Cuando yo era niño mi padre tenía una Guzzi roja. La vendió poco después de nacer yo. Recuerdo que teniendo poca edad me comentaba que cuando vendió la moto repasó los neumáticos con pintura blanca para adecentarlos. Si, la Guzzi de mi padre tenía las ruedas con una cinta blanca.
Mi padre jamás me dejó tener moto, de aquí la tardanza, 47 años. Me insistía, ...Manolín que es muy peligroso. Resulta que al poco de nacer yo, fue a inscribirme en el Ayuntamiento y le salió un Gordini un poco embalado. Mi padre debió de caer al suelo y se lastimó la pierna y el costado. Seguramente cogió miedo.
Mi madre recuerda el viaje de novios que hicieron con la Guzzi. Parece ser que a ella también le gustaba la motocicleta pues lo cuenta con cierto cariño entrañable. Mientras Teresa habla yo la miro y recreo el viaje, me comenta que se les cruzó un gato y que ella, ella perdió la zapatilla. Esto fué en 1959. Joder... me pregunta que si mi moto es roja.
Papá... que tengo moto. Y que no padezcas, iré con cuidado.