El proyecto era aprovechar el puente 6-8 septiembre para visitar la "Mata Natural do Bussaço" (monte de Bussaco) y dar un paseo por Coimbra durante el sábado 6 y hacer una ruta para visitar dos "aldeias historicas" (Piodao y Castelo Novo) enlazándolas por la parte sur de la Serra da Estrela durante el domingo 7 para, finalmente, regresar a casa durante el lunes 8.
La parte portuguesa que tocaba ver está en el Centro de Portugal, una región, si no montañosa, sí llena de pequeños montes que la pueden calificar como de abrupta.
Esta es la zona:
La región está llena de historia e interesantes monumentos, pero para lo que ahora importa, para rutas/viajes en moto, decir que tiene un recorrido imprescindible entre Castelo Branco (A) y Arganil, pasando por Gois. Son unos 150 km de curvas, de todas clases y por una carretera aceptable, buena en ocasiones. Yo no tenía previsto hacer esta ruta, pero es la que hice el domingo por la tarde por las razones que luego contaré. en el vídeo que hay al final de la crónica puede verse parte de éste trazado. Además, tomando Gois como referencia/centro es posible hacer rutas circulares más extensas e igual de interesantes.
Además de las curvas (que para mí no son el principal atractivo) puede disfrutarse de unas bonitas vistas, verdes casi todo el año, y el viajero interesado puede acercarse a los muchos pequeños pueblos que constantemente se ven en las laderas. Cuando hice el recorrido, esos pequeños pueblos estaban rodeados de nubes, sobresaliendo de ellas pequeñas torres de iglesias y entreviéndose parte de sus tejados. Bonito, sin duda.
Como dije, el primer destino habría de ser la Mata Natural do Bussaçco, que es un monte artifical de más de 100 hectáreas poblado con especies vegetales traidas de todas partes del mundo y que tiene en su interior el Palacio do Bussaço, actualmente convertido en uno de los hoteles más lujosos del mundo. Además dispone de un bonito convento y otros edificios dignos de visitarse; cosa que yo pretendía y que no pude hacer porque el sábado por la mañana se celebraban bodas y no permitían la entrada.
Esta es una vista del Palacio y los jardines (día de lluvia, como se puede ver):
Además de estos edificios, el atractivo del lugar consiste en recorrerlo andando por las muchas rutas senderistas señalizadas y sin riesgo de perderse porque se trata de un enorme parque cerrado. El día estaba lluvioso, pero me permití un corto paseo por el bosque:
Decir que el acceso es de pago, 2 € para las visitas en moto. Normalmente, como parte final del recorrido se suele subir al Mirador de la Cruz al que se accede saliendo del monte y tomando una carretera en muy mal estado, rota. Pero después de sortear esta carretera bajo la lluvia durante unos 4 ó 5 km de subida se llega al Mirador, otro lugar emblemático donde hacerse la foto es obligado:
Así se me fué la mañana del sábado, Salí del camping con lluvia y regresé del mismo modo; pero como iba a permitir que cuatro gotas me estropeasen el día, decidí regresar a través del Monte do Carvalho y del Vale del mismo nombre a través de una carretera de montaña que discurre paralela a la N-235 que usé en la ida. Fueron unos 25 km de curvas bajo la lluvia, intensa en ocasiones; fué el primero de esos momentos en que me decía "estás tonto, ¿qué haces aquí jugándote el tipo por esta carretera?" La respuesta a esa pregunta es lo que hace que volvamos a salir en otras ocasiones aunque el pronóstico meteorológico no sea bueno.
Llegué a la calidez de mi tienda, donde tras comer y cambiar la ropa por otra seca inicié el recorrido de la tarde: visita a Coimbra. Accedí a través de la N-110, que corre paralela al rio Mondego por otro hermoso collado, recordándome los que recientemente ví en Cantabria, y, como no podía ser de otra forma, bajo la lluvia, aunque ahora era muy leve, pero que mantenía el asfalto mojado todo el tiempo.
En Coimbra me respetó la lluvia e, incluso hizo calor; demasiado para pasear por esas cuestas imposibles de su casco histórico y entre cuestas y monumentos pasé la tarde, haciéndome las típicas fotos de cualquier otro t´pico turista. Sin duda, Coimbra merece una visita más pausada. Las mejores vistas de la ciudad tal vez se obtengan desde el Ponte de Santa Clara en su parte baja. Por cierto, cruzar ese puente supone salir de la algarabía turística y adentrase en una ciudad más de los portugueses, donde tomé un café por 0,60 céntimos; cosa impensable en la otra orilla.
