Bueno, pues al final me fui a probar un camping, que aún era una experiencia que no había probado. Si que he acampado varias veces ya en zonas de "acampada controlada", cosa que me ha encantado y estoy deseando repetir, pero lo malo es que llegamos a una época en la que el frío... buuuurrrrrrr... ; y como en las zonas de costa aún prevalece una buena temperatura y no se puede acampar libre ni controladamente, si no que solo puedes en camping, pues a probar.
He de decir, que el camping tenía lugar privilegiado, primerísima línea de playa; los servicios muy limpios y cuidados; la zona de duchas ya quisiera mas de una casa tener las duchas así; piscina (aún abierta) y zonas tenis y pádel; y como nota negativa, he de decir, que en esta época, los camping estaban a tope en las zonas costeras, invadidos por miles de caravanas y auto caravanas de jubilados, que van de camping en camping recorriendo el mundo, por lo que conseguí una parcela de milagro y resultaba agobiante estando hasta los topes con casi mil parcelas
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Eso sí, todo el mundo muy educado, y muchos de ellos super amables y generosos. Te ofrecen ayuda en cuanto te ven haciendo algo. Me invitaron a tomar algo en mas de una auto caravana, y os puedo decir que las auto caravanas de hoy día... madre de dios.. mejor que un cinco estrellas (materiales nobles de primera calidad, duchas con hidromasaje y luces led, camas matrimonio enormes, domotizadas, etc).
Que me lío, al grano. Me fui a Mazarrón (Murcia), camping playa de Mazarrón en Bolnuevo. Temperatura genial y playas enormes, todas ellas muy muy limpias. Como fuí solo, aproveché para hacer la vuelta el lunes por la mañana, así que el domingo hice turismo, me puse vaqueros, zapatillas, camiseta y chaquetilla, y a subirme en la moto. Merece la pena ver las erosiones de Bolnuevo, justo al lado del camping
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Luego puse rumbo hacia La Azohía, todo por la carretera que va justo pegadita al mar, descubriendo rincones y playas magníficas una detrás de otra, hasta llegar a la Torre de Santa Elena. Hay que hacer un último trayecto a pie, pero como eran las 14:30 y no había nadie, me encontré a otros moteros de vuelta que me dijeron que pasara que no había nadie, por lo que llegué justo hasta el pie de la torre.
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Luego, deshice un poco el camino, para después dirigirme a la Batería de Castillitos y Batería de Jorel, que están enclavados en un cabo desde el que se protegía el puerto de Cartagena, cogiendo la carretera RM-E23, que es bastante estrecha y mal firme, pero sin problema. Este cabo esta repleto de cañones enormes desde los que se tienen una vistas increíbles del Mediterráneo y Cartagena, merece la pena hacer una visita, aunque para verlo todo, hay que andar bastante, ya que hay que dejar la moto en el parking y acceder a pié a toda la fortificación.
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Continúo con otro comentario, que no me deja poner tantas fotos en un solo. Perdón