Demonio de Tazmania
Allá vamos
RUTA 40 – PATAGONIA –USUAHIA
Al regreso de Nordkap, en el 2005, se empezó a fraguar la idea de que, después de llegar al punto más septentrional del planeta, deberíamos ir al más austral.
Mi fiel escudero y amigo José Luis (alias Tiroloco), con el que hemos recorrido Europa en diversas ocasiones, entrañable compañero de las saliditas de enduro de los sábados, lejos de poner objeción, comenzó a buscar información. Un domingo de noviembre del 2007, mi compañera Mery, José Luis y yo decidimos embarcarnos en la aventura. Ya habíamos estado preguntando, pero a partir de aquí nos metimos en Internet a ver todos los relatos y fotos que encontráramos con tal de recaudar información.
Además son sitios turísticos de moda, con lo que pudimos hablar con gente que había estado en las últimas semanas – algunos incluso en coche-.
Nuestro objetivo, era llegar a Lapataia, punto más austral, pero por la mítica RUTA 40. Haciendo de paso todo lo posible por tierra (Ripio).
LAS MOTOS:
Después de barajar diversas posibilidades optamos por alquilar las motos en Argentina. De las opciones que encontramos nos decidimos por sendas Hondas Transalp; en Motocare. Dicho rent nos facilitaba la entrega en Neuquen, con lo que ahorrábamos 1300 Km de ida y otros tantos de vuelta por carreteras con mucho tráfico, comenzando directamente en la parte interesante de nuestro viaje: la Ruta 40 que atraviesa el país de norte a sur, desde Bolivia a Ushuaia.
Encontramos referencias de gente que ya había alquilado allí las motos, y si toda referencia era buena, nuestra experiencia personal fue mejor. Tanto Mariano, el propietario, como su delegado en Neuquen, Carlos, son dos moteros con excepcionales cualidades humanas. Facilitándonos todo tipo de informaciones más allá del mero alquiler de las motos. También es una de las tiendas más importantes del país, conocida por todos los moteros que nos fuimos encontrado, y con reconocido prestigio.
LOS BILLETES:
Concretadas las fechas del alquiler, fin de Febrero, del 18/02/2008 al 3/03/2008; según dicen con un clima menos veraniego, y sobre todo con menor riesgo de soportar los vientos patagónicos.
La necesidad de estar el lunes 18 en Neuquen a recoger las motos no nos facilita mucho la elección de billetes. Tras visitar varias agencias, que nos ofrecían, los mismos vuelos a diferentes precios (¿¿¿???), Conseguimos un billete un tanto razonable: 1140 €/pax. Con la salvedad que nos hacían un paquete Madrid – Neuquen, Neuquen Madrid con Aerolíneas Argentinas y otro Tenerife – Madrid, Madrid – Tenerife con Spanair. PRIMER ERROR, sigue leyendo y verás.
LOS PREPARATIVOS:
Tanto nos habían alarmado con lo duro de la ruta, con el estado del ripio, incluso en ruta0.com ( especie de guía michelín), y los tiempos de recorrido eran tales, que decidimos ir bien preparados: cámaras reforzadas, que allí no se consiguen, herramientas de todo tipo, reparapinchazos y hasta un compresor de 12 voltios; botiquín con antinflamatorios ( en crema y pastillas), mantas de frío y calor, antibióticos, y un largo etc... mucha gente que había tenido la desgracia de caerse o romper nos hizo prevenir.
LA IDA:
La combinación era un TF-MAD el sábado 16/02 a las 12.50 con llegada a Madrid a las 16.15. Salida MD-Bs As a las 22.05, con llegada a Ezeiza el 17/02 a las 7.10. A las 14.35 salida de Bs As con llegada a Nq a las 16.30. Perfecto, era domingo pero como teníamos que cambiar de aeropuerto, los vuelos interiores se realizan desde aeroparque, Mariano nos esperaba en la tienda que esta a medio camino, allí concretábamos el alquiler, y Carlos se encargaría de que por la tarde, a nuestra llegada a Neuquen, tuviésemos las motos en el hotel que nos habían reservado. Así podríamos tener las motos para comenzar el viaje el lunes a primera hora. Detallazos: nos buscaron hotel, nos abrían en “Domingo”, nos recogían en “Domingo” en el aeropuerto y nos daban las motos el día anterior para cargarlas.
