Crónica del viaje a Cabo Norte en tienda de campaña y con caña de pescar.
Prólogo
Prólogo
No soy escritor, tampoco me considero un buen narrador, así que solo espero que el relato no se os haga muy pesado, que consiga captar vuestra atención y arrancaros alguna sonrisa.
Corría el mes de enero cuando le comenté a mi mujer, cariño, quiero irme a Cabo Norte, quiero hacer ese viaje, aunque sea solo, pero no me quiero quedar con las ganas, ahora es un buen momento y creo que soy capaz de hacerlo. La respuesta no se hizo esperar. Hazlo.
Es por este hazlo, y por muchos otros que he tenido en el pasado, que creo sin duda que soy afortunado al estar casado con la mejor mujer del mundo.
La idea
Así, sin más, empezó la preparación del que sin lugar a duda se ha convertido en el mejor viaje en moto que he hecho en mi vida.
Lo primero que hice fue recopilar información, las páginas de Internet, las páginas de las oficinas de turismo de Noruega, de Suecia, de Finlandia y de Dinamarca, los foros de BMWMOTOS, de GS Trail, y las crónicas que corren por la red de muchos compañeros complementaron todo el viaje, las fechas, los días, las ruta, las etapas, los lugares a visitar, los horarios. Pero había algo que no encontraba, nadie me daba una respuesta que me convenciera. No había nada de información sobre ello. ¡Pero bueno! ¿Nadie lo había hecho?
Que ocurría… ¿Era una salvajada o una locura? Así me lo comentaron unos amigos. ¿No era viable? Me dijeron otros conocedores del lugar. ¿Demasiado duro? Aseguraban los que lo habían probado. ¿Voy a pasar frío, me voy a mojar, y sufriré el viento del norte por dormir en tienda de campaña? Un rotundo SI de alguién al que quiero mucho.
Pues correcto, eso es lo que buscaba, eso es lo que quería, esa era mi aventura, ese era mi viaje, y porque no vivirlo como yo me imaginaba.
Así que me puse manos a la obra, haría el viaje durmiendo todo los dias en tienda de campaña, y a poder ser, lo haría en acampada libre, nada de camping y comodidades. Pero esas condiciones me planteaban varios agravantes, debía cargar desde España con todos los artilugios y bártulos, tienda de campaña, saco de dormir, hornillo, “campingaz”, platos, manta, aseo, y claro está, toda la comida necesaria para hacer el viaje. Pero no era suficiente, a un tío como yo que le gusta cocinar y un sin fin de actividades le faltaba algo, claro está, que hay en Noruega, pesca, pues debía incluir en ese equipaje, una caña de pescar.
¿Una locura? Bueno, ese era mi viaje, era lo que quería hacer, vivir la experiencia del modo mas seguro y radical posible, quería añadirle dureza a un viaje que ya de por si es una monstruosidad, quería que fuera diferente a todo lo que había leído sobre Cabo Norte, y vosotros me diréis si lo conseguí o no.
La sorpresa
Prepare el viaje para hacerlo solo, pero no me cerré a otras opciones, la verdad, sabia que el viaje era complicado de por si y algo de miedo tenia en hacerlo solo, tuve muchos mensajes de compañeros del foro, alguna llamada, pero cuando decía lo de la tienda de campaña, la gente respondía que no, que de hotel o de hytter, pero que en tienda de campaña no se atrevían, que era de locos, y que si yo lo estaba.
La sorpresa vino sobre el mes de marzo, un nuevo mensaje privado en mi buzón, y ahí estaba, un angelillo llamado Roberto Naveiras Garcia (www.viajoenmoto.com) se puso en contacto conmigo, tras varias conversaciones por mensajería instantánea, llego la conversación telefónica, y las palabras fueron sencillas.
Alex, dime, soy Roberto Naverias, asturiano, y me gustaría hacer ese viaje, hace tiempo que lo quiero hacer. Roberto, dime, por mi ok ya que no quiero hacerlo solo, pero que sepas que lo haré en tienda de campaña y con una caña de pescar. Roberto, risas, mas risas, no te preocupes Alex, yo me cojo la gaita.
A todo esto, se me había olvidado de contaros que el diez de febrero nacía mi segunda hija, Anna.
La preparación
Una vez detalladas las etapas, las rutas, y todos los pormenores contrastados y aprobados por los dos, me puse manos a la obra con la logística. ¿Sería capaz de hacer?
