El lunes ya toca ponerse en camino. El primer destino es de manera simbólica el final de la primera guerra mundial y a su vez, el germen de la segunda, el bosque de Compiegne, donde se firmó el armisticio de la IGM el 11/11/1918 (a las 11h), con formas y maneras muy humillantes por parte de las potencias vencedoras, incluyendo placas arrogantes y escenografía militar para regocijo de vencedores y amargor de perdedores. Quizás excesivo para el final de una guerra en la que Francia seguía invadida y había estado en varias ocasiones cerca de perder París. Quizás por eso mismo. No resulta por ello descabellado que los alemanes repitieran la jugada con mayor desprecio si cabe el 18/7/1940 con motivo de la anexión de Francia al 3er Reich, éste no es un lugar de reconciliación, sino mas bien de triunfalismo y rencor.
No entro al museo porque requiere reserva previa pese a que soy el único turista por aquí, solo curioseo, saco algunas fotos y me vuelvo a poner en camino en dirección este por otra carretera llana y desaborida llena de radares hacia el “Chemin des Dames”, lugar de parte de la ofensiva Nivelle, una de tantas aberraciones de la IGM, destacable también por ser en la que debutaron los tanques y por el amotinamiento del ejercito francés por los escasos resultados de la ofensiva pese a la inmensa carnicería que supuso.
Ésta ruta está ya señalizada en la nacional y una vez ya en la propia carretera está indicada mediante arcenes pintando de azul que van delineando una carretera sencilla que corre por la cresta de una sucesión de colinas de oeste a este, pudiera ser mínimamente interesante desde el punto de vista motero si no estuviera uno mas atento a la búsqueda de homenajes y paisajes que a la conducción.
El nombre de Camino de las Damas responde a que antiguamente era una ruta de paseo de unas señoras reales pero que por mor de las vicisitudes de la guerra se convirtió en el ejemplo de otra batalla inútil, una de las mas sangrantes y penosas entre todas las de la 1ªGM, 270000 muertos franceses y 163000 muertos alemanes para unos escasos 7 kilómetros de avances y que terminó con huelgas y motines de los soldados franceses.
A diferencia de otros puntos calientes de la gran guerra, aquí no hay tanto memorial, quizás no quieran recordar los motines aquí surgidos, hay apenas una necrópolis francesa acompañada de un pequeño cementerio alemán en Cerny-en-Laonnais, con una capilla sobria con paneles indicativos de todo lo que aquí aconteció, pero sin referirse a los levantamientos. Un poco mas allá en el camino está la Caverna del Dragón, a medias museo, a medias experiencia sensorial. Está ligeramente colgado sobre la pendiente, con vista a las antiguas posiciones francesas. Lo preside una estatua conmemorativa, copia de una igual que fue robada por sabe dios que motivos de su emplazamiento original…
Siguiendo el camino, hay también una estatua de Napoleón, conmemorando una batalla de Craonne de las guerras napoleónicas, un ejemplo de que las disputas por el Camino de las Damas vienen de largo. Poco más allá esta el pueblo destruido de Vieux-Craonne, apenas queda nada mas que una ruta senderista llena de restos de bombardeos, bunkeres y miradores al valle.
Con esto acaba el Chemin des Dames y me dirijo hacia el sanctasanctórum de la iconografía militar francesa, Verdún, pero al poco de salir me detengo en un monumento a los carros de asalto franceses, con un par de ellos expuestos, uno de la IGM
y otro posterior a la IIGM junto con varios homenajes. (Es un AMX-30 de mediados de los años 60 segun el forero
@TABAYU, que pudo jugar con un juguete de estos)
No me es posible comprobar aquello que dicen las malas lenguas que los tanques franceses solo tenían la marcha atrás...
La aproximación a Verdún tras otro rato de carretera sin nada destacable motoristicamente hablando la hago por el noroeste de la ciudad para ver lo correspondiente a la batalla de Argonne.
