digaluste
Allá vamos
Prólogo
Hola a todos, vengo a compartir por aquí la rutilla que me he pegado este puente de agosto por la zona de los Pirineos.
Este año estuve en cabo norte en junio, un viaje muy guapo, del que hice un hilo y en marzo, me escapé a las Alpujarras, viaje chulo también del que no publiqué nada porque, aunque fui en moto, no fue un viaje motero en sí. Así que, cuando volví de Noruega, ya tenía asumido de que este verano no podría hacerme la escapadita esa que me hago todos los años (crónica).
Tenía la semana del 12 al 18 de agosto de vacaciones y habíamos planeado ir al pueblo a pasar los días con mi familia ya que cumplen años el 10, el 14 y el 15. El caso es que unos que se iban a La Vera (en Cáceres) y otros que se iban a la Feria de Málaga, el día 13 se me abre la posibilidad de tener desde el día 15 “libre” para hacer lo que yo quiera, así que ya estaba el tío liando el petate.
Mi idea era volver a rodar por los pirineos, pero siendo agosto y puente debía haber más peña que en el comedor de Harry Potter, así que planeo una ruta yendo a puertos no tan comunes y a otros que, pese a ser conocidos, no se suelen hacer en moto por tener que subir y bajar por la misma carretera y desviarse un poco de lo que es la “transpirenaica tradicional”, además, como buen globero, he metido subidas míticas a estaciones de esquí que se han hecho en el Tour.
Así que, el día 14 por la tarde, después de comer, cojo el coche desde Córdoba y me encajo en mi casa (Valencia) donde tengo la moto y me preparo el rulo.
Día 1 (15/08/24) Aproximación: Valencia – Puente la Reina de Jaca (540 km)
Ruta: https://kurv.gr/DUdqP
Salgo tempranito para intentar evitar los calores en la medida de lo posible, he tenido suerte, porque el día de antes estuvo lloviendo bastante, así que, en principio, no va a ser un día agobiante de calor para lo que suele ser el mes de agosto.
La primera parada es el Puerto de Ares del Maestre, para el que no lo haya hecho es un puerto sinuoso y muy divertido, que, en esta ocasión, me lo termina jodiendo un hombrecete con su coche a 40 por hora al que no puedo adelantar. No pasa nada, ya lo he hecho otras veces, y son mis primeras horas de viaje, no hay que cabrearse ajajaja.
Cuando paro arriba, con el aire, hace más frío que en el velatorio del capitán Frudesa, así que una fotito y nos vamos, que el día es largo.
El siguiente punto en el trayecto es la Ruta del Silencio. Todo el mundo habla bien de ella, pero como la tengo relativamente cerca de casa, lo iba posponiendo y nunca había ido, así que me dirijo a Cantavieja para hacerla.
Unas fotitos por aquí y por allá y paro en el mirador que no hay nadie
Además de la ruta, me desvío hacia Pitarque y también a Montoro de Mezquita, que tienen unas carreteras cortas, pero muy interesantes para llegar. En Montoro paro a almorzar en un bar con muy buenas vistas.
Almorcé de puta madre y las chicas que estaban allí, superagradables, se acercaban a preguntarme por la ruta y si me estaba molando la “Silent”, mientras estaba con ellas, llegó el padre de una, que también era motero, no le pregunté su nombre, pero se parecía a uno de mi pueblo que se llama Pepín, así que lo llamaré así a partir de ahora.
Pepín me contó que tenía una Tiger 1200 y que se iba en septiembre a Rumanía e incluso me invitó a chorizo de gamo, que estaba bastante rico. Al final, me entretengo más de la cuenta en el bar, pero merece la pena, es lo que mola de ir solo que te paras a charlar con unos y con otros.
De la ruta del silencio (me niego a llamarla Silent Route) poco que decir, me sorprendió, me esperaba una turistada y, que va, es una ruta muy maja con una carretera muy divertida, me arrepiento de haber tardado tanto en venir.
A partir de aquí, mi idea era ir hacia Belchite y ya tirar recto hacía donde me hospedaba, pero Pepín me dice que no, que después de Belchite vaya a Fuendetodos, el pueblo de Goya, que pasaba al lado, y es verdad, no había caído, macho, además de que es uno de mis pintores favoritos y estoy siempre deseando que me hablen de él, no por sus pinturas, si no por la buena rima que tiene su nombre (gñé!).
