Ordeno todo en medio de la carretera, pero es que no pasó ni un alma.
Me toca hacer conducción nocturna y me lo voy a tomar con calma, principalmente porque hay muchos animales de costumbres noctámbulas como pude comprobar. Un zorro y dos conejos se me cruzaron, aunque con cierto márgen.
Comienzo a subir Aspin y en las curvas más cerradas no veo absolutamente nada, voy en 1ª cuando de día iba en 2ª, pero es que no llego a adivinar el ángulo y se que hay unas cuantas que se las traen. Además está el barranco y ninguna vaya protectora.
A mitad del puerto me sale una cría de corzo delante y se pone a correr delante mía a mi misma velocidad. Es curioso como en vez de ir en línea recta, por instinto va haciendo quiebros. Calculo que aguantó unos 200 mts y luego ya tiró para el arcén. Fue un momento curioso.
Sólo me crucé con un Peugeot 206 que bajaba, esta vez iba perfectamente por su parte de carril.
Bajando Aspin el asfalto está perfecto y es una delicia hacer deslizar la moto de lado a lado. Siempre yendo algo más despacio de lo que iría con luz diurna.
Comienzo a subir el Tourmalet y empieza a haber claridad, no pienso correr pero espero llegar a tiempo. Increíble subir este puerto por el lado oriental, que es el más rápido en total soledad. Sólo me adelantó un Megane que iba de carreras, pero sin mayor pega en una recta y sin estorbarnos.
Ya voy llegando a la cima y voy a tener suerte. Las llamas justo en ese momento se empiezan a mover y me hacen compañía.
