Nikko Torques
Allá vamos
Haber quien tiene cojones a leérselo enterito:
El año pasado, al regresar de Moscú y parar a dormir en Tallin, viendo que a las 2 de la mañana aun seguía siendo de día y que un poco mas tarde ya empezaría a amanecer, fue cuando me dije que para el año tenia que ir a Nordkapp ya que si en Estonia era alucinante ver el cielo así, en Noruega tenia que ser la bomba.
Nada mas llegar a casa empecé a recopilar información y a preparar una ruta que me llevaría por 14774Kms. de carreteras comarcales y nacionales enlazando curva tras curva por paisajes que en mi vida me hubiera imaginado que me encontraría.
Esta es mi historia, la historia de un viaje alucinante que espero poder recordar asta que el Alzheimer me lo permita:
Día 1: Vigo-Chatellerault (F), 1301Kms.:
Llego la hora, son las 5 de la mañana del 1 de agosto, la moto esta cargada y todo listo para salir. Este primer día quiero hacer muchos kms. ya que quiero salir de España lo antes posible y enlazar carretera en Francia.
Hago Vigo-Benavente por autovía porque la carretera la conozco de sobra y se pierde mucho tiempo en salir de Galicia, a partir de aquí, carretera hasta Palencia en donde vuelvo a coger autovía hasta Burgos, desde ese momento el resto de kms. serán por carretera.
Salgo de España por Roncesvalles con muchísimo calor, llegando a superar los 40ºC, preciosa carretera, la conozco de otras veces, sin tráfico con muchas curvas y muchas motos.
Francia me fascina, sus carreteras, sus pueblos, sus castillos, nunca me canso de recorrer su geografía, pero el día a sido largo y hay que parar a dormir que mañana hay que seguir.
Día 2: Chatellerault-Deinze (B), 688Kms.:
Empiezo el día con el mismo calor que acabé ayer, 40ºC, pero según me arrimo a la costa la temperatura me da una tregua, sobre todo cuando paso por los bosques que te arropan dándote sombra.
¿Ya comente que Francia me fascina? No hay ni un solo km. que me disguste de la ruta por Francia, pero todo lo bueno se acaba y toca pasar página, en este caso país y Bélgica ya no es lo mismo, mas trafico, mas rectas, mas pueblos que no te dicen “nada”, pero te vas entreteniendo con los “comercios” que hay en las carreteras con chicas con poca ropa en sus escaparates.
Toca parar a dormir y encuentro un hotelito en un pueblecito con una recepcionista que me podía haber cobrado 1000 euros por la habitación que me daba igual, allí me quedaba, ¡¡¡como estaba la…!!!, en fin dejémoslo así.
Día 3: Deinze-Bremen (D), 685Kms.:
He pasado con la moto 2 veces en mi vida por Holanda y puedo asegurar que nunca mas la volveré a cruzar. Una tortura, tanta puta bicicleta de dios, con sus carreteras adaptadas mas a las bicicletas que al trafico que realmente hay de vehículos (que no son pocos).
Que descanso nada mas pasar la frontera con Alemania, con sus carreteras limitadas a 100Km/h y sus autopistas que descongestionan tanto las nacionales que vas casi solo por ellas. También se nota otra forma de vivir, mas parecida a la española, con gente por las calles después de las 7 de la tarde y gasolineras y comercios abiertos asta las 10 de la noche.
Día 4: Bremen-Rodekro (DK), 363Kms.:
Hoy toca un día de pocos kms. ya que lo primero que quería hacer era visitar el museo de miniaturas de Hamburgo.
No me esperaba ni por asomo encontrarme un museo que me abriera tanto la boca de asombro como lo hizo.
Si, había visto videos por Internet, pero me fascino de tal manera que estuve unas 4 horas allí dentro viendo todos los detalles. Lo recomiendo aunque a ser posible ir sin ropa de moto porque son muchas horas dentro del museo caminando muy despacio.
Al acabar, salir echando chispas de allí ya que no creía que me llevara tanto tiempo y se hacia tarde, ya comeré mas adelante, cuando salga de la ciudad. Al final paro en un área de descanso y me preparo la comida con el hornillo, eso si a las 5 de la tarde.
Alemania también es muy bonito si viajas por carreteras comarcales, sus pueblos de ladrillo carabista con sus iglesias rojas y muchísimas granjas me encantaron, apenas sin trafico.
Toca pasar a Dinamarca y a partir de aquí, el euro desaparece. Entro con cuidado ya que no me fío de las señales de velocidad y asta que no empiezo ha ver como va realmente el trafico no le empiezo a apretar al mango del gas. Nada de policía y sin trafico ni gente, todo cerrado desde las 5 de la tarde, así que toca cenar en el hotel algo que pude comprar en una gasolinera abierta.