¿13 almuerzos en acampada, 2 almuerzos en tren/ferry, 14 comidas en ruta, 1 comida en tren/ferry, 13 cenas en acampada y 2 cenas en tren/ferry, para dos personas?
¿Un total de 38 bocadillos con 6 latas atun, 6 latas anchoas, 3 paquetes de jamón embasado, 2 fuets, 5 latas de paté, 2 longanizas, 2 chorizos y 2 lomos embuchados?
¿Y las cenas? Podría con una judías salteadas con ajos, garbanzos salteados, lentejas con zanahoria/chorizo/verduras, spaguettis con atun y tomate, spaguetti a la carbonara, spaguetti a la boloñesa, sopa de fideos con verduritas, salmón y reno a la plancha, arroz con atún y maiz, arroz blanco con tomate y huevo frito, tortillas, sopa de semola, couscous, y de unos 13 a 26 caldos?
Pues lo primero que había que hacer estaba claro, una lista de todo lo que necesitaba, y no una lista cualquiera, una lista que confeccione teniendo en cuenta los gramos que consumen dos personas, no es que sea un hotelero profesional pero en la cocina me defiendo bien, de esos cálculos salió la lista de la compra:
12 latas de atún
6 latas olivas
6 latas de anchoas
6 latas de paté
6 latas de sardinas
6 botes de tomate frito individuales
6 latas de maíz
1 bote de judías
1 bote de garbanzos
1 bote de lentejas
12 Sopas preparadas (Jardinera, ave, pollo, fideo)
500 g de espaguetis
400 g de fideo
400 g de arroz
200 g de sémola
200 g de couscous
1 caja de pastillas caldo carne
1 caja de pastillas caldo verduras
2 fuets
2 longanizas
2 chorizos dulce
2 lomo embuchado
2 Tacos/sobres de jamón serrano
Aceite 500ml
Vinagre 30ml
Sal 150g
Pimienta 50g
Ajos
Frutos secos almendras, avellanas, nueces…
Queso curado
Almuerzos (Café soluble y cereales)
2 paquetes de cereales de 500g
Café soluble
Zumos
A parte[/]
2 l vino
1 l ron
Toallitas húmedas
Papel WC
El salmón, la carne de reno, alguna verdurita, la cerveza, algo mas de vino, el Redbull, el agua, las cervezas y la cocacola ya los compraríamos por el camino.
Otro de los grandes dolores de cabeza fue decidir la ropa, equipamiento, herramientas y demás artilugios que todo motorista lleva en una aventura de estas características. Y si os digo que con dos calzoncillos, 2 camisetas, y algo más hubiera pasado los 21 días os lo creeríais, pues casi, porque hubo ropa que no me puse, pero os diré todo lo que me llevé:
Herramientas accesorios moto:
Herramientas de la moto
Extra de herramientas, torx, alicates, fijas, etc…
Aceite motor, dos botes de litro, uno lleno y otro a mitad.
Trinchas -Correas sujeción
Kit Repara pinchazos
Bayeta
Cinta Americana
Bridas de plástico de diferentes tamaños
3 navajas Navaja, como me conozco, perdí dos.
Bridas redondas metálicas
Cable carga conector BMW
Botiquín
Gafas graduadas de recambio
Bolsas de plástico
Antivaho Visera
Candado más su recordatorio
Documentación/Carta verde
Planos/Información/Billetes
Libro: Un millón de piedras
Ropa accesorios piloto:
Polainas de lluvia
Guantes Invierno
Guantes de Sky
Sotoguantes bikers
Forros Traje
Chaleco Reflectante
Chubasquero
Ropa normal:
10 Calzoncillos
10 Calcetines
2 camisetas térmicas interiores de quechua
De 10 a 15 camisetas viejas
2 Térmicos quechua
2 pantalones (1 tejano/1 todo trote)
2 camisetas/camisas/vestir
2 Toalla
Botas quechua
Termicos Bikers
Neceser:
Cepillo/Pasta/Navaja multiusos
Desodorante/ Medicamentos/Antivaho visera/No pica/Tapones
Camping:
Tienda de campaña
Colchón hinchable
Bomba para inflar colchon
Cargador bomba
Set Comida Cacerola/plato/taza
Luz Tienda
Saco Dormir
2 Botellas campingaz de 400
Hornillo
Cubiertos/Cuchara/1 Trapo
Manta térmica grande
Martillo
Linterna Led Recargable
Anti Mosquitos de quemar
Los últimos dias.
