B
Bembe
Invitado
Ésta mañana la FoGoSa se ha levantao con ganas de jugar.
Yendo a trabajar, había tráfico, pero fluido y hemos podido apretar un poquito en las curvas. Ya llegando a la oficina, en una recta de la ctra. nacional, me ha cortao encendido a las 7500 vueltas, (me he acordao de los Gseros que preguntaban ayer por el corte de encendido) y hemos proseguido la marcha, una vez reconciliadas.
Pero….. al llegar al parking de la empresa, la señorita ha querido vengarse de mi osadía. De mí. Yo, que anoche, antes de acostarme, bajé al parking para desearle buena noches y recorrer sus curvas con mis manos.
Hemos llegao a la empresa, y ya maniobrando en punto muerto pa aparcarla de frente (a punto de marcha para la salida de esta tarde), la jodía ha decidido caerse.
La he acompañao hasta el suelo, suavemente, sin dejarla impactar, y no tiene ni un solo rasguño. Yo tampoco. Pero sí aquella sensación absurda de la caída en parado. De mi FoGoSa que se me queja por que, al haberla apretao, y no estar conforme, decide ceder a la gravedad, y alertarme.
Dicho queda. Ambas estamos enteras. Y creo que la caida me ha servido para ver que mi niña tiene personalidá propia y que si la trato con tacto, así lo hace conmigo. Y si la trato con firmeza, me pone en mi sitio de la manera más sutil, y dándome donde más me duele. El duro suelo.
V’s a tod@s.
Yendo a trabajar, había tráfico, pero fluido y hemos podido apretar un poquito en las curvas. Ya llegando a la oficina, en una recta de la ctra. nacional, me ha cortao encendido a las 7500 vueltas, (me he acordao de los Gseros que preguntaban ayer por el corte de encendido) y hemos proseguido la marcha, una vez reconciliadas.
Pero….. al llegar al parking de la empresa, la señorita ha querido vengarse de mi osadía. De mí. Yo, que anoche, antes de acostarme, bajé al parking para desearle buena noches y recorrer sus curvas con mis manos.
Hemos llegao a la empresa, y ya maniobrando en punto muerto pa aparcarla de frente (a punto de marcha para la salida de esta tarde), la jodía ha decidido caerse.
La he acompañao hasta el suelo, suavemente, sin dejarla impactar, y no tiene ni un solo rasguño. Yo tampoco. Pero sí aquella sensación absurda de la caída en parado. De mi FoGoSa que se me queja por que, al haberla apretao, y no estar conforme, decide ceder a la gravedad, y alertarme.
Dicho queda. Ambas estamos enteras. Y creo que la caida me ha servido para ver que mi niña tiene personalidá propia y que si la trato con tacto, así lo hace conmigo. Y si la trato con firmeza, me pone en mi sitio de la manera más sutil, y dándome donde más me duele. El duro suelo.
V’s a tod@s.