Día 5: Rodekro-Boras (S), 629Kms.:
Mas trafico de lo que hubiera esperado, pero salgo de Dinamarca sin grandes complicaciones, todo por carretera a excepción del primer túnel bajo el mar que paso en este viaje y del puente de frontera con Suecia.
Suecia me empieza a gustar, mucho bosque y carreteras de enlace de pueblos por tierra. También empiezo a ver las primeras señales de alces. Me desvío un poco de la ruta establecida para buscar un hotel ya que por donde voy no hay nada de nada y se esta haciendo tarde.
Encuentro hotel el Boras, la simpatía de la gente en este país es alucinante y siempre tienen una sonrisa en la cara. El restaurante del hotel tiene buena pinta y decido cenar en el. Me puse las botas, menuda carne mas buena tienen (espero que no fuera de alce, jejeje).
Decido salir por la noche con la moto para visitar la ciudad.
Aquí hago un pequeño inciso: soy un turista un poco raro y no me gusta llegar a las 5 de la tarde a los sitios, aparcar la moto y visitar las ciudades y sus monumentos llenos de gente. Me gusta conducir la moto durante 12 ó 14 horas, llegar a las ciudades donde voy ha dormir sobre las 10 ó 11 de la noche y en ese momento es cuando visito las ciudades que tienen algo mágico cuando el horario laboral se apaga y empieza el horario de los barrenderos.
Pero mi plan se trunca cuando cruzo la calle hacia mi moto y veo a dos “personajes” alrededor de la moto haciendo fotos y mirando las pegatinas de las maletas. Resulta que son dos moteros suecos que están por negocios en la ciudad (en coche) y me preguntan: “¿Ha donde vas?”. Les respondo que mi destino es Cabo Norte y en ese momento las pupilas se les dilatan, me preguntan por la ruta que voy a seguir y con mi ingles de E.G.B intento explicarme pero prefiero decirles: “a moment please”, abro la maleta y saco un mapa gigante de Noruega.
Ver la cara de felicidad de los suecos no tiene precio, me cogen del brazo y nos dirigimos al bar del hotel que estaba cerrando, así que no queda otra que quedarnos en la recepción del hotel.
¡¡¡2 horas!!! Hablando del viaje, que ellos lo habían hecho hacía unos años y que era alucinante. Les digo la ruta que voy ha seguir, que mi idea es evitar todos los ferrys posibles y me dicen que ni se me ocurra, que tengo que coger la ruta 17 e ir a Lofoten si realmente quiero disfrutar como se merece del viaje, que no me va ha defraudar, que me va ha encantar y que me sorprenderé con sus paisajes.
Les digo que lo consultare con la almohada, nos damos los correos electrónicos y me voy ha descansar que es muy tarde.
Y mas tarde se me hizo en la habitación del hotel con el GPS diseñando una nueva ruta por los sitios que me comentaron que no me podía perder, aunque no me hacia mucha gracia coger mas de 50 ferrys.
Desde aquí doy las gracias a estos suecos que hicieron que mi viaje fuera muy especial e inolvidable ya que los sitios que me recomendaron son simplemente A-LU-CI-NAN-TES.
Día 6: Boras-Seljord (N), 560Kms.:
El día amanece nublado y con ganas de llover pero aguanta, perfecto para andar en moto.
Salgo de Suecia y entro en Noruega por una carretera muy bonita con muchas curvas, esto marcha. No voy ha entrar en Oslo, porque las grandes ciudades me la “pelan”, no me interesan para nada, la bordeo dejándola a unos 40 Kms. al norte y me empiezo a desviar al oeste, para llegar a la costa.
Alucinado, sorprendido, atónito, sorprendido, fascinado y todos los sinónimos que se os ocurran me vinieron a la mente cuando paso el primer túnel en Noruega bajo el agua. Los había visto por el Google Earth antes de salir de casa, pero no te imaginas ni por un momento la grandeza de su ingeniería. A partir de este momento me pase todo el camino pensando como “cojones” los hacían.
Es bestial pasar por un túnel bajo el agua de 10Kms., con una pendiente del 10%, tanto de bajada como de subida, ya que al llegar a mitad de camino empieza a subir al 10%, de doble sentido, con carril de vehículos lentos y con posibilidad de adelantamiento, limitado a 80kms/h (en España esa es la limitación de muchos túneles en autovia) y sin revestir de hormigón inyectado, ya que se ve la roca viva porque en este país no se hacen túneles con “tuneladora” sino que se siguen haciendo con explosivos. ¡¡¡¡BRUTAL!!!. Y no es ni uno ni dos, sino que debí pasar unos 15 ó 20 túneles de estas características en todo Noruega.
