RELATOS MOTEROS: ¡TUMBAD, TUMBAD, MALDITOS!

Hola, últimamente entro poco en el foro, pero hoy acabo de descubrir lo que será mi post favorito:love:. Me encanta la lectura, y encuentro en éstos cuentos un rato de diversión y nostalgia.
Mandalorian, no es por peloteo, pero me encanta la prosa con la que desarrollas los cuentos. Me pongo el post en favoritos.
Muchas gracias por compartir las historias y hacer pasar un rato agradable a los que ya ni siquiera peinamos canas (tengo la cabeza asfaltada desde hace 20 años).
Un saludo en V para Uve. ✌️
Gracias, Frey Dario. Me alegro, de eso se trata de pasar un rato agradable. A ver si las musas me visitan más a menudo... ??
 
@Mandalorian, un placer leer tus cuentos.

Yo soy un poquito más joven (42), pero parece ser que me hago mayor: ya tengo canas (casi inapreciables gracias a mis rápidos semanales) y mi primera "moto" fue una Variant.

¡Qué bonita es la lectura!
 
Aspencade... Aspencade...

Con 20 años los veranos duraban mucho más que ahora, daba tiempo a todo y cuando Uve hablaba de ir con las motos a tal o cual sitio, siempre había algún amigo que contestaba con "bueno, ya iremos, queda mucho verano". Pero aquella noche a Uve se le detuvo el tiempo por unos instantes.

Estaba ahorrando para su primera moto grande, el corazón le pedía una Yamaha XJ650 y la cabeza le aconsejaba una BMW R65. En ambos casos, por una razón meramente presupuestaria, sería de segunda mano, pero había a tiro alguna unidad muy bien cuidada. Había comprado varias veces la revista Cambalache y tenía marcados con un círculo rojo algunos anuncios de las candidatas. Aún faltaba algún tiempo para poder hincarles el diente, pero la paciencia nunca había sido la mayor virtud de Uve. Ni siquiera se había molestado en llamar a los teléfonos de los vendedores, mientras no reuniera algo más de dinero sería perder el tiempo.

Su amigo "Goro" tenía una espectacular Honda CB900 BOL D'OR y se la dejaba conducir a veces, con lo que mataba el gusanillo por una parte, sí, pero se envenenaba cada vez más por otra. La moto de Goro se la había comprado su padre, cosas de tener un padre ricachón y deseoso de presumir de que su hijo "tenía la mejor moto de la provincia" [sic]. Padre presuntuoso aparte, Goro era buen tío y estaba loco porque Uve se comprara una moto para poder salir juntos de ruta, pues en el resto de aquella pandilla tan pintoresca y variopinta como la de la serie "Verano Azul", los pocos que tenían moto no pasaban de una Puch Cobra, una antigua Guzzi 125 "heredada" o la Ducati Forza 350 del "Cinema" (su padre era dueño del cine del pueblo), que era el único capaz de acompañar a Goro, bien es cierto que a duras penas. Bueno, también estaba "el López", que tenía una rabiosa Bultaco Frontera MK11 370, azul y amarilla, pero sólo la cogía para hacer enduro, nunca por carretera. Con semejante elenco, aquello parecía cualquier cosa menos un grupo de moteros, cada uno iba a su cuerda porque sus monturas no tenían nada en común.

Entre la multitud que llenaba la avenida donde estaban los bares de copas de aquella playa del sur, una enorme moto se abría paso lentamente. Goro y Uve nunca habían visto algo igual. Si acaso alguna foto en una revista o alguna referencia a ella de alguien que decía haber visto una en no sé qué sitio, pero que todos pensaban que se trataba de un pegote. Ya se sabe, un español con un cubata en la mano se viene arriba con facilidad, eso no es nuevo. El caso es que aquel maquinón tenía luces por todas partes, la profusión de cromados era un disparate y... llevaba música. Sí, sí, música a todo volumen en una moto. Tenía además una antena bien alta y dos mástiles, más cortos, con sendas banderas, una de los EE.UU. y la otra española. ¡El cuadro de mandos era digital, como el de "Kitt", el coche fantástico!

Más tarde pudieron saber que se trataba de un militar americano de la base de Rota, o eso les dijo su amigo el camarero del Gutorre's, bar de referencia del grupo. Desde atrás era una especie de pavo real con su cola desplegada en una suerte de danza de cortejo nupcial. Tan petrificado se quedó Uve al ver la moto que sólo pudo leer un rótulo dorado en el baúl trasero. "Aspencade", parecía decir. Casi se le cae el cubata al suelo.

-¿Qué moto es esa, Goro?
-Creo que es una Goldwing. La nueva 1200 Aspencade. Qué pasada...
-Un día quiero tener una de esas -pensó Uve, sin darse cuenta de que lo había dicho en voz alta.

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Hola, me imagino la cara que se os quedó a todos al ver aparecer por la calle esa preciosidad de clásica:oops::oops:, con todo el lucerío y los cromados. Simplemente espectacular??.
 
Hola, me imagino la cara que se os quedó a todos al ver aparecer por la calle esa preciosidad de clásica:oops::oops:, con todo el lucerío y los cromados. Simplemente espectacular??.
Así es, ya te digo que casi va el cubata al suelo, pero claro, lo de que es una clásica es cosa de ahora. Hace 40 años era la punta de lanza tecnológica! :giggle::giggle:
 
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