como soy soriano de berlanga de duero, voy a ver si te puedo echar una mano, y te envío la ruta que yo les doy a mis amigos cuando van por mi tierra. decirte que suelen ir en coche, así que en el aspecto motero no te puedo ayudar mucho. espero no ponertelo muy dificil para elegir, pero ahí va:
Como no sé dónde os vais a alojar, os puedo sugerir varios sitios:
1. Pensión los leones, en Berlanga de Duero. Sitio muy aseado, se come bien; buenos precios. Algunas habitaciones son calurosas.
2. Hostal Antonio, en Almazán. Buen sitio para desplazarse por la provincia. No hemos visto las habitaciones, pero se come muy bien y barato.
3. Hostal Calatañazor. También es un buen sitio de enclave; solemos alojarnos ahí. Muy buen precio/calidad. Muy amables. Disponen de una buhardilla con capacidad creo que para 8-10 personas. Se come de maravilla. Desde el año 2003 poseen una casa de alojamiento rural, donde hacen espectáculos para grupos en las jornadas gastronómícas mozárabes que celebran.
4. La casa grande de Gormaz, en Quintanas de Gormaz. Nunca hemos podido reservar, ya que siempre está ocupada. Sólo disponen de comedor para las personas que están alojadas. Es una casona del siglo XVII con muy pocas habitaciones, tipo casa rural: el mirador de Almanzor.
5. En el Burgo de Osma, se encuentra en hotel Virrey Palafox, muy buena relación calidad precio, y a la vez podéis, es casi obligado, probar el menú degustación del restaurante que se encuentra a 200 metros, al otro lado de la carretera. No reservan mesa así que hay que arriesgarse. Es un pelín caro pero buenísimo.
6. Además, y también en el Burgo, se han creado alrededor de la catedral, algunas casas de alojamiento, con mucho encanto, aunque dado el auge de este tipo de turismo, puede que os parezcan un pelín caras.
La cantidad de sitios que visitéis, dependerá lógicamente, de los días que destinéis al viaje; no obstante, intentaré agrupar todo el recorrido conforme a lo que creo podéis visitar en un solo día.
Vamos a empezar, y que os sea leve.
De camino, merece la pena desviaros hacia el monasterio de Santa María de Huerta y hacer la visita completa, que incluye un cursillo rápido para ordenarse. Conviene llegar pronto,(9.30-10 horas).
También vale la pena llegar al pueblo antiguo de Medinaceli, para pasear un Rato por las calles empedradas y según la hora, en una tasca que hay en la calle que lleva desde el famoso arco hasta la iglesia, probar unos ibéricos con vinillo y comprar las típicas paciencias de la provincia. Si se hace la hora de comer, sin dudarlo, allí mismo comeréis de miedo.
Si llega la hora de comer en Almazán, tenéis el hostal Antonio, junto a la carretera y que no tiene pérdida; muy buena relación calidad/precio. Si es así, podéis bajar las viandas después de comer visitando algunas de las iglesias románicas que tiene la población (me parece que hay hasta 14). Si os quedáis con hambre podéis sobrealimentaros con las fabulosas yemas de Almazán, ligeritas ellas.
Si decidís pasar de largo, a 31 km. Se encuentra Berlanga de Duero, y allí encontraréis en la calle Real el mesón casa Vallecas, que se come de maravilla, a saber: como entrante, Carpaccio de ciervo; podéis seguir con lo que queráis, y de postre, recomendable los calostros; todo ello hay que regarlo con una botella de Ribera, naturalmente.
La casa que hay enfrente de la entrada al bar Vallecas, es la de mi madre y de mi tía; les podéis pedir de merendar si es que están.
Hasta aquí el primer día. El segundo, podéis empezar por Berlanga de Duero, mi pueblo. Si llegáis pronto, merece la pena subir al castillo,( a partir del 2003 hay que pagar entrada) y trasladaros a la época del Cid Campeador, que libró algunas batallas por allí, aunque la película que lo dio a conocer fue la de los Tres Mosqueteros. Asomaros por la parte del risco para ver las impresionantes hoces que forma el río Escalote. Si lleváis prismáticos y con un poco de suerte, podéis avistar alguna rapaz tipo alimoche o halcón, incluso algún buitre leonado.
Al que le guste las infusiones, si lo conoce puede aprovechar para coger té de risco, que tras secarlo de la forma apropiada, luego saca un caldo maravilloso. Ojo con no caerse por las hoces de los barrancos.
A la hora de almorzar, podéis hacerlo nada más bajar del castillo, en el bar que hay en los soportales de enfrente, a la izquierda; probad los boquerones con aceitunas. Después si está abierta, visita obligada a la colegiata, que con un poco de suerte os la puede explicar la sacristana, que atiende al nombre de JESÚS. Llevad cuidado cuando entréis, hacedlo sin hablar alto para no despertar al caimán guardián que fray Tomás se trajo de las islas Galápagos. También merece la pena ver, la iglesia de la Virgen de las Torres, muy acogedora y con muchos devotos en el pueblo. Pasaréis bajo la Puerta de Aguilera, entrada principal al pueblo en su época medieval.
Mirando la puerta de Aguilera, a su izquierda, a unos 100 metros, se encuentra un rollo gótico, creo que del siglo XIV, donde se ajusticiaba a los culpables de delitos.
Para los más golosos, en la plaza mayor se encuentra la confitería del torero; típica la mantequilla de Soria, y los lagartos de fray Tomás. También, junto a la escalinata de la colegiata, está la panadería de Escolano, que vende pastelería típica de allí,, como son las harinosas y la torta de chicharrones.