Por esta zona de Noruega, al estar tan cerca de Oslo, el tráfico es bastante intenso, cosa que va desapareciendo según te alejas de la capital asta sentir que viajas solo por las carreteras.
Hoy es el primer día de lluvia y que manera de llover, eso si en media hora todo despejado, pero gracias a la lluvia me permitió ver unas cascadas “a tope” de agua que acojonaban al ponerte encima de los puentes.
Como estoy con la ropa empapada y ya llevo mas de 500Kms. decido parar a dormir. Veo una señal de “cabaña de pescador” y me adentro en el bosque, las encuentro pero no veo a nadie (ya era un poco tarde) y como no se como funciona este tipo de alojamiento y aun no me dio tiempo de cambiar dinero a Coronas, prefiero seguir asta el pueblo mas cercano que esta muy cerca y dormir en un hotel.
Me cuesta encontrar el hotel y preguntando a los lugareños me liaba aun mas, pero al final doy con el. No es barato, pero por lo que me habían comentado no me pareció excesivamente caro, sobre todo viendo los precios que tienen según iba yendo hacia el norte.
Día 7: Seljord-Bergen, 510Kms.:
A partir de hoy el trafico desaparece y solo se ve alguna que otra autocaravana y motos, muchas motos, todo matriculas noruegas e italianas.
La carretera es preciosa y los paisajes espectaculares, muy parecidos a Suiza, con sus montañas, lagos y cabras y ovejas sueltas por la carretera (nunca vi tanto paso canadiense como en Noruega), muy “chulitas” ellas tomando el sol tumbadas en el arcen de la carretera.
Llego a Lysebotn y me dan una pequeña mala noticia, para subir al ferry, en el que solo entran 10 coches, hay que tener reserva y están todas agotadas y solo hay dos viajes por la tarde. Aun así espero a que venga el ferry. 2 horas de espera después, en un sitio en donde solo hay un kiosco y después de encontrarme a 2 españoles que viajan en coche alquilado, con lo que la espera se hizo mas amena, llega el ferry y empiezan a pasar lista, primero las motos con reserva, después los coches con reserva, que tienen que entrar marcha atrás porque mas que un ferry es un barco con entrada para vehículos llega el turno de los que no tienen reserva.
Al final el “jefe” me quiere dejar en tierra por no haberme puesto a la cola (había sido el 2º en llegar), ya no quedan sitios en el barco para mas coches y queda un hueco pequeño para meter la moto, me dice que no tiene eslingas para agarrar la moto y que no puede dejarme entrar, le comento que yo llevo eslingas en las maletas, se lo piensa y me dice que tengo que ir en la moto porque no es un sitio seguro para la moto, le digo que perfecto, que no me importa, que asumo la responsabilidad, le pongo cara de pena española y me deja entrar, perfecto ya que la alternativa, después de haber perdido mas de dos horas esperando, es una carretera sin vistas y de mas de 6 horas asta el punto siguiente (en ferry era 1 hora viajando a lo largo del fiordo).
UN AUTENTICO FLIPE, lo de los fiordos es algo que los gallegos podemos llegar a conocer ya que es algo parecido a una de nuestras rías pero a lo “bestia”, con acantilados por los dos lados de cerca de 1000 metros de altura y según comentan de otros 1000 metros por debajo del mar y mucho, muchisimo mas largo (este era pequeño y eran mas de 40Kms).
En este fiordo, en particular, esta una atracción turística, el Preikestolen, que para llegar solo se puede ir andando y son unas 4 horas de caminata, por unos senderos en los que se dice que hay gente que da la vuelta a medio camino llorando por la dureza del camino. Yo, por supuesto, como me gusta tanto caminar, ni me lo planteo y lo veo desde el barco, sentado en la moto muy fresquito azotado por la brisa del mar.
Cuando llega a puerto el ferry cojo la ruta E39 y ya no la suelto asta enlazar con la RV17.
La E39 esta llena de ferrys cada pocos kms., cosa que en principio no me llamaba mucho la atención porque lo que me gusta es andar en moto y que se convirtió en un pasatiempo muy entretenido, en donde aprovechar para hacer las comidas correspondientes, conocer a mas moteros que tenían por destino el mismo que yo y ver lugares que en moto me los hubiera perdido.
Esta noche si que consigo dormir en una cabaña de pescador, con su cocinita, su baño y su ducha. Como en todo Noruega, me atiende una chica muy simpática (no seáis mal pensados, solo simpática). La cabaña esta genial pero muy cara, al mismo precio que un buen hotel en España, pero mucho mas barata que cualquier hotel en Noruega.