Acaba el sábado y sobre las diez de la noche empieza de nuevo a llover y ya no pararía hasta las doce o la una de la mañana del domingo; unas 14 ó 15 horas seguidas lloviendo. al contrario de lo que me sucedió hace poco tiempo en Zarautz, esta vez mi nueva tienda aguantó el chaparrón sin ningún problema a pesar de que durante la madrugada llovía tanto que el ruido consiguió despertarme. Recogí el campamento como pude y a las diez de la mañana del domingo inicié lo que tendría que ser el recorrido por las "aldeias hisoricas", empezando por Piodao y hacía allí me encaminé; pero la lluvia, lejos de cesar, se incrementaba a cada momento, teneiendo que parar cuatro o cinco veces durante los primeros 50 km porque no veía nada e iba empapado. Decir aquí que llevaba equipación de verano con un traje de agua "de risa", uno que suelo usar para lloviznas leves; de modo que estaba completamente mojado y. además, no podía usar ni el navegador ni los mapas de papel. en esas condiciones no podía seguir con lo previsto y me fuí hacia Arganil con la intención de, bien allí o bien en la cercana Gois, esperar a que parara de llover o buscarme un alojamiento nuevo. Pocas fotos tengo de esta mala mañana:
En Gois cesó de llover, pero ya era tarde para retomar la ruta original, estaba cansado y no me quedaba ropa limpia y seca que ponerme. Esta vez se impuso la cordura y decidí dar por terminado el periplo; ya volveré en otra ocasión. La ruta de vuelta es la que se puede ver en el mapa incial. al principio, aunque no llovía, la carretera estaba mojada; pero, poco a poco, se fué secando y me permitión disfrutar mucho de ella y de sus parajes.
El pueblo que puede verse en la última foto es Pampilhosa da Serra y en él comí; concretamente en el Restaurante "A Casa Velha", detrás de la iglesia. Sin duda un sitio recomendable por bueno y barato (que no bonito). La "sopa de peix" calentita me reconfortó el cuerpo, la "grilhada mista" me proporcionó las fuerzas perdidas y la "serradura" me dejó con un buen sabor de boca. Por cierto, ese vaso no es refresco de cola, como podría parecer; eso es una "copa de vino".
La parte portuguesa que tocaba ver está en el Centro de Portugal, una región, si no montañosa, sí llena de pequeños montes que la pueden calificar como de abrupta.
Esta es la zona:
La región está llena de historia e interesantes monumentos, pero para lo que ahora importa, para rutas/viajes en moto, decir que tiene un recorrido imprescindible entre Castelo Branco (A) y Arganil, pasando por Gois. Son unos 150 km de curvas, de todas clases y por una carretera aceptable, buena en ocasiones. Yo no tenía previsto hacer esta ruta, pero es la que hice el domingo por la tarde por las razones que luego contaré. en el vídeo que hay al final de la crónica puede verse parte de éste trazado. Además, tomando Gois como referencia/centro es posible hacer rutas circulares más extensas e igual de interesantes.
Además de las curvas (que para mí no son el principal atractivo) puede disfrutarse de unas bonitas vistas, verdes casi todo el año, y el viajero interesado puede acercarse a los muchos pequeños pueblos que constantemente se ven en las laderas. Cuando hice el recorrido, esos pequeños pueblos estaban rodeados de nubes, sobresaliendo de ellas pequeñas torres de iglesias y entreviéndose parte de sus tejados. Bonito, sin duda.
Como dije, el primer destino habría de ser la Mata Natural do Bussaçco, que es un monte artifical de más de 100 hectáreas poblado con especies vegetales traidas de todas partes del mundo y que tiene en su interior el Palacio do Bussaço, actualmente convertido en uno de los hoteles más lujosos del mundo. Además dispone de un bonito convento y otros edificios dignos de visitarse; cosa que yo pretendía y que no pude hacer porque el sábado por la mañana se celebraban bodas y no permitían la entrada.
