La amenaza que viene de China

En este artículo, intentamos comprender cómo China ha empezado a estar en el mapa en el mundo de la motocicleta y qué riesgo supone para las marcas europeas, en especial para BMW, y qué pueden hacer para contrarrestar este problema.

Los chinos tienen un plan y no te va a gustar

China siempre hace planes a largo plazo. Mientras en occidente nos idiotizamos con vídeos de tonterías que rozan el analfabetismo en redes sociales como TikTok, los chinos bombardean a las nuevas generaciones con un contenido educativo y cultural y un enfoque en la enseñanza y la promoción de valores positivos aplicables a la empresa. Lógicamente hay otras plataformas en las que sí se pueden ver vídeos de tipo más lúdico y viral pero el gobierno chino lucha constantemente contra este contenido con un objetivo claro: el país con más cultura será el que dominará a los países más incultos en un futuro. Esto no es algo nuevo, ya lo hicieron los romanos con su Panem et circensis, pan y circo, para entretener a las masas y que estas fuesen más susceptibles de ser influenciadas. En este caso, el pan y circo nos lo están dando los chinos a los occidentales.

Si a eso le sumamos que sus universidades no hacen más que escalar puestos en la lista de las mejores del mundo donde, por ejemplo, la universidad de Tsinghua especializada en en ingeniería, tecnología y ciencias ha pasado de la posición 48ª a la 12ª en sólo diez años, no hace falta ser muy listo como para entender que sólo en eso ya hay un plan: ser mejores que occidente a nivel de recursos humanos. 

Pero en lo que automoción se refiere, los chinos hace 20 años también idearon un plan que en la actualidad está empezando a dar sus frutos. En primer lugar, el gobierno chino estableció barreras de entrada a las empresas extranjeras mediante la obligatoriedad de formar joint ventures (cuando dos empresas se unen para crear otra nueva y compartir recursos) con fabricantes chinos, lo que permitió la transferencia de tecnología y conocimientos. Es decir, si una marca europea de automoción se quería establecer en China no tenía más remedio que unirse a una empresa local. El problema es que eso ha llevado a que los fabricantes chinos han aprendido y adoptado rápidamente procesos de manufactura avanzados y a través de las alianzas empresariales establecidas con marcas occidentales que querían establecerse en China, ahora han iniciado el asalto comercial a occidente. Casos como el de Benelli con capital chino, por citar una, están a la orden del día.

La educación es uno de los pilares de la sociedad china

La avaricia rompe el saco

Uno de los aspectos más preocupantes para las marcas europeas es que gran parte del avance tecnológico de las motocicletas chinas ha sido facilitado, irónicamente, por las propias empresas occidentales. Su política de expansión y de generar beneficios cada vez con más margen hizo que estas miraran con ojos lascivos al enorme mercado chino y no sopesaron el problema que podría suponer que ese mercado les obligara a entrar en su país de la mano de fabricantes locales. 

Un caso destacado es el de KTM, que a través de su acuerdo con CF Moto, ha permitido a este fabricante chino adquirir acceso a su tecnología, lo que ha resultado en motocicletas chinas con un nivel de ingeniería y desempeño notablemente superior al que tenían hace una década. CF Moto produce varios modelos de KTM bajo licencia y esta colaboración ha servido para que CF Moto no solo aprenda a fabricar motocicletas de mayor calidad, sino también a optimizar su cadena de producción y mejorar su capacidad de diseño.

Pero antes de mirar la paja en ojo ajeno, debemos mirar la nuestra. BMW también ha sido parte de este fenómeno. A través de asociaciones y la externalización de la producción de algunos componentes y motores en fábricas chinas, BMW ha facilitado indirectamente el acceso a su tecnología y conocimientos sobre manufactura de alta precisión. Este intercambio de conocimientos, si bien estratégico en su momento, ha permitido que los fabricantes chinos absorban y apliquen los métodos europeos de producción, acelerando así de una manera que nadie se podía imaginar su capacidad para desarrollar productos competitivos a nivel global.

El problema radica en que mientras las marcas europeas buscaban aprovechar el potencial de crecimiento del mercado chino, no anticiparon la rapidez con la que los fabricantes locales no solo aprenderían, sino que también empezarían a exportar sus productos ya mejorados al aplicarles lo que habían aprendido de estas, a mercados clave como el europeo. Esto ha puesto a las marcas europeas en una posición complicada, ya que ahora reciben la competencia directa de fabricantes chinos a los que prácticamente les han dado los deberes hechos. Y estos no sólo lo han aprovechado sino que, además, van a por nota en el sentido de que seguramente no sólo los europeos no colonizaremos el mercado de las motocicletas chinas sino que si nos descuidamos serán ellos el que colonizarán el nuestro.

China invierte muchos recursos en I+D

La amenaza a la que se enfrenta BMW

Como ya hemos visto, el plan de China para dominar el mercado global de motocicletas no es una estrategia improvisada, sino una maniobra calculada con décadas de preparación. Se han beneficiado de la protección de su gobierno y han aprendido de los procesos avanzados de fabricación que en este sector eran propiedad de europeos, japoneses y americanos por lo que  los fabricantes chinos han logrado replicar y adaptar las tecnologías extranjeras para crear productos que ahora compiten agresivamente en Europa. Hoy en día, marcas chinas como CF Moto, Zongshen, y Loncin, por citar algunas, ya se están estableciendo de manera rápida y efectiva en el mercado europeo, atrayendo a consumidores con productos que combinan diseño, tecnología y precios competitivos.

