PRUEBA de la BMW R 1300 GS Adventure ASA Triple Black

Llega el momento. Qué nervios. Me entregan mi nueva BMW R 1300 GS Adventure Triple Black en un frío día de principios de noviembre. El instante es indescriptible. Esto no es solo una Adventure más que se suma a mis anteriores 1150, 1200 y 1250. Estamos ante un cambio radical: una moto con líneas rompedoras, un sistema de cambio automático que nunca antes había probado, y una propuesta tan innovadora que cuesta asimilarla a primera vista. Así es mi nueva BMW GS Adventure 1300 ASA.

Primeros kilómetros, primeras impresiones

Tras una breve pero eficaz explicación para sobrevivir a los primeros minutos con ella, contaba con la ventaja de conocer bien a su hermana, la GS 1300, lo que facilitó bastante la toma de contacto. Así que sin perder tiempo, salí directo a la gasolinera. Me habían dicho que venía con un par de litros… pues bien, llené el depósito hasta arriba: 28,6 litros. Puse los contadores a cero y comenzó mi vida con ella.

Una agilidad insultante

Lo primero que te deja sin palabras es su agilidad. Resulta casi insultante que una moto tan grande y voluminosa pueda ser tan deportiva, tan precisa, tan grácil. Sorprende. La pisada es rigurosa, y la agilidad, brutal. Los cambios introducidos en la suspensión delantera han obrado un milagro: ya no se hunde, transmite muchísimo más, y ahora puedes sentir con precisión cómo trabaja el neumático delantero, sin tener que “creértelo” a ciegas.

Configuración a medida

Tras varios ajustes, dejo la suspensión en modo Road, el mapa motor en Dynamic, desactivo el radar de colisión pero lo mantengo latente, y configuro el sistema de ajuste de altura automático. Punto más aquí, uno menos allá… la dejo a mi gusto.

La calidad de las suspensiones está en otro nivel. Firmeza y suavidad conviven en un equilibrio poco común para una GS de serie. Se lo traga todo: obstáculos, baches, carreteras rotas. Ideal para un uso intensivo.

Un motor lleno de carácter

El nuevo motor 1300 tiene un empuje en bajos y medios que merece un estudio aparte. En modo Dynamic y con el ASA en automático (D), sales de las curvas con la rueda delantera despegada del asfalto si quieres… desde apenas un leve despegue hasta medio metro. Es un motor delicioso. Además, estira eficazmente desde el medio régimen hasta la zona roja. No desfallece. Cada marcha suma potencia y emoción.

Al principio, el sonido del motor no enamora. Pero tras casi 10.000 km y varios meses de uso con el escape Akrapovi?, se ha convertido en una melodía suave y rítmica.

Nacida para la autopista... y para las peores carreteras

A 150 km/h, viaja a 5.000 rpm con un silencio y suavidad sorprendentes. Es la primera GS Adventure que parece disfrutar de autopistas y vías rápidas. Sin embargo, su hábitat natural siguen siendo las carreteras secundarias, esas llenas de curvas, con firme roto, donde los verdaderos moteros aventureros nos sentimos en casa.

En estas condiciones saca a relucir su impresionante tracción, una mínima transferencia de pesos, y unas suspensiones firmes pero amortiguantes. Y sí, los frenos acompañan. El trasero ya no se pierde como en mi anterior GSA 1250, y el delantero, tras un buen rodaje, ofrece potencia y tacto de sobra para confiar plenamente.

Ergonomía y confort: impecables

La postura al manillar es muy cómoda: ancho, con las puntas cerradas en su justa medida, sin una sola vibración. Las piernas caen de forma natural, como si estuvieras sobre un pura sangre. La protección aerodinámica de serie es excelente para alguien de 1,85 o 1,90 m. Si mides más, GIVI o Puig ofrecen soluciones, pero la cúpula original en negro es sencillamente preciosa.

El sistema de ajuste de altura automática (sube/baja) permite que incluso pilotos de 1,70 m disfruten sin preocupaciones, incluso con pasajero y carga.

La iluminación es soberbia. Literalmente se hace de día.

El asiento del piloto es muy cómodo, con un mullido firme perfecto para largas tiradas. El del pasajero no se queda atrás: amplio, calefactable, antideslizante y con una ergonomía muy cuidada.

El embrague automático ASA: revolución silenciosa

Entramos en terreno delicado: el sistema ASA. Se trata, básicamente, de un embrague automatizado que permite utilizar la moto como un cambio manual ultrarrápido en modo M, o como un cómodo cambio automático en modo D. Y aquí viene lo interesante: requiere adaptación, no vale con probarlo unas horas. Pero cuando te haces a él… ¡guau!

En modo manual (M) es el cambio que siempre quisimos: fino, eficaz, rápido. En modo automático (D) es ideal para ciudad, travesías o rutas relajadas. Sin preocuparte por embragar o reducir: simplemente pilotas.

Conclusión

La nueva BMW R 1300 GS Adventure ASA enamora. Es una moto que deseas coger cada día, una compañera total: eficaz, cómoda, tecnológica, potente… y muy fácil de llevar. Con consumos de apenas 5 litros a los 100 km, autonomía de hasta 600 km en rutas de montaña, y un arsenal de ayudas electrónicas que te hacen sentir protegido como nunca, esta GS es, sencillamente, un éxito rotundo.

Felicidades, BMW Motorrad. Nos habéis vuelto a ilusionar con una Adventure que es mucho más que una evolución. Es una revolución.

Por Ricargo Egea, Montecristo en el foro

Noticias relacionadas

Mi primera BMW - la R 1150 RT

El comienzo de una afición

09/03/2025

Ayer estaba recordando cómo empecé a interesarme por el mundo de las motos y a tener pasión por ellas y he pensado que podría ser divertido compartirl...

Las maletas de aluminio

09/04/2025

También fue mala suerte. Yo tenía que haber comprado mi primera BMW más tarde. Mucho más tarde. Pero no, saqué mi carnet de conducir motocicletas cu...

BMW R 12 GS, juicio y pasión

09/04/2025

Tengo un juicio. Me explico… La nueva BMW R 12 G/S no es una moto pensada para todo. Y eso está bien, siempre y cuando tengas claro para qué la quier...

Lo que todo motorista debe saber sobre seguros

09/04/2025

Sobre seguros se han escrito páginas y páginas. En este mismo foro contamos con un subforo específico para trámites administrativos, y dentro de él la...