Os aseguro que cuando uno se prepara un viaje de esta magnitud, cuando uno lleva varios meses de antelación disfrutando minuto a minuto de los preparativos, las horas no pasan. No veía el momento en que llegara la hora de partir. Últimas compras, últimos detalles, últimos preparativos, los neumáticos nuevos llegan, llega la tienda de campaña de Inglaterra, la caña de pescar lista, el hornillo, el colchón inchable, los cargadores eléctricos, la documentación, farolillo, linternas, herramientas, el saco de dormir, la manta térmica, el saco para transportar la comida, todo parece estar listo. ¡Todo, menos yo! ¡Bajón a la vista!
Pues si, por un lado hacía años que no dormía en una tienda de campaña, mas o menos como diez años, lo había hecho en alta montaña, haciendo algún pico y desde luego no con el material que llevaba ahora, el del pasado era mucho peor. Por otro lado, en nueve años nunca me había separado de mi mujer más de seis días, varios años a Peñafiel, Motauros, Vuelta a España, Ruta por Asturias, Javalambre y alguna cosilla más. Pero lo que mas me dolía era separarme de mi hijo, de Adrià, sus seis años ya eran muy conscientes de lo que su padre iba a hacer, preguntaba por todo, por el viaje, sobre donde estaba Noruega, sobre como iríamos, sobre cuantos días me iba, sobre que día me iba y que día volvería a verme, y encima ahora estaba mi niña Anna de tres meses, los miedos de siempre a lo desconocido, a no ser capaz de hacerlo, a rajarme a mitad de camino, el miedo a una caída.
Os puedo asegurar que los últimos dias son los peores.
La cena antes de partir.
Por fin llegó la tarde del domingo 3 de junio de 2012, el viaje de Roberto Naveiras desde Asturias hasta Salou iba bien, hablamos varias veces durante el día, el pasando calor y yo tomándome una cervecita en la piscina, la tarde en Salou era achicharrante, de las de humedad y bochorno, y en casa estaba todo preparado para el invitado, hasta la cena.
A última hora de la tarde llegó Roberto, aún no nos conocíamos en persona, solo vía mail y teléfono, salí a la calle a recibirlo, y ahí estaba con su Suzuki Vstrom de color negro, las maletas llenas de pegatinas de países que me impresionaron, cargada hasta los topes, y como no, su asiento peludo y roñoso. Su sonrisa daba buena espina, esa era la persona con la que iba a compartir veinte días, con la que iba a sufrir, a reír, a viajar, a disfrutar de la moto, y claro está, a confiar.
Nos saludamos entre efusivamente, tímidamente, y fríamente, no os sabría decir muy bien, creo que los dos mirábamos al suelo pensando donde coño nos estábamos metiendo, bajamos su moto al parking y la pusimos al lado de la GS. Las dos quedaban preciosas y parecía como si ellas ya se conocieran, como si ya supieran el viaje que iban a hacer.
Subimos a casa, y ahí rápidamente se rompió el hielo, tanto Roberto como yo éramos hombres de mundo, abiertos a nuevas culturas y nuevos retos, y lo que no hizo la experiencia lo hicieron las cañas, un vino y la cena. Llegaron los intercambios de impresiones y no tardaron en llegar las primeras risas, como siempre, Adria, hacía gala de su simpatía, generosidad y hospitalidad, y empezó a retar a Roberto a juegos, al que tampoco le costó mucho enfrascarse, todo iba bien, todo era normal, lo que bien empieza bien acaba.
EL VIAJE
Primer día, 4 de Junio de 2012, Salou – Narbonne - 353 km
En la cena todo quedó hablado, la primera etapa hasta Narbonne sería corta, rápida, por autopista, así que nos levantamos a las 07:30 horas, almuerzo, aseo, reparto de comida, y al parquing donde esperan las burras para ser cargadas.
Ahora si, el viaje ya era una realidad, la rareza en el estomago, los sudores atípicos, los nervios encajonados en la obligada calma por hacer las cosas bien. Cargamos las motos, monté en la GS, y la primera sensación no tardó en llegar, eso iba a ser largo y duro, la GS pesavá más de lo normal, mucho mas, su maniobrabilidad había disminuido considerablemente, la notaba lenta, dormida, vaga, perezosa. Salimos del parquing, y tal y como ya lo habíamos hablado ahí estaba mi mujer con Adria y Anna, Anna, con tres meses no sabía bien lo que pasaba, pero Adria si, sus ojos lo delataban, y los míos, aunque estos últimos se disimulaban bien tras las gafas y bajo el casco. Hubo una despedida familiar tímida, mas bien fue un hasta luego en silencio, mi satisfacción por empezar el viaje se veía ensombrezida por la tristeza de dejar a los míos, pero ya lo sabía, ya lo había pensado y ya lo había hablado con mi mujer, hasta que no estuviera en la primera rotonda saliendo de Salou no iba a disfrutar de nada.
