BOTIRT
Allá vamos
Después del paréntesis del año pasado, llevaba dos seguidos yendo a los Alpes, decidí acudir de nuevo a la llamada alpina.
El primero fue un sueño cumplido y en solitario, el segundo fue una reconquista, acompañado por Manuel, éste que me dispongo a contaros, no sé cómo calificarlo, lo único que se me ocurre es, vicio, puro vicio motero, jeje.
Después de varios candidatos que fueron cayendo por diferentes causas, al final conseguí “engañar”, espero que no se haya arrepentido, a uno de los habituales en las rutas sabatinas, el compi Arturo, que demostró ser un aguerrido y rudo motero, incansable e inasequible al desaliento, un inmejorable compañero en definitiva.
Siempre me ha gustado salir sobre el 19-20 de junio, pero este año, por temas laborales tuve que adelantar las vacaciones 10 días, y vaya que casualidad, si en los dos viajes anteriores pasé calor y pensé que la mejor opción sería adelantar la partida 5-6 días, esta primavera estaba siendo bastante fresca, así que tras unos últimos días intensos, ansiosos, más pendientes del tiempo que nunca, y consultando cuatro veces al día varias páginas web, en busca de la apertura de algunos puertos que se obstinaban en permanecer cerrados, emprendimos por fin el esperado viaje.
Hay pocas sensaciones mejores para un motero, inicio de las vacaciones, moto cargada, esperando al compañero para iniciar la ruta, 10 días por delante, hummmm.
Primera etapa, día 10 de junio de 2013.
http://goo.gl/maps/oUJhh
Castellón(España)-Avignon-Le Pontet(Francia) 882 kms iniciales (que con lo que nos perdimos acabaron siendo casi 1.000, jeje)
Iniciamos camino a las 5 de la mañana desde Castellón, servidor con su Gs 1200 y el compi Arturo con su Fazer 1000, y en contra de lo que suele ser costumbre en mi (siempre hago la ida y la vuelta por autopista para ganar tiempo), decidimos hacer un combinado entre carreteras rápidas, puertos de montaña y algo de autopista en Francia para adelantar un poco.
Primera parada a almorzar, un bocata casero, en algún punto ya en provincia de Lleida, que podría ser Tremp (desde donde parten rutas infernales, jeje), la tentación de desviarse en este punto hacia Isona, Boixols, Coll de Nargó, es grande, pero no podemos, lástima.
A estas alturas ya habíamos tenido ocasión de perdernos en la circunvalación de Lleida (dichoso Suken lo juguetón que estuvo los dos primeros días, o yo estaba emparrao, que también, jeje), y rozar estriberas en la zona del pantano de Camarasa (todo por hacerle caso a un compi algo carbonilla, eh Alex, jeje), la verdad es que no lo conocía y me gustó, vaya si me gustó, el problema es que además la zona es bonita, pero no puedes parar para las fotos, la carretera te llama… y cuando quieres parar se te presenta un curvón desorejao, y no puedes resistirte, jajaja.
Seguimos ruta después del almuerzo y decidimos parar en Sort a tomar un café, el tiempo se estaba nublando por momentos, y algunas gotas nos cayeron, hummmm, malos presagios, pues ya salíamos con la convicción de encontrarnos con muy mal tiempo.
Partimos hacia el Coll del Cantó, la cosa se ponía ya interesante, el puerto es muy divertido, aunque la tónica general del viaje ha sido constatar lo deteriorados que empiezan a estar los asfaltos.
Bajamos el Cantó, y rápidamente llegamos a Andorra, donde la idea era desviarnos en Les Escaldes y hacernos el Coll d’Ordino, ya sabéis, por aquello de no cuadrar los neumáticos, jeje, peeeeerrrrooooo, entre las obras, otra de las constantes del viaje, y el amigo Suken (garmin zumo para los no entendidos, jeje) que volvió a hacer de las suyas, pues nos dimos alguna vuelta turística por la zona, para salir a la carretera que va desde Andorra la Vella hasta el Port D’Envalira y Pas de la Casa.
Al igual que en el desvío de Lleida, el compi Arturo que también llevaba navegador, un tomtorrón desos para más señas, pues que pasó?, que cada uno iba a su p….bola, yo creo que estaban picaos los dos navegadores, y nos marearon más que menos los primeros días, jejeje.
Decidimos parar a comer en un bar en Andorra, en previsión de que no pudiéramos hacer demasiadas comidas “decentes”, y claro siempre que paras a comer de esa guisa, pues se pierde mucho tiempo. La idea del viaje era comer en ruta de las provisiones que llevábamos, y sólo salir a cenar alguna noche, ya con las motos aparcadas.
Después de comer, subimos y bajamos a buen ritmo el siempre divertido port D’Envalira, para que la modorra no hiciera mella, y entramos en territorio francés, y al poco ya nos repasaron un grupeto de motos, holandeses, que no andaban ni patrás, peeeeero no respetaban línea ninguna, y después hablan de los españoles ainssss.
Cuando todos nos hubieron adelantado, decidimos achucharles un poco, hasta que comprobé que los últimos enderezaban las curvas para poder seguir el ritmo de cabeza, así que me dije, déjalos ir animalicos, que sabrá un holandés de montañas y curvas, jaja.
Pasamos por Ax les Thermes, y de ahí al Coll de Chioula, puerto típico del pirineo francés, entretenido pero sin nada espectacular.
