javier bikerman
Curveando
Cuando un Concesionario te deja una moto con 0 km, para que le hagas sus primeros recorridos, es porque confían en ti.
Por eso, mis primeras palabras son de agradecimiento a ALBAMOCIÓN, de Albacete, y a su responsable de motos, Antonio Felipe Iniesta, por esta maravillosa oportunidad y por su confianza.
También, decir que soy un simple cliente, un usuario común y corriente como cualquiera de vosotros. Y que mis apreciaciones y valoraciones son totalmente personales.
Y lo primero que quiero decir es que la XR lo ha conseguido. En esta su segunda edición (la 1a fue en 2015) la han perfeccionado y pulido. Es la misma deportiva de siempre, pero ahora sin las exigencias forzosas de la conducción deportiva, sin vibraciones molestas y con un consumo, que ahora sí, está en la línea de otros productos de la casa (las GS).
Su motor es eléctrico. Con una 6a que te permite hacerlo todo. En la que no cambias si no quieres. Desde 35km/h, sin titubear, hasta donde te atrevas.
De ahí su consumo contenido. Y por cierto con gasolina de 95. De hecho, puedes echar de las dos, 95 y 98.
Con su depósito de 19 litros, podrás alcanzar los 300 km sin repostar, en un uso comedido. Pero si le abres con ganas, estarás echándole cada 250 km. 5'7 es el consumo medio que ahora mismo está marcando, con poco más de 300 km recorridos. Es decir, en la media de las 1200-1600 de la casa.
La posición es ergonómicamente perfecta. O así me lo ha parecido, bajando de mi 1250 Adventure. Quedas metido en la moto, con la posición perfecta de manos y pies. Nada forzado.
Su ligereza, nada más salir, es lo primero que notas. Con un cambio pro que es casi casi mantequilla pura y en el que enseguida enlazas una y otra marcha, al tiempo que das gas con total dulzura. Una frenada rotunda, con un solo dedo, con horquillas que no se hunden --no como en otras marcas-- y una dirección ágil y precisa.
Cuando llegan las curvas, la ligereza --comparada con GSA o RT--, hace que apenas inclines y a la misma velocidad, el margen se me antoja mucho mayor.
Para empezar a tener esas sensaciones solo tienes que aumentar el ritmo. En la misma marcha, aunque sea la sexta, o con cambios rápidos del pie izquierdo.
Y la percepción es que se puede ir muy rápido, tanto como quieras o te atrevas.
Si con tu grupo de amigos, ese en el que se ha colado alguna KTM 1290 Superadventure, no llegas ahora el primero, será porque no quieres.
Está moto es toda una ERRE con posición cómoda, y que hasta admite de muy buen grado una conducción turística. Bastará con instalarle las maletas originales, de anclaje rápido (ya viene preparado), y eso sí, pagarlas a precio BMW. Y buscarle una pantalla algo mayor, aunque la que lleva es más que suficiente para el usuario normal.
El puesto de conducción es fantástico. Con la calidad que BMW sabe dar --aunque no siempre lo da, todo hay que decirlo--. Nada desentona. Nada queda fuera de lugar. Hasta las sujecciones de la pantalla tienen ahora un buen aspecto. Antes, a mí me lo parecían, eran "de juguete". Y el cajoncillo con cierre en el depósito está muy bien terminado, además de ser útil.
No falta tampoco la toma de corriente o la TFT con doble opción, la normal y la deportiva, con ángulo de inclinación automático y presidida por un vistoso cuentavueltas que hará las delicias de todo conductor deportivo.
Una cosa que no me quiero olvidar es que la suspensión no es la de una trail. No es como la de su hermana, la F900 XR, que se lo traga todo.
Con sus modos y regulación de precarga muy sencillos de usar, puedes adaptarla a todo tipo de carreteras y usos, pero como irías en una moto de carretera (salvo la RT, que se lo traga todo, o casi), es decir, dejando de lado los malos asfaltos y las carreteras de gravilla y piedra suelta.
Es una multiusos, pero no es trail. Aunque todos aquellos que usen sus GS por asfaltos normales y les encante hacer curvas, tienen en la XR1000 el peor de los contrincantes.
Ni siquiera, las R puras, creo que en carretera puedan nada contra esta XR. Al menos, si "el indio" que la monta es peleón.
Por decir algo malo de esta moto:
Que siento no tener 20-30 años menos para comprarla...
En los tiempos de las deportivas de los 90, las Gixxer, ZXR y Exup, ya hubiéramos querido una moto tan bien hecha como esta. Y sobretodo, así de cómoda.
El motor, que en ruta, no resultó especialmente caliente, ayer por la tarde, en ciudad y carretera lenta, con 26°, se notaba caliente caliente... No para molestar, pero si para pensar que cuando pasemos de 30-35° quizás resulte un problema.
Y es una lástima, porque en ciudad se deja llevar muy fácil y satisfactoriamente.
Una última cosa, el asiento, duro y ancho al principio, en el que el trasero queda como embutido, con los km resulta mucho mejor de lo esperado. Desde luego, nada que objetar.
Seguro que me dejo cosas, pero supongo que os gustará saber de esta moto, aunque sea solo lo que aquí he expuesto.
