ferthunderace
Curveando
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Bolo, lo de los seguros de moto es muy sencillo, y ya se ha explicado aquí. Es un robo con mayúsculas, las compañías nos cobran una cobertura a terceros por el precio de un todo riesgo. Es muy simple, hay un acuerdo entre compañías por el que la compañía del culpable paga unas 100.000 pts al de la no culpable y cada uno se hace cargo de la reparación de su asegurado si su cobertura lo permite. Esas 100.000 pts es lo que se calcula de media en accidentes entre coches, de forma que hoy por tí y mañana por mí las compañías ni ganan ni pierden y además se ahorran un buen dinero en juicios y abogados.
¿Pero que pasa cuando el golpe es entre coche y moto? Si el culpable es el coche, la compañía de la moto recibe estas 100.000 pts pero se tiene que hacer cargo del resto de la factura, que en la gran mayoría de los casos es muchísimo más dinero que el famoso "módulo". ¿Y si el culpable es la moto? Pues perfecto, la compañía de la moto le da las 100.000 pelas a la compañía del coche y se olvida del resto, porque como solo se aseguran motos a terceros pero se cobra como todo riesgo, miel sobre hojuelas. En definitiva, a tu compañía le sale más rentable que seas tú el culpable que la víctima, a pesar de que en el 70% de los casos el culpable es el coche. ¿Es un robo o no es un robo?
Por otro lado, la interpretación de las normas que hace la administración y sobre todo la forma de aplicarlas es lo que hace que las carreteras españolas y sus conductores sean un peligro constante gracias a su afán recaudatorio. En Alemania, por ejemplo, no existe un límite genérico de velocidad en autopista, y la policía se ocupa más de multar al que va pisando huevos por el carrila de la izquierda que al que va a 220 km/h. Si tenemos en cuenta que los alemanes tienen una siniestralidad mucho menor que los españoles, ¿por qué no tomamos el modelo alemán como pauta a seguir? Porque es más rentable para la administración responsabilizar de los accidentes al conductor por exceso de velocidad o por alcoholemía y seguir poniendo multas a diestro y siniestro que inculcar a la gente la idea de que lo peligroso no es la velocidad sino la torpeza, y de paso se ahorran cualquier responsabilidad por el lamentable estado de las carreteras.
El actual RGC es una chapuza, y quien permite que siga en vigor es un asesino con miles de muertes en carretera a sus espaldas, a quien habría que pedirle responsabilidad penal por anteponer los intereses económicos a la vida humana.
¿Pero que pasa cuando el golpe es entre coche y moto? Si el culpable es el coche, la compañía de la moto recibe estas 100.000 pts pero se tiene que hacer cargo del resto de la factura, que en la gran mayoría de los casos es muchísimo más dinero que el famoso "módulo". ¿Y si el culpable es la moto? Pues perfecto, la compañía de la moto le da las 100.000 pelas a la compañía del coche y se olvida del resto, porque como solo se aseguran motos a terceros pero se cobra como todo riesgo, miel sobre hojuelas. En definitiva, a tu compañía le sale más rentable que seas tú el culpable que la víctima, a pesar de que en el 70% de los casos el culpable es el coche. ¿Es un robo o no es un robo?
Por otro lado, la interpretación de las normas que hace la administración y sobre todo la forma de aplicarlas es lo que hace que las carreteras españolas y sus conductores sean un peligro constante gracias a su afán recaudatorio. En Alemania, por ejemplo, no existe un límite genérico de velocidad en autopista, y la policía se ocupa más de multar al que va pisando huevos por el carrila de la izquierda que al que va a 220 km/h. Si tenemos en cuenta que los alemanes tienen una siniestralidad mucho menor que los españoles, ¿por qué no tomamos el modelo alemán como pauta a seguir? Porque es más rentable para la administración responsabilizar de los accidentes al conductor por exceso de velocidad o por alcoholemía y seguir poniendo multas a diestro y siniestro que inculcar a la gente la idea de que lo peligroso no es la velocidad sino la torpeza, y de paso se ahorran cualquier responsabilidad por el lamentable estado de las carreteras.
El actual RGC es una chapuza, y quien permite que siga en vigor es un asesino con miles de muertes en carretera a sus espaldas, a quien habría que pedirle responsabilidad penal por anteponer los intereses económicos a la vida humana.