CHECHU7
Curveando
Esta es la crónica, de la vuelta a Asturias realizada los días 11,12, y 13 de Abril. Salimos desde Vegadeo, con una etapa prólogo de enlace hasta llegar a esta localidad desde nuestros lugares de origen en la tarde – noche del día 10.
Día 10: La lluvia nos acompañó en los kilómetros finales de la etapa prólogo.
Nos alojamos en “La Casa de Trabadelo”, casona restaurada situada a las afueras de Vegadeo, en un alto que domina la villa.
Un trato fenomenal a un precio fenomenal, en un bonito entorno merecedor de más disfrute que el que le íbamos a dar.
Salimos a cenar, y a tomar un poco de sidrina, y a la cama que hay que descansar
Día 11: Tras desayunar fuerte, abandonamos Vegadeo, para, a través de la carretera AS 11, y tras coger la AS 13, atravesar los Oscos, hacia Grandas de Salime (AS 12).
Desde aquí, y tras visitar desde lo alto su embalse, nos dirigimos, por la AS-14 hacia la Pola de Allande, y de ahí, a Cangas de Narcea.
En Cangas, tras tomar un breve refrigerio, subimos hacia Leitariegos, atravesando la niebla, y llegando a su cima hacia mediodía.
Bajamos hacia Caboalles, y tras pasar Villablino, (C- 623 hacia la CL-626) dirigimos nuestras ruedas hacia S. Emiliano, para poder decir, con propiedad, que estábamos en Babia! ** (Conviene evitar la carretera general CL 626 un poco antes de llegar a San Emiliano, y desviarse a la izquierda, para ir por el valle y poder apreciar el circo de montañas que lo rodean, Peña Oubiña, la Majua, etc)
En San Emiliano, me equivoque de restaurante (hay dos), y mi pretensión de volver a comer potro, se fue al traste. A cambio, fenomenal entrecot de ternera… que tampoco es mal bicho. Volvimos tras nuestras ruedas hasta Piedrafita de Babia, y subimos por la C-633 hacia el Puerto de Somiedo, y su Parque Natural para llegar a Pola de Somiedo.
Desde ahí, nos dirigimos por la AS 227 y AS 228 hacia Proaza, donde haríamos noche en una bonita casa de indiano, La Casona de Don Santos, donde también cenamos, por un módico precio.
Día 12: Tras desayunar, y cargar las motos, salimos en dirección Pola de Lena, a través de la AS 230 por el Puerto de la Cobertoria.
Tras tomar un ratito la A-66, salimos hacia Moreda, por la AS 112, Cabaña quinta y por la AS 253 a Felechosa al pie del Puerto de San Isidro.
Nos acercamos a la Estación de Ski, donde los más acérrimos apuraban los últimos días de nieve. Bajamos por la otra vertiente, por la LE 332, LE 331 hacia Boñar, no sin parar a sacar unas fotos al Embalse del Porma, de un color espectacular con las aguas del deshielo en ciernes.
Desde aquí, dirigimos nuestras ruedas a Riaño, por la N 625, donde comimos en un restaurante, amenizados por una banda sonora de algo que podríamos llamar Chill Out peruano, realmente cargante.
Desde Riaño, subimos el Puerto del Pontón, desde donde bajamos hacia Cangas de Onís, a través del espectacular e impresionante Desfiladero de los Beyos. Esta ruta es obligatoria para cualquier amante de la naturaleza y de la montaña en estado puro y salvaje, y va bordeando el Sella en su descenso hacia el mar.
Aunque haríamos noche en Cangas de Onís, continuamos hacia Covadonga y los Lagos, por la AS 262. Dejamos ésta atrás y comenzamos la ascensión a los mismos…y volvimos a bajar, debido a que alguien se olvidó de “pintarlos”: simplemente, no estaban. Se los había llevado la niebla. Otra vez será.
Bajamos de nuevo hacia Covadonga y visitamos la basílica y la gruta, así como la Fuente de los Siete Caños.