Pero todo lo que tu puedas tener controlado desde hace 4 meses a última hora alguien te lo puede intentar descontrolar.
Viernes 15 de febrero, 13.00, hora Canaria, cerrando todo lo que queda pendiente en la oficina, me voy 3 semanas (primera vez que me voy tantos días seguidos en 19 años de trabajo), con las maletas por cerrar, con las últimas compras por hacer, y un largo etc... que se puedan imaginar...... Llamada del call center de Aerolíneas: - “Su vuelo ha sido cancelado por razones operativas y le hemos colocado en uno que sale de Madrid el lunes con llegada a Neuquen el martes”-.
Motos alquiladas, rutómetro hecho, hoteles reservados y pagados. ¡¡Un desastre!!. Después de infinidad de llamadas a la agencia ( que dicho sea de paso se escurrió el bulto aludiendo que no podían hacer nada) explicando a Aerolíneas que nosotros salíamos desde Tenerife el sábado por la mañana, logramos viajar a Buenos Aires en un vuelo del domingo por la mañana, y nos ponían el lunes en lista de espera para Neuquen. Primer error coger los billetes por separado, ya que no se hacían cargo de los hoteles del sábado ni del domingo. Nos lo tendríamos que resolver por nuestra cuenta. Pero para estar en Madrid hasta el lunes preferimos pasar esos días en Buenos Aires y hacer algo de turismo.
A última hora del viernes nos confirman, no sin antes llamar varias veces, el vuelo del lunes a Neuquen. Llamo a Mariano, le cuento el problema, y no tiene inconveniente en retrasar el alquiler un día. Menos mal que teníamos guardado un día al regreso por si acaso. Anulados los hoteles con la agencia, Mariano se encargó del de Neuquen ( otros dos detalles).
Llegados a Barajas nos dirigimos a la oficina de Aerolíneas para que nos den los nuevos billetes, cual es nuestro asombro que nos proporcionan un hotel, nos facturan el equipaje, y nos proporcionan un transfer hasta el hotel. Bueno, la cosa mejora. Nos vamos de cena en Madrid con la hija de José Luis, su hermana, y Patricia, hija de un buen amigo, la compañía, inmejorable
El vuelo que debería haber sido nocturno, nos toca de día, con salida a las 10.30 y llegada a las 21.00. Interminable, -¡¡Horroroso!!-, pero ya estábamos en Buenos Aires donde no recogen unos amigos y llevan a Puerto Madero a nuestra primera dosis de carne. Cena pantagruélica en “Sigue la Vaca”, un buffet libre de carnes de todo tipo. Nos sentamos en una terraza frente al Río de la Plata, la camarera nada mas tomarnos la bebida y explicarnos el menú procede a pasarle cintillos a las mochilas y bolsos a las sillas, (¿¿¿???)......para que no pase nadie corriendo y te robe. Después de 22 horas y semejante homenaje caímos rendidos sin poder seguir con las copas.
El lunes por la mañana nos encontramos con Mariano, nos facilitó la documentación de las motos, los permisos para cruzar a Chile, cambiamos dinero (mejor allí en un banco local). Hay que llevar dinero en efectivo, en muy pocos sitios aceptan tarjetas, y en las gasolineras en ninguna; La guerra a los bancos, que cobran el 10 % de comisión por el uso del plástico, es patente, sobre todo después de lo del ” Corralito”.
