte no son tan impresionantes como los del sur, pues no son profundos ni estrechos pero si es un paisaje bello, el mar se adentra en tundra donde la vegetación es ya casi inexistente y los olores son intensos, de echo creo que una de las cosas que mas me impacta y que no creo que olvide nunca es ese fuerte olor picante y persistente que viene de la orilla del mar y que me recuerda a las especias como el clavo, pimienta y nuez, es un olor de verdad muy especial. Con todas estas sensaciones y la emoción del ya cercano destino dejo la E6 y tomo la E69 en Olderfjord donde no echo gasolina a pesar de ir casi en la reserva, además con la contemplación del paisaje estoy a punto de atropellar a un reno que se cruza de repente, hay que tener mucho cuidado con estos animales porque están por todos lados y cruzan la carretera o se paran en ella cuando menos te lo esperas. Al instante un coche de policía que me había cruzado me adelanta con todas las sirenas y luces, pienso que quizás e cometido alguna infracción pero sigue y pocos kilómetros más adelante, un volvo a atropellado a un dichoso reno, mejor extremar la precaución hay que ver como ha quedado el coche.
El relieve cada vez es más escarpado y empiezo a atravesar algún túnel hasta llegar al Nordkapp-tunnelen, que es un túnel submarino a 212 metros de profundidad sobre el nivel del mar y una longitud de 6875 metros, y en el que hace un frío que pela. Al salir del túnel que es de peaje ya estamos en la isla de Mageroya, hay un puente y en pocos kilómetros se llega la ciudad de Honningsvag donde me alojaré, los últimos kilómetros no los he disfrutado totalmente ya que no eche gasolina a tiempo y creía que no llegaría, el ordenador de la moto me marca al llegar al albergue que solo dispongo de combustible para 5 kilómetros.
Me instalo en el hotel que esta justo antes de entrar en Honningsvag, es una zona portuaria y no sabría decir que era antes de convertirse en hotel, tiene unos largos y amplios pasillos y las habitaciones son también muy amplias, con tres literas y un amplio sofá, como es temprano decido salir ya y aprovechar la tarde. Me acerco a la gasolinera del pueblo y lleno el deposito de la moto, con la decisión de no volver a apurar tanto los depósitos enfilo la subida a Nordkapp, solo quedan 35 kilómetros que voy recorriendo con creciente ansiedad, la subida ofrece sitios bastante pintorescos y voy parando para disfrutar del paisaje, esta cubierto y hace algo de fresco, se nota la proximidad del destino porque me cruzo y adelanto a moteros de distintas nacionalidades y un numero considerable de autocaravanas.
Y por fin llego, después de 5.308.000 metros estoy en el control que da acceso al complejo turístico de Cabo Norte en la isla de Mageroya al norte de Laponia en Noruega, lo mas al norte que se puede llegar en Europa por carretera, exactamente a 71º 10’ 21’’N 25º 47’ 40’’E, son las 5 de la tarde, un largo paseillo para llegar hasta aquí en esta hora taurina en España. Todo es ideal, muy épico, pero los chicos del control de acceso me bajan de la nube de golpe, el ticket de entrada valido para un día cuesta 215 coronas noruegas, al cambio 24,07€, no es que sea caro, pero te demuestra que el sitio no deja de ser un prosaico complejo turístico para vender souvenir y hacer negocio. Aparco la moto y me dirijo a ver el lugar, por supuesto lo primero las fotos de rigor en el “Globo”, monumento que simboliza el lugar, después compro algún recuerdo y envío un par de postales a Julia y a Toño desde la oficina de correos que hay en el complejo mientras tomo un café. Aunque todo el mundo me recomienda que vea el audiovisual en la sala de proyecciones y que me espere hasta las 12 de la noche para ver el famoso sol de medianoche decido irme a dormir un rato al hotel y subir de madrugada antes de abandonar la isla. Al llegar de nuevo al pueblo donde esta el albergue doy una vuelta por el puerto para localizar desde donde zarpa el barco en el que dejaré mañana la isla hacia Havoysund, compro algo para cenar y me marcho a dormir.