Por la noche, después de cambiarme de ropa, me acerco a Bergen a visitar la ciudad, una ciudad muy bonita y con un mejor ambiente (menudas muj….).
Día 8: Bergen-Holde, 651Kms.:
Hoy toca seguir subiendo por la E39 bordeando fiordos, lagos espectaculares y túneles muy largos y casi prehistóricos. Las cataratas que bajan por las laderas de los montes son una pasada e intento ir con la moto asta donde me permitan para verlas de cerca.
Llegar a lo alto de un puerto de montaña es alucinante, porque las vistas que te quedan tanto por un lado como por el otro te ponen la “piel de gallina”, parece que nunca se acaban los paisajes y cada vez te sorprenden mas y mas.
Me desvío de la E39 para coger la carretera de Trollstigen y por el camino paso por Dalsnibba (precioso el glaciar que hay aquí y sus vistas) y por el fiordo de Geiranger (acojonante ver un trasatlántico amarrado en medio del fiordo).
Después de hacer unos kms. de mas por no querer coger un ferry y así bordear un par de fiordos mas, paro a dormir a las puertas de la carretera del Atlántico.
Día 9: Holde-Sandnessjoen, 737Kms.:
Comienzo pagando el peaje para entrar en la carretera del Atlántico (el único peaje que pagan las motos) y la verdad que si, que es muy bonita, pero impresiona mas verla por Internet que en vivo ya que a pie de carretera no tienes esa sensación tan “bestia” de ir entre islas. El tiempo no es muy bueno y hay algo de trafico así que me la saco de encima bastante rápido ya que tengo unas ganas locas de coger la ruta 17, pero antes, vuelvo a enlazar con la E39.
Ya dentro de la RV17, el día empieza a mejorar y el tiempo permite que puedas hacer la cantidad de curvas que tiene a un ritmo “alegre” pero disfrutando de todo lo que tiene que ofrecerte esta zona de Noruega.
Subo y subo hacia en Norte, cogiendo ferry tras ferry hasta que paro para ver a una manada de Alces que impresionan por su tamaño. En este momento me doy cuenta de que viajar cuando empieza a oscurecer no es muy buena idea porque como te encuentres un “bicho” de estos parado en medio de la carretera puedes tener un problema.
Paro a dormir en un hotelito ya que por la zona no hay muchos sitios donde parar, son las 23:00 de la noche y empieza a refrescar. En el hotel hay un grupo de moteros con viaje organizado de estos que te ponen la moto y que llevan furgoneta con motos de sustitución por si se avería alguna ( así también viajo yo).
A esta altura de Noruega ya no se hace del todo de noche y siempre queda algo de día si fijas la mirada hacia el Norte.
Día 10: Sandnessjoen-Verstersand, 530Kms.:
Empiezo el día con muchas ganas después de haber dormido y desayunado como los reyes y el tramo de carretera que me queda asta Lofoten, no me defrauda en absoluto.
Muchos ferrys, muchas curvas, muchos lagos, muchos fiordos, algún glaciar y algún que otro apuro para repostar (creo que el deposito de mi moto se hace mas grande según se me hacen mas pequeños los testículos).
También hoy toca pasar la barrera psicológica del Circulo Polar Ártico, eso si al haber cambiado la ruta se pasa en ferry, pero hay un monumento que te dice que lo estas pasando y también el capitán del barco te lo recuerda.
Llego a Bodo para coger el ferry hacia Lofoten y tengo que esperar casi 2 horas y otras 3 horas de travesía, pero merece la pena, primero por la ruta en ferry entre una cantidad de islotes (bendito sea el que hizo las cartas marinas y el sonar) y segundo porque Lofoten es un punto y aparte dentro de Noruega.
Recorrer este archipiélago, en su mayoría de pescadores, es una experiencia muy bonita, ya no solo por sus paisajes y sus carreteras, que son brutales, sino por sus pueblos pesqueros de poco mas de una veintena de casas.
Se empieza hacer de noche y aunque hay muchos campings por la zona están todos completos, así que nada mas ver una señal de “cabaña de pescador” por un sendero, no me lo pienso y me adentro en el bosque y menudo acierto.
Me encuentro con una casa particular que alquila habitaciones y me alquilan por apenas 25 euros una casa de 2 plantas con 4 habitaciones para mi solito. Nada mas entrar, me recuerda a la casa del cuento de “Ricitos de oro y los tres cerditos”, me siento como en un cuento infantil.