Comenzamos por el cementerio norteamericano mas grande de Europa, el de Montfaucon-sous-Argonne, está en las afueras del pueblo, se llega por una carretera comarcal que de repente atraviesa un arco y se convierte en un par de calles impecables de paisaje de cuento, sombreadas por arboles cuidadosamente podados tras los cuales en una suave pendiente se ven las tumbas perfectamente alineadas y prados perfectamente cortados. En el centro de la pequeña depresión que forman los prados luce una fuente solitaria. Hacia el norte se ve una opulenta mansión de esas que salen en las películas donde esta el centro de recepción y hacia el sur la capilla. No hay nadie salvo una pequeña cuadrilla de trabajadores. La visita es similar a cualquier otro cementerio salvando que está cerrado el centro de visitantes y la capilla por el Covid. Por lo demás, todo luce como nuevo, las cruces pulidas están perfectamente alineadas, todo destaca por su pulcritud y serenidad.
Como la carretera atraviesa el cementerio salgo por el otro lado para continuar visitando esta vez el memorial americano de Meuse-Argonne, en las ruinas de Montfaucon, pueblo arrasado por la guerra y rehecho en su practica totalidad excepto la parte mas alta, donde estaba la iglesia, pues quedó como testimonio de la contribución americana a la guerra y estos decidieron erigir una columna de 60 metros de altura que, como no, está cerrada.
Tras la visita me encamino a la Cota 304, una de las alturas disputadas durante la batalla de Verdún, aquí no hay mucho mas que una columna a los mas de 10000 muertos que defendieron esta altura desde la cual se podía bombardear Verdún. Como curiosidad antes de la batalla la altura era de 304 metros, a causa de los bombardeos quedó en 300m (o 297m según otras fuentes).
A no mucha distancia lineal, apenas 3Km pero si un pequeño rodeo en moto está Le Mort-Homme, otra cota que había que conservar a toda costa y que resulta aún más impresionante. Se llega por una estrecha carretera que tras pasar un monumento a la 40ª Division, desemboca en un pequeño claro presidido por una estatua de un esqueleto representando a la muerte bajo el lema “Ils n’ont pas passé”. No pasaron. Muy francés porque los alemanes pasar si que pasaron. Pero no se quedaron.
Todo el entorno del claro está tal cual la naturaleza lo fue recuperando, con sus agujeros de las bombas, trincheras y demás, todo poseído ya por el bosque, ya que el pueblo que aquí hubo no fue reconstruido y todo el área fue declarada zona roja por la cantidad de explosivos que todavía están en el subsuelo. El sitio rezuma calma y paz y a la vez es testimonio de la aberración de la guerra. El día de inicio de la ofensiva en este lugar cayeron 4 millones de bombas. Ahora es un remanso de paz presidido por una poderosa imagen de la muerte en medio del esplendor del bosque. Realmente impresionante...
Tras semejante epifanía en el Mort-homme, bajó hacia la ciudad.
La batalla de Verdún, la segunda mas sangrienta de la IGM tras la del Somme estrenó el lanzallamas, duró 303 días y las bajas oscilan entre 700.000 y 1.000.000 de soldados. Sin contar las absurdas por abrumadoras cifras de toneladas de bombas lanzadas. No fue la peor de las batallas de la 1ªGM, pero si puede que la mas absurda, basada en el orgullo de mantener una ciudad cuando retirándose hubieran acortado las lineas de suministros y defensa. Pero alguien gerifalte alemán pensó que en Verdún desangrarían al ejercito francés y podrían vencerlo por agotamiento y hubo quien decidió darle la razón sacrificándolo todo a que Verdún no podía caer. Y así, queridos niños, murieron centenares de miles de personas.
Bordeo la ciudad para visitar “La Voie Sacrée” entre Verdún y Bar-le-duc, la arteria que logró sostener con un hálito de vida a los defensores de la ciudadela ya que la ciudad fue evacuada al inicio de los combates. Jalonada de hitos conmemorativos, por la Via Sagrada circulaban víveres y municiones y salían los heridos a ritmo de 6000 camiones diarios, un camión cada 14 segundos. Si no fuera por esta historia, seria una simple carretera llana mas…
A unos pocos kilómetros de la villa hay lo que parece una parada de autobús pero es el monumento de conmemoración, unos paneles con informacion y un mirador presidido por un mural labrado en piedra.
Me establezco en el camping de Verdún, 10€ con pseudoparque acuático y a tiro de piedra de la ciudadela de Verdún, que ya cerró. Deambulo un rato por las calles de una ciudad que parece un lugar turístico fuera de temporada, terrazas cerradas, poco ambiente en las calles, y la misma sensación de que falta un nosequéquequeseyo…