Tras otra dosis de carne tomamos el vuelo a Neuquen donde nos esperaba Carlos. Las motos ya estaban en el hotel y éste junto al aeropuerto. Dos Transalp, con tres maletas (las laterales de 22 litros) bolsa sobre depósito y defensas laterales. Una del 2001 con 53.000 Km y la mía del 2005 con 73.500Km. A primera vista bastante castigadas pero les funcionaba todo, ruedas nuevas (metzeler Sahara); Sí, la primera impresión no fue lo que esperábamos pero hay que tener en cuenta dónde estábamos y después del trato que les dimos entendemos el estado de las mismas. Tenían restos de golpes anteriores, las maletas arañadas, en la mía no encajaba el carenado fruto de una caída anterior... pero de motor sonaban bien y todo estaba derecho. Nos las entregan con cámaras de repuesto aunque llevamos las nuestras, herramientas, desmontables, y engrasador de cadena, más dos botes de aceite para rellenar el engrasador, cables de embrague y acelerador, manetas de repuesto por si alguna caída. Todo perfecto excepto por la estética de las mismas, pero viniendo del enduro no nos preocupa demasiado
COMENZAMOS EL VIAJE:
MARTES 19:
Ya que llevábamos un día de retraso, decidimos madrugar y salir con el alba, intentar recuperar lo posible. Salimos dirección Zapala, por la ruta 22, unos 120 Km, carretera con un firme aceptable, algo de trafico a la salida y nos adentramos en el sur de la llanura Pampeana, donde se pueden apreciar los pozos de petróleo en pleno funcionamiento. Nos impresionan las inmensas llanuras que nos deleitarán el resto del viaje. Las velocidades crucero de 120/140 nos permiten ir a un ritmo alegre, cuidándonos del resto de conductores que no hace caso a ninguna de las señales. Sólo un coche tuvo el honor de adelantarnos justo en una bajada, con raya continua y con el único coche de policía que encontramos en los 6.904 Km que recorrimos, en el arcén. Unos kilómetros. ,más adelante, a la entrada del pueblo, nos lo encontramos detenido en el control policial que hay en TODOS los pueblos.
Aquí repostamos, cosa que hay que hacer en cada gasolinera que encuentres, ya que muchas no tienen gasolina, existe un desabastecimiento brutal. Tomamos dirección Junin de los Andes, adentrándonos en la afamada RUTA 40, tramo de montaña donde empieza la cordillera, con firme bueno pero con arreglos de grietas con brea que junto al polvo y gasoil de los camiones la hace muy resbaladiza, sobre todo, al cruzar los arreglos en curvas que hay que tener mucho cuidado, máxime con el sol apretando y calentando el asfalto. En estos parajes comenzamos a ver los primeros tópicos: Varios Gauchos recorriendo los campos, con su perro y su caballo, parecían estar revisando las alambradas.
En la entrada de Junin nuestro primer control policial: Un chavalito de 18/19 años con una carpeta apuntando Nº de pasaporte, matricula, nacionalidad, de donde venimos y a donde vamos.
Llegamos a San Martín de los Andes, por la 234, donde la vegetación empieza a enverdecer, adentrándonos en el Parque Nacional Lanin, recorremos la Ruta de los Siete Lagos hasta Pichi Traful, donde para llegar a la Angostura, debemos tomar nuestro primer contacto con el ripio. Nos adentramos en el Parque Nacional Nahuel Huapi.
El ripio no es mas que una pista de tierra compactada con piedras, en este caso la están arreglando, seguramente para terminar de asfaltarla, pero los 25 Km de tierra comienzan con bajadas y curvas cerradas, mucho tráfico en ambos sentidos, extremamos las precauciones ya que se hace difícil adelantar, y como no hay viento la nube de tierra es casi constante. La adherencia es mala y llevamos mucho aire en las ruedas para evitar pinchazos, 2,6 delante y 3 detrás. Pasados unos kilómetros. La pista se hace más ancha y recta. Comienzan los adelantamientos y sube el ritmo. Tanto sube el ritmo que adelanto un coche justo donde la pista se hace de un solo carril ya que están arreglando el izquierdo. Al terminar de adelantar veo por el espejo que José Luis había intentado adelantar también, no dándole tiempo y adentrándose en la parte cortada, tierra suelta de casi 1 metro, todavía sin compactar, enterrándose sin llegar a caer. Primer susto, debido, sólo, a nuestra imprudencia y exceso de velocidad para el estado del camino.
