Nunca pensé que finalmente cruzaría el océano, había demasiadas cosas por ver en mi trozo de mundo todavía. No era una prioridad. Y lo que son las cosas y las vueltas que da la vida, ahora tengo allí en Brasil ni mas ni menos que a mi nieta Maya, los mas avispados ya intuirán el porqué del titulo. Y una vez allí, ya que estaba, no podía desaprovechar la oportunidad de conocer aquellas tierras un poco.
Evidentemente de la única manera que yo concibo un viaje de placer, en moto. Y sobre esto va el relato. La parte relacionada con la familia queda para mi intimo recuerdo, pero es de agradecer la comprensión y paciencia de Alba, mi mujer y compañera de viajes . Y la de mi madre Luisa a la que sin duda he hecho sufrir un poco,
Esta vez tengo el tiempo y recursos para llevar a cabo este largo viaje para mi.Tres meses de los cuales 45 días han sido para la moto.
La moto. Después de mucho mirar,decidí que llevar mi Gs no me convencía, ni por costes ni por la misma moto. Yo quería algo más ligero. Alquilar tampoco es una opción para tantos días y ajustado presupuesto.
Desde Barcelona empecé a mirar motos en paginas brasileñas de compraventa, y por poco mas de lo que me costaría llevar la mía podría comprar una allí. Lo primero , centrarse en el modelo y una vez decidido cual era... a por ella !
Y ese fue el primer trabajo que le di a mi yerno. Ir a mirar las motos que le iba pasando, y una vez encontrada comprarla.
Esta fue la afortunada...
Una Yamaha Teneré 250 cc. Muy popular en Brasil, y muy fiable. Esta en concreto, tenía 62.000 kms.
Mientras llega el día de la partida no me falta entretenimiento en acabar de perfilar las rutas y pasarlas al que sin duda es mi ángel de la guarda.Mi veterano navegador al que ya conoceréis .
Y mas o menos salió una cosa así...
Como no podía ser de otra manera, llego el día esperado .Ella, mi enamorada como acertadamente dicen los brasileños, me lleva al aeropuerto y nos despedimos, Si es que tengo algún fuerte, las despedidas no son el mio y ahí la dejo con mas pena que ilusión.
Me espera un largo e incómodo viaje con tres escalas de por medio. Barcelona- Franckurt- Rio- Florianópolis. Solo destacar el Aeropuerto de Tom Jobim en Rio, donde la samba y la bossa nova no dejo de sonar en las cuatro horas de escala. Que grandes!
Llegada a Florianópolis (Floripa dicen ellos ) a media mañana. Abrazos y besos...Muchos besos- Acabo de conocer a mi nieta.
Nos embarcamos en el coche y vamos al centro de la isla, donde empezamos una carrera para hacerme, con cuantos más papeles mejor. No es fácil para un extranjero la compra de un vehículo.
Lo primero que hace falta es el CPF, que es un documento aquí en Brasil necesario para cualquier transacción
Y para sacarlo hace falta pagar una tasa en el banco. Y para pagar la tasa hace falta una carta de convite, una dirección, un pasaporte...vaya que es complicado, y sin traductores debe de ser la bomba.
Todos esos papeles hay que guardarlos como si de un tesoro se tratara. Ahora ya podíamos ir al Cartorio ( una gestoría ) a que me reconozcan la firma . Y mira ... se puso a llover. Tan bien protegí los papeles para salvarlos de la lluvia, que los metí debajo de la chaqueta y los perdí.Nuestras caras lo decían todo...volvimos sobre nuestros pasos, pero no los encontramos. Afortunadamente del documento mas importante me dieron dos copias, cosa por lo visto poco habitual. Con lo que pude ir y dejar mi firma estampada y reconocida.
Luego faltaba ir a la Vistoria ( ITV ), donde después de mirar chasis y luces y hacerle cuatro fotos, si todo les parece bien , ya podía empezar a hacer el cambio de nombre de la moto.
Esto último ya quedaría para otro día. El de hoy ya ha sido bastante intenso, y ahora toca comer en un buffet típico de aquí. A quilo se llaman. Te sirves el plato y lo pesas al final del mostrador. Si no llegas a un peso determinado, que era mi caso, pagas el precio estipulado y listo. Si te pasas del peso, se paga algo más y ya tienes buffet libre.