7º DIA. COMIENZA EL RETORNO: 25/07 Nordkapp- Silsand (isla de Senja)
Esta noche he dormido poco, se juntan muchas cosas, por un lado el que no oscurezca al llegar las horas nocturnas, tenemos 24 horas de luz, la excitación de haber llegado al destino de un viaje soñado y mil veces recorrido sobre el mapa y también el cansancio acumulado durante tantos kilómetros sobre la moto. La verdad es que me fui a la cama muy pronto sobre las 8 de la tarde pero me he levantado muy temprano, por así decirlo, porque a las 3h 30’ de la madrugada ya estaba en pie, el Hurtigrutenn barco que me llevará a Havoysund zarpa a las 6 de la mañana, pero antes quiero subir de nuevo a Nordkapp y disfrutar tranquilamente.
Cargo la moto, ya se ha convertido en rutina, y a la salida de Honningsvag le coloco a la moto la cámara de video para filmar toda la subida hasta el centro turístico, voy subiendo a buen ritmo porque a estas horas no hay nadie en la carretera, solo me encuentro con un coche italiano, los dichosos renos y algunas gaviotas que se calientan al sol en el asfalto. La mañana es esplendida no hay ni una nube y el sol brilla a estas horas tan alto como lo hacia la tarde anterior cuando subí, aunque entonces había que adivinarlo entre las espesas nubes. No me arrepiento de no ver el sol de medianoche ya que el de esta madrugada es esplendido, el complejo esta cerrado y desierto, solo se ven las autocaravanas aparcadas y un montón de tiendas de campaña, pero todo el mundo debe de estar durmiendo, solo hay un japonés haciendo fotos y yo. En esta soledad saboreo mi particular victoria y disfruto de los acantilados de más de 300 metros sobre el mar y el horizonte en el mar totalmente en calma, me quedaría aquí mucho rato pero no puedo perder el barco y desciendo de nuevo pero despacito contemplando cada rincón que se hace visible desde la carretera. Llego al muelle justo antes de que el barco entre en el puerto, el navío en cuestión es el Midnatsol, embarco la moto y voy a recepción donde me dan las tarjetas de embarque para la moto y para mi, desayuno en la cafetería (una de ellas) y salgo a la cubierta superior donde algunos pasajeros empiezan a hacer uso del jacuzzi, lastima no llevar el bañador a mano. La travesía dura entorno a 2 horas y media con lo que además de echar alguna foto también echo una cabezadita en una hamaca hasta llegar a Havoysund que es la primera parada del barco y en la cual me apearé.
Lo de estos barcos merece detenerse un poco, esta línea marítima une Bergen en el sur con Kirkenes cerca de la frontera con Rusia recorriendo prácticamente toda la costa de Noruega; antiguamente era un barco correo, pero actualmente realiza cruceros de lujo, la ventaja que tiene para el viajero es que sigue deteniéndose en infinidad de puertos y puedes utilizarlo como un ferry puerto a puerto. No es muy barato pero los servicios son excelentes y da mucho juego para moverse por una costa tan accidentada, los que yo tome estaban realmente bien, aunque no se si será lo habitual pero el pasaje era de geriátrico.
Retomando el viaje desembarco en Havoysund, pueblo pesquero muy pequeño pero de donde sale, o termina según se mire, la futura carretera turística 889 que en el momento de mi viaje tenia un pequeño tramo en obras, enseguida la vía empieza a discurrir serpenteando entre el mar y la montaña, es un paisaje maravilloso las rocas están dispuestas en estratos con formas imposibles y contornos de lo más llamativo que llegan al mar, de un azul intenso que se vuelve esmeralda en algunas playitas de arena blanca, no hay nada de trafico en toda la carretera, me cruzo un coche en sentido contrario, luego la carretera se adentra en el interior y llega a la E69 y en 4 kilómetros a la E6, hoy si pongo gasolina donde no lo hice cuando pasé hacia el norte y casi no llego a Honningsvag.