La carretera estaba bastante tranquila, y la temperatura perfecta, ni se cumplió el pronóstico de agua por la zona de Andorra, ni hacía calor, ni frío, estupendo, la cosa pintaba bien.
Seguimos avanzando y ya bien metidos en la France llegó la estupidez por mi parte, paramos un poco para descansar y como no, hacía algo de viento, en el sur de Francia es un auténtico lujo que no te sople el viento, y no se me ocurrió mayor genialidad que dejarme el casco encima de la moto, con la pata de cabra puesta, y con la inclinación que tiene la moto con la pata de cabra y el viento, pues pasó lo que tenía que pasar, en un descuido casco al suelo, y aunque estábamos en una zona de tierra, el casco golpeó una piedra con tan mal fortuna que partió en dos trozos la visera, y una pestañita que ayuda a mantener la visera en el enganche del casco, mecagggggggg, seré torpe.
Aquí el lugar de los hechos.
Menos mal que se partió por un lateral y con un poco de cinta americana (creo que es la única herramienta que sé utilizar, jajaja), pues conseguimos pegarla y aguantó todo el viaje, bufffff por los pelos, a punto estuvo de fastidiarse el viaje el primer día.
Después del percance y bastante enfadado conmigo mismo, continuamos ruta por el interior de Francia, cruzando en diagonal hasta buscar la autopista cerca de Narbona, pasando de camino el Coll de Setp Freres y el el Col Du Paradis, sin mucho que destacar.
Cojimos la autopista, y nos pusimos a 130 acompañados de un fort vent, como no, aunque para lo que allí se lleva, pues algo de vientecillo, namas, y llegamos rápidamente cerca de Avignon, donde abandonamos la autopista, íbamos bien de tiempo hasta ese momento, y entonces entró en escena Suken y la colaboración inestimable de las obras, y la volvimos a liar.
Porque cuando llegas a Avignon, lo has estudiado un poco en el Google, fácil, una gran avenida, rodeamos la ciudad y llegamos a Le Pontet, y unaaaa mi…..da, en el punto en el que te tienes que desviar para entrar en la ciudad, que hay allí? siiiiiiiiiiii unas hermosas obras que te hacen entrar dos kms más adelante y ya vas vendido, aquí empezaban a discutir los dos navegadores poco ayudados por mi emparramiento de los dos primeros días, es que todavía no estaba “desconectao”, y ya paque os voy a contar, llegamos al hotel, un B&B desos, baratillos, pero que a las 9 no queda nadie, pues bien, llegamos a menos diez, uyyyyyyy, el primer día siempre lo bordo, jajaja, así que cena de sobaquillo y a dormir pronto.
Segunda etapa, día 11 de junio de 2013.
http://goo.gl/maps/e4z6P
Avignon-Le Pontet(Francia)-Susa(Italia) 490 kms, más alguna vuelta extra, al final más de 500 kms
El segundo día amanece soleado y sigue sin hacer calor, cargamos trastos y a la marcha.
De hotel nada a reseñar, el más barato del viaje y se nota, habitación pequeña, desayuno justo, y a partir de las 9 de la noche, búscate la vida, en fin, todo no se puede tener, eso sí, por lo menos puedes desayunar a partir de las 6:30 y salir pronto, cosa que no pasa en la mayoría de hoteles, donde el desayuno es a partir de las 7:30 o las 8, lo que me parece bastante tarde en unos países donde la gente se acuesta tempranísimo.
Tras unos pocos kilómetros pasamos Carpentras y nos adentramos en los dominios del Mont Ventoux, que me sorprendió gratamente, me esperaba un puerto sin nada destacable, más que la típica estampa tan conocida poco antes de llegar a la cima, cuando se queda sin vegetación, pero no, la verdad es que los dos tercios primeros de la subida tienen mucho encanto, alguna horquilla, pero la mayoría curvas de ritmo medio, asfalto bueno y abundante vegetación que forma en algunos momentos un frondoso pasillo en semi penumbra, muy refrescante.
Una vez arriba, la estampa desértica típica de este puerto, aderezada con el viento que le da nombre, y que la cámara no consigue reflejar, pero doy fe de que soplaba con fuerza.
Y por supuesto unas vistas impresionantes las que desde arriba se divisan.
Primer posado pactado, jeje.
Aquí el compi.
Y las vistas una vez iniciamos el descenso por la otra cara, no menos espectaculares.
Después de la bajada, también muy entretenida, enfilamos la famosa carretera Nyons-Serres-Gap, de la que tan buenos comentarios he leído siempre, por la que paso por segunda vez, y no consigo verle nada especial, algún tramito divertido pero no le pillo el punto.
A media mañana y poco antes de llegar al lago de Serre Ponçon, el compañero tuvo que parar para hacerle una foto al cuenta de su moto, que gran máquina la facerosa, si señor, y sin consumir aceite, no como otras que mejor no nombrar, jejeje.
Aquí la prueba.
Después de parar a descansar un poco en los aledaños del Lac de Serre Ponçon, nos dirigimos a la Combe Du Queiras, por la que pasé por primera vez en 2010 y parece que las obras son eternas. A pesar de eso, es una zona bastante bonita y entretenida.
Y llegamos al pie del Col d'Izoard, no sé cuentas veces he puesto ya una foto en este cartel, pero para mí simboliza el verdadero inicio de los Alpes y no me puedo resistir.