Salimos de Salou haciéndome con la moto, el comportamiento no era el habitual y con el tiempo debía serlo, nos esperaban mas de 10.000 km así que mas valía que se convirtiera en natural, esa coyuntura piloto/montura debía funcionar al cien por cien.
Primeros kilómetros por autopista, hacía un día espectacular, no se si os pasa a vosotros, pero a mi hay ciertos olores moteros que siempre me recuerdan buenos momentos, uno de ellos es cuando me pongo el casco, siempre limpio, otro la gasolina, el aire… Pero algo no iba bién, mis inventos para conectar por cable mi Iphone con los auriculares del casco no funcionavan bién, después de tantos esfuerzos, bridas, y tiempo, el invento no funcionaba, no me quise gastar pasta en un intercomunicador que no fuera chino…
Pasado Barcelona decidí parar, le hice un gesto a Roberto y paramos en una estación de servicio, llebávamos unos 130 kilometros, le conté algo del invento a Roberto y mientras fumábamos un cigarrillo me puse manos a la obra, hay que desmontarlo y dejar un único cable conectado, saqué una de las navajas mas afiladas que llebava, y me dispuse a quitar unas bridas sin rallar el chasis. Sin apenas darme cuenta y por una mala maniobra la yema de mi pulgar derecho se undió como la mantequilla en el filo de la navaja, no me lo podía creer, dos centímetros de corte… Mierda!
Por no preocupar a Roberto no hice ni gesto de dolor, mientras me chupaba el dedo como un niño abrí el baúl, luego el botiquín y como el que no quiere la cosa me limpié la herida, me la tapé con una tirita y continuamos el viaje. Mis primeros kilómetros fueron dolorosos, eso dolía, ese corte dolía mucho, maldecí cien veces y pensé, el primer día 130 km y un corte, no puede ser, el viaje iba a ser muy largo, había que prestar más atención y no se podían cometer esos errores.
A las 12:30 horas llegamos a Narbonne, después de preguntar varias veces vimos en la estación la cola de las motos, venían del Gran Premió de Montmeló. Ahí estaban todas con sus matrículas Alemanas y con sus trinchas preparadas para ser atadas al tren, solo teníamos que copiar/pegar, y así lo hicimos. Por fin llegó la hora de montar las motos, a no, aún no, faltaba el alemán de turno, empezó a comprobar todas las trinchas, este equipaje esta suelto, esta trincha mal puesta, esto no me gusta, esto no está bien atado… Todo por señas claro está, ni yo ni Roberto teníamos papa de hablar Alemán. Yyyyyyyyyyyyyyyyy arriba! Os puedo asegurar que con la GS y mi embergadura, 190 cm, no veía el lugar por donde entrar en el vagon, suerte que delante mio iba un fornido hombretón Germany type con una GS y con 195 cm que me hizo de perro lazarillo, porqué fácil no fué, vamos, que lo peor no era entrar, era pasar mas de 200 metros con el casco metido en la cupula, los brazos semiflexionados y las piernas buscando apoyos como locas, una maniobra dificultosa, sin duda.
Una vez cargadas las motos en el vagón nos llevaron a la estación en minibús, allí Roberto fue a buscar el pan mientras yo intentaba validar unos billetes de tren que no hacía falta que fueran validados, de eso me enteré luego, hora de comer, primeros bocatas en el banco de la estación, las sensaciones eran muy buenas…
Sobre el tren y el viaje de Narbonne a Hamburgo solo puedo deciros que es todo un éxito, totalmente recomendable, raramente se llena, con lo que pudimos disfrutar de un camarote de cuatro para dos, allí cenamos, fumamos, reímos y leímos…
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Gastos:
Mi parte de comida para todo el viaje: 100€
Tabaco para todo el viaje: 20€
2 cafés estación de Narbonne: 6€
Gasolina: 50,68 €
Peajes: 17,05 €
Total: 193,73 €
Segundo día, 5 de Junio de 2012, Hamburgo – Barsebäckstrand (Suecia – 398km)
A las 06:00 horas me desperté, Roberto aún seguía durmiendo en la litera superior, salí del camarote y me crucé con el encargado del vagón, me preguntó y le respondí, si, ya puedes traernos el almuerzo, y la verdad, fue una grata sorpresa que no esperaba, el almuerzo era gratuito y entraba en el billete de tren… Almorzamos y disfrutamos vagamente de las vistas desde la ventana del tren con una conclusión, Alemania dispone de preciosos bosques y una infraestructura ferroviaria digna de admiración.