Salimos del bullicioso centro y vamos ya para casa, al sur de la isla, un sitio tranquilo fuera de los meses estivales, donde el turismo local y argentino invade la isla en busca de playas y sol.
Por fin puedo deshacer la maleta y descansar.
Mi primer día en Brasil ha sido agotador.
Pasaron unos días que veía la moto aparcada en el garage, pero ni la toqué, quería disfrutar de la familia y el lugar.
Visitando playas y fotografiando fauna variada.
Las tablas de surf, son un complemento casi imprescindible en motos y bicis.
Indagué sobre posibles seguros para los países a visitar, pero me fue difícil dar con uno. O sea que iré sacando seguros en las fronteras que cruce. La moto tiene su seguro obligatorio que va asociado al impuesto de circulación DVAP se llama. Y yo me he sacado un seguro personal de viaje. De momento vamos bien.
Estamos en Octubre, primavera y el tiempo es cambiante. Bastantes días de lluvia, que me ayudan a decidirme a meterle mano a la moto.
Lo primero que quiero es desmontar tanto como me sea posible , para ver como está y que me voy encontrando. Limpiar. engrasar, reapretar, etc.


Controlar todo lo que esté en mi mano y me ayude a ir conociéndola mejor.
Una vez visto su buen estado, hace falta cambiar consumibles como transmisión, ruedas y pastillas y apretar el muelle trasero de la suspensión, que la noto muy blanda. Aunque una vez en el taller, alguna cosa mas salió, como los cojinetes de dirección.
El dependiente tenía un día malo.
Ahora si, ya podía ir a pasar la ITV, y ponerla a mi nombre.
Ya de vuelta al garaje, le he quitado algunas cosas que no van a servir, como un control de crucero poco fiable, unos paramanos que tocan la pantalla y una especie de antena , que llevan muchas motos por aquí, cuya función es cortar los hilos de las cometas que quedan enganchados por todas partes y así evitar cortes sobre todo en el cuello.
Y con todo esto fuera . ahora ya tenía mas espacio para mis gadgets.
El soporte para el navegador, que usaría a diario y el del teléfono, que usé un par de veces.
Este bidón los arrastraría casi todo el viaje, aunque dentro de la maleta. Lo usé una vez que dudé y lo tiré. Siempre he encontrado gasolineras o gasolina.
Y estas bolsitas que se morían de asco en casa, aquí van a hacer su función, para llevar alguna herramienta.
Unos pocos recambios para el viaje, como unas manetas, una cámara trasera, algún cable , etc. Y ya está la máquina lista para salir....
En lo que respecta al equipaje, todo tiene que caber dentro de el rulo, la maleta es para las cuatro cosas de uso diario y el dichoso bidón.
BRASIL
El día 21 de Octubre, tras una noche de despedida y fiesta, donde corrió la cachaça salgo de Floripa entre nervios,sueño y un día gris con previsiones de agua.
La salida de la isla es complicada por el tráfico intenso y las grandes vías. A media mañana ya voy circulando con menos tráfico pero con una lluvia que no me dejara hasta la llegada al primer hotel del viaje.
A pesar del agua, voy tomando el pulso a la moto y a lo que nos rodea. Nos quedan 13 o 14.000 kms. por delante, por lo que el ritmo es tranquilo, muy tranquilo. Tanto que en ocasiones estorbo a los muchísimos camiones que circulan por un país que no tiene ferrocarril. Y en condiciones de lluvia y carreteras rotas eso supone tragar mas agua y baches.
Estos primeros días mis tiradas has sido de entre 300 y 400 kms.
El primer día ha sido pasado por agua y he llegado a Joçaba, un sitio sin demasiado interés y pelado de frío.
Primeras charlas en portugués , con el recepcionista motero del hotel.Es mas fácil formular una pregunta que entender la respuesta...
Salida temprana en otro día gris con frío y lloviznas que se acabaría arreglando.
La moto va muy bien y transmite buenas sensaciones. Ayudan las ruedas mixtas que monté, sorprendentemente en agua se han portado estupendamente.
Las carreteras estas, son un enjambre de camiones de 26 mts, que en las bajadas y a 110 o 120 kms/h acojonan bastante. Y lo malo es que en subidas con mis 20 cv, tampoco me lo ponen fácil.