Al poco de iniciar la subida, nos encontramos con este mirador, realmente bonita la imagen.
Y la no menos típica estampa de la Casse Desserte del Izoard.
Aquí el compi mirando un escuter con matrícula española, hay que tenerlos cuadraos, jejeje.
Y aquí el narreitor.
Con tremendo arrojo y valentía, desafiando el peligro, este es el compi, así somos los moteros, jajaja.
Llegada a la cima.
Yo también estaba, claro.
Vídeo resumen de la subida al Izorard.
subida izoard ida - YouTube
La bajada del Izoard dirección Briançon es mucho más divertida, pero empezaba a constatar que la calidad del asfalto no era la misma de hace 2 y 3 años.
Pasamos Briançon y nos dirigimos a Italia por el Col de Montgenevre y Sestrieres, y por el camino nos encontramos con imágenes como estas.
Nos dio, en numerosas ocasiones, por hacernos fotos en plan duelo del “más lejano alpino”, jejeje.
Esta a traición, jeje.
Con tanta nieve como ha caído este invierno y primavera, estaba todo de un verde intenso.
Una vez pasado Sestriere y después de un rato ya dentro de Italia, debíamos hacer el Colle de la Finestra, que tenía unos 7-8 kms de tierra, pero que debían estar en buenas condiciones para pasar.
La carretera es estrecha y solitaria, el tiempo perfecto, el verde muy verde, la cosa prometía.
Las imágenes subiendo al Colle de la Finestra, son espectaculares.
Así que no haré más comentarios.
Y al llegar a la cima, cuando debíamos afrontar unos pocos kms de tierra, esto es lo que nos encontramos, grrrrrrrrr
En la cima, mostrando la adversa situación.
Como dijo el compañero acertadamente, la finestra estaba tancada, jajaj
Hermosas vistas desde aquí arriba.
En algún momento llegamos a plantearnos la locura de intentar la bajada, pero pisé la nieve y vi que estaba bastante dura. Una pareja de italianos que hacían senderismo, nos hicieron la foto y al tiempo nos recomendaron no intentarlo.
Vídeo resumen subida Colle de la Finestra.
subida colle de la finestra - YouTube
Así que no tuvimos más remedio que dar la vuelta y volver por donde habíamos venido, lo cual nos retrasaba bastante en los planes del día.
Che spettacolo, jeje
Bajamos de nuevo Sestriere, comprobamos los precios de la gasofa en Italia, bufffff que dolor, a 1,85 e/l el primer repostaje italiano.
La intención era en Cesana Torinese desviarnos dirección Oulx y de allí a Susa, dando un rodeo que en condiciones normales no tendría que habernos supuesto más que una hora de retraso, peeeerrrrooooo, todavía suken y servidor no están sincronisaos, en mi vida he estado más espeso con el navegador que estos dos días, así que nos pasamos, volvimos a subir y bajar Montegenevre y nos desviamos por la Vallée de la Clarée, y el Col de L'Echelle, que dicho sea de paso estuvo muy divertido, es la ventaja de perderte, que te encuentras con cosas interesantes que de otro modo no descubrirías, hasta llegar a Bardonecchia, y ya de allí a Susa.
En un descanso decidiendo el final de la ruta del día.
Aunque no era el destino programado a priori, decidimos quedarnos en Susa, y al día siguiente sería otro día, que gran verdad, jeje.
Llegamos a Susa y encontramos hotel bastante rápido, en el centro, hotel Napoleón, algo más caro que el primer día, pero con mejores condiciones, parking cerrado para las motos, habitación amplia y buen desayuno, aunque la verdad es que el compañero Arturo ha sido durante todo el viaje un despilfarrador de desayunos, para mí era la comida más importante del día, sin embargo él normalmente hacía un desayuno ligero, pero chiquillo, que hay que amortizar el precio de la habitación, en fin cauno es cauno, jeje.
Y aprovechando que estábamos en la bella Italia, pues salimos a cenar una pizza, y la verdad es que aconteció uno de los descubrimientos del viaje, la birra Moretti, jaja, dues pizzas cuatro formagis y dues birras Morettis, y que dos pedazos de birras, de 66 cc, joer como nos cayeron, y es que el día había sido largo y duro.
No es un efecto óptico de la cámara, no, es así de grande, jeje.
Tercera etapa, día 12 de junio de 2013.
http://goo.gl/maps/Y0txO
Susa(Italia)-Camorino(Suiza) 537 kms
El tercer día amanece soleado y con una temperatura espléndida, así que tras un abundante o ligero desayuno, según de quien hablemos, jeje, partimos con energías renovadas, para atacar nada más empezar el Col de Mont Cenis.
El puerto es muy entretenido, la temperatura agradable, el asfalto en buenas condiciones, pero además de ser muy temprano y estar algo entumecidos, los innumerables cartelitos con el “controllo electrónico de la velocittá”, nos fastidian un poco, cómo es posible tanto “control”? algo falla, no pueden ser todos de verdad, pero claro, no nos arriesgamos y subimos a ritmo moderado, aún así el puerto me gustó.
Esta imagen la tomamos poco antes de las últimas hoquillas.
Una vez coronado el puerto.
El cartel típico de la cima era un poco cutre, pero bueno todo sea porque quede constancia del paso.
