Además que un fiestuki sin gallinas sería como un perrito sin mostaza, una hamburguesa sin ketchup, un tiesto sin flores, un porro sin costo, una ensalada sin tomate, un tio sin calzoncillos, un avión sin piloto, una tia sin bragas, una costa sin fuel, un camello sin hachís, una pipa sin grifa, un vino sin alcohol, un lapicero sin punta, un inglés en N.York, un hombre lobo en París, un tipo sin piano, un pirata sin ron, un gato con gafas. Un barco con agujeros, en definitiva; a pique.
Y cuando hay pique, maricón el último. Y está bien que seamos una panda gays declará, pero de eso a cantearnos cascándolo a los cuatro vientos, pues hay mucho camino. ¿Qué tal si nos quedamos en sencillamente asexuados aficionados a la aBeéme? La triple A... Y los Cien Mil Hijos De San Luis
Pero mejor que todo esto sería dotar de periodicidad semanal o preferentemente diaria al evento.
Y que se mueran los feos. ¡Ea!