Después de comer en un bufet de kilo, la tarde se ha arreglado y he llegado a mi segundo destino, Capitao Leonidas Marques. Un sitio con el mismo interés que el del día anterior, ninguno, pero he cenado y dormido de fábula que no es poco.
Hoy ya tengo un destino especial marcado en la ruta. Tres horas de lucha entre camiones y he llegado al Hotel Colonial de Iguaçu, que como su nombre indica, es de ese estilo, muy grande y bonito por fuera y bastante anticuado por dentro. Pero a un kilómetro escaso del parque nacional.
Con bastante calor, he descargado la moto, me he puesto el kit de turista y acercado con la moto al parque.
Con la entrada comprada, la moto se queda en el parking y cojo un autobús que nos acerca a cientos de curiosos hasta las mismas cataratas.
Es un día de esos en que se amortiza la cámara. Espectacular!
Vistas y disfrutadas las cataratas, un poco de relax en el hotel. Y me decido , me armo de valor y llamo a una tienda de recámbios de Foz D´Iguaçu, donde quiero preguntar y entender si es posible, si tendrían una visera para el casco. Un casco que también compré de segunda mano aquí. Y en el uso diario me he dado cuenta de que la pantalla, está muy mal. He conseguido que me entiendan y entenderles, y sí, la tienen.
Cargada la dirección en el GPS, para Foz que me voy. Está a algo más de media hora del hotel y es una ciudad grande y fronteriza con Paraguay. He llegado...a un descampado, aquí no hay nada mas que barrios con muy mala pinta. Los mapas que llevo, funcionan muy bien por lo general, pero con las direcciones en ciudades, no acaban de afinar.
Si es menester lo actualizo...
Cruzando esos barrios fronterizos, yo diría que ligeríto, consigo dar con el sitio con la ayuda de un mototaxi, de los que hay muchos en todas las ciudades grandes de Brasil que he visto, y además este era paraguayo, por lo que nos hemos entendido mejor.
Encuentro la tienda cerrada, he llegado tarde, pero ya sé donde está, a la mañana siguiente, antes de irme me acercaré.
De vuelta al hotel, me encuentro una buena foto.
Al día siguiente salgo tempranito y voy de nuevo a por la visera. esta vez, tengo el punto marcado y llego a la primera.
Por 40 reales, unos 11€, no solo me la venden , sino que me la montan. Han estado un cuarto de hora .
Ahora si, veo el mundo de otra manera.
Un día radiante, una salida rápida y listo para seguir camino.
En un tramo de autovía mis indicaciones me marcan a la izquierda. Ya empezamos con los líos. Aunque aquí las autovías cada ciertos kms. tienen lo que llaman retornos, que consisten en poder hacer un giro de 180º en la autovía, saliendo por el carril izquierdo y usando el otro carril izquierdo contrario, como aceleración. A veces hay un poco de isleta otras no. Yo tenia uno en frente, pues hago un cambio de sentido y a ver donde me manda el navegador. Nada mas hacerlo, me manda a la derecha...derecha ? Si, parece que sale un camino, miro, dudo un poco y veo salir un camión. Pues si pasa este , paso yo. Y así que me meto y empiezo mi primera pista brasilera,
Una buena pista roja, que me ha llevado tranquilamente entre fazendas de campos inmensos con sus granjas y casas repartidas, da la sensación de que aquí hay sitio para todo y para todos.
Han sido unos 10 kms . un primer contacto muy agradable, aquí todo se vuelve un poco más amable, los pequeños pueblos están bien cuidados y limpios.
He empezado en el estado de Paraná, donde la selva ha sido arrancada para plantar inmensos campos dedicados a la producción de biocombustible. Y he acabado en el estado de Matogrosso do Sul, donde se retrasa una hora el reloj al cruzar el puente sobre el río Paraná de 3.600 mts. de anchura.
A partir de este punto , el paisaje es más duro y menos amable de nuevo. En este lugar han preferido cambiar la selva por pastos para el ganado.
Llegando a Navarai, unos poblados de barracas a pié de carretera, donde el ruido del tráfico tiene que ser infernal, veo de refilón que son habitadas por indígenas abocados a la indigencia .
Parece que en este país se puede construir casi donde se quiera, pero en los arcenes de carreteras, hay señales avisando de que antes de construir al lado de la carretera, infórmese. Lo cual ya da a entender que se hace sin informarse o pedir permisos.