En esta zona ya no se hace de noche y el sol apenas se esconde por el horizonte.
El año pasado, al regresar de Moscú y parar a dormir en Tallin, viendo que a las 2 de la mañana aun seguía siendo de día y que un poco mas tarde ya empezaría a amanecer, fue cuando me dije que para el año tenia que ir a Nordkapp ya que si en Estonia era alucinante ver el cielo así, en Noruega tenia que ser la bomba.
Nada mas llegar a casa empecé a recopilar información y a preparar una ruta que me llevaría por 14774Kms. de carreteras comarcales y nacionales enlazando curva tras curva por paisajes que en mi vida me hubiera imaginado que me encontraría.
Esta es mi historia, la historia de un viaje alucinante que espero poder recordar asta que el Alzheimer me lo permita:
Día 1: Vigo-Chatellerault (F), 1301Kms.:
Llego la hora, son las 5 de la mañana del 1 de agosto, la moto esta cargada y todo listo para salir. Este primer día quiero hacer muchos kms. ya que quiero salir de España lo antes posible y enlazar carretera en Francia.
Hago Vigo-Benavente por autovía porque la carretera la conozco de sobra y se pierde mucho tiempo en salir de Galicia, a partir de aquí, carretera hasta Palencia en donde vuelvo a coger autovía hasta Burgos, desde ese momento el resto de kms. serán por carretera.
Salgo de España por Roncesvalles con muchísimo calor, llegando a superar los 40ºC, preciosa carretera, la conozco de otras veces, sin tráfico con muchas curvas y muchas motos.
Francia me fascina, sus carreteras, sus pueblos, sus castillos, nunca me canso de recorrer su geografía, pero el día a sido largo y hay que parar a dormir que mañana hay que seguir.
Día 2: Chatellerault-Deinze (B), 688Kms.:
Empiezo el día con el mismo calor que acabé ayer, 40ºC, pero según me arrimo a la costa la temperatura me da una tregua, sobre todo cuando paso por los bosques que te arropan dándote sombra.
¿Ya comente que Francia me fascina? No hay ni un solo km. que me disguste de la ruta por Francia, pero todo lo bueno se acaba y toca pasar página, en este caso país y Bélgica ya no es lo mismo, mas trafico, mas rectas, mas pueblos que no te dicen “nada”, pero te vas entreteniendo con los “comercios” que hay en las carreteras con chicas con poca ropa en sus escaparates.
Toca parar a dormir y encuentro un hotelito en un pueblecito con una recepcionista que me podía haber cobrado 1000 euros por la habitación que me daba igual, allí me quedaba, ¡¡¡como estaba la…!!!, en fin dejémoslo así.
Día 3: Deinze-Bremen (D), 685Kms.:
He pasado con la moto 2 veces en mi vida por Holanda y puedo asegurar que nunca mas la volveré a cruzar. Una tortura, tanta puta bicicleta de dios, con sus carreteras adaptadas mas a las bicicletas que al trafico que realmente hay de vehículos (que no son pocos).
Que descanso nada mas pasar la frontera con Alemania, con sus carreteras limitadas a 100Km/h y sus autopistas que descongestionan tanto las nacionales que vas casi solo por ellas. También se nota otra forma de vivir, mas parecida a la española, con gente por las calles después de las 7 de la tarde y gasolineras y comercios abiertos asta las 10 de la noche.
Día 4: Bremen-Rodekro (DK), 363Kms.:
Hoy toca un día de pocos kms. ya que lo primero que quería hacer era visitar el museo de miniaturas de Hamburgo.
No me esperaba ni por asomo encontrarme un museo que me abriera tanto la boca de asombro como lo hizo.
Si, había visto videos por Internet, pero me fascino de tal manera que estuve unas 4 horas allí dentro viendo todos los detalles. Lo recomiendo aunque a ser posible ir sin ropa de moto porque son muchas horas dentro del museo caminando muy despacio.
Al acabar, salir echando chispas de allí ya que no creía que me llevara tanto tiempo y se hacia tarde, ya comeré mas adelante, cuando salga de la ciudad. Al final paro en un área de descanso y me preparo la comida con el hornillo, eso si a las 5 de la tarde.
Alemania también es muy bonito si viajas por carreteras comarcales, sus pueblos de ladrillo carabista con sus iglesias rojas y muchísimas granjas me encantaron, apenas sin trafico.
Toca pasar a Dinamarca y a partir de aquí, el euro desaparece. Entro con cuidado ya que no me fío de las señales de velocidad y asta que no empiezo ha ver como va realmente el trafico no le empiezo a apretar al mango del gas. Nada de policía y sin trafico ni gente, todo cerrado desde las 5 de la tarde, así que toca cenar en el hotel algo que pude comprar en una gasolinera abierta.
