La esponjosidad del bizcocho tiene que ver con agregar algo untuoso: mantequilla, o aceite de oliva, o claras batidas. También tiene que ver con batir siempre en el mismo sentido: horario o antihorario, pero no cambiar, y con batir a mano de un modo envolvente (abarcando la mayor cantidad de mezcla)
Ah, otra cosa: casi ninguna repostería funciona con poco azúcar. Azúcar abundante, o como diría Celia Cruz ¡ASUCAAAA!
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