Enfilo hacia el sur por la E6, el paisaje es monótono, la zona esta definida por un páramo casi sin vegetación, sin darme cuenta la carretera se ha metido en Alta, junto al fiordo Altafjorden, la ciudad esta rodeada, ahora si, de extensos bosques, paro para comer algo en una gasolinera como vengo haciendo casi todo el viaje pues mi dieta se basa principalmente en salchichas y sándwich, compro la famosa jarra-termo para café de staoil, hasta ahora no había tenido oportunidad de hacerlo y me proporcionara café gratis mientras este en Noruega. Junto a la estación de servicio hay unos trampolines de salto de esquí que sin nieve se ven extraños; paran algunos moteros pero como no hablo ingles el intento de conversación no prospera, sonrisitas y bye, bye. De nuevo en la carretera bordeo el fiordo y la carretera va ascendiendo de nuevo hasta divisar el glaciar Oksfjordjokelen, que por ser el primero que veo, aunque sea de lejos me impresiona bastante, para luego comenzar a bajar hacia el siguiente fiordo Lyngenfjord, la vista de las montañas nevadas en pleno verano en la península de Fingen es espectacular, en esta zona tenia previsto coger un par de ferrys para dirigirme a Tromso pero la verdad es que estoy muy cansado y decido que cuanto antes llegue al lugar previsto para dormir mejor; creo que ha sido un error establecer de forme fija los lugares para dormir, que es precisamente uno de los consejos que me dieron y he desatendido.
Reprogramo el GPS para ir directo a destino y me sigue dando la opción de tomar el ferry en Olderdalen hasta Lyngen que había como primera opción, la verdad es que me ofusco un poco y apago el navegador, se que durante muchos kilómetros si continuo por la E6 también voy hacia Senja, además como en pantalla me aparece la hora prevista de llegada me estoy rayando con los horarios, mejor seguir sin preocuparme para nada de cumplir el dichoso horario. Me relajo y disfruto del fiordo que es espectacular, este ya es algo profundo y las laderas están cubiertas completamente por el bosque además hay caídas de agua por todas partes, una vez que dejas atrás el fiordo el paisaje discurre por amplios valles entre imponentes montañas.
Paso de largo por Finnsnes, que parece un lugar como de veraneo para los lugareños y por un puente cruzo a la isla de Senja donde pasaré la noche, conecto de nuevo el GPS pero la dirección que tengo del albergue no se corresponde y no hay ningún alojamiento en ese punto, pero como preguntando se va a Roma me dirijo a la gasolinera mas próxima donde me indican la dirección exacta, tengo que preguntar en otro lugar pero no me cuesta encontrar el lugar que también es camping. El sitio es muy apacible y lo lleva un chico que sabe algunas palabras en español, descargo, ducha y vuelvo a la gasolinera a comprar la cena que me preparo en la cocina comunitaria, como hay wi-fi en el salón me conecto consigo hablar con Julia sin recurrir al teléfono, ya puedo ir a dormir tranquilo. Hoy ha sido un día donde he pasado por lugares realmente preciosos pero al final me he estresado por llegar a destino, tengo que tomarme el viaje más tranquilo, el recorrido total de hoy es de 626 Km.
8º DIA. 26/07 Silsand- A (islas Lofoten):
Me he levantado a las 9 de la mañana, esto es todo un lujazo después de los días que llevo, la verdad es que ya lo necesitaba. Además hoy no tengo demasiada prisa tengo que coger un barco en Gryllefjord para que me lleve desde la isla de Senja a las islas Vesteralen y no sale hasta las 11 de la mañana, tengo 2 opciones puedo ir directamente que son unos 66 Km. O dar un rodeo por la costa noreste de la isla que son 119 Km. Vuelvo hacia el continente para repostar atravesando el puente Gisund que une la isla a la zona continental. Como es domingo la primera gasolinera funciona con surtidor automático y tarjeta de crédito porque esta cerrado, ya he utilizado este sistema en un par de ocasiones, pero hoy no me aclaro; me marcho a otra que esta apenas a 500 metros y si que esta abierta, recarga de energía para la maquina y para mi. Como el día es soleado y voy con tiempo decido ir por el camino largo, al principio el relieve es suave pero al enfilar hacia el norte ya se divisan montañas de cierta altura, las carreteras 861 y 862 son más que recomendables, las montañas llegan al mar pero conservan nieve en la parte alta, en muchas ocasiones están como cortadas a cuchillo y forman pequeños fiordo de una belleza mayúscula, cada curva te ofrece la visión de una autentica postal.
