Jokin "Gas and Go"
Arrancando
INTRODUCCIÓN
Antes de empezar con el relato, quiero explicar un par de cosas. Yo empecé en el mundo de las motos en julio de 2021 cuando sin una explicación clara me compré mi primero moto. Aproveché una escapada a Madrid para ver una, me gustó y la cogí. Mis inicios fueron solo, jamás había montado, de hecho les tenia mucho respeto (cosa que aún conservo pero de otra manera), aprendí con un video donde explicaban como meter las marchas y me lancé a ello. Mis primeras rutas fueron cercanas, de unos pocos kilómetros, pero según andaba, más me gustaba. Comenzó el otoño y frustrado tuve que aparcar la moto a causa de la lluvia. Pasadas las navidades (y la covid que me tuvo una semana encerrado en casa), salí ha hacerme una ruta más larga de lo normal, bajando el picón blanco con 2ºC y placas de hielo en la carretera, frené de más con la rueda delantera (sin ABS) y me fui al suelo, rompiéndome la muñeca de forma muy aparatosa (de hecho aun no estoy recuperado). En ese momento se me fueron al traste mis planes del carnet A2 (ya con el teórico aprobado y con la segunda moto comprada). Después de aquello, tuve que esperar hasta julio para volver a montarme sobre las dos ruedas.
LA MOTO
Una Suzuki Van Van de 125 con 28.000 kilómetros, neumáticos prácticamente nuevos y cambio de aceite recién hecho.
Comenzamos
Comienzo explicando la elección de la ruta. Yo vivo en el norte en Bizkaia concretamente, quería y necesitaba salir y como no, lo quería hacer en moto, después de sopesar muchas opciones, me decante por la transpirenaica, una ruta cercana, corta e increíblemente atrayente para mi. Así que organicé el viaje, preparé el macuto y salí a la aventura.
DIA 1
7 de Julio
Me desperté pronto, nervioso, con ganas de hacer kilómetros en mi aventura en solitario. Lo primero fue llegar al Faro de Higuer en Hondarribia. El día era cálido y con algunas nubes sueltas, perfecto para empezar. Llegar al Faro fue algo tedioso, al evitar a toda cosa las autovías y autopistas (11 caballos dan para lo que dan (valga la redundancia)) tuve que ir por zonas industriales, llenas de furgonetas con prisa y camiones cargados.
Una vez allí un amable compañero (con una indestructible V-Strom veterana) me sacó la foto de rigor y compartimos un refrigerio. Tocaba seguir la ruta hacia el sur. Una vez más, hasta salir del cordón industrial de Gipuzkoa fue todo un poco aburrido, pero la emoción del momento me acompañaba. Mi idea era hacer la ruta completa en 8-9 días, con el itinerario de paradas un poco a placer, como me viniese el día. Por un tema de tipología de viaje, decidí llevar tienda y siempre que pudiese hacer acampada libre que es como más disfruto. Pasado Vitoria, todo comenzó a mejorar, paisajes, carreteras y afluencia de tráfico.
Paré para descansar en Lumbier, tomar un café y compré para la primera cena, mi plan, acampar en la orilla del pantano de Yesa. Después de encontrar un camino pedregoso llegue a nivel del agua, busqué un lugar discreto y planté la tienda para pasar mi primera noche en libertad, que sensación tan extraña, agradable y necesaria.
CONTINUARA...
Esta es la mitad de la ruta.
Paisaje alavés.
Una foto para el recuerdo.
Ubicación con la intención de evitar ser visto por las autoridades, pese a que fui respetuoso con el lugar, no está permitido acampar...
Antes de empezar con el relato, quiero explicar un par de cosas. Yo empecé en el mundo de las motos en julio de 2021 cuando sin una explicación clara me compré mi primero moto. Aproveché una escapada a Madrid para ver una, me gustó y la cogí. Mis inicios fueron solo, jamás había montado, de hecho les tenia mucho respeto (cosa que aún conservo pero de otra manera), aprendí con un video donde explicaban como meter las marchas y me lancé a ello. Mis primeras rutas fueron cercanas, de unos pocos kilómetros, pero según andaba, más me gustaba. Comenzó el otoño y frustrado tuve que aparcar la moto a causa de la lluvia. Pasadas las navidades (y la covid que me tuvo una semana encerrado en casa), salí ha hacerme una ruta más larga de lo normal, bajando el picón blanco con 2ºC y placas de hielo en la carretera, frené de más con la rueda delantera (sin ABS) y me fui al suelo, rompiéndome la muñeca de forma muy aparatosa (de hecho aun no estoy recuperado). En ese momento se me fueron al traste mis planes del carnet A2 (ya con el teórico aprobado y con la segunda moto comprada). Después de aquello, tuve que esperar hasta julio para volver a montarme sobre las dos ruedas.
LA MOTO
Una Suzuki Van Van de 125 con 28.000 kilómetros, neumáticos prácticamente nuevos y cambio de aceite recién hecho.
Comenzamos
Comienzo explicando la elección de la ruta. Yo vivo en el norte en Bizkaia concretamente, quería y necesitaba salir y como no, lo quería hacer en moto, después de sopesar muchas opciones, me decante por la transpirenaica, una ruta cercana, corta e increíblemente atrayente para mi. Así que organicé el viaje, preparé el macuto y salí a la aventura.
DIA 1
7 de Julio
Me desperté pronto, nervioso, con ganas de hacer kilómetros en mi aventura en solitario. Lo primero fue llegar al Faro de Higuer en Hondarribia. El día era cálido y con algunas nubes sueltas, perfecto para empezar. Llegar al Faro fue algo tedioso, al evitar a toda cosa las autovías y autopistas (11 caballos dan para lo que dan (valga la redundancia)) tuve que ir por zonas industriales, llenas de furgonetas con prisa y camiones cargados.
Una vez allí un amable compañero (con una indestructible V-Strom veterana) me sacó la foto de rigor y compartimos un refrigerio. Tocaba seguir la ruta hacia el sur. Una vez más, hasta salir del cordón industrial de Gipuzkoa fue todo un poco aburrido, pero la emoción del momento me acompañaba. Mi idea era hacer la ruta completa en 8-9 días, con el itinerario de paradas un poco a placer, como me viniese el día. Por un tema de tipología de viaje, decidí llevar tienda y siempre que pudiese hacer acampada libre que es como más disfruto. Pasado Vitoria, todo comenzó a mejorar, paisajes, carreteras y afluencia de tráfico.
Paré para descansar en Lumbier, tomar un café y compré para la primera cena, mi plan, acampar en la orilla del pantano de Yesa. Después de encontrar un camino pedregoso llegue a nivel del agua, busqué un lugar discreto y planté la tienda para pasar mi primera noche en libertad, que sensación tan extraña, agradable y necesaria.
CONTINUARA...
Esta es la mitad de la ruta.
Paisaje alavés.
Una foto para el recuerdo.
Ubicación con la intención de evitar ser visto por las autoridades, pese a que fui respetuoso con el lugar, no está permitido acampar...
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