Aprovechando el puente de todos los Santos me desplacé a mi pueblo para darme un paseíto con mi “Campera” y disfrutar de lo que los difuntos ya no pueden al menos sobre este mundo terrenal.
Se notaba que había llovido y muchos caminos habían perdido las nubes polvorientas de los meses estivales sin gota de agua sobre el terreno. Además llevaba sin coger mi japonesa “Campera” más de un mes y se notaba que tenía mono por volver a tomar sus riendas. Elijo alguna de las rutas que tengo colgadas Wikiloc - Rutas y puntos de interés GPS del Mundo y me lo tomo con ganas, pero sin descuidar observar aquello que me llama la atención, por supuesto cámara en mano.
La mañanita estaba fresca pudiendo apreciar el roció matinal sobre la hierba:
Los carroñeros también están presentes durante mi recorrido:
Me cruzo con unos endureros que han sido amonestados por los cazadores de una montería al tratar de cruzar la zona de batida con sus monturas:
Me llama la atención unas casas abandonadas junto a una estación de tren, en donde si los muros pudieran hablar seguro que me darían conversación un buen rato o inclusive días:
Unos viejos vagones son motivo de una nueva parada fotográfica:
En otro momento descubro labores casi olvidadas como las de unas antiguas carboneras a pleno rendimiento:
Después llegaran unas pistas en las que trato de imaginarme corriendo un Dakar:
Son pistas en las que llego a retorcer el acelador hasta situar el marcador en los 110 km/h ¡Qué maravillosas sensaciones que percibo!
Luego vendrá un poquito de agua y barro como toca en un nuevo otoño:
Los paisajes van librándose de los amarillos tostados veraniegos y cargándose de tonalidades verdosas:
Aunque estoy concentrado en poder imitar a los dakarianos, compruebo que estoy a años luz de ellos cuando llegan las curvas y no logro tomarlas sin soltar presión del puño acelerador, tal vez por eso les sigo admirando:
De todos modos a mi ritmo me divierto y trato de compaginar mi conducción con mi afición fotográfica:
Y como en todo Dakar, bueno mas bien en el antiguo africano, al final llega el Lago Rosa, pues en mi particular Dakar también llega:
De vuelta a casa aprovecho la ocasión para recrear mi vista con un nuevo lago, en esta ocasión azul:
Y en donde un pescador me enseña los ejemplares de lucios que ha logrado arrebatar a sus aguas:
Como no podía faltar aprovecho para ver cómo estan las aguas del Barrueco de mi pueblo:
Y desde allí el cielo ofrecerá su espectáculo diario que aprovecho para llevarme en mi Olympus:
Un cordial saludo a tod@s!
Se notaba que había llovido y muchos caminos habían perdido las nubes polvorientas de los meses estivales sin gota de agua sobre el terreno. Además llevaba sin coger mi japonesa “Campera” más de un mes y se notaba que tenía mono por volver a tomar sus riendas. Elijo alguna de las rutas que tengo colgadas Wikiloc - Rutas y puntos de interés GPS del Mundo y me lo tomo con ganas, pero sin descuidar observar aquello que me llama la atención, por supuesto cámara en mano.
La mañanita estaba fresca pudiendo apreciar el roció matinal sobre la hierba:
Los carroñeros también están presentes durante mi recorrido:
Me cruzo con unos endureros que han sido amonestados por los cazadores de una montería al tratar de cruzar la zona de batida con sus monturas:
Me llama la atención unas casas abandonadas junto a una estación de tren, en donde si los muros pudieran hablar seguro que me darían conversación un buen rato o inclusive días:
Unos viejos vagones son motivo de una nueva parada fotográfica:
En otro momento descubro labores casi olvidadas como las de unas antiguas carboneras a pleno rendimiento:
Después llegaran unas pistas en las que trato de imaginarme corriendo un Dakar:
Son pistas en las que llego a retorcer el acelador hasta situar el marcador en los 110 km/h ¡Qué maravillosas sensaciones que percibo!
Luego vendrá un poquito de agua y barro como toca en un nuevo otoño:
Los paisajes van librándose de los amarillos tostados veraniegos y cargándose de tonalidades verdosas:
Aunque estoy concentrado en poder imitar a los dakarianos, compruebo que estoy a años luz de ellos cuando llegan las curvas y no logro tomarlas sin soltar presión del puño acelerador, tal vez por eso les sigo admirando:
De todos modos a mi ritmo me divierto y trato de compaginar mi conducción con mi afición fotográfica:
Y como en todo Dakar, bueno mas bien en el antiguo africano, al final llega el Lago Rosa, pues en mi particular Dakar también llega:
De vuelta a casa aprovecho la ocasión para recrear mi vista con un nuevo lago, en esta ocasión azul:
Y en donde un pescador me enseña los ejemplares de lucios que ha logrado arrebatar a sus aguas:
Como no podía faltar aprovecho para ver cómo estan las aguas del Barrueco de mi pueblo:
Y desde allí el cielo ofrecerá su espectáculo diario que aprovecho para llevarme en mi Olympus:
Un cordial saludo a tod@s!
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