Pasada la noche en un buen hotel de carretera ( en general los hospedajes en los que he estado de Brasil, son de una buena calidad y un precio que al cambio rondará los 30€ con una buena cena ), me espera una ruta larga y aburrida de mas de 400 kms. por rectas interminables, hasta el turístico pueblo de Bonito .
Una tirada larga de 250 kms y parada para comer en bufet de kilo. Siempre llego tarde, aquí para comer se empiezan a poner a mediodía. Pero comí y tomé café con unos cigarrítos.
Aquí fumando en la terracíta del bar, es buen sitio para practicar el idioma.
Primero ha venido a mí el que era como el capo de un club motero. Se lleva mucho el ser de uno si tienes moto, y sobre todo tener pegatinas.
En alguna ocasión como en esta me han pedido, pero yo no llevo. Y claro, que moto va atener el boss del club?...la diosa del lugar , la adorada, la mas grande...la Hayabusa. Con este solo podía practicar la escucha, mientras me mostraba vídeos de concentraciones, donde por supuesto quemar rueda, era lo mas. De los vídeos, y ya que había confianza, hemos pasado a los audios de wattsap. aquí yo ya no sabía que cara poner, él me miraba y se reía de lo que decían. Yo quería dar por acabada tan amena charla, pero me frenaba....espera...escucha este...le parecía la bomba al tío, no comprendía que no lo pudiera entender,con la gracia que a él le hacía.
Se quedó sin audios y se fue, entonces empezé la charla con un camionero, Con este si que pude practicar un poco, y era de esas tranquilas charlas, que si no pillas algo, te lo explican hasta que lo entiendas. Me contó unas cuantas veces la ruta que debía tomar para llegar a mi destino, que aunque ya la tuviera clara me gustaba escuchar. Yo le conté mi ruta hasta la salida de Brasil y entonces empezó a prevenirme. Primero con los animales que se me podrían cruzar en la carretera en la zona del Pantanal y después se regocijó con los peligros de la frontera con Bolivia en Corumbá.
Bandidos decía en voz baja, mientras hacía el gesto de una pistola con la mano y se reía socarronamente.
Todo un personaje, poniendo su granito de arena en la bolsa de los prejuicios. Por mucho que intente llevarla vacía, la gente parece tener el empeño de que ya que la llevas ...llénala!
Ya antes de iniciar el viaje, hubo todo tipo de intentos. No abras la boca! Que no se note que eres gringo! Y la de viajar solo, es la mas recurrente, allí y aquí.
Pero no puedo estar callado, es tan evidente que soy gringo, que no lo puedo esconder y por supuesto voy solo. Y hasta ahora no he tenido mas que buenas sensaciones.
He llegado temprano a Bonito pero demasiado tarde para hacer la visita que quería a La Gruta del Lago Azul , por lo que ha tocado tarde de relax revisando la ruta de mañana por la que hay mucha pista.
Hoy para cenar un bocadillo que me he hecho en el súper y como comedor la plaza del pueblo.
Con estos gigantes peces como reclamo.
Aquí la temperatura es buenísima y aprovechando que hoy tengo piscina, un baño nocturno va a ser un fin de etapa perfecto.
Madrugando mas de lo habitual, lo preparo todo y me voy a ver la gruta del lago azul. Son unas visitas guiadas y la primera era a las nueve. Nada mas empezar ya me encuentro una pista que me lleva por bonitos parajes hasta el aparcamiento de la gruta.
En el aparcamiento de húmeda tierra, pongo la pata de cabra y mientras me quito el casco, se hunde y moto al suelo. La primera. Por lo menos yo no estaba. El chico de recepción que se ha dado cuenta, ha salido como un rayo y me ayudó a levantrla. Un vistazo rápido y veo que no hay mas que enderezar un espejo. Pero el chaval esta bastante preocupado revisando la moto. Hay que decir que esta es una moto muy deseada por aquí.
Me coloco ahora otro tipo de casco y a visitar la gruta...
Un descenso empinado
Y se llega al lago
Donde se dice aquello de....Me haces una foto ?
Al fresquito de la gruta no se le da valor hasta que sales fuera. La temperatura se había disparado y no eran ni las once de la mañana.
De nuevo encima de la moto, retrocedo un poco y me dirijo al cruce del camino principal. He de decidir si vuelvo por donde vine y coger una carretera asfaltada de 190 kms., o seguir la pista que tenía marcada.