En cambio casi acabando la bajada, también muy divertida y con mucho arbolado, se pueden capturar imágenes como estas.
O estas.
Impresionantes las vistas del valle antes de llegar a Modane.
Continuamos camino y en St. Jean de Maurienne, nos desviamos para hacer la Croix de Fer, puerto mítico del Tour que todavía no conocía.
Además de equivocarnos y hacer un tramo de la subida a Fontcuvert-La Toussuire, benditas equivocaciones a veces, fue una de las grandes decepciones del viaje, puesto que el asfalto está en un estado lamentable, indigno de un puerto de este renombre.
Voy a poner también al compi, sino igual no cobro, y me ha prometido un montón de birras no piccolas, jajaja.
Así que sin esperar mucho, iniciamos la bajada.
El tramo de bajada hasta enlazar con el Glandón es muy cortito, pero por lo menos el asfalto está algo mejor.
La bajada del Glandón dirección St. Etienne de Cuines es entretenida al principio, pero a mí, las dos veces que la he hecho se me acabó haciendo pesada, los últimos 9-10 kms, con tanta vaca y tanto arbolado hay una cantidad de bichos impresionante.
Al llegar a St. Etienne de Cuines, paramos a tomar un café y descansar un poco.
La idea era hacer a continuación La Madeleine y después enlazar con el Cormet de Roselend, que la última vez me gustó mucho, pero lamentablemente ambos puertos estaban cerrados, a pesar de unas temperaturas algo más que agradables, con un sol bastante intenso.
Así que no tuvimos más remedio que soportar el tramo aburrido por carretera convencional hasta Albertville, para entretenernos un poco, y siempre teniendo en mente evitar el cuadre neumatiquero, jejeje, nos desvíamos hacia el Col des Sassies, del que guardaba buenos recuerdos, pero que esta vez resultaron en tremenda decepción, y es que tanto la subida como la bajada del puerto estaban en malas condiciones, incluso un buen tramo con bastante gravilla, que pena, con el grato recuerdo que tenía yo de este puerto de mi primer viaje.
Pasamos Megeve y ya se divisan unas vistas que te reconfortan.
Es el valle que llega hasta Chamonix.
Aquí una toma de las agujas del Mont Blanc.
Y otra más.
Hace un par de años, subí hasta allá arriba con el teleférico, impresionante.
Tras dejar atrás Chamonix y todo el valle, aquí el tráfico siempre es algo pesado, llegamos al Col de la Forclaz, y allí dimos rienda suelta a las monturas, que estaban deseando “estirarse” un poco, jeje.
Llegamos a Suiza, compramos la Vignette, y llegamos al famoso mirador de Martigny.
Alguna toma más.
Y una última, siempre son espectaculares las imágenes que aquí se consiguen.
El afoteador afoteado.
Devolución de la jugada, jeje.
Vídeo resumen Coll de la Forclaz.
la forclaz dos puntos de vista - YouTube
De ahí enfilamos la autopista hasta que se acabó, lástima que no continúe hasta los mismos pies del Simplonpass, porque el último tramo es un auténtico tostón de tráfico.
A llegar al Simplonpass, pues es como un liberación, piensas ya estamos aquí, preparaos, jejeje, lo que pasa es que es un puerto demasiado rápido para que guste de verdad.
En la cima.
La bajada por la otra cara es más divertida, y algo más salvaje, si es que en Suiza puede haber algo salvaje, jeje.
Un descanso y aprovechamos para leer algo de lo que ponía, que para qué os voy a engañar, no me acuerdo, jaja.
A partir de ahí entramos en la preciosa zona de Santa María Maggiore, con su carretera estrecha, su densa vegetación, sus infinitas curvas y sus conductores italianos, a los que tienes que esquivar cada 3-4 curvas, hay que ver cómo van los odíos, y muchos de ellos llevan coches pequeños que te dejan sorprendido al verlos, en fin, que tienes que ir con muuuuuucho cuidado.
Yo que ya tengo mis añitos y un montón de “teclas”, sin embargo hay ocasiones yendo en moto en las que me pongo en modo automático y parezco no tener fin, jeje, y esa tarde me ocurrió algo así, en esos momentos se acaban las fotos y lo único que haces es devorar kms, curvas, rectas, todo lo que se te ponga por delante, quieres parar a hacer fotos, pero la carretera te engulle y no puedes parar, a la próxima, a la próxima…….
Así que se nos hizo algo tarde, paramos a preguntar en un hotel en los alrededores de Locarno, y no nos gustó el precio, así que continuamos, como llevábamos algo de retraso sobre las rutas programadas (algo bruto que es uno diseñando etapas), pues pensé que era mejor ir adelantando, pues esa zona también es de bastante tráfico, y siendo ya horas de estar cenando los suizos, se hacía más llevadero.
Casi las 9 paramos en un hotel al lado de la carretera, en la localidad de Camorino, preguntamos precio y tampoco nos gustó, pero al final decidimos quedarnos, hotel La Perla, con garaje particular y privado para las dos motos, buena habitación y prometían un buen desayuno tipo buffet, el tema wifi en las habitaciones era una dura pugna que llevábamos, pues cuando crees que es algo “necesario”, te encuentras con muchas restricciones y problemas, increíble.
Como el precio del hotel no era de “amigos”, tuvimos que economizar cenando en la habitación, así que después de pasar las fotos al portátil que llevaba porsiaca, a dormir prontito.
continuará ....
