Tú lo has dicho: una mala costumbre. Te añado yo: una muy mala costumbre. Sacar la rodilla tiene sus críticos y sus seguidores, pero sacar el pie y llevarlo por el asfalto... como que de ninguna manera.
Lo que nos hace tirar ese pie para afuera es inseguridad e inseguridad es algo que no deberíamos tener cuando pilotamos una moto por carretera. Hago esta reflexión pensando en eso, no se trata de apurar décimas de segunda en una curva o mejorar paso por meta, sino pasar con la máxima seguridad por una rotonda en marcha de crucero, disfrutando del placer de llevar una moto, de tumbar, de tomar la curva como debe hacerse, de hacer las cosas bien.
Creo que la clave también la apuntas tú: la velcidad. Supongo que no es exactamente la velocidad sino la adecuación de velocidad y tumbada. A mí personalmente me gustan las rotondas y eso que me han dado más de un susto por encontrarme en ellas manchas resbaladizas, gravilla o cosas así, pero tambien es relativamente fácil encontrar la velocidad adecuada para tomarla con la debida inclinación, en realidad ambas cosas a la vez. El consejo de Pingu es perfecto, adecua la marcha a la velocidad, controla con el embrague si fuera preciso para que el empuje sea contínuo y sin saltos... y pégate el pie con Loctite a la moto al principio si te siguiera el vicio.
Saludos,