Sin más y disfrutando del bosque llegamos a Villa la Angostura, pueblo de veraneo, precioso, con casas de madera, parece que estas en Suiza, si no fuera por el estado de la carretera. Mucho calor, repostaje, y bordeando el lago Nahuel Huapi por la 231 vamos a San Carlos Bariloche. Reducto de esquiadores en invierno y playeros de lago en verano, hacemos la ruta hasta Llao Llao, donde termina la carretera, este tramo con muchísimo tráfico. Gente bañándose en el lago y al final un muelle de donde salen barcos de recreo que hacen la visita por el lago.
Enlazando, nuevamente, la 258 por ripio nos vamos hacia el Bolsón, (repostaje), carretera de montaña con curvones espectaculares a ritmo rápido, buen asfalto y paisaje de cordillera, montañas y verde.
Con 778 Km conseguimos alojamiento en la Hostería Stein. Una antigua casa de campo convertida en hostal a la salida del pueblo, con jardines, piscina, sitio para las motos y manguera para lavarlas y quitarles algo de tierra para ir a cenar. La casa es una antigua estancia, los suelos de madera perfectamente conservados, vieja, conservada y limpia, regentada por tres ancianas que nos hicieron muy agradable la estancia. Como nota les diré que entramos en la cocina y tenían dos cocinas de leña a las que se les había adaptado un sistema de gas por debajo para calentar las planchas. Espectacular. Antiguo pero funcionaba. Lo más espectacular fue a la hora de pagar, habitación donde te proporcionaban toallas y jaboncillos, desayuno incluido, 90 pesos la doble y 40 la individual, unos 27 euros los tres.
Cena en una terraza del centro del Bolsón a base de cordero en sus diferentes formas, asado, con salsas de frambuesa, y regado con cerveza local, blanca, negra, y de frambuesa, esta última no dejen de probarla. Esta fue una de las cenas más caras, pagamos 183 pesos, unos 39 euros los tres pero es un sitio turístico, antiguo reducto de los hippies de los 60/70 que está lleno de Gringos. El Bolsón debe su nombre a su configuración orográfica ya que es un valle cuyas montañas dan forma como de un bolso.
Paseito por la avenida para bajar el cordero y un helado artesanal espectacular. Un locutorio para poner comentarios en el foro, y a nuestra “estancia” a descansar.
MIERCOLES 20:
Tras el típico desayuno: tostadas, mantequilla, mermelada, un croissant pequeño que llaman medias lunas, café con leche o mate, y el tan afamado y adictivo dulce de leche; salimos por la 258 para enlazar con la 40, nuevamente camino de montaña en muy buen estado, montañas a los lados y una vegetación que denota los fríos inviernos, bordeando el río nos lleva a una altiplanicie, apareciendo nuevamente las bastas llanuras y comenzando el desierto Patagónico.
Al llegar a Tecka, pueblo en medio del desierto donde existe sólo una calle asfaltada, bueno de cemento, el resto son todas de tierra, nos informan de que es la última gasolinera hasta Río Mayo unos 350 Km ya que Gobernador Costa no tiene gasolina desde ayer. Repostamos y compramos un bidón de 20 litros. Las motos las llenamos hasta los topes moviéndolas de lado a lado para que expulsen todo el aire del depósito, ¼ litro te puede permitir llegar, como comprobarás si sigues leyendo. Nos dijeron que, las motos, pueden hacer unos 320 Km con los 19 litros que llevan, pero cargadas y con viento la cosa empeora.