El primero fue un sueño cumplido y en solitario, el segundo fue una reconquista, acompañado por Manuel, éste que me dispongo a contaros, no sé cómo calificarlo, lo único que se me ocurre es, vicio, puro vicio motero, jeje.
Después de varios candidatos que fueron cayendo por diferentes causas, al final conseguí “engañar”, espero que no se haya arrepentido, a uno de los habituales en las rutas sabatinas, el compi Arturo, que demostró ser un aguerrido y rudo motero, incansable e inasequible al desaliento, un inmejorable compañero en definitiva.
Siempre me ha gustado salir sobre el 19-20 de junio, pero este año, por temas laborales tuve que adelantar las vacaciones 10 días, y vaya que casualidad, si en los dos viajes anteriores pasé calor y pensé que la mejor opción sería adelantar la partida 5-6 días, esta primavera estaba siendo bastante fresca, así que tras unos últimos días intensos, ansiosos, más pendientes del tiempo que nunca, y consultando cuatro veces al día varias páginas web, en busca de la apertura de algunos puertos que se obstinaban en permanecer cerrados, emprendimos por fin el esperado viaje.
Hay pocas sensaciones mejores para un motero, inicio de las vacaciones, moto cargada, esperando al compañero para iniciar la ruta, 10 días por delante, hummmm.
Primera etapa, día 10 de junio de 2013.
http://goo.gl/maps/oUJhh
Castellón(España)-Avignon-Le Pontet(Francia) 882 kms iniciales (que con lo que nos perdimos acabaron siendo casi 1.000, jeje)
Iniciamos camino a las 5 de la mañana desde Castellón, servidor con su Gs 1200 y el compi Arturo con su Fazer 1000, y en contra de lo que suele ser costumbre en mi (siempre hago la ida y la vuelta por autopista para ganar tiempo), decidimos hacer un combinado entre carreteras rápidas, puertos de montaña y algo de autopista en Francia para adelantar un poco.
Primera parada a almorzar, un bocata casero, en algún punto ya en provincia de Lleida, que podría ser Tremp (desde donde parten rutas infernales, jeje), la tentación de desviarse en este punto hacia Isona, Boixols, Coll de Nargó, es grande, pero no podemos, lástima.
A estas alturas ya habíamos tenido ocasión de perdernos en la circunvalación de Lleida (dichoso Suken lo juguetón que estuvo los dos primeros días, o yo estaba emparrao, que también, jeje), y rozar estriberas en la zona del pantano de Camarasa (todo por hacerle caso a un compi algo carbonilla, eh Alex, jeje), la verdad es que no lo conocía y me gustó, vaya si me gustó, el problema es que además la zona es bonita, pero no puedes parar para las fotos, la carretera te llama… y cuando quieres parar se te presenta un curvón desorejao, y no puedes resistirte, jajaja.
Seguimos ruta después del almuerzo y decidimos parar en Sort a tomar un café, el tiempo se estaba nublando por momentos, y algunas gotas nos cayeron, hummmm, malos presagios, pues ya salíamos con la convicción de encontrarnos con muy mal tiempo.
Partimos hacia el Coll del Cantó, la cosa se ponía ya interesante, el puerto es muy divertido, aunque la tónica general del viaje ha sido constatar lo deteriorados que empiezan a estar los asfaltos.
Bajamos el Cantó, y rápidamente llegamos a Andorra, donde la idea era desviarnos en Les Escaldes y hacernos el Coll d’Ordino, ya sabéis, por aquello de no cuadrar los neumáticos, jeje, peeeeerrrrooooo, entre las obras, otra de las constantes del viaje, y el amigo Suken (garmin zumo para los no entendidos, jeje) que volvió a hacer de las suyas, pues nos dimos alguna vuelta turística por la zona, para salir a la carretera que va desde Andorra la Vella hasta el Port D’Envalira y Pas de la Casa.
Al igual que en el desvío de Lleida, el compi Arturo que también llevaba navegador, un tomtorrón desos para más señas, pues que pasó?, que cada uno iba a su p….bola, yo creo que estaban picaos los dos navegadores, y nos marearon más que menos los primeros días, jejeje.
Decidimos parar a comer en un bar en Andorra, en previsión de que no pudiéramos hacer demasiadas comidas “decentes”, y claro siempre que paras a comer de esa guisa, pues se pierde mucho tiempo. La idea del viaje era comer en ruta de las provisiones que llevábamos, y sólo salir a cenar alguna noche, ya con las motos aparcadas.
Después de comer, subimos y bajamos a buen ritmo el siempre divertido port D’Envalira, para que la modorra no hiciera mella, y entramos en territorio francés, y al poco ya nos repasaron un grupeto de motos, holandeses, que no andaban ni patrás, peeeeero no respetaban línea ninguna, y después hablan de los españoles ainssss.
Cuando todos nos hubieron adelantado, decidimos achucharles un poco, hasta que comprobé que los últimos enderezaban las curvas para poder seguir el ritmo de cabeza, así que me dije, déjalos ir animalicos, que sabrá un holandés de montañas y curvas, jaja.
Pasamos por Ax les Thermes, y de ahí al Coll de Chioula, puerto típico del pirineo francés, entretenido pero sin nada espectacular.
