Día 4. Regreso a Chile
Ahora con la ruta más clara, ya tenía un plan para volver a Chile. Lo primero, fue intentar sacar pesos argentinos en el cajero ( la fila los días anteriores era de 50m). Hice un par de intentos y finalmente logré sacar lo suficiente para poner un par de tanques en el camino en caso de que no me aceptaran tarjeta. Desde Chos Malal hasta el camping donde pensaba dormir habían unos 450km. El problema es que había gasolinera solo en Buta Ranquil ( a 90km de Chos Malal) y en Barrancas (a unos 140km). Así que mi plan era llenar en cada gasolinera que hubiera, aunque fuera poco, y con eso más los dos bidones de 3 y 5 litros, podría llegar a Chile sin problemas. Así me ahorraba tener que ir hasta Malargüe para poner gasolina y tener que regresar. Lo tenía más o menos claro.
La primera parte de la ruta hasta Bardas Blancas
Después cruzaría la frontera y de ahí todo era "de bajada", por si acaso...
Cómo había estado toda la tarde en Chos Malal, había descansado y al día siguiente estaba listo bien temprano.
Para hoy no había pronósticos de viento
El paisaje era lindísimo sobre todo con la luz del sol apenas amaneciendo.
Toda esta parte era asfalto, bastante bueno y con algunas curvas, así que disfruté la ruta.
Llegué a Buta Ranquil y seguí el plan, a llenar el tanque. Apenas eran unos litros, pero mejor ir sobrado. Encontré "la gasolinera" y llené Andina.
Y sí... eso que se ve en el fondo de la foto anterior, es un volcán, El Tromen.
Me hubiera gustado darle la vuelta por un camino de ripio que tiene al Oeste, pero no tenía tiempo, era martes y el jueves tenía que estar en Santiago a las 7am. Tuve que conformarme con verlo de lejos.
Continué otro rato más hasta Barrancas. Ahí estaba la última gasolinera que iba a encontrar hasta Chile. Le pregunté al encargado y me dijo que de ahí a Bardas Blancas no iba a encontrar nada. Nada de nada. Y tenía razón.
Alguien en Chos Malal ya me había dicho que en la ruta 40 había un tramo en reparaciones, pero hasta ahora todo era asfalto bueno. Además tenía bastantes curvas y buenas vistas, así que pensé que quizás la ruta iba a estar más entretenida que la ruta 40 del norte donde hay tantas rectas interminables. Bueno... tenía razón jaja. Unos cuantos kilómetros más y me encuentro un cartel que dice "Próximos 40km en mal estado". Ok, pensé 40 kilómetros de diversión
no es mucho, ni poco, lo justo.
Al principio iba algo despacio y algo torpe, pero luego me relajé pensando en los kilómetros que había hecho en ripio los días anteriores y me puse de pie y empece a disfrutar al máximo de la ruta y las panorámicas.
Llevaba la cuenta de los kilómetros, ya tenía 40 y tantos en ripio, pronto empezaría el asfalto. En eso, me topo un motero en una F800gs blanca que viene en sentido contrario. Era un español que venía dandole la vuelta al mundo, que envidia. Hablamos unos minutos y me preguntó cuantos kilómetros de ripio faltaban y le dije, pues unos 40-45km, aproveché y le hice la misma pregunta y su respuesta fue... pues más o menos lo mismo 40 km. Al parecer, los 40 kilómetros en mal estado se convirtieron en 90. Todo bien, yo estaba disfrutando.
Pasé por un cañon en el que habían algunos turistas y aproveché para sacar unas fotos.
Continué un buen rato hasta que encontré de nuevo el asfalto
O bueno, ese pedazo de asfalto. En realidad habían solo pequeñas zonas asfaltadas y el resto era ripio, en algunas partes bastante grueso y sin compactar. Aquí aumentó un poco el tráfico pero yo iba encantado de pie en la moto solo dando gas en las zonas más sueltas o al cambiarme de huella que dejan los carros al pasar. Al fin llegué a Bardas Blancas, el último pueblo antes de tomar la ruta 145 hacia el Paso Pehuenche.
Asumo que por estos escarpes blanquecinos a este pueblo le llaman Bardas Blancas, quién sabe.