Día 5: Rodekro-Boras (S), 629Kms.:
Mas trafico de lo que hubiera esperado, pero salgo de Dinamarca sin grandes complicaciones, todo por carretera a excepción del primer túnel bajo el mar que paso en este viaje y del puente de frontera con Suecia.
Suecia me empieza a gustar, mucho bosque y carreteras de enlace de pueblos por tierra. También empiezo a ver las primeras señales de alces. Me desvío un poco de la ruta establecida para buscar un hotel ya que por donde voy no hay nada de nada y se esta haciendo tarde.
Encuentro hotel el Boras, la simpatía de la gente en este país es alucinante y siempre tienen una sonrisa en la cara. El restaurante del hotel tiene buena pinta y decido cenar en el. Me puse las botas, menuda carne mas buena tienen (espero que no fuera de alce, jejeje).
Decido salir por la noche con la moto para visitar la ciudad.
Aquí hago un pequeño inciso: soy un turista un poco raro y no me gusta llegar a las 5 de la tarde a los sitios, aparcar la moto y visitar las ciudades y sus monumentos llenos de gente. Me gusta conducir la moto durante 12 ó 14 horas, llegar a las ciudades donde voy ha dormir sobre las 10 ó 11 de la noche y en ese momento es cuando visito las ciudades que tienen algo mágico cuando el horario laboral se apaga y empieza el horario de los barrenderos.
Pero mi plan se trunca cuando cruzo la calle hacia mi moto y veo a dos “personajes” alrededor de la moto haciendo fotos y mirando las pegatinas de las maletas. Resulta que son dos moteros suecos que están por negocios en la ciudad (en coche) y me preguntan: “¿Ha donde vas?”. Les respondo que mi destino es Cabo Norte y en ese momento las pupilas se les dilatan, me preguntan por la ruta que voy a seguir y con mi ingles de E.G.B intento explicarme pero prefiero decirles: “a moment please”, abro la maleta y saco un mapa gigante de Noruega.
Ver la cara de felicidad de los suecos no tiene precio, me cogen del brazo y nos dirigimos al bar del hotel que estaba cerrando, así que no queda otra que quedarnos en la recepción del hotel.
¡¡¡2 horas!!! Hablando del viaje, que ellos lo habían hecho hacía unos años y que era alucinante. Les digo la ruta que voy ha seguir, que mi idea es evitar todos los ferrys posibles y me dicen que ni se me ocurra, que tengo que coger la ruta 17 e ir a Lofoten si realmente quiero disfrutar como se merece del viaje, que no me va ha defraudar, que me va ha encantar y que me sorprenderé con sus paisajes.
Les digo que lo consultare con la almohada, nos damos los correos electrónicos y me voy ha descansar que es muy tarde.
Y mas tarde se me hizo en la habitación del hotel con el GPS diseñando una nueva ruta por los sitios que me comentaron que no me podía perder, aunque no me hacia mucha gracia coger mas de 50 ferrys.
Desde aquí doy las gracias a estos suecos que hicieron que mi viaje fuera muy especial e inolvidable ya que los sitios que me recomendaron son simplemente A-LU-CI-NAN-TES.
Día 6: Boras-Seljord (N), 560Kms.:
El día amanece nublado y con ganas de llover pero aguanta, perfecto para andar en moto.
Salgo de Suecia y entro en Noruega por una carretera muy bonita con muchas curvas, esto marcha. No voy ha entrar en Oslo, porque las grandes ciudades me la “pelan”, no me interesan para nada, la bordeo dejándola a unos 40 Kms. al norte y me empiezo a desviar al oeste, para llegar a la costa.
Alucinado, sorprendido, atónito, sorprendido, fascinado y todos los sinónimos que se os ocurran me vinieron a la mente cuando paso el primer túnel en Noruega bajo el agua. Los había visto por el Google Earth antes de salir de casa, pero no te imaginas ni por un momento la grandeza de su ingeniería. A partir de este momento me pase todo el camino pensando como “cojones” los hacían.
Es bestial pasar por un túnel bajo el agua de 10Kms., con una pendiente del 10%, tanto de bajada como de subida, ya que al llegar a mitad de camino empieza a subir al 10%, de doble sentido, con carril de vehículos lentos y con posibilidad de adelantamiento, limitado a 80kms/h (en España esa es la limitación de muchos túneles en autovia) y sin revestir de hormigón inyectado, ya que se ve la roca viva porque en este país no se hacen túneles con “tuneladora” sino que se siguen haciendo con explosivos. ¡¡¡¡BRUTAL!!!. Y no es ni uno ni dos, sino que debí pasar unos 15 ó 20 túneles de estas características en todo Noruega.