La carretera estaba bastante tranquila, y la temperatura perfecta, ni se cumplió el pronóstico de agua por la zona de Andorra, ni hacía calor, ni frío, estupendo, la cosa pintaba bien.
Seguimos avanzando y ya bien metidos en la France llegó la estupidez por mi parte, paramos un poco para descansar y como no, hacía algo de viento, en el sur de Francia es un auténtico lujo que no te sople el viento, y no se me ocurrió mayor genialidad que dejarme el casco encima de la moto, con la pata de cabra puesta, y con la inclinación que tiene la moto con la pata de cabra y el viento, pues pasó lo que tenía que pasar, en un descuido casco al suelo, y aunque estábamos en una zona de tierra, el casco golpeó una piedra con tan mal fortuna que partió en dos trozos la visera, y una pestañita que ayuda a mantener la visera en el enganche del casco, mecagggggggg, seré torpe.
Aquí el lugar de los hechos.
Menos mal que se partió por un lateral y con un poco de cinta americana (creo que es la única herramienta que sé utilizar, jajaja), pues conseguimos pegarla y aguantó todo el viaje, bufffff por los pelos, a punto estuvo de fastidiarse el viaje el primer día.
Después del percance y bastante enfadado conmigo mismo, continuamos ruta por el interior de Francia, cruzando en diagonal hasta buscar la autopista cerca de Narbona, pasando de camino el Coll de Setp Freres y el el Col Du Paradis, sin mucho que destacar.
Cojimos la autopista, y nos pusimos a 130 acompañados de un fort vent, como no, aunque para lo que allí se lleva, pues algo de vientecillo, namas, y llegamos rápidamente cerca de Avignon, donde abandonamos la autopista, íbamos bien de tiempo hasta ese momento, y entonces entró en escena Suken y la colaboración inestimable de las obras, y la volvimos a liar.
Porque cuando llegas a Avignon, lo has estudiado un poco en el Google, fácil, una gran avenida, rodeamos la ciudad y llegamos a Le Pontet, y unaaaa mi…..da, en el punto en el que te tienes que desviar para entrar en la ciudad, que hay allí? siiiiiiiiiiii unas hermosas obras que te hacen entrar dos kms más adelante y ya vas vendido, aquí empezaban a discutir los dos navegadores poco ayudados por mi emparramiento de los dos primeros días, es que todavía no estaba “desconectao”, y ya paque os voy a contar, llegamos al hotel, un B&B desos, baratillos, pero que a las 9 no queda nadie, pues bien, llegamos a menos diez, uyyyyyyy, el primer día siempre lo bordo, jajaja, así que cena de sobaquillo y a dormir pronto.
Segunda etapa, día 11 de junio de 2013.
http://goo.gl/maps/e4z6P
Avignon-Le Pontet(Francia)-Susa(Italia) 490 kms, más alguna vuelta extra, al final más de 500 kms
El segundo día amanece soleado y sigue sin hacer calor, cargamos trastos y a la marcha.
De hotel nada a reseñar, el más barato del viaje y se nota, habitación pequeña, desayuno justo, y a partir de las 9 de la noche, búscate la vida, en fin, todo no se puede tener, eso sí, por lo menos puedes desayunar a partir de las 6:30 y salir pronto, cosa que no pasa en la mayoría de hoteles, donde el desayuno es a partir de las 7:30 o las 8, lo que me parece bastante tarde en unos países donde la gente se acuesta tempranísimo.
Tras unos pocos kilómetros pasamos Carpentras y nos adentramos en los dominios del Mont Ventoux, que me sorprendió gratamente, me esperaba un puerto sin nada destacable, más que la típica estampa tan conocida poco antes de llegar a la cima, cuando se queda sin vegetación, pero no, la verdad es que los dos tercios primeros de la subida tienen mucho encanto, alguna horquilla, pero la mayoría curvas de ritmo medio, asfalto bueno y abundante vegetación que forma en algunos momentos un frondoso pasillo en semi penumbra, muy refrescante.
Una vez arriba, la estampa desértica típica de este puerto, aderezada con el viento que le da nombre, y que la cámara no consigue reflejar, pero doy fe de que soplaba con fuerza.
Y por supuesto unas vistas impresionantes las que desde arriba se divisan.
Primer posado pactado, jeje.
Aquí el compi.
Y las vistas una vez iniciamos el descenso por la otra cara, no menos espectaculares.
Después de la bajada, también muy entretenida, enfilamos la famosa carretera Nyons-Serres-Gap, de la que tan buenos comentarios he leído siempre, por la que paso por segunda vez, y no consigo verle nada especial, algún tramito divertido pero no le pillo el punto.
A media mañana y poco antes de llegar al lago de Serre Ponçon, el compañero tuvo que parar para hacerle una foto al cuenta de su moto, que gran máquina la facerosa, si señor, y sin consumir aceite, no como otras que mejor no nombrar, jejeje.
Aquí la prueba.
Después de parar a descansar un poco en los aledaños del Lac de Serre Ponçon, nos dirigimos a la Combe Du Queiras, por la que pasé por primera vez en 2010 y parece que las obras son eternas. A pesar de eso, es una zona bastante bonita y entretenida.
Y llegamos al pie del Col d'Izoard, no sé cuentas veces he puesto ya una foto en este cartel, pero para mí simboliza el verdadero inicio de los Alpes y no me puedo resistir.