Con algunos tramos arreglándose, lo que te obliga a ir por el arcén de tierra, con viento, se nubla y chispea; al llegar a Gobernador Costa comprobamos que hay cola en la gasolinera ya que los coches llevan desde ayer esperando y no saben cuándo llegará el camión.
Decidimos saltarnos Río Alto Senguer, e ir a Río Mayo por la 20 y 22 que son de asfalto, para llegar lo antes posible antes de que se acabe el combustible. Este tramo es el primero largo que hacemos de desierto y se hace, al principio, un poco monótono, llegamos a medir una recta de 75 km, las curvas son muy suaves, hay viento y muchos animales sueltos al borde de la carretera, sobre todo Guanacos. Unos km antes de Río Mayo y debajo de un puente para resguardarnos del viento, con las agujas de combustible a cero, repostamos con el bidón y a falta de embudo usamos una manguera que llevamos con nosotros (imprescindible). A la entrada de Río Mayo topamos con otro control policial, solo quieren pasaportes, saber de dónde venimos y a dónde vamos (constante pregunta de todo el viaje), ni permiso de conducir, ni papeles de la moto, ni seguro, ni nada.
Al llegar, todavía, queda gasolina, son las 17.00, tenemos 4 horas de sol y 130 km para Perito Moreno (pueblo no glaciar). Es el primer tramo de ripio y decidimos lanzarnos.
Comenzamos a subir la montaña por una pista de tierra ancha con piedras sueltas, adherencia mala. Al llegar arriba nos quedamos boquiabiertos, comienza la verdadera aventura, la pista tiene unos 12/15 metros de ancho, hay algunas roderas, marcas del tráfico, pero la llanura se pierde de vista y la recta de tierra también, ¡¡¡ ESPECTAULAR, COMPLETAMENTE ALUCINANTE!!!. Nos colocamos en paralelo para evitar el polvacero, le hago señas a Mery que se agarre y no se preocupe si la moto se mueve o derrapa. Abrimos el puño y salimos con la muñeca derecha soldada. Impresionante120, 130,140 km /h la moto perfecta no hay baches, sí piedras sueltas que vamos esquivando, procurando no dar ningún llantazo. Vigilando que no te cruce ningún animal.
Totalmente ensimismados con la conducción nos paramos en un guarda ganado, los campos están alambrados, al cruzar de una propiedad a otra la pista tiene un pequeño desnivel con unas rejillas metálicas para que el ganado no pase, estas rejillas pueden haberse movido y en este caso casi entraba la rueda de un coche, por lo que no quiero contarte lo que pasaría si metes la de la moto. Hay que tener mucha precaución y no cruzar ni muy rápido ni por el centro.
Pero claro siempre pasas con más o menos suerte, la nuestra con muchísima suerte. Te vas confiando y abriendo el puño, pierdes un poco la concentración, empiezas a mirar el paisaje, y una bajada puño a tope, la moto se lanza, y en medio un agujero de unos 50 cm de profundo por dos metros de largo y a todo lo ancho de la pista, casi no da tiempo de pisar el freno, con el peso, la velocidad, la tierra y esas ruedas... derrapas, atinas a soltar, agarras fuerte el manillar y aprietas el c., salto unos dos metros con la suerte de que la moto cae derecha, Mery se lleva un susto y un culazo, sin más consecuencias. Freno para marcarle la trampa a José Luis que se había distanciado. Frena, pero hasta llegar a pocos metros no ve el hoyo.
Comentamos el incidente, y decidimos bajar el ritmo. 10/15 Km, un poco más tarde ya estábamos, casi sin darnos cuenta, nuevamente a 120/130. Curvón de derecha, abierto, gas a fondo para que se cruce un poco de atrás, contravolante, y en medio de la curva ¡¡¡ARENA!!!, Corto, enderezo la moto hacia el apoyo, que era más arena, se entierra y nos sacude la rueda delantera, enderezándose sola, logramos salir. Segundo susto. Se acabo ir a 140, bajamos un poco el ritmo y sin mas sustos llegamos a Perito Moreno.