Las dudas vienen a raíz de la chica del hotel que me dijo que el camino, era tan malo, tan malo, que ella no había pasado nunca.
Y claro, me fui por la pista, aunque realmente no sabía muy bien cuantos kms. tenía por allí. Ya que estoy viendo, que muchos tracks que creía asfalto, son caminos.
La moto tiembla mucho, nos pasamos apretando el amortiguador y ahora va como una tabla. Tiembla todo. Si voy sentado me tiembla tanto la cabeza que no veo bien. Me da miedo que rompa por algún sitio.
Pero las vistas siempre valen la pena. Como este hormiguero. Poco a poco fui viéndolos a miles.
Han sido 70 kms. de pistas variadas. Rápidas, de arena, de piedras.
Me lo he pasado pipa, hasta que mi ruta dice de pasar por medio de una fazenda . Y entre la puerta de entrada y la casa, para pedir permiso de paso, pueden haber 20 kms. por decir algo. Y como no se si les iba a hacer gracia, me veo y me ven la vacas del lugar, dando la vuelta. No hay nada peor que tener que deshacer camino.
Ahora sé todo lo que me queda hasta Bonito bajo un sol abrasador. La pista ya no se hace tan divertida y entre las frecuentes paradas para beber, cada vez voy más deprisa.
Este viaje solo tiene una premisa, no me puedo caer, no me puedo hacer daño, nadie me va a levantar. Y de momento, solo se ha caído la moto...Esto no va con ella, yo la levanto.
Pues eso, yendo deprisa, esas premisas se vuelven mas difíciles de cumplir.
En un cruce de caminos hay un triste bar de madera, donde antes vi camiones parados, ya es tarde para comer, pero para beber no y me siento deshidratado, el calor está haciendo mella en mi .
Llego de nuevo al punto de partida, lleno el depósito de la moto que también se deshidrata y yo bebo y bebo, pero no consigo quitarme la sed. Ya se ha hecho tarde, pero tengo cobertura, por lo que aprovecho para dar noticias de vida y coger un hotel en Miranda a unos 190 kms.
Tengo la espalda dolorida, pero no es la única. El navegador hoy se a quejado. Se me ha apagado un par de veces hacia el final del camino. Yo imagino que el calor sumado a los fuertes temblores, han hecho que fallara. Por suerte, esto no volvería a pasar en todo el viaje. Sin él, sin duda alguna , esto no sería lo mismo.
He hecho este último tramo, todo asfaltado y recto de una tirada.
Poco antes de llegar al hotel, he cambiado el aceite de la moto y he tensado la cadena. Pero lo que mas quería, no ha podido ser, he buscado en varios talleres en el pueblo, y ninguno tenía la llave específica para poder aflojar el muelle de la suspensión.
Creo que estar rojo como un tomate, con palpitaciones, podría ser un golpe de calor. Así he llegado al hospedaje de hoy.
Nada más cerrar la puerta, lo dejo todo en el suelo y me meto debajo de una ducha de agua fría, hasta que me he ido notando mas estable.
Una vez bien refrescado, ya veo mejor donde estoy. Son como unas casas de dos plantas rodeadas de jardines en un ambiente relajado.
El Hotel Indígena, lo regenta una amable familia, que me acompañaron a la plaza para mostrarme donde cenaría bien y también hubo algún apunte sobre la ruta de mañana, que transcurrirá por El Pantanal. Hay un punto que pasado un puente, y ver un par de casas de madera, debería pararme, si quiero ver caimanes.
Vaya si quiero !!
Ya recuperado del día anterior, pongo dirección a Corumbá, poco mas de 200 kms. hasta mi última ciudad brasilera en esta primera etapa.
El Pantal, a pesar de ser una perfecta recta de carretera, se muestra interesante y enigmático .
Se percibe la selva a ambos lados y se intuye mucha vida ahí adentro.
Tengo que ir esquivando los buitres que se cuentan por centenares en cualquier punto de la carretera, a pesar de las señales que advierten de lo conveniente de reducir la velocidad, para salvaguardar la vida animal, son muchos los extraños animales que yacen muertos. Y los buitres hacen su trabajo.
También hay muchísimas mariposas, parece que lluevan, a estas ya me cuesta mas esquivarlas, la moto y yo, quedamos llenos.
