Aprovechando el veranillo de San Miguel, decidí hacer una ruta por el norte de Navarra, que relato a continuación. Son unos 160 km. que cuestan tres horas sobre la moto, cruzando la frontera con Francia en dos ocasiones. Los puntos clave son Pamplona-Zubiri-Eugui-Quinto Real-Saint Étienne de Baïgorry-San Juan de Pie de Puerto-Arnéguy-Valcarlos-Roncesvalles- Zubiri-Pamplona, tal como se ve en el mapa adjunto. Eso si, cientos de curvas de todos los tipos y condición.
El viaje comienza saliendo de Pamplona hacia Huarte Pamplona y la nacional 135. Hasta Zubiri se circula por una carretera de curvas amplias, cuya mayor dificultad son los numerosos cruces de población y los muchos ciclistas que circulan por ella. Justo al abandonar Zubiri se coge el primer desvío a la izquierda, hacia Eugui y Quinto Real, por la nacional 138. Esta carretera también es el camino más corto a Francia desde Pamplona, de la que sólo nos separan 26 km. El pueblo de Eugui dista siete kilómetros y medio de Zubiri y a él se llega por una carretera amplia de curvas cerradas. Eugui está al borde del embalse del mismo nombre.
Foto de Eugui tomada desde la presa del embalse
Circulando junto al borde este del embalse nos vamos adentrando en el precioso bosque de hayas de Quinto Real, atravesado por el río Arga y con numerosos acuíferos. Este territorio alberga las ruinas de la Real Fábrica de armas de Eugi, ampliada según las crónicas en el siglo XVIII. La primera fábrica data probablemente del siglo XIII y está sumergida en el embalse.
Ruinas de la fabrica de armas del siglo XVIII
El nombre del bosque procede del pago que tenían que hacer los lugareños al rey por la quinta parte del valor de la explotación de sus riquezas.
Este bosque y sus riquezas fueron objeto de sangrientas disputas entre los pastores franceses del valle de Baigorri y los españoles del valle de Erro. Los franceses solían ser hijos menores, que debían abandonar la casa del heredero, el mayor, para buscar sustento. El tratado de Bayona de 1856 determinó que el territorio sería español, pero que podía ser aprovechado por los franceses. De hecho, aun viven varias familias francesas, que pagan impuestos en ambos países. La carretera que divide el bosque no es buena para correr, porque es estrecha, con zonas húmedas y con numerosos animales que transitan tranquilamente por ella.
Extremo norte del bosque del Quinto Real
Al terminar el bosque más tupido se llega a una amplia explanada con dos edificios abandonados, que fueron cuartel de la Guardia Civil.
El siguiente kilómetro y medio no es adecuado para quien tenga vértigo, por la escasa protección del cortado de la carretera y los profundos barrancos.
Poco después se entra en Francia y la carretera se estrecha y se vuelve a circular por una zona relativamente boscosa. Nuestro siguiente destino es Saint Étienne de Baïgorry, un pueblo muy bonito, lleno de comercios y restaurantes dedicados a los turistas. En Saint Étienne cogemos la desviación a Bayona y San Juan de Pie de Puerto, a unos once km. de distancia.
De San Juan seguimos hacia Arneguy, a ocho km. y de aquí a Valcarlos, a sólo tres km., y en España de nuevo. Las carreteras del recorrido francés, excepción hecha de la llegada a Sain Étienne, son amplias y bien peraltadas y, como en España, atraviesan numerosas poblaciones (Aldudes, Banca, Irouléguy, Azcárate, etc.).
Los dieciséis kilómetros que separan Valcarlos del Alto de Ibañeta son, junto con los de Erro, los más divertidos para la moto, con multitud de curvas muy pronunciadas.
El Alto de Ibañeta es uno de los puntos históricos más importantes de Europa, por ser el paso más utilizado para cruzar los pirineos occidentales. Por él han circulado dos grupos humanos muy diferentes; miles de soldados de las numerosas invasiones que han atravesado los Pirineos y millones de peregrinos europeos a Santiago, que siguen siendo multitud.
Desde el monumento a Roldán, el comandante de Carlomagno que murió en la batalla de Roncesvalles, se tiene una vista magnífica de la gran falla de los Pirineos y del profundo barranco que separa España y Francia.
Monumento a Roldán
La falla pirenaica conocida como “cabalgamiento de Roncesvalles”
A sólo dos km. de Ibañeta está la Colegiata de Roncesvalles, “de entrada obligada”, donde hay visitantes en cualquier época del año. En esta villa hay algunos restaurantes donde se come de maravilla. Es interesante contratar una visita guiada a la Colegiata y al museo.
Colegiata de Roncesvalles
La bajada de Roncesvalles a Pamplona atraviesa dos pueblos preciosos, Burguete y Espinal. Cruzar sus estrechas calles principales es una experiencia muy particular. Antes de llegar a Espinal y si aun tenemos tiempo, se puede coger el desvío a Sorogain y visitar un lugar especial del valle de Erro, donde dicen que “parece que se ha detenido el tiempo”. La estrecha carretera que atraviesa este lugar también lleva a Francia, aunque, por sus características, no es recomendable.
Sorogain
De vuelta en la nacional 135, se atraviesan el pueblo y el puerto de Erro, con numerosas y pronunciadas curvas, cuya única pega es el abundante tráfico. Erro está a dieciocho kilómetros de Roncesvalles y aun quedan nueve a Zubiri y treinta a Pamplona.