Antes de llegar al cruce vi una gomería, pensé que quizás vendían gasolina ahí y fui a preguntar. El encargado me dijo que si, que claro, que tenía en botellas para vender. Le dije que primero iba a vaciar mis bidones en mi tanque y que luego le compraría lo que me faltara para ir completamente lleno. Me prestó un embudo y empecé la operación de llenado. Mis cálculos habían sido bastante conservadores por si acaso, no quería que me pasara lo del Paso San Francisco hace unos años atrás.... así que el plan funcionó. Llené el tanque y aún así me sobraron unos 2 litros. Le regalé el bidón que había comprado en Chos Malal al encargado para que se lo diera a algún viajero que lo necesitara. Me lo aceptó con una gran sonrisa y quedamos en que así el bidón va a seguir dando vueltas sirviéndole a alguien. Una tontería, pero tiene sentido para mí.
Tomé la ruta 145 eufórico por haber llegado hasta ahí sin problemas, y aunque empezó el viento mi felicidad se mantuvo intacta. El único inconveniente fue que dos de las monturas de mi GoPro se habían quebrado, no podría seguir filmando. Pero ni aun así me desanimé. Llegué a la Aduana Argentina, hice los trámites muy fácil y seguí el camino. Antes de salir de la Aduana, un niño se quedó viendo la moto con cara de ilusión, se acercó el papá y le dijo.."mirá Felipe, esa moto tiene el mismo motor que nuestro auto" (habrá pensado que era una 1200?) y luego de saludarlos escuché que le dijo... " Esperá Felipe, tenés que escuchar como suena!" La encendí y di gas... que lindo que suena la 800.
A unos 50km paré de nuevo para vaciar lo último que me quedaba en el bidón, porque sabía que en Chile me podrían hacer problemas.
La belleza de la ruta es indescriptible. En verdad es de mis favoritas. La recomiendo 100%. Si van a Mendoza viniendo desde el Sur de Chile, les recomiendo hacer este Paso. Es precioso, incluso me gustó más que Libertadores ( y eso es mucho decir!).
Cada vez más cerca de la frontera vi a mi derecha una montaña más oscura que el resto, que bonita vista!
Al parecer se llama Cerro Campanario y tiene una altitud de más de 4000msnm. Un dato curioso, es que nadie ha podido llegar a su cima hasta ahora.
El Campanario me acompañó los últimos kilómetros antes de llegar a la linea divisoria, yo no dejaba de verlo y estaba tan emocionado de la ruta que había hecho estos días en solitario que no podía ni creerlo. Este es probablemente el último viaje largo que haré por un tiempo y era una forma perfecta de cerrar el ciclo. Un momento muy especial. Así que a pesar del viento decidí parar la moto y sacar algunas fotos con Andina en ellas.
Un par de curvas más adelante me encontré con el límite internacional. Una última foto. Hasta pronto Argentina
Al fin, ya estaba en Chile y a unos 400km de mi casa. Si lograba llegar a la zona del camping antes de las 5pm, intentaría mejor continuar hasta Santiago. Al fin y al cabo tenía luz hasta las 9 o 9:30.
Una curva para la izquierda, una para la derecha y así me recibía Chile.
La Laguna del Maule
Que azul más intenso, les garantizo que es el color de la laguna, no hay filtros en la foto. Paré por unas fotos y luego hacia la Aduana Chilena.
Los trámites era rápidos, pero la fila para la revisión de vehículos era larga y lenta. El oficial me dijo que no podía pasar por delante de la fila amenos que algún "compatriota" me diera campo. Bueno, un buen samaritano me vio y sin decirle nada me ofreció a pasarme delante de él en la fila. Me ahorré un par de horas al sol jeje.
Conversamos unos minutos y luego de una revisión rápida a la moto me dejaron seguir. Ahora sí, todo listo. Esta ruta hasta Colbún es muy bonita, muchas curvas bien asfaltadas y poco tráfico. Llegué a la zona del camping a las 4:20, así que seguí con mi idea de continuar hasta Santiago que estaba apenas a 300km de ahí. Tomé la ruta hacia Molina para evitar unos kilómetros de la Ruta 5 Sur y salí a la altura de Curicó. Luego solo autopista hasta mi casa.
Un total de 742km ese día, incluyendo Frontera y unos 90-100km de ripio muy entretenido.
Así terminé esta ruta por Chile y Argentina de apenas 4 días pero que me resultó muy gratificante (en términos moteros), un total de 1927km de pura diversión y para mí aventura en solitario.
Una excelente forma de cerrar un ciclo y de pensar en las nuevas aventuras que vendrán.
Pura vida muchachos!
Enrique