No estoy de acuerdo con el vídeo, y tengo motivos para ello. Hace 31 años estrené exáctamente el mismo camión que aparece en el folleto de una empresa que ya no existe.
En aquella época eran novedad los camiones con pluma de muy altas capacidades, había muy poco de esto en España. Con ésta en concreto cargábamos en góndolas los contrapesos de una grúa de gran tonelaje. El más pesado eran 17 tns, junto a otros que hacían 12 tns, más material como ganchos, cabrestantes, soportes y bases que juntos se iban a casi 20 tns y se transportaban en el "4 patas", ése era su nombre. Estaba tarado para 16 tns de carga pero era un Pegaso 2434 y el cabrón podía con todo antes de que los de Iveco amariconasen la marca
. Dicho esto, y si os fijáis en la foto, el camión estaba equipado con unos desfasadísimos retrovisores que por lo menos estaban calefactados, ya que la tendencia en invierno al empañamiento era muy grande.
Todo este rollo viene a cuento porque con este trasto he recorrido miles de kms y horas dando apoyo a la grúa de gran tonelaje 300 tns, también novedosa para la época. Muchas tareas con la pluma implicaba situar el camión en una posición muy exacta para poder hacer el trabajo sin ponérselo por sombrero. Era una época sin limitadores, sin mandos a distancia... es decir, sin nada más que experiencia y sentido común. Ello implicaba hacer maniobras utilizando mucho los espejos, y sí, por supuesto que los laterales del camión yo los veía perféctamente. Por poderse ver, se veían las ruedas del segundo eje, los mandos de la grúa, incluso las patas.
Así que basándome en mi propia experiencia, creo y afirmo que los espejos del vídeo están mal regulados a posta.
Hoy día el peor sitio en el que situarse es bajo la puerta de la derecha y bien pegadito al camión. Aunque el mayor peligro siempre ha sido el pararse, por ejemplo en un semáforo, en el mismo lugar y que el camionero no se percate. Y detrás sobre todo, porque ahí no se ve absolútamente nada, y tampoco se "siente" como cuando aparcas un coche y golpeas con el parachoques al que está detrás, sólo lo oyes crujir cuando te lo has cargado
Siento el tocho, pero me ha pillado la nostalgia ya que fue una época muy interesante.