Tras esta visita cargada de espiritualidad y paz, regresamos a Cangas de Onís, para hospedarnos en la última noche de esta Vuelta a Asturias 2014.
Tras cenar en uno de los muchos locales de hostelería (La Sifonería, recomendable), y tras tomar un “digestivo”, dormimos en el Hotel Nochendi, al lado del rio Güeña.
Día 13: Hoy salimos tras abandonar el Hotel y cargar las motos, hacia el mar. Tras muchos kilómetros de montaña, tocaba respirar al nivel del mar. Avanzamos por la AS 114 hacia La Robellada, tras pasar por Mestas de Con, en dirección a la Playa de San Antolin.
Desde allí, nos acercamos a desayunar a “El Corral del Acebo”, en Ovio, cerca de Nueva de Llanes, casa de turismo rural de un compañero, donde desayunamos.
Tras despedirnos después de “gorronear” el fantástico desayuno con los Picos de Europa al fondo, volvimos sobre nuestros pasos para ver la Playa de Gulpiyuri, un curioso caso de la Naturaleza, en el que quizás sea el único caso de estar en una playa, en la que no veas el mar, y éste, pueda mojarte la piel. No digo más; hay que verlo.
Dejamos atrás Gulpiyuri, y nos dirigimos hacia Lastres, bonito pueblo pesquero, colgado del acantilado, que es de gran atractivo turístico, por lo bonito que es, y también por haber sido donde se filmó la serie Doctor Mateo, de notable éxito en televisión. Dirigimos de nuevo nuestras ruedas hacia Tazones, villa turística donde cada casa que baja hacia el mar, o es restaurante, o es bar. Allí comimos un delicioso “arroz con bichos”, para dar por cumplido nuestro periplo por Tierras Astures.
Nos separamos en Avilés de Ricardo, cogimos la autovía y abandonamos la niebla bajando el tramo nuevo de Mondoñedo hacia Abadín.
Finalmente, la última despedida se produjo en el repostaje efectuado en Coirós, donde Valiño emprendió viaje hacia Santiago y yo hacia La Coruña, dando por acabado 1.200 deliciosos kilómetros de aventuras, paisajes y moto.
Día 10: La lluvia nos acompañó en los kilómetros finales de la etapa prólogo.
Nos alojamos en “La Casa de Trabadelo”, casona restaurada situada a las afueras de Vegadeo, en un alto que domina la villa.
Un trato fenomenal a un precio fenomenal, en un bonito entorno merecedor de más disfrute que el que le íbamos a dar.
Salimos a cenar, y a tomar un poco de sidrina, y a la cama que hay que descansar
Día 11: Tras desayunar fuerte, abandonamos Vegadeo, para, a través de la carretera AS 11, y tras coger la AS 13, atravesar los Oscos, hacia Grandas de Salime (AS 12).
Desde aquí, y tras visitar desde lo alto su embalse, nos dirigimos, por la AS-14 hacia la Pola de Allande, y de ahí, a Cangas de Narcea.
En Cangas, tras tomar un breve refrigerio, subimos hacia Leitariegos, atravesando la niebla, y llegando a su cima hacia mediodía.
Bajamos hacia Caboalles, y tras pasar Villablino, (C- 623 hacia la CL-626) dirigimos nuestras ruedas hacia S. Emiliano, para poder decir, con propiedad, que estábamos en Babia! ** (Conviene evitar la carretera general CL 626 un poco antes de llegar a San Emiliano, y desviarse a la izquierda, para ir por el valle y poder apreciar el circo de montañas que lo rodean, Peña Oubiña, la Majua, etc)
En San Emiliano, me equivoque de restaurante (hay dos), y mi pretensión de volver a comer potro, se fue al traste. A cambio, fenomenal entrecot de ternera… que tampoco es mal bicho. Volvimos tras nuestras ruedas hasta Piedrafita de Babia, y subimos por la C-633 hacia el Puerto de Somiedo, y su Parque Natural para llegar a Pola de Somiedo.