Esta es una vista del Palacio y los jardines (día de lluvia, como se puede ver):
Además de estos edificios, el atractivo del lugar consiste en recorrerlo andando por las muchas rutas senderistas señalizadas y sin riesgo de perderse porque se trata de un enorme parque cerrado. El día estaba lluvioso, pero me permití un corto paseo por el bosque:
Decir que el acceso es de pago, 2 € para las visitas en moto. Normalmente, como parte final del recorrido se suele subir al Mirador de la Cruz al que se accede saliendo del monte y tomando una carretera en muy mal estado, rota. Pero después de sortear esta carretera bajo la lluvia durante unos 4 ó 5 km de subida se llega al Mirador, otro lugar emblemático donde hacerse la foto es obligado:
Así se me fué la mañana del sábado, Salí del camping con lluvia y regresé del mismo modo; pero como iba a permitir que cuatro gotas me estropeasen el día, decidí regresar a través del Monte do Carvalho y del Vale del mismo nombre a través de una carretera de montaña que discurre paralela a la N-235 que usé en la ida. Fueron unos 25 km de curvas bajo la lluvia, intensa en ocasiones; fué el primero de esos momentos en que me decía "estás tonto, ¿qué haces aquí jugándote el tipo por esta carretera?" La respuesta a esa pregunta es lo que hace que volvamos a salir en otras ocasiones aunque el pronóstico meteorológico no sea bueno.
Llegué a la calidez de mi tienda, donde tras comer y cambiar la ropa por otra seca inicié el recorrido de la tarde: visita a Coimbra. Accedí a través de la N-110, que corre paralela al rio Mondego por otro hermoso collado, recordándome los que recientemente ví en Cantabria, y, como no podía ser de otra forma, bajo la lluvia, aunque ahora era muy leve, pero que mantenía el asfalto mojado todo el tiempo.
En Coimbra me respetó la lluvia e, incluso hizo calor; demasiado para pasear por esas cuestas imposibles de su casco histórico y entre cuestas y monumentos pasé la tarde, haciéndome las típicas fotos de cualquier otro t´pico turista. Sin duda, Coimbra merece una visita más pausada. Las mejores vistas de la ciudad tal vez se obtengan desde el Ponte de Santa Clara en su parte baja. Por cierto, cruzar ese puente supone salir de la algarabía turística y adentrase en una ciudad más de los portugueses, donde tomé un café por 0,60 céntimos; cosa impensable en la otra orilla.
Acaba el sábado y sobre las diez de la noche empieza de nuevo a llover y ya no pararía hasta las doce o la una de la mañana del domingo; unas 14 ó 15 horas seguidas lloviendo. al contrario de lo que me sucedió hace poco tiempo en Zarautz, esta vez mi nueva tienda aguantó el chaparrón sin ningún problema a pesar de que durante la madrugada llovía tanto que el ruido consiguió despertarme. Recogí el campamento como pude y a las diez de la mañana del domingo inicié lo que tendría que ser el recorrido por las "aldeias hisoricas", empezando por Piodao y hacía allí me encaminé; pero la lluvia, lejos de cesar, se incrementaba a cada momento, teneiendo que parar cuatro o cinco veces durante los primeros 50 km porque no veía nada e iba empapado. Decir aquí que llevaba equipación de verano con un traje de agua "de risa", uno que suelo usar para lloviznas leves; de modo que estaba completamente mojado y. además, no podía usar ni el navegador ni los mapas de papel. en esas condiciones no podía seguir con lo previsto y me fuí hacia Arganil con la intención de, bien allí o bien en la cercana Gois, esperar a que parara de llover o buscarme un alojamiento nuevo. Pocas fotos tengo de esta mala mañana:
En Gois cesó de llover, pero ya era tarde para retomar la ruta original, estaba cansado y no me quedaba ropa limpia y seca que ponerme. Esta vez se impuso la cordura y decidí dar por terminado el periplo; ya volveré en otra ocasión. La ruta de vuelta es la que se puede ver en el mapa incial. al principio, aunque no llovía, la carretera estaba mojada; pero, poco a poco, se fué secando y me permitión disfrutar mucho de ella y de sus parajes.
El pueblo que puede verse en la última foto es Pampilhosa da Serra y en él comí; concretamente en el Restaurante "A Casa Velha", detrás de la iglesia. Sin duda un sitio recomendable por bueno y barato (que no bonito). La "sopa de peix" calentita me reconfortó el cuerpo, la "grilhada mista" me proporcionó las fuerzas perdidas y la "serradura" me dejó con un buen sabor de boca. Por cierto, ese vaso no es refresco de cola, como podría parecer; eso es una "copa de vino".
Pues esto fué todo. Dejo un pequeño vídeo resúmen de lo relatado.
[video=youtube;R3FrkEewodU]https://www.youtube.com/watch?v=R3FrkEewodU[/video]
Y os recuerdo que ésta y otras crónicas pueden verse en mi blog: Conociendo Extremadura en moto.
Saludos.
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Y os recuerdo que ésta y otras crónicas pueden verse en mi blog: Conociendo Extremadura en moto.
Saludos.