El otro día escuchaba un periodista independiente que me gusta (Fernando Díaz Villanueva), en su propio canal, que trata cada día un tema y hablaba de cómo iba la economía china. Coincide totalmente lo que decía con lo que está pasando con las motos. Resumido: China tiene un problema de burbuja inmobiliaria, con una gran deuda de constructoras y está dejando de crecer al ritmo que lo hacía, entre otras cosas porque parte del motor interno de demanda venía de esa construcción. La estrategia para seguir creciendo es dar un nuevo salto en su producción y exportación, principalmente en sectores en los que ya son muy fuertes (por haberse cargado la competencia en los últimos años): acero, baterías para automoción, la propia automoción, placas solares y electrónica de consumo. Utilizando incluso dumping, algo tan querido por nuestros amigos chinos. Por eso asistimos a una proliferación de marcas de coches chinos a precios muy baratos. Diríamos que las motos son una parte más, nosotros nos enteramos porque nos gustan, pero la estrategia es clara también en este sector.
Respeto un montón al que se compra una QJ, una CF, la Voge o cualquiera de esos nisu, y más si te llevas un cacharro apañado por 6-7-8000 pavos, pero personalmente, que ya voy para mayor, que lo que más me harta es andar de garajes, de problemas con averías (me da igual los vehículos de casa que la caldera), personalmente, digo, no ahorraría en comprarme una de estas motos, por mucho que parezcan bbb. Parafraseando a Unamuno: "que experimenten otros"