A la salida de Erro nos encontramos con una magnífica reliquia, un Seat 600.
En total más de tres horas sobre la moto y otra hora parando a hacer fotos. Anda, si no he parado a almorzar …
El viaje comienza saliendo de Pamplona hacia Huarte Pamplona y la nacional 135. Hasta Zubiri se circula por una carretera de curvas amplias, cuya mayor dificultad son los numerosos cruces de población y los muchos ciclistas que circulan por ella. Justo al abandonar Zubiri se coge el primer desvío a la izquierda, hacia Eugui y Quinto Real, por la nacional 138. Esta carretera también es el camino más corto a Francia desde Pamplona, de la que sólo nos separan 26 km. El pueblo de Eugui dista siete kilómetros y medio de Zubiri y a él se llega por una carretera amplia de curvas cerradas. Eugui está al borde del embalse del mismo nombre.
Foto de Eugui tomada desde la presa del embalse
Circulando junto al borde este del embalse nos vamos adentrando en el precioso bosque de hayas de Quinto Real, atravesado por el río Arga y con numerosos acuíferos. Este territorio alberga las ruinas de la Real Fábrica de armas de Eugi, ampliada según las crónicas en el siglo XVIII. La primera fábrica data probablemente del siglo XIII y está sumergida en el embalse.
Ruinas de la fabrica de armas del siglo XVIII
El nombre del bosque procede del pago que tenían que hacer los lugareños al rey por la quinta parte del valor de la explotación de sus riquezas.
Este bosque y sus riquezas fueron objeto de sangrientas disputas entre los pastores franceses del valle de Baigorri y los españoles del valle de Erro. Los franceses solían ser hijos menores, que debían abandonar la casa del heredero, el mayor, para buscar sustento. El tratado de Bayona de 1856 determinó que el territorio sería español, pero que podía ser aprovechado por los franceses. De hecho, aun viven varias familias francesas, que pagan impuestos en ambos países. La carretera que divide el bosque no es buena para correr, porque es estrecha, con zonas húmedas y con numerosos animales que transitan tranquilamente por ella.
Extremo norte del bosque del Quinto Real
Al terminar el bosque más tupido se llega a una amplia explanada con dos edificios abandonados, que fueron cuartel de la Guardia Civil.
El siguiente kilómetro y medio no es adecuado para quien tenga vértigo, por la escasa protección del cortado de la carretera y los profundos barrancos.
Poco después se entra en Francia y la carretera se estrecha y se vuelve a circular por una zona relativamente boscosa. Nuestro siguiente destino es Saint Étienne de Baïgorry, un pueblo muy bonito, lleno de comercios y restaurantes dedicados a los turistas. En Saint Étienne cogemos la desviación a Bayona y San Juan de Pie de Puerto, a unos once km. de distancia.
De San Juan seguimos hacia Arneguy, a ocho km. y de aquí a Valcarlos, a sólo tres km., y en España de nuevo. Las carreteras del recorrido francés, excepción hecha de la llegada a Sain Étienne, son amplias y bien peraltadas y, como en España, atraviesan numerosas poblaciones (Aldudes, Banca, Irouléguy, Azcárate, etc.).
Los dieciséis kilómetros que separan Valcarlos del Alto de Ibañeta son, junto con los de Erro, los más divertidos para la moto, con multitud de curvas muy pronunciadas.
El Alto de Ibañeta es uno de los puntos históricos más importantes de Europa, por ser el paso más utilizado para cruzar los pirineos occidentales. Por él han circulado dos grupos humanos muy diferentes; miles de soldados de las numerosas invasiones que han atravesado los Pirineos y millones de peregrinos europeos a Santiago, que siguen siendo multitud.
Desde el monumento a Roldán, el comandante de Carlomagno que murió en la batalla de Roncesvalles, se tiene una vista magnífica de la gran falla de los Pirineos y del profundo barranco que separa España y Francia.
Monumento a Roldán
La falla pirenaica conocida como “cabalgamiento de Roncesvalles”
A sólo dos km. de Ibañeta está la Colegiata de Roncesvalles, “de entrada obligada”, donde hay visitantes en cualquier época del año. En esta villa hay algunos restaurantes donde se come de maravilla. Es interesante contratar una visita guiada a la Colegiata y al museo.
Colegiata de Roncesvalles
La bajada de Roncesvalles a Pamplona atraviesa dos pueblos preciosos, Burguete y Espinal. Cruzar sus estrechas calles principales es una experiencia muy particular. Antes de llegar a Espinal y si aun tenemos tiempo, se puede coger el desvío a Sorogain y visitar un lugar especial del valle de Erro, donde dicen que “parece que se ha detenido el tiempo”. La estrecha carretera que atraviesa este lugar también lleva a Francia, aunque, por sus características, no es recomendable.
Sorogain
De vuelta en la nacional 135, se atraviesan el pueblo y el puerto de Erro, con numerosas y pronunciadas curvas, cuya única pega es el abundante tráfico. Erro está a dieciocho kilómetros de Roncesvalles y aun quedan nueve a Zubiri y treinta a Pamplona.
A la salida de Erro nos encontramos con una magnífica reliquia, un Seat 600.
En total más de tres horas sobre la moto y otra hora parando a hacer fotos. Anda, si no he parado a almorzar …
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