Ahora que estoy sin moto, uno fantasea siempre con volver a tener una, cosa difícil en unos cuantos años, y mira todas las novedades que van saliendo y babeo, o no, por todo lo que va a apareciendo. Hoy en día hay infinidad de modelos, sobre todo en lo que se refiere a trails de todo tipo, pero uno tiene la sensación de deja vu en cuanto va comparando, ya que casi todas recuerdan a casi todas, salvo honrosas excepciones. Es entonces por casualidad cuando uno encuentra en redes sociales modelos con unos cuantos años a las espaldas, las miras y piensas “j***r que cosa más bonita”, y siguen apareciendo más, y más. Y me dan ganas de, si pudiera, de comprármelas por cientos. Algo de alma se ha perdido por el camino hasta llegar a las maravillas tecnológicamente hablando que tenemos ahora, pero sin alma. No hablo de sensaciones al llevarlas, si no al mirarlas. En fin, me hago viejo.