Al final hay que buscar una velocidad que te permita ir relajado y sobre todo viendo hacia delante, debo reconocer que mi capacidad de visión ha disminuido y más de 120 km /h se me hace difícil ver las trampas de las pistas.
685 km, nos alojamos en unas “cabañas”- apartamentos a la entrada del pueblo por 180 pesos los tres. Ducha y vamos a cenar al único restaurante:”Bife de chorizo” ( entrecot), Tiroloco se retira. Mery y yo nos vamos al locutorio del pueblo a dar novedades en el Foro, sobre todo, porque entre que buscas dónde dormir, te duchas y cenas, en cuanto llegas al locutorio no son horas de llamar a casa, pero se levantan con la noticia de que todo continua según lo previsto. En la mayoría de los sitios no hay cobertura, deberíamos haber traído un móvil de satélite. A descansar que mañana toca la etapa reina.
JUEVES 20:
Salimos después de repostar, desayunar en la gasolinera, y revisar aceite y aire. Hoy queremos llegar a Calafate, nos esperan más de 600 Km, en su mayoría ripio.
Los primeros 52 km son de asfalto reciente, nos adentramos en el ripio, no esta malo, pero no es el de ayer, algunas curvas, y comenzamos a ascender, curvas cerradas y con baches. Frío, nos paramos a poner los forros térmicos, la mañana no ha levantado del todo. Un poco mas adelante vemos el desvío a la Cueva de las Manos, son las 10.30 y hay 70km de ida y otros tantos de vuelta, más 500 hasta Calafate, decidimos continuar.
Entramos en Bajo Caracoles para repostar. Es un pueblo en medio del desierto con unas 10 casas, el surtidor pertenece al “ Hostal – bar –almacén – ferretería –supermercado –farmacia- etc...”, en la puerta una Transalp 700 de las nuevas con matrícula chilena nueva, con ruedas de carretera y cargada hasta los topes. Su dueño sale enseguida a nuestro encuentro y nos explica que es de Santiago de Chile, que la esta estrenando y la mandó en camión a Puerto Natales, que salió con tanto viento que casi se da la vuelta, se quedó tirado sin gasolina a la altura de Riera y unos obreros de la carretera le regalaron unos litros para llegar hasta allí donde pasó la noche. Nos tomamos un café con leche junto con dos señores mayores que repostaban una Toyota pick up 4x4 que nos acompañaría hasta Calafate.
Continuamos por una pista ancha muy buena, y rápida 130/140, largas rectas. Conduciendo en paralelo vemos a lo lejos una nube de tierra, a los poco km nos acercamos, es una moto que viaja sola, aceleramos para adelantarla, y al pasarla me giro para saludar: ¡¡¡ Un señor de unos 70 años con un casco abierto y gafas de vista, con una Kawa klx 600 de las viejas, con maletas de aluminio y que iba a 60/70!!!. Nos alejamos tranquilizándonos el tener detrás otra moto y al Toyota, ya que no nos cruzaríamos con nadie en unos cientos de Km
A los pocos Km, en un bache, a Jose se le cae el cubrecárter, de hierro, que tiene además del original. Revisamos y tiene una brida partida, le colocamos bien la otra mientras nos adelanta la moto y el coche. Nuevamente, en ruta, adelantamos al coche en paralelo, el viento empieza a ser racheado y mucho mas fuerte, me levanto la visera y le digo a José que nos separemos no sea que el viento nos haga chocar y nos vayamos los dos al suelo. Al acelerar para separarnos, Jose que venía cubierto por mi no se había dado cuenta de la fuerza del viento, gira en 90 grados yéndose primero al arcén y después al campo. Sin más consecuencia que un ataque de risa, continuamos. El viento se hace más fuerte y con rachas que te hacen