Para poder enlazar con la 86 que divide la isla en dos y que nos llevará hasta el ferry hay que atravesar un largo túnel de reciente construcción, a pesar de lo cual es frío, húmedo y mal iluminado, pero menos que la mayoría de los atravesados hasta ahora. Con estas, extasiado con esta costa del norte de Senja, llego a Gryllefjord unos 15 minutos antes que atraque el barco, también se embarca una familia francesa que se alojó en el mismo albergue que yo, el barco es una antigualla, que se va alejando de la costa con un traqueteo y un ruido de motor algo sospechoso, como la travesía será de unas 2 horas me relajo al sol y contemplo la costa que ofrece un fantástico perfil.
Desde el traqueteo del barco empiezo a ver la costa de Andoya, la isla en que desembarco en las Vesteralen, el pueblo concretamente se llama Andenes y es famoso porque desde aquí se inician los safaris para divisar ballenas, si hiciese uno perdería el resto del día por lo que ni me lo
planteo, lo que llama mi atención es el cementerio del lugar, como todos en el centro del pueblo pero en esta ocasión hay unos niños jugando con sus bicicletas entre las tumbas como si estuviesen en un parque infantil, impensable en el carácter latino. Salgo del pueblo por la 82 pero la dejo en seguida para seguir circulando por la costa oeste de la isla de Andoya hasta el pueblo de Bo, en esta zona el relieve es muy suave la planicie se extiende hacia la costa con larguísimas playas donde el viento sopla con fuerza, voy pasando por pequeños pueblecitos hasta volver otra vez a la carretera 82 y pasar a la isla de Hinnoy donde empieza a verse alguna de las montañas típicas de esta zona. Me detengo a comer en una gasolinera en Sortland que se encuentra en otra isla llamada Langoya, aunque voy cambiando de isla no es necesario embarcar pues están conectadas por puentes al estar muy próximas unas de otras, durante la comida me entretengo un ratito al sol pues hace una temperatura buenísima, hasta que caigo en la cuenta que debo coger el ferry en Melbu y voy justo, me pongo en marcha y empiezo a circular demasiado rapido para lo que esta permitido en este país, 80 Km/h, llegando al puerto veo zarpar el barco, no llego por unos minutos y tengo que esperar al siguiente que saldrá en unos 40 minutos, como la moto empezó a avisar de que tenia una lámpara fundida aprovecho para sustituirla, es la luz de cruce, no hay problema llevo repuesto y es fácil de sustituir. Mientras espero se acerca un tipo de unos 70 años que va montado sobre una R100RS y comienza a hablarme en un español bastante bueno, me cuenta la historia de su vieja moto y me advierte de las fuertes multas por exceso de velocidad y que vigile pues hay radares camuflados, me viene de perlas la advertencia porque en algunos momentos empiezo ha ir demasiado rapido.
En estas estoy cuando llega el barco que me cruzará a las famosas islas Lofoten, el trayecto dura media hora y tengo la suerte de ver una horca, un marinero nos avisa pero se sumerge antes de que la pueda fotografiar.
Llegando al muelle el paisaje es alucinante de verdad, estas islas son una autentica maravilla no es de extrañar que las califiquen como uno de los archipiélagos más bonitos del mundo. En Fiskebol tomo la E10 que cruza todas las islas pues son tres principales conectadas por puentes, ya dije lo bonito que era todo, pero es que voy en la moto con la boca abierta constantemente, paro para hacer alguna foto, pero realmente no las que este paisaje se merece, cada nueva panorámica es alucinante, me desvío en la 816 hacia Henningsvaer que viene señalado como un lugar muy turístico y realmente lo es, hay varias playas en el camino que están a tope de gente y el propio pueblo también esta concurrido, incluso veo un autobús con matricula española aunque me da la impresión que los turistas no lo son pues aunque les hago un montón de señas no me hacen ni caso, el lugar merece la pena visitarlo pues son una serie de islotes conectados por puentecitos, y las casas sobre palafitos, pero demasiado explotado turisticamente yo prefiero sitios que conserven más su estado original. Vuelvo a la E10 y aunque me había propuesto un itinerario alternativo lo descarto y me dirijo directo hacia Moskenes y A que es mi destino final de hoy. Desde la isla de Flakstadoya en adelante las vistas todavía mejoran parece imposible pero cada vez me gusta más lo que veo, antes de llegar al pueblo de Ramberg aparece una playa grande de arena blanca y fina, con las montañas negras y puntiagudas contrastando, luego un fiordo y