Desde ahí, nos dirigimos por la AS 227 y AS 228 hacia Proaza, donde haríamos noche en una bonita casa de indiano, La Casona de Don Santos, donde también cenamos, por un módico precio.
Día 12: Tras desayunar, y cargar las motos, salimos en dirección Pola de Lena, a través de la AS 230 por el Puerto de la Cobertoria.
Tras tomar un ratito la A-66, salimos hacia Moreda, por la AS 112, Cabaña quinta y por la AS 253 a Felechosa al pie del Puerto de San Isidro.
Nos acercamos a la Estación de Ski, donde los más acérrimos apuraban los últimos días de nieve. Bajamos por la otra vertiente, por la LE 332, LE 331 hacia Boñar, no sin parar a sacar unas fotos al Embalse del Porma, de un color espectacular con las aguas del deshielo en ciernes.
Desde aquí, dirigimos nuestras ruedas a Riaño, por la N 625, donde comimos en un restaurante, amenizados por una banda sonora de algo que podríamos llamar Chill Out peruano, realmente cargante.
Desde Riaño, subimos el Puerto del Pontón, desde donde bajamos hacia Cangas de Onís, a través del espectacular e impresionante Desfiladero de los Beyos. Esta ruta es obligatoria para cualquier amante de la naturaleza y de la montaña en estado puro y salvaje, y va bordeando el Sella en su descenso hacia el mar.
Aunque haríamos noche en Cangas de Onís, continuamos hacia Covadonga y los Lagos, por la AS 262. Dejamos ésta atrás y comenzamos la ascensión a los mismos…y volvimos a bajar, debido a que alguien se olvidó de “pintarlos”: simplemente, no estaban. Se los había llevado la niebla. Otra vez será.
Bajamos de nuevo hacia Covadonga y visitamos la basílica y la gruta, así como la Fuente de los Siete Caños.
Tras esta visita cargada de espiritualidad y paz, regresamos a Cangas de Onís, para hospedarnos en la última noche de esta Vuelta a Asturias 2014.
Tras cenar en uno de los muchos locales de hostelería (La Sifonería, recomendable), y tras tomar un “digestivo”, dormimos en el Hotel Nochendi, al lado del rio Güeña.
Día 13: Hoy salimos tras abandonar el Hotel y cargar las motos, hacia el mar. Tras muchos kilómetros de montaña, tocaba respirar al nivel del mar. Avanzamos por la AS 114 hacia La Robellada, tras pasar por Mestas de Con, en dirección a la Playa de San Antolin.
Desde allí, nos acercamos a desayunar a “El Corral del Acebo”, en Ovio, cerca de Nueva de Llanes, casa de turismo rural de un compañero, donde desayunamos.
Tras despedirnos después de “gorronear” el fantástico desayuno con los Picos de Europa al fondo, volvimos sobre nuestros pasos para ver la Playa de Gulpiyuri, un curioso caso de la Naturaleza, en el que quizás sea el único caso de estar en una playa, en la que no veas el mar, y éste, pueda mojarte la piel. No digo más; hay que verlo.
Dejamos atrás Gulpiyuri, y nos dirigimos hacia Lastres, bonito pueblo pesquero, colgado del acantilado, que es de gran atractivo turístico, por lo bonito que es, y también por haber sido donde se filmó la serie Doctor Mateo, de notable éxito en televisión. Dirigimos de nuevo nuestras ruedas hacia Tazones, villa turística donde cada casa que baja hacia el mar, o es restaurante, o es bar. Allí comimos un delicioso “arroz con bichos”, para dar por cumplido nuestro periplo por Tierras Astures.
Nos separamos en Avilés de Ricardo, cogimos la autovía y abandonamos la niebla bajando el tramo nuevo de Mondoñedo hacia Abadín.
Finalmente, la última despedida se produjo en el repostaje efectuado en Coirós, donde Valiño emprendió viaje hacia Santiago y yo hacia La Coruña, dando por acabado 1.200 deliciosos kilómetros de aventuras, paisajes y moto.
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