Por esta zona de Noruega, al estar tan cerca de Oslo, el tráfico es bastante intenso, cosa que va desapareciendo según te alejas de la capital asta sentir que viajas solo por las carreteras.
Hoy es el primer día de lluvia y que manera de llover, eso si en media hora todo despejado, pero gracias a la lluvia me permitió ver unas cascadas “a tope” de agua que acojonaban al ponerte encima de los puentes.
Como estoy con la ropa empapada y ya llevo mas de 500Kms. decido parar a dormir. Veo una señal de “cabaña de pescador” y me adentro en el bosque, las encuentro pero no veo a nadie (ya era un poco tarde) y como no se como funciona este tipo de alojamiento y aun no me dio tiempo de cambiar dinero a Coronas, prefiero seguir asta el pueblo mas cercano que esta muy cerca y dormir en un hotel.
Me cuesta encontrar el hotel y preguntando a los lugareños me liaba aun mas, pero al final doy con el. No es barato, pero por lo que me habían comentado no me pareció excesivamente caro, sobre todo viendo los precios que tienen según iba yendo hacia el norte.
Día 7: Seljord-Bergen, 510Kms.:
A partir de hoy el trafico desaparece y solo se ve alguna que otra autocaravana y motos, muchas motos, todo matriculas noruegas e italianas.
La carretera es preciosa y los paisajes espectaculares, muy parecidos a Suiza, con sus montañas, lagos y cabras y ovejas sueltas por la carretera (nunca vi tanto paso canadiense como en Noruega), muy “chulitas” ellas tomando el sol tumbadas en el arcen de la carretera.
Llego a Lysebotn y me dan una pequeña mala noticia, para subir al ferry, en el que solo entran 10 coches, hay que tener reserva y están todas agotadas y solo hay dos viajes por la tarde. Aun así espero a que venga el ferry. 2 horas de espera después, en un sitio en donde solo hay un kiosco y después de encontrarme a 2 españoles que viajan en coche alquilado, con lo que la espera se hizo mas amena, llega el ferry y empiezan a pasar lista, primero las motos con reserva, después los coches con reserva, que tienen que entrar marcha atrás porque mas que un ferry es un barco con entrada para vehículos llega el turno de los que no tienen reserva.
Al final el “jefe” me quiere dejar en tierra por no haberme puesto a la cola (había sido el 2º en llegar), ya no quedan sitios en el barco para mas coches y queda un hueco pequeño para meter la moto, me dice que no tiene eslingas para agarrar la moto y que no puede dejarme entrar, le comento que yo llevo eslingas en las maletas, se lo piensa y me dice que tengo que ir en la moto porque no es un sitio seguro para la moto, le digo que perfecto, que no me importa, que asumo la responsabilidad, le pongo cara de pena española y me deja entrar, perfecto ya que la alternativa, después de haber perdido mas de dos horas esperando, es una carretera sin vistas y de mas de 6 horas asta el punto siguiente (en ferry era 1 hora viajando a lo largo del fiordo).
UN AUTENTICO FLIPE, lo de los fiordos es algo que los gallegos podemos llegar a conocer ya que es algo parecido a una de nuestras rías pero a lo “bestia”, con acantilados por los dos lados de cerca de 1000 metros de altura y según comentan de otros 1000 metros por debajo del mar y mucho, muchisimo mas largo (este era pequeño y eran mas de 40Kms).
En este fiordo, en particular, esta una atracción turística, el Preikestolen, que para llegar solo se puede ir andando y son unas 4 horas de caminata, por unos senderos en los que se dice que hay gente que da la vuelta a medio camino llorando por la dureza del camino. Yo, por supuesto, como me gusta tanto caminar, ni me lo planteo y lo veo desde el barco, sentado en la moto muy fresquito azotado por la brisa del mar.
Cuando llega a puerto el ferry cojo la ruta E39 y ya no la suelto asta enlazar con la RV17.
La E39 esta llena de ferrys cada pocos kms., cosa que en principio no me llamaba mucho la atención porque lo que me gusta es andar en moto y que se convirtió en un pasatiempo muy entretenido, en donde aprovechar para hacer las comidas correspondientes, conocer a mas moteros que tenían por destino el mismo que yo y ver lugares que en moto me los hubiera perdido.
Esta noche si que consigo dormir en una cabaña de pescador, con su cocinita, su baño y su ducha. Como en todo Noruega, me atiende una chica muy simpática (no seáis mal pensados, solo simpática). La cabaña esta genial pero muy cara, al mismo precio que un buen hotel en España, pero mucho mas barata que cualquier hotel en Noruega.