enseguida Reine, según dicen el pueblo más fotografiado de Noruega y no es para menos, sigo un poco mas y llego a A que es donde me alojaré. El Chico del albergue habla algo de español, poco, me da la llave y me instalo el alojamiento es una especie de pajar, aunque aquí antiguamente se utilizaba para almacenar pescado seco, se accede desde un pequeño vestíbulo por una empinada escalera de madera, en realidad todas las construcciones son de madera, en la parte superior hay tres habitaciones y un baño comunitario. Después de alojarme decido salir a cenar algo en un restaurante que he visto cuando venia, resulta ser un sitio muy bien montado, es una casa como todas en A, esta sobre una roca y la mitad al menos descansa sobre palafitos que se hunden en el mar, decido salir a cenar a la terraza donde hay un grupo de gente muy animada que intentan entablar conversación y brindan con unas cervezas en honor del español, pero como no hablo ingles la cosa no prospera, una autentica pena. La camarera es medio checa medio italiana y ha pasado una temporada en Méjico por lo que me entiendo con ella y cruzo algunas palabras, me pregunta que cuanto tiempo voy a estar allí y flipa al contarle que solo pasaré esa noche. Ceno una sopa de pescado, echa con nata, y un filete de ballena que tiene un sabor parecido al hígado pero más suave y la textura es como un bistec de ternera, la verdad no me gusta demasiado, a pesar de que para una gaviota que esta sobre la barandilla de la terraza junto a la mesa parece ser un suculento bocado. Aunque la camarera quiere practicar su español decido irme a dormir, hoy no me he angustiado con los kilómetros he recorrido 119 en Senja más el ferry, 2 horas y otros 322 hasta el albergue, en total 441 y dos ferrys.
9º DIA. 27/07 A- Sandnessjoen:
Hoy vuelvo a madrugar me levanto a las 7 de la mañana, bajo de mi habitáculo en lo alto del almacén de pescado y cargo la moto, esta mañana hace fresco y hay bastante niebla, como no se estar quieto doy un paseito andando pero enseguida cojo la moto y me acerco a Moskenes para localizar desde donde sale el barco y como falta mas de una hora para que salga decido ir a Nusfjord, que por lo que dicen es uno de los pueblos mejor conservados de toda Noruega, el paisaje esta casi mas bonito que ayer pues la niebla va levantando y ajustándose a los contornos de las montañas, así de contento voy cuando a cuatro kilómetros de Nusfjord empieza a llover de verdad, una chaparrada en toda regla, con lo que al llegar al pueblecito me refugio en un pequeño hotel que tiene la cafetería abierta y me tomo un café calentito esperando que deje de llover, el hotel es moderno y con una pinta excelente, además lo que he visto del pueblecito también esta bien, en un fiordo pequeñito las típicas construcciones sobre palafitos pero todo muy bien conservado. Como la lluvia no cesa decido marcharme para no perder el ferry, hago unas fotos curiosas de las cabezas secas de unos rapes enormes.
Llegando al embarcadero de Moskenes deja de llover y empiezan a llegar bastantes motos, más de una docena, ninguna española. La travesía hasta Bodo será larga más de cuatro horas, el frío en cubierta es intenso, descubro que el verano por encima del circulo polar ártico es un espejismo de algunos días, seguro que no superamos los 4 o 5 grados de temperatura y llueve de forma intermitente, como el barco esta lleno la gente se amontona dentro muy pocos nos atrevemos a salir a cubierta, ahí conozco a Frank , un alemán que sabe alguna palabra de español y que esta fuera porque fuma como un carretero, solo se puede fumar fuera, establecemos lo que se podría llamar una conversación. Hacia las dos y media de la tarde desembarcamos y salgo disparado hacia la carretera turística 17 por la 80 y en 19 kilómetros rodeando el Saltfjord ya estoy en la famosa carretera turística 17, el tiempo no acompaña, sigue haciendo frío y la lluvia aparece amenazando con ir a más, cruzo el puente de Saltstraumen bajo el cual pasa la corriente marina más fuerte del mundo, hay mucha gente haciendo fotos pero yo no paro aunque es verdad que los remolinos que se ven desde la moto son impresionantes. Al poco rato empieza a llover con fuerza pero