Al poco de iniciar la subida, nos encontramos con este mirador, realmente bonita la imagen.
Y la no menos típica estampa de la Casse Desserte del Izoard.
Aquí el compi mirando un escuter con matrícula española, hay que tenerlos cuadraos, jejeje.
Y aquí el narreitor.
Con tremendo arrojo y valentía, desafiando el peligro, este es el compi, así somos los moteros, jajaja.
Llegada a la cima.
Yo también estaba, claro.
Vídeo resumen de la subida al Izorard.
subida izoard ida - YouTube
La bajada del Izoard dirección Briançon es mucho más divertida, pero empezaba a constatar que la calidad del asfalto no era la misma de hace 2 y 3 años.
Pasamos Briançon y nos dirigimos a Italia por el Col de Montgenevre y Sestrieres, y por el camino nos encontramos con imágenes como estas.
Nos dio, en numerosas ocasiones, por hacernos fotos en plan duelo del “más lejano alpino”, jejeje.
Esta a traición, jeje.
Con tanta nieve como ha caído este invierno y primavera, estaba todo de un verde intenso.
Una vez pasado Sestriere y después de un rato ya dentro de Italia, debíamos hacer el Colle de la Finestra, que tenía unos 7-8 kms de tierra, pero que debían estar en buenas condiciones para pasar.
La carretera es estrecha y solitaria, el tiempo perfecto, el verde muy verde, la cosa prometía.
Las imágenes subiendo al Colle de la Finestra, son espectaculares.
Así que no haré más comentarios.
Y al llegar a la cima, cuando debíamos afrontar unos pocos kms de tierra, esto es lo que nos encontramos, grrrrrrrrr
En la cima, mostrando la adversa situación.
Como dijo el compañero acertadamente, la finestra estaba tancada, jajaj
Hermosas vistas desde aquí arriba.
En algún momento llegamos a plantearnos la locura de intentar la bajada, pero pisé la nieve y vi que estaba bastante dura. Una pareja de italianos que hacían senderismo, nos hicieron la foto y al tiempo nos recomendaron no intentarlo.
Vídeo resumen subida Colle de la Finestra.
subida colle de la finestra - YouTube
Así que no tuvimos más remedio que dar la vuelta y volver por donde habíamos venido, lo cual nos retrasaba bastante en los planes del día.
Che spettacolo, jeje
Bajamos de nuevo Sestriere, comprobamos los precios de la gasofa en Italia, bufffff que dolor, a 1,85 e/l el primer repostaje italiano.
La intención era en Cesana Torinese desviarnos dirección Oulx y de allí a Susa, dando un rodeo que en condiciones normales no tendría que habernos supuesto más que una hora de retraso, peeeerrrrooooo, todavía suken y servidor no están sincronisaos, en mi vida he estado más espeso con el navegador que estos dos días, así que nos pasamos, volvimos a subir y bajar Montegenevre y nos desviamos por la Vallée de la Clarée, y el Col de L'Echelle, que dicho sea de paso estuvo muy divertido, es la ventaja de perderte, que te encuentras con cosas interesantes que de otro modo no descubrirías, hasta llegar a Bardonecchia, y ya de allí a Susa.
En un descanso decidiendo el final de la ruta del día.
Aunque no era el destino programado a priori, decidimos quedarnos en Susa, y al día siguiente sería otro día, que gran verdad, jeje.
Llegamos a Susa y encontramos hotel bastante rápido, en el centro, hotel Napoleón, algo más caro que el primer día, pero con mejores condiciones, parking cerrado para las motos, habitación amplia y buen desayuno, aunque la verdad es que el compañero Arturo ha sido durante todo el viaje un despilfarrador de desayunos, para mí era la comida más importante del día, sin embargo él normalmente hacía un desayuno ligero, pero chiquillo, que hay que amortizar el precio de la habitación, en fin cauno es cauno, jeje.
Y aprovechando que estábamos en la bella Italia, pues salimos a cenar una pizza, y la verdad es que aconteció uno de los descubrimientos del viaje, la birra Moretti, jaja, dues pizzas cuatro formagis y dues birras Morettis, y que dos pedazos de birras, de 66 cc, joer como nos cayeron, y es que el día había sido largo y duro.
No es un efecto óptico de la cámara, no, es así de grande, jeje.
Tercera etapa, día 12 de junio de 2013.
http://goo.gl/maps/Y0txO
Susa(Italia)-Camorino(Suiza) 537 kms
El tercer día amanece soleado y con una temperatura espléndida, así que tras un abundante o ligero desayuno, según de quien hablemos, jeje, partimos con energías renovadas, para atacar nada más empezar el Col de Mont Cenis.
El puerto es muy entretenido, la temperatura agradable, el asfalto en buenas condiciones, pero además de ser muy temprano y estar algo entumecidos, los innumerables cartelitos con el “controllo electrónico de la velocittá”, nos fastidian un poco, cómo es posible tanto “control”? algo falla, no pueden ser todos de verdad, pero claro, no nos arriesgamos y subimos a ritmo moderado, aún así el puerto me gustó.
Esta imagen la tomamos poco antes de las últimas hoquillas.
Una vez coronado el puerto.
El cartel típico de la cima era un poco cutre, pero bueno todo sea porque quede constancia del paso.
En cambio casi acabando la bajada, también muy divertida y con mucho arbolado, se pueden capturar imágenes como estas.