Por la noche, después de cambiarme de ropa, me acerco a Bergen a visitar la ciudad, una ciudad muy bonita y con un mejor ambiente (menudas muj….).
Día 8: Bergen-Holde, 651Kms.:
Hoy toca seguir subiendo por la E39 bordeando fiordos, lagos espectaculares y túneles muy largos y casi prehistóricos. Las cataratas que bajan por las laderas de los montes son una pasada e intento ir con la moto asta donde me permitan para verlas de cerca.
Llegar a lo alto de un puerto de montaña es alucinante, porque las vistas que te quedan tanto por un lado como por el otro te ponen la “piel de gallina”, parece que nunca se acaban los paisajes y cada vez te sorprenden mas y mas.
Me desvío de la E39 para coger la carretera de Trollstigen y por el camino paso por Dalsnibba (precioso el glaciar que hay aquí y sus vistas) y por el fiordo de Geiranger (acojonante ver un trasatlántico amarrado en medio del fiordo).
Después de hacer unos kms. de mas por no querer coger un ferry y así bordear un par de fiordos mas, paro a dormir a las puertas de la carretera del Atlántico.
Día 9: Holde-Sandnessjoen, 737Kms.:
Comienzo pagando el peaje para entrar en la carretera del Atlántico (el único peaje que pagan las motos) y la verdad que si, que es muy bonita, pero impresiona mas verla por Internet que en vivo ya que a pie de carretera no tienes esa sensación tan “bestia” de ir entre islas. El tiempo no es muy bueno y hay algo de trafico así que me la saco de encima bastante rápido ya que tengo unas ganas locas de coger la ruta 17, pero antes, vuelvo a enlazar con la E39.
Ya dentro de la RV17, el día empieza a mejorar y el tiempo permite que puedas hacer la cantidad de curvas que tiene a un ritmo “alegre” pero disfrutando de todo lo que tiene que ofrecerte esta zona de Noruega.
Subo y subo hacia en Norte, cogiendo ferry tras ferry hasta que paro para ver a una manada de Alces que impresionan por su tamaño. En este momento me doy cuenta de que viajar cuando empieza a oscurecer no es muy buena idea porque como te encuentres un “bicho” de estos parado en medio de la carretera puedes tener un problema.
Paro a dormir en un hotelito ya que por la zona no hay muchos sitios donde parar, son las 23:00 de la noche y empieza a refrescar. En el hotel hay un grupo de moteros con viaje organizado de estos que te ponen la moto y que llevan furgoneta con motos de sustitución por si se avería alguna ( así también viajo yo).
A esta altura de Noruega ya no se hace del todo de noche y siempre queda algo de día si fijas la mirada hacia el Norte.
Día 10: Sandnessjoen-Verstersand, 530Kms.:
Empiezo el día con muchas ganas después de haber dormido y desayunado como los reyes y el tramo de carretera que me queda asta Lofoten, no me defrauda en absoluto.
Muchos ferrys, muchas curvas, muchos lagos, muchos fiordos, algún glaciar y algún que otro apuro para repostar (creo que el deposito de mi moto se hace mas grande según se me hacen mas pequeños los testículos).
También hoy toca pasar la barrera psicológica del Circulo Polar Ártico, eso si al haber cambiado la ruta se pasa en ferry, pero hay un monumento que te dice que lo estas pasando y también el capitán del barco te lo recuerda.
Llego a Bodo para coger el ferry hacia Lofoten y tengo que esperar casi 2 horas y otras 3 horas de travesía, pero merece la pena, primero por la ruta en ferry entre una cantidad de islotes (bendito sea el que hizo las cartas marinas y el sonar) y segundo porque Lofoten es un punto y aparte dentro de Noruega.
Recorrer este archipiélago, en su mayoría de pescadores, es una experiencia muy bonita, ya no solo por sus paisajes y sus carreteras, que son brutales, sino por sus pueblos pesqueros de poco mas de una veintena de casas.
Se empieza hacer de noche y aunque hay muchos campings por la zona están todos completos, así que nada mas ver una señal de “cabaña de pescador” por un sendero, no me lo pienso y me adentro en el bosque y menudo acierto.
Me encuentro con una casa particular que alquila habitaciones y me alquilan por apenas 25 euros una casa de 2 plantas con 4 habitaciones para mi solito. Nada mas entrar, me recuerda a la casa del cuento de “Ricitos de oro y los tres cerditos”, me siento como en un cuento infantil.
En esta zona ya no se hace de noche y el sol apenas se esconde por el horizonte.