para enseguida, el paisaje no se aprecia porque el día esta cerrado pero se adivina espectacular, la carretera discurre entre la montaña y el mar por un pequeño espacio llano, luego empieza a ascender hasta pasar por un largo, y frío, túnel. Al salir del túnel parece que despeja algo y aparece a mi vista el glaciar Emgabre, que es un brazo del gran glaciar Svartisen que es parque natural, y que desciende hasta un lago del mismo nombre. Sale el sol por primera vez hoy y llego a Foroy donde tomo un trasbordador para cruzar el fiordo, es el primero de los tres que tomaré hoy, el recorrido es cortito pero lo suficiente para que se oculte otra vez el sol, en pocos kilómetros después de este ferry llego al siguiente en Jektvik. Aquí vuelvo ha ver bastantes motos, están un grupo sueco con las nuevas tenerés que vi en cabo norte, un grupo de Triumph clásicas, la más nueva debe tener 30 años, y por primera vez en todo el viaje oigo hablar en castellano, bien pronunciado, me dirijo a dos parejas de moteros de unos 60 y tantos años y resulta que son de Barcelona y regresan de Nordkapp, hago la travesía con ellos y charlamos un poco, han subido por donde yo, Suecia y dicen que les ha llovido, después de todo he tenido suerte, a mi es el primer día que me llueve, ellos tienen todo un mes para hacer el viaje y además utilizan el tren Hamburgo-Narvona, no tienen ninguna prisa y hacen etapas cortitas, no han pasado por Lofoten, una pena, además no saben lo del café staoil que es gratis en toda Noruega con la jarra de marras. En estas estamos charlando cuando el barco atraviesa el círculo polar ártico dirección sur, hacemos fotos y decido que al desembarcar yo seguiré mi marcha ellos van tranquilos de más.
Al salir del barco los suecos salen como tiros, a estos no les preocupa el limite de velocidad, salgo detrás de ellos y nos hacemos una carretera que bordea el fiordo Sjona a un ritmo muy divertido, así dan gusto estas curvas y como lloviznea el paisaje ni distrae, ellos toman dirección a Mo I Rana y yo continuo hacia Nesna.
En Nesna veo que hay un albergue de Hi-hotels y pienso en alojarme aquí, paro, pero es tarde son las 20h 45 minutos y no encuentro a nadie en recepción por lo que pienso en cenar algo y pensar que hacer, me dirijo al muelle del trasbordador, o ferry, y me dicen que no saldrá hasta las 22h 45 minutos, es la primera vez que falla la información que traía sobre horarios que había bajado de Internet, ponía la salida a las 21h 30 minutos, joder eso es más de una hora de espera sobre lo previsto y además cuando cruce el fiordo Rana serán mas de las 11 de la noche, llamo a casa y cavilo desde la cafetería del muelle mientras ceno un plato de carne y verduras, total si en esta latitud todavía hay sol y al desembarcar solo quedaran 32 kilómetros hasta el destino previsto. Decido seguir, un día de motero aguerrido no me puede hacer daño a estas alturas, mientras espero aparecen los suecos de nuevo, parece que estos tampoco tienen hartura, la travesía es corta y la gente que va en el barco parece aburrida y cansada, por el horario supongo, salgo del barco y enfilo carretera, no presto atención al entorno hasta llegar a las inmediaciones de Sandnessjoen donde un puente cruza sobre el mar, realmente es una obra de arquitectura notable, es inmenso y como alguno de los que aparecen en los catálogos turísticos además de tener una gran pendiente no es recto sino que describe una curva pronunciada en la bajada y continua por un dique artificial, lo paso ya oscureciendo el sol hoy parece que si se oculta aunque esta muy nublado y no se ve. Intento alojarme en un hotel de carretera pero esta cerrado, como es muy tarde decido montar la tienda y lo hago junto a la carretera, hay una zona de estacionamiento donde ha aparcado una autocaravana y hay me planto, mientras descargo y monto la tienda empieza a arreciar el aire y lloviznear, ato la tienda a la moto y me meto a dormir justo a tiempo porque el aire se transforma en vendaval, menos mal que he atado la tienda a los 240 Kg. de la moto porque no se si las piquetas hubiesen aguantado el huracán, además empieza a llover con fuerza, creo que esta noche dormiré poco. Desde que desembarque en Bodo he recorrido 355 km. incluyendo los tres ferris pero se me ha hecho largo, en total con la visita a Nusfjord (95) hoy 450 kilómetros y una travesía de más de cuatro horas.