Unos días después me contarían una historia de una gringa muerta no hacía mucho a manos de los indígenas del Pantanal . Esa historia por suerte ya no entraba en la bolsa de prejuicios o miedos. Yo lo estaba disfrutando mucho.
Me adelantan un par de motos gordas y me saludan, algo no muy habitual. Las motos grandes, no saludan a las pequeñas, y si adelantan menos, lo mas que pueden hacer es pasar muy cerca como para marcar paquete.
Pues estos me saludaron un par de veces ya que se paraban y los adelantaba yo también.
En la última que los vuelvo a ver parados , veo el puente y las casas de madera.. los caimanes !!!
Me paré yo también, como lo había hecho un autocar con turistas.
Aparque al lado de las motos gordas y dejé el casco encima de la moto como ellos. Nada más cruzar la carretera, ya vi abajo una laguna y los caimanes.
Los turistas se hacían fotos con ellos y los tocaban entre risas nerviosas.
Personalmente me parece una falta de respeto tratar a animales salvajes como a gatos.
Pero allí estaban esas bestias con caras antiguas, habían mas de media docena, rodeados de gente y de buitres. Curioso paralelismo.
Yo me conformo con verlos y fotografiarlos.
Ya visto, y una vez en la moto, coincido con los moteros brasileros y charlamos un rato, lo típico, a donde vamos, de donde venimos...ellos iban hasta Corumbá y vuelta a Rio. Yo iba a cruzar la frontera les dije. La frontera ? Pregunta uno de ellos que hablaba algo de español. Un tío de Rio de Janeiro !! No es muy, muy peligrosa, pero vigila con los bandidos. Lo típico vaya !
Me están cargando tanto la bolsa , que al final voy a ir cagao si hago caso de todo el mundo. Por mucho que lo intente, me resulta difícil impermeabilizarme a todas estas alertas.
Seguimos ruta, cada uno a su ritmo y por la tarde , llego a Corumbá.
Antes de llegar al hotel quiero mirar de encontrar algún taller para aflojar la suspensión y quizás algún banco donde cambiar moneda.
Empiezan a caer cuatro gotas gordas. Eso significa chaparrón en breve.
Cambio de idea y voy directo al hotel. Aparco en frente , y es bajar de la moto y entrar en recepción y cae una tromba de agua. En cuanto afloja un poco salgo fuera a entrar la bolsa y me sorprende que la lluvia es caliente. El ambiente es bochornoso.
Entre la climatología y la calle donde estaba, me recordaba al New Orleans de las pelis.
El hotel, el peor de todo el viaje. Parecía un mueblé antiguo y sucio. En la misma recepción me dan una pastilla de jabón y una toalla. Por largos y oscuros pasillos , llego a la habitación donde el suelo de baldosas rotas soporta una cama doblada, quizás por el amor, a saber. Con todo el calor que hacía, no tuve lo que hay que tener para ducharme, vengo curtido y mas que me estoy curtiendo, pero esa ducha es otra categoría. Por lo menos tiene aire acondicionado. Un aparato viejo, ruidoso y medio roto, pero enfría. Lo pongo en marcha ( on/of ) y me voy de allí a comer algo y a dar una vuelta.
En los bancos de aquí no cambian, por lo que dejo el tema aparcado, ya cambiaré mañana en la frontera.
He encontrado un concesionario de Yamaha, donde Pinheiro un buen mecánico y mejor persona, se entretuvo un buen rato con la moto .
Le aflojó el muelle, la engrasó y tensó la cadena. Me hizo salir a probarla y aflojamos un poco más. Finalmente no me quiso cobrar nada, pero se ganó una propina y un amigo. Un gran tipo !
Aprovecho y voy a darme vuelta por el viejo y desvencijado puerto fluvial de la ciudad.
Me sabe hasta mal, andar tan a gusto y relajado por esta vieja ciudad fronteriza, pero es lo que hay, no veo nada que me haga estar alerta.
Si no fuera por la habitación que me espera, sería perfecto.
He llegado después de cenar en medio de un vendaval que se llevaba mesas y sillas de las terrazas, y en el húmedo pasillo antes de abrir la puerta, ya se notaba el frío aire que salía de mi habitación.
El dilema Para intentar dormir, era, o calor o ruido.
Mi peor noche sin duda.
Continuará...
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