josan
Curveando
Bueno, explico lo del título...
Tengo una moto clásica preciosa que me tiene enamorado y a la que quería darle algo más de uso, planificar algún reto o mini-aventura que compartir con ella.
Así, pensé en realizar la Transpirenaica (Route des cols) desde Puigcerdà hasta Hondarribia con la R90/6. Además quería hacerla sin GPS, sólo un mapa e indicaciones a boli como hacíamos antaño.
El proyecto me ilusionó y, está claro que subestimé el buen estado de salud de la BMW R90/6. Yo pensaba que tendría que practicar algo de mecánica o necesitar ayuda en el arranque.... Pues nada de eso hizo falta.
Llegó el dia de Agosto en que tenía que partir y jolines... ¡¡¡estaba nervioso!!!... ¡¡¡Con lo que he viajado en moto!!!. Poco a poco, pasaban los primeros kms, las primeras carreteras que ya había hecho cientos de veces y me iba sintiendo mejor, disfrutando de la brisa, del sonido del boxer y del carisma de la abuela.
Resultaba extraño y reconfortante ver aquellos paisajes majestuosos que alguna vez había visto con la GS y que esta vez, en la foto, había una incombustible R90/6. La emoción me invadía.
Al final, el viaje ha tenido más de emoción, de orgullo y de felicidad que otros más aventureros y lejanos.
Yo diría que, tengas la moto que tengas, ¡VIAJA!. A veces, lo que crees que es menos, resulta ser más y mejor.
Como este viaje prometía darme algo para recordar, ya opté por grabarlo en vídeo y he aquí el resultado.
Tengo una moto clásica preciosa que me tiene enamorado y a la que quería darle algo más de uso, planificar algún reto o mini-aventura que compartir con ella.
Así, pensé en realizar la Transpirenaica (Route des cols) desde Puigcerdà hasta Hondarribia con la R90/6. Además quería hacerla sin GPS, sólo un mapa e indicaciones a boli como hacíamos antaño.
El proyecto me ilusionó y, está claro que subestimé el buen estado de salud de la BMW R90/6. Yo pensaba que tendría que practicar algo de mecánica o necesitar ayuda en el arranque.... Pues nada de eso hizo falta.
Llegó el dia de Agosto en que tenía que partir y jolines... ¡¡¡estaba nervioso!!!... ¡¡¡Con lo que he viajado en moto!!!. Poco a poco, pasaban los primeros kms, las primeras carreteras que ya había hecho cientos de veces y me iba sintiendo mejor, disfrutando de la brisa, del sonido del boxer y del carisma de la abuela.
Resultaba extraño y reconfortante ver aquellos paisajes majestuosos que alguna vez había visto con la GS y que esta vez, en la foto, había una incombustible R90/6. La emoción me invadía.
Al final, el viaje ha tenido más de emoción, de orgullo y de felicidad que otros más aventureros y lejanos.
Yo diría que, tengas la moto que tengas, ¡VIAJA!. A veces, lo que crees que es menos, resulta ser más y mejor.
Como este viaje prometía darme algo para recordar, ya opté por grabarlo en vídeo y he aquí el resultado.