cambiar de rodera. Antes del cruce de Gobernador Georges el viento es insoportable. Muy peligroso. Decidimos continuar, adelantamos a la Kawa, y comienza la aventura seria. Es tanto el viento lateral que no puedes pararte, cuando me da de frente me hace perder hasta la 4ª. En una recta veo un furgón americano, le pito, me pego a él para adelantarle por la derecha que es de donde viene el viento, el conductor intenta dejarme libre la rodera de la derecha y al dar al volante el viento se lo lleva al arcén izquierdo. El viento es impresionante. Con la moto te vas apoyando sobre la parte dura de la rodera, inclinada contra el viento que desplaza la moto de lado y derrapando constantemente las dos ruedas, contravolanteando e intentando que no te se saque de la rodera, lo cuál hace infinidad de veces. Teniendo que retomar la rodera derecha que es de donde viene el viento, para tener cierto margen para frenar. A lo lejos vemos las montañas... a lo lejos son cerca de 50 km. Al llegar pienso que la montaña nos cubrirá, ¡¡¡ Ni de coña!!. Ahora el viento viene en todas las direcciones. Intentando refugiarnos esperamos por Jose que viene más despacio. Empezando a bajar se me cruza un armadillo, freno y me paro para no tropezar y una ráfaga de viento me tira al suelo; sin consecuencias, pero no puedo levantar la moto contra el viento, tirando del manillar la enfoco al arcén izquierdo, la levanto, me subo y bajo el arcén. Me pongo frente al viento, sube Mery y, acelerando todo lo que da la moto, retomamos la rodera derecha.
Llegamos hasta el lago Cardiel donde después de 120 Km de viento infernal podemos parar a descansar y beber agua. Nos sacamos unas fotos donde, con la chaqueta abierta, el viento nos mantiene a 45 º frente a él... y ya había aflojado. Nos adelanta nuevamente el 4x4. Continuamos hasta Tres Lagos por una pista en muy buenas condiciones. Al llegar a la gasolinera la moto tiene 336 Km desde el último repostaje, repostamos y le entran 18.7 litros. A punto de pararse. Allí nos encontramos con una pareja de alemanes con sendas R-80 GS, al explicarles de donde venimos, se asombran de cómo habíamos cruzado el desierto en estas condiciones, ya llevábamos hoy 450 km. Nos quedaban 170 hasta Calafate. Intentamos llamar por teléfono, no tenemos cobertura, y al preguntar por una cabina nos informan que allí todavía NO habían llegado las líneas. En lo que nos tomamos un café, podemos escuchar al dueño de la gasolinera, comunicarse por radio, reclamando unos repuestos de una compactadora. La única comunicación que existe es vía radio. En el bar están nuevamente los señores del 4x4, que entre risas nos dicen que hemos cruzado con vientos de 150/160 Km /h y. ¡¡¡ NO SON LOS PEORES!!!.
Lo que queda hasta Calafate discurre entre ripio y asfalto, al llegar nos dirigimos a la oficina de turismo, después de preguntar en varios hoteles. Mientras nos buscan estancia aparece un señor que nos ofrece cabañas, vamos con él y cogemos dos cabañas en la parte alta del pueblo con vistas al lago Argentino, por 150 y 120 respectivamente, 57 euros los tres. Apartamentos Haiken, su propietario Carlos, muy amable, nos presta la manguera para lavar las motos y nos da excelentes recomendaciones gastronómicas.
630 Km en total, nos vamos al Rick´s la mejor carne que probamos en Argentina: “Vacío” y “cordero” por 39 pesos por cabeza (8) y te comes lo que te entre, el maître no daba cabida de lo que nos vio comer, atreviéndose varias veces a preguntar si queríamos más carne.
