Unas fotillos de la técnica y los guarrazos de este fin de semana de cursillos para pardillos:
En esta foto, se preparan las motos para el lance en cuestión. La tranquilidad es que la gente del cursillo supervisa cada una de las motos, para asegurar que todos los pardillos entramos en el circuito con la moto en las mejores condiciones, (protección personal, manillar, presiones, y suspensiones).
El tema -a priori- pintaba bien, pruebas facilonas asistidas por monitor. Aquí subiendo una cuesta y calando la moto para bajar luego con la moto controlada:
En esta foto, aunque no se aprecia bien, estamos acelerando a tope -empujando con la rueda trasera- pero al mismo tiempo con los frenos a saco para derrapar y controlar la moto. Aprendimos cómo -a menos que seas un experto y sepas dosificar muy bien el freno- es mejor dejar conectado el ABS en el campo. Con la maneta trincada a saco, la vaca frena en mucho menos espacio que sin ABS:
Descansito con torraeta de chullitas y longanizas en un pinar al lado del Turia:
Aquí el primer guarrazo, en el foso de arena. Servidor y su vaca cayendo irremediablemente. Se observa cómo el monitor se afana en indicar que mire hacia adelante, mientras yo me afano en mirar al suelo, que es exactamente donde acabo.
Pero en esta escuela te enseñan de todo. Tras la reglamentaria caida, aprendes cómo salir del guarrazo y sacar la vaca de un arenal. (Obsérvese al monitor detrás mía, ya convencido de mi absoluta inoperancia y en prevención de que me de un pasmo):
En la siguiente foto, aún más humillante que las anteriores, servidor y su vaca se van al suelo, ya como ansiándolo. Es lo que tiene el suelo, que le pillas cariño y no lo puedes dejar. Observese la postura contemplativa del monitor ante una patología ya confirmada y asaz irremediable:
Para mí lo mejor del curso es la gente que los imparte, no ya por su contrastada experiencia rodando alrededor del mundo, sino porque saben muy bien cómo transmitir los conocimientos con tranquilidad y claridad, aspecto que me parece un logro tratandose de alumnos que pudieran pensar que su relativa experiencia en carretera les aporta una experiencia previa para el uso off-road, absolutamente inexistente.
Son gente muy tranquila y serena, muy consciente de lo que puedes y de lo que no puedes hacer. Siempre te llevan un poco más allá de tus límites, (me lo digan a mí), pero en un entorno controlado, lo que te aporta seguridad para empezar a exigirte a ti mismo, que es uno de los requerimientos imprescindibles de este aprendizaje.
En fin, tras este breve cursillo de sólo un fin de semana, puedo decir que se más. Conozco mucho más mi moto y preveo sus posibilidades, (no así sus límites, para eso me faltan muchas horas de off-road sobre ella), pero sobre todo, conozco mejor mis límites y lo que necesito para superarlos, quizá lo más importante es la forma física, definitivamente, no te puedes enfrentar a esta práctica sin una forma física adecuada.
Este se lo pasó fetén en la cabaña que alquilamos:
Cuando tenga más fotos del curso las colgaré.
Chalud,