No me des... déjame donde hay. Es muy complicado tener acceso a algo en lo que no hay más control que el tuyo y no llevarte un pellizco. El que más y el que menos se ha llevado un inocente paquete de folios del trabajo, algo que supondría más perjuicio en caso de que te pillen, que comprarlo. Llevar las cuentas de algo supone un ejercicio de dedicación, confianza y gestión. No sé de cuánta gente consta ese club ni si el trabajo administrativo suponía una inversión en horas que realmente justificara abonar un sueldo, por pequeño que fuera, absolutamente justificable si no es un puesto rotatorio como en las comunidades de vecinos. No lo sé ni me quiero meter, pero muchas veces hay gente a quien le gusta que les den todo hecho por el mero hecho de pagar, sin pensar en el trabajo que hay detrás. A mí me pasa en mi comunidad de vecinos, que estoy al tanto de todo aunque no sea presidente y luego todos quieren que yo sea presidente, pero no quiero. Y cuando he sido presidente, luego no quieren que se haga la reunión de renovación de cargos, porque saben que si no estoy yo de presidente, no se cambia ni una bombilla salvo que la cambie yo. Y como ya me he hartado, pues hace poco estuvo más de una semana pitando día y noche una alarma en el garaje y a nadie se le ocurrió recurrir al presidente y decirle que llamara al administrador y a un servicio técnico. Me preguntaban a mí. Yo hubiera llamado a la media hora, pero no me dio la gana. Ni me dio la gana estar para abrir al técnico, como tantísimas veces he hecho y gracias a hacerlo, he visto si nos tangaban en horas, en materiales o en lo que sea. Y he pillado picarescas de proveedores que, afortunadamente, no han llegado a pagarse.
Yo no he llevado nunca un motoclub, pero he llevado otras cosas como compras conjuntas, organizar viajes, rutas y comilonas multitudinarias donde luego todos pagamos a tanto por uno Sanbruno. Y yo pago igual que cualquier otro, pero me he currado la ruta, la he hecho entera o casi entera al menos una vez, los tiempos, he buscado los repostajes, los sitios donde comer, he comido en varios para probar el mejor, he negociado un precio del hotel, he seguido la lista para concertar el precio y el restaurante según asistencia, cobrado a todos... y aún así hay una diferencia notable entre lo que me lo he currado yo -y lo que me ha costado: gasolinas, restaurantes, horas quitadas a mi familia- y lo que se lo ha currado el resto que llega y paga. Y sin contar que a veces alguien no paga y no hay forma de saber quién, que de esas también tengo alguna por confiar en que todos somos amigos. O te meten 5 comensales a última hora, hay que llamar zumbando al restaurante para que nos hagan una paella de 14 en vez de 9 y luego no aparezcan esos 5, que de esas también tengo. Y alguien ha de pagar ¿no? acabas de llamar para pedir una paella para 14. Organizar no es una labor agradecida. Incluso yendo a coste y siendo responsable de cada euro, siempre te llueven las críticas y no siempre te saben apreciar los logros ni mucho menos lo que ha costado que todo salga bien... o casi bien. Pero claro, todo eso hay que llevarlo con transparencia para que se sepa en qué se ha gastado cada euro. Para manejar el dinero de los demás hay que dejar constancia de todo para evitar precisamente esto que relatas.