O estas.
Impresionantes las vistas del valle antes de llegar a Modane.
Continuamos camino y en St. Jean de Maurienne, nos desviamos para hacer la Croix de Fer, puerto mítico del Tour que todavía no conocía.
Además de equivocarnos y hacer un tramo de la subida a Fontcuvert-La Toussuire, benditas equivocaciones a veces, fue una de las grandes decepciones del viaje, puesto que el asfalto está en un estado lamentable, indigno de un puerto de este renombre.
Voy a poner también al compi, sino igual no cobro, y me ha prometido un montón de birras no piccolas, jajaja.
Así que sin esperar mucho, iniciamos la bajada.
El tramo de bajada hasta enlazar con el Glandón es muy cortito, pero por lo menos el asfalto está algo mejor.
La bajada del Glandón dirección St. Etienne de Cuines es entretenida al principio, pero a mí, las dos veces que la he hecho se me acabó haciendo pesada, los últimos 9-10 kms, con tanta vaca y tanto arbolado hay una cantidad de bichos impresionante.
Al llegar a St. Etienne de Cuines, paramos a tomar un café y descansar un poco.
La idea era hacer a continuación La Madeleine y después enlazar con el Cormet de Roselend, que la última vez me gustó mucho, pero lamentablemente ambos puertos estaban cerrados, a pesar de unas temperaturas algo más que agradables, con un sol bastante intenso.
Así que no tuvimos más remedio que soportar el tramo aburrido por carretera convencional hasta Albertville, para entretenernos un poco, y siempre teniendo en mente evitar el cuadre neumatiquero, jejeje, nos desvíamos hacia el Col des Sassies, del que guardaba buenos recuerdos, pero que esta vez resultaron en tremenda decepción, y es que tanto la subida como la bajada del puerto estaban en malas condiciones, incluso un buen tramo con bastante gravilla, que pena, con el grato recuerdo que tenía yo de este puerto de mi primer viaje.
Pasamos Megeve y ya se divisan unas vistas que te reconfortan.
Es el valle que llega hasta Chamonix.
Aquí una toma de las agujas del Mont Blanc.
Y otra más.
Hace un par de años, subí hasta allá arriba con el teleférico, impresionante.
Tras dejar atrás Chamonix y todo el valle, aquí el tráfico siempre es algo pesado, llegamos al Col de la Forclaz, y allí dimos rienda suelta a las monturas, que estaban deseando “estirarse” un poco, jeje.
Llegamos a Suiza, compramos la Vignette, y llegamos al famoso mirador de Martigny.
Alguna toma más.
Y una última, siempre son espectaculares las imágenes que aquí se consiguen.
El afoteador afoteado.
Devolución de la jugada, jeje.
Vídeo resumen Coll de la Forclaz.
la forclaz dos puntos de vista - YouTube
De ahí enfilamos la autopista hasta que se acabó, lástima que no continúe hasta los mismos pies del Simplonpass, porque el último tramo es un auténtico tostón de tráfico.
A llegar al Simplonpass, pues es como un liberación, piensas ya estamos aquí, preparaos, jejeje, lo que pasa es que es un puerto demasiado rápido para que guste de verdad.
En la cima.
La bajada por la otra cara es más divertida, y algo más salvaje, si es que en Suiza puede haber algo salvaje, jeje.
Un descanso y aprovechamos para leer algo de lo que ponía, que para qué os voy a engañar, no me acuerdo, jaja.
A partir de ahí entramos en la preciosa zona de Santa María Maggiore, con su carretera estrecha, su densa vegetación, sus infinitas curvas y sus conductores italianos, a los que tienes que esquivar cada 3-4 curvas, hay que ver cómo van los odíos, y muchos de ellos llevan coches pequeños que te dejan sorprendido al verlos, en fin, que tienes que ir con muuuuuucho cuidado.
Yo que ya tengo mis añitos y un montón de “teclas”, sin embargo hay ocasiones yendo en moto en las que me pongo en modo automático y parezco no tener fin, jeje, y esa tarde me ocurrió algo así, en esos momentos se acaban las fotos y lo único que haces es devorar kms, curvas, rectas, todo lo que se te ponga por delante, quieres parar a hacer fotos, pero la carretera te engulle y no puedes parar, a la próxima, a la próxima…….
Así que se nos hizo algo tarde, paramos a preguntar en un hotel en los alrededores de Locarno, y no nos gustó el precio, así que continuamos, como llevábamos algo de retraso sobre las rutas programadas (algo bruto que es uno diseñando etapas), pues pensé que era mejor ir adelantando, pues esa zona también es de bastante tráfico, y siendo ya horas de estar cenando los suizos, se hacía más llevadero.
Casi las 9 paramos en un hotel al lado de la carretera, en la localidad de Camorino, preguntamos precio y tampoco nos gustó, pero al final decidimos quedarnos, hotel La Perla, con garaje particular y privado para las dos motos, buena habitación y prometían un buen desayuno tipo buffet, el tema wifi en las habitaciones era una dura pugna que llevábamos, pues cuando crees que es algo “necesario”, te encuentras con muchas restricciones y problemas, increíble.
Como el precio del hotel no era de “amigos”, tuvimos que economizar cenando en la habitación, así que después de pasar las fotos al portátil que llevaba porsiaca, a dormir prontito.
continuará ....
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