Que os guste!!
Saludos.
Javier
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Por eso, mis primeras palabras son de agradecimiento a ALBAMOCIÓN, de Albacete, y a su responsable de motos, Antonio Felipe Iniesta, por esta maravillosa oportunidad y por su confianza.
También, decir que soy un simple cliente, un usuario común y corriente como cualquiera de vosotros. Y que mis apreciaciones y valoraciones son totalmente personales.
Y lo primero que quiero decir es que la XR lo ha conseguido. En esta su segunda edición (la 1a fue en 2015) la han perfeccionado y pulido. Es la misma deportiva de siempre, pero ahora sin las exigencias forzosas de la conducción deportiva, sin vibraciones molestas y con un consumo, que ahora sí, está en la línea de otros productos de la casa (las GS).
Su motor es eléctrico. Con una 6a que te permite hacerlo todo. En la que no cambias si no quieres. Desde 35km/h, sin titubear, hasta donde te atrevas.
De ahí su consumo contenido. Y por cierto con gasolina de 95. De hecho, puedes echar de las dos, 95 y 98.
Con su depósito de 19 litros, podrás alcanzar los 300 km sin repostar, en un uso comedido. Pero si le abres con ganas, estarás echándole cada 250 km. 5'7 es el consumo medio que ahora mismo está marcando, con poco más de 300 km recorridos. Es decir, en la media de las 1200-1600 de la casa.
La posición es ergonómicamente perfecta. O así me lo ha parecido, bajando de mi 1250 Adventure. Quedas metido en la moto, con la posición perfecta de manos y pies. Nada forzado.
Su ligereza, nada más salir, es lo primero que notas. Con un cambio pro que es casi casi mantequilla pura y en el que enseguida enlazas una y otra marcha, al tiempo que das gas con total dulzura. Una frenada rotunda, con un solo dedo, con horquillas que no se hunden --no como en otras marcas-- y una dirección ágil y precisa.
Cuando llegan las curvas, la ligereza --comparada con GSA o RT--, hace que apenas inclines y a la misma velocidad, el margen se me antoja mucho mayor.
Para empezar a tener esas sensaciones solo tienes que aumentar el ritmo. En la misma marcha, aunque sea la sexta, o con cambios rápidos del pie izquierdo.
Y la percepción es que se puede ir muy rápido, tanto como quieras o te atrevas.
Si con tu grupo de amigos, ese en el que se ha colado alguna KTM 1290 Superadventure, no llegas ahora el primero, será porque no quieres.
Está moto es toda una ERRE con posición cómoda, y que hasta admite de muy buen grado una conducción turística. Bastará con instalarle las maletas originales, de anclaje rápido (ya viene preparado), y eso sí, pagarlas a precio BMW. Y buscarle una pantalla algo mayor, aunque la que lleva es más que suficiente para el usuario normal.
El puesto de conducción es fantástico. Con la calidad que BMW sabe dar --aunque no siempre lo da, todo hay que decirlo--. Nada desentona. Nada queda fuera de lugar. Hasta las sujecciones de la pantalla tienen ahora un buen aspecto. Antes, a mí me lo parecían, eran "de juguete". Y el cajoncillo con cierre en el depósito está muy bien terminado, además de ser útil.
No falta tampoco la toma de corriente o la TFT con doble opción, la normal y la deportiva, con ángulo de inclinación automático y presidida por un vistoso cuentavueltas que hará las delicias de todo conductor deportivo.
Una cosa que no me quiero olvidar es que la suspensión no es la de una trail. No es como la de su hermana, la F900 XR, que se lo traga todo.
Con sus modos y regulación de precarga muy sencillos de usar, puedes adaptarla a todo tipo de carreteras y usos, pero como irías en una moto de carretera (salvo la RT, que se lo traga todo, o casi), es decir, dejando de lado los malos asfaltos y las carreteras de gravilla y piedra suelta.
Es una multiusos, pero no es trail. Aunque todos aquellos que usen sus GS por asfaltos normales y les encante hacer curvas, tienen en la XR1000 el peor de los contrincantes.
Ni siquiera, las R puras, creo que en carretera puedan nada contra esta XR. Al menos, si "el indio" que la monta es peleón.
Por decir algo malo de esta moto:
Que siento no tener 20-30 años menos para comprarla...
En los tiempos de las deportivas de los 90, las Gixxer, ZXR y Exup, ya hubiéramos querido una moto tan bien hecha como esta. Y sobretodo, así de cómoda.
El motor, que en ruta, no resultó especialmente caliente, ayer por la tarde, en ciudad y carretera lenta, con 26°, se notaba caliente caliente... No para molestar, pero si para pensar que cuando pasemos de 30-35° quizás resulte un problema.
Y es una lástima, porque en ciudad se deja llevar muy fácil y satisfactoriamente.
Una última cosa, el asiento, duro y ancho al principio, en el que el trasero queda como embutido, con los km resulta mucho mejor de lo esperado. Desde luego, nada que objetar.
Seguro que me dejo cosas, pero supongo que os gustará saber de esta moto, aunque sea solo lo que aquí he expuesto.
Que os guste!!
Saludos.
Javier









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