ovejanegra
Curveando
El señor obispo, enseñando sus dependencias privadas.
- Y en este despacho, queridos feligreses, cuando tengo un momento me tiro a la bartola.
En ese momento se asoma por la puerta con timidez una monja:
- ¿Necesita algo, Sr. obispo?
- No, muchas gracias Bartola.
- Y en este despacho, queridos feligreses, cuando tengo un momento me tiro a la bartola.
En ese momento se asoma por la puerta con timidez una monja:
- ¿Necesita algo, Sr. obispo?
- No, muchas gracias Bartola.