A lo que voy, me comenta, que la carretera que va hasta Botorrita está muy bien, el problema es que los fines de semana y festivos, el límite es de 50 Km/h hasta las 14:00 por el tema de los ciclistas, así que hago tiempo en el pueblo (ya empieza a hacer calor) y a la hora en punto enfilo la A-2101.
La carretera está chula, tiene unas vistas espectaculares, gracias por la recomendación Pepín, siempre en nuestros corazones.
A esta hora hace ya más calor que vigilando un puchero, circunvalo Zaragoza y paro a echar sopa en una gasolinera y a hidratarme y voy para una zona que siempre que puedo paso por ella, la zona del río Gállego.
Hoy voy a ir hasta Riglos, que no he ido nunca, así que me dirijo para allá, paro en el mirador y bajo al pueblo, que está de gente hasta arriba y además hay ahí un parking raro de pago y no puedo pasar, así que más agobiado que Falete en el Natur House, decido tirar para adelante. Foto de los Mallos de Agüero y de los de Riglos.
Impresionan un cojón, imagina que se te cae un peñasco de esos, ¡mima!
Ya sí que sí, cojo la A-132, que es una pasada de carretera y hago una foto en el puente del embalse que es bastante chulo.
En esta carretera me lo paso genial tanto conduciendo como viendo el paisaje, el río y las colas del embalse con ese color turquesa, lo cierto es que es impresionante.
Y así, curveando, llego hasta el cruce y el hotel, voy a hacer base en este pueblo, así que reservé para tres días. No está mal, es un hotel de batalla, se nota que es antigüete y ha vivido tiempos mejores, pero está limpio, tiene aire, tienes la moto bajo techo y controlada, te puedes tomar una cerveza o un café y el personal es amable.
Me pego una ducha y me clavo una birra casi al trago en un mesón que hay al lado que tiene bastantes motos en la puerta.
Como el mesón cierra temprano y no me apetece ir a Jaca, hablo con la recepcionista del hotel y me preparan una hamburguesa en la cafetería, así que ni tan mal, oye. Ahora a dormir y a ver qué tal al día siguiente.
Día 2
Día 3 y 4
Hola a todos, vengo a compartir por aquí la rutilla que me he pegado este puente de agosto por la zona de los Pirineos.
Este año estuve en cabo norte en junio, un viaje muy guapo, del que hice un hilo y en marzo, me escapé a las Alpujarras, viaje chulo también del que no publiqué nada porque, aunque fui en moto, no fue un viaje motero en sí. Así que, cuando volví de Noruega, ya tenía asumido de que este verano no podría hacerme la escapadita esa que me hago todos los años (crónica).
Tenía la semana del 12 al 18 de agosto de vacaciones y habíamos planeado ir al pueblo a pasar los días con mi familia ya que cumplen años el 10, el 14 y el 15. El caso es que unos que se iban a La Vera (en Cáceres) y otros que se iban a la Feria de Málaga, el día 13 se me abre la posibilidad de tener desde el día 15 “libre” para hacer lo que yo quiera, así que ya estaba el tío liando el petate.
Mi idea era volver a rodar por los pirineos, pero siendo agosto y puente debía haber más peña que en el comedor de Harry Potter, así que planeo una ruta yendo a puertos no tan comunes y a otros que, pese a ser conocidos, no se suelen hacer en moto por tener que subir y bajar por la misma carretera y desviarse un poco de lo que es la “transpirenaica tradicional”, además, como buen globero, he metido subidas míticas a estaciones de esquí que se han hecho en el Tour.
Así que, el día 14 por la tarde, después de comer, cojo el coche desde Córdoba y me encajo en mi casa (Valencia) donde tengo la moto y me preparo el rulo.
Día 1 (15/08/24) Aproximación: Valencia – Puente la Reina de Jaca (540 km)
Ruta: https://kurv.gr/DUdqP
Salgo tempranito para intentar evitar los calores en la medida de lo posible, he tenido suerte, porque el día de antes estuvo lloviendo bastante, así que, en principio, no va a ser un día agobiante de calor para lo que suele ser el mes de agosto.