Calidad de construcción: la ventaja actual de BMW

Uno de los puntos en los que BMW mantiene una clara ventaja sobre las marcas chinas es en la calidad de construcción de sus motocicletas. Estas tienen una mayor atención al detalle, la durabilidad de sus materiales es teóricamente superior y están sometidas a rigurosos procesos de control de calidad. La robustez y longevidad de una moto BMW siguen siendo factores diferenciadores en un mercado cada vez más competitivo. Sin embargo, no es descabellado pensar que las marcas chinas, que ya han demostrado una capacidad impresionante para aprender y mejorar rápidamente, podrían cerrar esta brecha en un futuro no muy lejano. Con acceso a tecnologías avanzadas y a través de alianzas estratégicas, es posible que veamos un salto en la calidad de construcción de las motos chinas, lo que supondría una amenaza aún mayor para fabricantes europeos como BMW. Para contrarrestar esto, BMW deberá seguir invirtiendo en innovación así como también asegurarse de que su reputación de mayor calidad siga siendo un factor determinante a la hora de que un usuario se decida por una de sus motocicletas.

¿Qué implica para BMW esta nueva competencia?

Son varias las amenazas a las que se enfrenta la marca a la hora de competir con la nueva oleada de motos chinas. Vamos a ver algunas de ellas. 

Precio contra prestigio: Las marcas chinas se han enfocado en ofrecer motocicletas más asequibles, sin sacrificar tecnología ni prestaciones. Mientras BMW sigue siendo un sinónimo de calidad y lujo, las marcas chinas ofrecen alternativas más accesibles para consumidores que buscan buenas prestaciones a un precio menor. Esto pone presión en el segmento de gama media y baja donde BMW también tiene presencia.

Velocidad en la innovación: China ha demostrado ser muy ágil en adoptar nuevas tecnologías y adaptarlas al mercado global. Su velocidad en la innovación, impulsada por el rápido desarrollo de sus centros de I+D, permite a los fabricantes chinos perfeccionar sus nuevos modelos con mejoras tecnológicas de manera más frecuente, lo que podría eclipsar a las marcas europeas saturando a nuestro mercado con más productos que los de los fabricantes europeos. 

Infraestructura comercial: Los fabricantes chinos han aprendido a desarrollar no solo motocicletas, sino que también están aprendiendo a organizar redes de distribución y servicio postventa eficientes en Europa, lo que les permite competir en condiciones iguales en cuanto a acceso al consumidor y garantías. Por poner un ejemplo, muchas marcas chinas llegan a España a través del que fue el importador de Ducati durante varias décadas.

Cómo BMW puede enfrentarse a esta "guerra comercial"

No obstante, que sea una amenaza para BMW no significa que no esté preparada para afrontarla. La marca alemana tiene ciertas fortalezas que, si se manejan estratégicamente, pueden permitirle mantenerse por encima de la competencia.

Algunas de ellas serían:
Reforzar la innovación tecnológica: BMW ya tiene una reputación en el desarrollo de tecnologías avanzadas en sus motocicletas, desde sus motores hasta sistemas de asistencia al conductor. La clave pasa por redoblar su inversión en I+D, enfocándose en áreas como la conectividad y las asistencias a la conducción para ofrecer productos que marquen una diferencia tecnológica frente a la competencia china.

Potenciar su identidad de marca: BMW es más que una motocicleta; es un símbolo de prestigio, historia y tradición. La marca puede enfocarse en reforzar su legado, conectando más emocionalmente con sus clientes a través de campañas que destaquen su ingeniería y la experiencia de conducción única que sus motos ofrecen. Además, explotar su herencia en competiciones como Superbikes o MotoGP puede añadir un elemento aspiracional que las marcas chinas no pueden replicar fácilmente.

Diversificación de su catálogo: Para contrarrestar el enfoque de precios bajos de las marcas chinas, BMW podría seguir expandiendo su línea de motocicletas y desarrollar modelos más accesibles sin comprometer su calidad, apostando por nuevos segmentos del mercado, como motos Trail de media cilindrada.

Fortalecer las alianzas estratégicas: BMW podría consolidar o formar nuevas alianzas con fabricantes europeos o japoneses para compartir costos de desarrollo y acceder a tecnologías que le permitan seguir liderando la innovación, al mismo tiempo que resiste la presión de precios. Colaboraciones con start-ups tecnológicas también pueden ayudar a BMW a salir airosa de esta guerra comercial. Dicho de otra manera, la unión hace la fuerza y las marcas europeas (junto con las japonesas) podrían dejar de lado su rivalidad en pos de afrontar la amenaza china compartiendo desarollo y conocimiento.

Estrategia de sostenibilidad: Con el creciente interés de los consumidores por marcas que apuestan por la sostenibilidad, BMW tiene la oportunidad de reducir su huella de carbono en el proceso de fabricación. Las políticas medioambientales estrictas pueden jugar a su favor en un contexto en el que la sostenibilidad es cada vez más importante para los consumidores europeos.

No será una batalla fácil pero se puede vencer 

El desafío de las marcas chinas es serio, pero BMW tiene las armas para combatirla.
La agresividad de las marcas chinas en el mercado europeo de motocicletas está cambiando las reglas del juego. Sin embargo, BMW cuenta con una fuerte identidad de marca, innovación tecnológica y una base de clientes leales, lo que le permitirá afrontar este desafío si afronta el problema con rapidez. Mantener su posición en el mercado requerirá combinar la exclusividad que siempre ha definido a la marca con la agilidad y  la tecnología que hoy demanda el mercado global.

Veremos lo que pasa en los próximos años pero seguro que será apasionante verlo.