Absolutamente reventados nos fuimos a por nuestra primera jornada de descanso
VIERNES 22:
Peor que después de un día de Enduro, me levanto con agujetas en hombros y antebrazos, también en el cuadriceps izquierdo ( de apretar el reposapié para mantener la adherencia de la moto. Tras un desayuno en la avenida principal, barajamos opciones: podemos ir al glaciar Perito Moreno, tomar una excursión en barco de una hora hasta la cara Norte, o si nos hubiésemos levantado temprano, haber cogido la excursión que dura desde las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde, donde te llevan a ver el resto de los glaciares; Esto lo podíamos hacer mañana. Pero decidimos continuar en moto y no encerrarnos todo un día en un barco: hoy nos vamos hasta el Perito Moreno, y mañana de excursión hasta el Fitz Roy y el Chaltén.
Saliendo de la agencia que organiza las excursiones vemos aparcada la Kawa, al acercarnos podemos comprobar que viene de ALASKA, ha bajado caminando, tiene los sellos de las diferentes aduanas y los permisos temporales pegados en la adaptada cúpula. Al vernos y oír nuestros comentarios, su propietario se aleja con cara de orgullo y alegría, dejándonos a nosotros con una sensación de aventureros de “ Bar ”... ¡ jo!, Que envidia.
Con las motos (también hay guaguas), nos vamos hasta el glaciar, adentrándonos en el Parque Nacional de los Glaciares, son unos 60 km. Al cruzar la entrada ya tenemos un mirador donde podemos apreciar la cara sur. Nos deja impresionados su descomunal tamaño (ahora al recordarlo se me pone la piel de gallina), varios turistas sacando fotos, hacemos lo propio.
Nos mandan al aparcamiento (gratuito y vigilado), y con un furgón (también gratuito) nos llevan hasta los miradores de la cara norte, unos 1000 metros pero en subida. La cara norte es absolutamente impresionante, el glaciar esta cerrando la bocana del Lago Argentino. Parece que lo puedes a tocar, es una pared de más de 70 metros de alto, más de un kilometro de ancho, se producen desprendimientos que en su eco suenan como bombas que retumban en esa inmensidad, es digno de ver. No se lo pierdan si tienen la oportunidad. Nos quedamos un buen rato paseando por sus tres miradores, viendo los desprendimientos y escuchando su estruendo al caer. Tenemos la suerte de poder observar la caída de una pared del tamaño de un edificio de tres o cuatros plantas, el ruido es estremecedor y la ola hace que el barco que esta en la bahía retroceda. Tras 2 horas de observación como cuando miras un mar embravecido, decidimos retornar para comer algo. Tras el descanso oportuno, yo estaba reventado del día anterior, dedicamos la tarde a la compra de souvenirs. Esa noche decidimos cenar algo más suave y nos vamos a la Pancheria del pueblo, una especie de Pizzería - Sándwichería. Después nos acercamos a la disco de moda: Don Diego, no se la pierdan porque es de lo más pintoresca.
SABADO 23:
Tras el desayuno y repostaje salimos en dirección al Chaltén. Bordeando ahora toda la cara norte del lago Viedma, por una ruta con ripio del bueno, llegamos a poner las motos a 160 km/h, nos adentramos en la meseta desocupada. Vemos al fondo el Fitz Roy y un letrero que nos señala el Chaltén a 90 km. La impresión es que el pueblo está al otro lado de la montaña ya que esta da la sensación de estar ahí mismo. Pasan los kilómetros y la montaña está en el mismo sitio, parece que no avanzamos. Al llegar a sus pies podemos observar la montaña desde su base. El Chaltén es el paraíso del trekking, innumerables excursionistas se dirigen a su ascenso. Tras el repostaje, nos tomamos un refresco en un bar regentado por una Asturiana.
De regreso a Calafate (430 Km)vamos a sustituir una bombilla fundida, en la gasolinera no la tienen y nos dicen donde la pueden tener, la explicación es complicada, y otro cliente se ofrece amablemente a llevarnos, esperando que montemos nuevamente la moto.
Merendamos en la dulcería Don Luisito (riquísimos, los mejores dulces que probamos, y te lo dice un goloso. Compras y una nueva dosis de carne en el Rick´s. Al salir para tomarnos un helado podemos ver a un niño con una correa que en vez de pasear a un perro, lleva un CORDERO.