La primera parada es el Puerto de Ares del Maestre, para el que no lo haya hecho es un puerto sinuoso y muy divertido, que, en esta ocasión, me lo termina jodiendo un hombrecete con su coche a 40 por hora al que no puedo adelantar. No pasa nada, ya lo he hecho otras veces, y son mis primeras horas de viaje, no hay que cabrearse ajajaja.
Cuando paro arriba, con el aire, hace más frío que en el velatorio del capitán Frudesa, así que una fotito y nos vamos, que el día es largo.
El siguiente punto en el trayecto es la Ruta del Silencio. Todo el mundo habla bien de ella, pero como la tengo relativamente cerca de casa, lo iba posponiendo y nunca había ido, así que me dirijo a Cantavieja para hacerla.
Unas fotitos por aquí y por allá y paro en el mirador que no hay nadie
Además de la ruta, me desvío hacia Pitarque y también a Montoro de Mezquita, que tienen unas carreteras cortas, pero muy interesantes para llegar. En Montoro paro a almorzar en un bar con muy buenas vistas.
Almorcé de puta madre y las chicas que estaban allí, superagradables, se acercaban a preguntarme por la ruta y si me estaba molando la “Silent”, mientras estaba con ellas, llegó el padre de una, que también era motero, no le pregunté su nombre, pero se parecía a uno de mi pueblo que se llama Pepín, así que lo llamaré así a partir de ahora.
Pepín me contó que tenía una Tiger 1200 y que se iba en septiembre a Rumanía e incluso me invitó a chorizo de gamo, que estaba bastante rico. Al final, me entretengo más de la cuenta en el bar, pero merece la pena, es lo que mola de ir solo que te paras a charlar con unos y con otros.
De la ruta del silencio (me niego a llamarla Silent Route) poco que decir, me sorprendió, me esperaba una turistada y, que va, es una ruta muy maja con una carretera muy divertida, me arrepiento de haber tardado tanto en venir.
A partir de aquí, mi idea era ir hacia Belchite y ya tirar recto hacía donde me hospedaba, pero Pepín me dice que no, que después de Belchite vaya a Fuendetodos, el pueblo de Goya, que pasaba al lado, y es verdad, no había caído, macho, además de que es uno de mis pintores favoritos y estoy siempre deseando que me hablen de él, no por sus pinturas, si no por la buena rima que tiene su nombre (gñé!).
A lo que voy, me comenta, que la carretera que va hasta Botorrita está muy bien, el problema es que los fines de semana y festivos, el límite es de 50 Km/h hasta las 14:00 por el tema de los ciclistas, así que hago tiempo en el pueblo (ya empieza a hacer calor) y a la hora en punto enfilo la A-2101.
La carretera está chula, tiene unas vistas espectaculares, gracias por la recomendación Pepín, siempre en nuestros corazones.
A esta hora hace ya más calor que vigilando un puchero, circunvalo Zaragoza y paro a echar sopa en una gasolinera y a hidratarme y voy para una zona que siempre que puedo paso por ella, la zona del río Gállego.
Hoy voy a ir hasta Riglos, que no he ido nunca, así que me dirijo para allá, paro en el mirador y bajo al pueblo, que está de gente hasta arriba y además hay ahí un parking raro de pago y no puedo pasar, así que más agobiado que Falete en el Natur House, decido tirar para adelante. Foto de los Mallos de Agüero y de los de Riglos.
Impresionan un cojón, imagina que se te cae un peñasco de esos, ¡mima!
Ya sí que sí, cojo la A-132, que es una pasada de carretera y hago una foto en el puente del embalse que es bastante chulo.
En esta carretera me lo paso genial tanto conduciendo como viendo el paisaje, el río y las colas del embalse con ese color turquesa, lo cierto es que es impresionante.
Y así, curveando, llego hasta el cruce y el hotel, voy a hacer base en este pueblo, así que reservé para tres días. No está mal, es un hotel de batalla, se nota que es antigüete y ha vivido tiempos mejores, pero está limpio, tiene aire, tienes la moto bajo techo y controlada, te puedes tomar una cerveza o un café y el personal es amable.
Me pego una ducha y me clavo una birra casi al trago en un mesón que hay al lado que tiene bastantes motos en la puerta.
Como el mesón cierra temprano y no me apetece ir a Jaca, hablo con la recepcionista del hotel y me preparan una hamburguesa en la cafetería, así que ni tan mal, oye. Ahora a dormir y a ver qué tal al día siguiente.
Día 2
Día 3 y 4
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