Marchando una de cascos

Casco BMW

La necesidad de proteger la cabeza es tan antigua como lo han sido las guerras a lo largo de la historia de la humanidad. Ya en bajo relieves sumerios aparecen soldados formados en falange protegidos con cascos y en la Edad de Bronce aparecen ejemplares muy elaborados precursores de los yelmos medievales.

En nuestra afición está de más decir que es un accesorio indispensable y no creo que a estas alturas haya ningún motorista que se plantee montar en moto si él.

Una de las dudas principales a la hora de elegir un casco es si éste debe ser abatible (como el SYSTEM V de BMW, por ejemplo) o integral (como el Sportintegral si no queremos salir de la propia marca). Ante la pregunta de cuál es mejor la verdad es que se hace difícil atinar con una respuesta correcta. 

Como en todo hay defensores y detractores de ambos modelos. Parece lógico pensar que el integral goza de una mayor resistencia estructural ante los golpes pero, por el contrario, el abatible no hace falta extraerlo si nos han de tratar ante un posible accidente. Sólo con subir el barbuquejo dejan libre la zona de la cara y el cuello y sería posible hasta intubarnos con él puesto de camino al hospital.

En reglas generales el abatible es mucho más cómodo para turismo y el integral para una conducción más agresiva o deportiva.

Una vez elegido el tipo de casco viene el problema de la talla. El primer paso es medirnos el perímetro craneal. Para ello usaremos una cinta métrica de sastre la cual pasaremos por encima de las cejas (a 1 cm aproximadamente) y de las orejas. El valor que nos de será la talla que llevemos. En mi caso particular es de 59 cm por lo que esa sería mi talla. No obstante, eso muchas veces no basta ya que cada fabricante usa un “patrón” distinto lo cual puede influir en la talla final. A mí me ha pasado el tener que comprar una talla menos de la que uso habitualmente al cambiar de marca de casco, por ejemplo.

Así, pues, éstos serían los pasos a seguir para determinar que el casco nos encaje bien:

  • Debemos ponernos el casco con el barbuquejo bajado si es un abatible y cerrado. Lo primero que haremos será comprobar que nos presiona tanto la parte superior como la frontal y la lateral pero SIN MOLESTARNOS.
  • Sujetaremos el casco con ambas manos y lo moveremos de arriba a abajo. También intentaremos darle la vuelta. Deberemos notar cómo se mueve la piel de la cabeza y cara. Si nos resulta muy sencillo mover el casco deberemos probarnos una talla inferior.
  • Sujetaremos el casco con las dos manos por el barbuquejo y tiraremos hacia arriba como si nos lo quisiéramos quitar. Si el casco sube sin mucha dificultad probaremos también una talla inferior.
  • Lo mismo haremos de atrás hacia delante. Si sube fácilmente también probaremos una talla inferior.

Obvia decir que compréis el casco que compréis comprobad que este sea homologado. ¡Ah! Y huid de los quitamultas. No sirven para nada.

NOTA: Originalmente publicado en el año 2008
Este artículo pertenece a la serie que se publicó a lo largo de casi veinte años en varios medios, ya desaparecidos, como la revista digital BMWMOTO MAG, con Javier Olave como director y el Newsletter BMW MOTORRAD, con José María Alegre al frente. 

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