A las 14:00 horas como un reloj Suizo llegamos a Hamburgo, allí estábamos, Roberto y yo, en una plaza de toros sin saber torear, es decir, fijándonos en todo aquel que llevaba un casco en la mano para imitar sus movimientos ya que no sabíamos ni donde estaban nuestra motos. Pero en un plis plas descargamos rapidísimamente las motos, parada fuera de la estación, fotos, risas, emociones a mil y a por el primer objetivo serio del día, el ferry de Puttgarden.
El ferry de Puttgarden (Alemania) a Rodby (Dinamarca) duraba unos 45 minutos. Una vez llegamos a Rodby seguimos por la autopista dirección Malmo, la verdad es que a parte de algunos trozos que estaban reasfaltando y que ponían algo de emoción a raíz de las piedras que saltaban y del polvo que se levantaba la autopista era muy aburrida. Curiosamente, antes de llegar al Puente de Malmo mi yo iba algo cansado y somnoliento, a esas alturas ya había parado para ponerme el forro del pantalon y de la chaqueta por el frio. Mientras escuchaba música a buen volumen delante de mi se destapó el PUENTE DE MALMO, recuerdo perfectamente que sonaba la versión en español de "I Want To Spend My Lifetime Loving You” de Marc Anthony y Tina Arena, es decir, la canción de “Quiero vivir la vida amandote”, la canción del Zorro vamos! Os puedo asegurar que el momentazo y el lugar no lo olvidaré nunca, fue un momentazo de la ostia. En mi defensa musical diré que me gusta casi todo tipo de música, pero es que para este viaje metí en el Iphone más de 40 horas de música, es decir, que entró y se coló de todo…
Roberto y yo andábamos mal de tiempo, las previsiones de kilómetros realizados no eran las previstas y cayendo la tarde nos dimos cuenta de que no cumpliríamos lo establecido para esa etapa. La tarde era fresca, muy fresca, y soplaba algo de aire. A eso de las 20:00 horas decidimos buscar sitio para pasar la noche. Esta claro que cuando vas con tienda de campaña y avituallamiento no importa mucho donde, pero al ser el primer día nos pareció buena idea buscar un Camping, si, si, el primer día ya me acojoné y descarté la acampada libre. El elegido caro, pero no menos bonito, fue el Camping Oppet Baserbackstrand, en Baserbackstrand (Suecia), junto a la orilla del mar..
Y aquí llego el segundo susto del viaje. ¿Os acordáis de mi corte en el pulgar derecho? Pues bién, al montar la tienda, piqueta en una mano, martillo, en la otra, y……. ¡Zaaaaaasssssssssss!, el pulgar izquierdo a tomar por (c…), un trocillo de carne entre levantado y arrancado. Mierda! pensé, y mi yo le volvió a decir a mi otro yo, eso ya lo habíamos hablado, eso no podía volver a pasar.
En fin, vuelta al botiquín, curas, tirita, vendas, y a falta de uno, los dos pulgares mal, uno con corte y el otro chafado, y claro esta, con los correspondientes dolores.
El lugar era paradisíaco, puesta de sol sobre el Mar Báltico y una copita de Rioja de una de las botellas que traía Roberto. Mas tarde preparé unos espaguetis a la carbonara que sentaron deliciosamente, tomamos un roncito que traía yo y después de la genial charla que se haría habitual en cada noche nos metimos en las tiendas. A partir de este día también se hizo habitual las fotos con los dos pulgares levantados en recuerdo de mis dos dedos malheridos.
Como curiosidad os diré que una vez dentro de la tienda volví a hablar con mi otro yo, nos conjuramos para que no pasara nada mas durante el viaje, también me plantee que coño hacia en Suecia dentro de una tienda de campaña, que necesidad tenia de hacer ese viaje, e incluso creo recordar que en voz baja dije… Mamaaaaaaaaaaaa.
Gastos:
Gasolina: 43,46 €
Ferry: 51 €
Camping (Tienda Acampada) 20€
Total: 114,46 €
Continuará…