¿Queréis más arte?. A unos 10 km. de Berlanga, en dirección a Casillas de Berlanga, se encuentra la ermita de San Baudelio. Joya mozárabe del siglo XI, con frescos de la época, y que durante muchos años se empleó por desconocimiento como corral y refugio de los pastores y el ganado.
Si queréis seguir, a unos 20 km. de allí, se encuentra el pueblo de Rello, llama la atención encontrarse a Morella en la provincia de Soria. Si es la hora oportuna, aconsejable es que comáis en el mesón que hay en una de sus calles, no en el bar que se encuentra a la entrada del pueblo. Es un sitio muy pequeño donde atiende un matrimonio muy entrañable y servicial, que os ofrecerá el menú del día con mucho encanto y dignidad; nosotros comimos de maravilla.
El tercer día, hay que dedicarlo exclusivamente al Burgo de Osma y sus alrededores; preparaos. Si sois capaces de levantaros pronto, primera visita al castillo de Gormaz, con la fresca. Hay que subir (se puede con el coche casi hasta la entrada) si no se tiene vértigo, y recorrerlo, asomándose para descubrir las impresionantes vistas del valle. Si no hay neblina, son increíbles. Que haya suerte.
Vuelta hacia el Burgo de Osma, para aprovisionaros de viandas y enfilar hacia el paraje del cañón del río Lobos, a 14 Km interesa dejar el coche en el primer parking habilitado para hacer el recorrido hasta la ermita de San Bartolomé, disfrutando del paisaje, que os ofrece además de variedades de pinos y sabinas, rapaces como el buitre, aguilucho, y con un poco de suerte podréis ver alguna ardilla roja, la reina de su especie.
Si no hay mucha peña, al final del recorrido hay una gran explanada donde si os apetece podéis comer o lo que queráis…
La ermita en cuestión es parte de un monasterio ya desaparecido de la orden templaria. Desde el año 2001, es visitable. Para los interesados se enterarán de curiosidades sobre los templarios. Los que tengan buenas piernas, se pueden seguir adentrando en el cañón, ya que continúa hasta 84 Km más llegando a la provincia de Burgos.
El resto, puede esperar en el Burgo de Osma degustando unos ibéricos y quesos, con un buen ribera.
Una vez saciado el cuerpo, y para saciar el espíritu podéis entrar en la catedral; sin desperdicio. Los ateos pueden caminar por la calle mayor para descubrir el hospicio; el seminario y la universidad de Santa Catalina se encuentran en las inmediaciones y se puede llegar andando hasta ellos.
Un inciso: si tenéis suerte y dinero, podéis comer en el Virrey, si no es así, el restaurante casa Engracia, es inmejorable: vino de la casa y unas alubias pintas o blancas con guindillas los más atrevidos. Podéis elegir también cualquier tasca o restaurante de la calle Mayor, seguro que acertaréis.
También podéis dejar la visita al castillo de Gormaz, para la tarde, os aseguraréis la vista del paisaje.
Para los amantes del ribera del Duero, se encuentra San Esteban de Gormaz, que dispone de una cooperativa con degustación y venta de vinos de esa denominación; se encuentra a la entrada del pueblo, a mano izquierda. No obstante, lo preguntáis. Si no lo han cambiado, la bodega no es visitable.
Esta población posee también dos joyas del Románico, las iglesias de San Miguel y Santa María del Rivero. No perdérselas. A veces hay estudiantes de Bellas Artes que las enseñan, las iglesias.
Otro día. Para descansar de las caminatas, podéis visitar la capital, de una manera más relajada podéis emplear la mañana, aunque haga calor para ver mucho más románico:
- Concatedral de san Pedro
- Iglesia del Mirón
- San Juan de Rabanera
- Iglesia de Santo Domingo
- Palacio de los condes de Gómara
- Y Plaza Mayor, donde hay un par de comederos que se come de maravilla. Muy recomendable, si os gustan los pinchos y montaditos, visitar Bar Torcuato, en la calle del collado, dirección a la plaza Mayor a mano izquierda; qué maravilla de aperitivo.
Es de obligado cumplimiento, la visita a la ermita de San Saturio, patrón de los sorianos, (espero que ya hayan acabado las obras de restauración, pues en el 2004 estaba tapada por los andamios). El enclave es envidiable. Se aconseja caminar como lo hiciera Machado, sin prisas, y recordando la fabulosa canción que mis amigos de Gabinete escribieron a esta fabulosa ciudad. Se pueden apreciar en los álamos las famosas inscripciones que los moñas de los enamorados han ido dejando en los troncos, y que tanta fama le dio a Gerardo Diego. Lo siento pero casi me emociono cuando lo leo.
Siguiente día: calzarse cómodos, por si no lo habíais hecho aun que os vais para el norte de Soria, a la tierra de pinares. Vuestro destino de hoy, la maravillosa Laguna Negra.
Cómo no, hay que levantarse temprano. Por la N-122 dirección Soria, y a unos 25 km. del Burgo de Osma, a mano izquierda, os encontráis un desvío hacia Abejar, lo cogéis, claro, de ahí a Molinos de Duero, de aquí a Vinuesa, y antes de que acabe el pueblo, hay una pequeña plaza con una iglesia que en la torre hay un nido de cigüeña, pues enfrente, hay un restaurante con cafetería donde os podéis aprovisionar de viandas, o incluso almorzar allí, para lo que os espera; recomendables los torreznos y los montaditos que prepara el colega, un tío alto y delgado con nariz aguileña; espero que acertéis el sitio que os digo, porque no se cómo se llama. Creo que se llama Visontium, el meadero está subiendo la escalera.
A unos 300 metros saliendo de pueblo, a la izquierda, se encuentra el desvío hacia la Laguna Negra. Llevad cuidado, tanto con la carretera, como con el ganado que puede estar suelto, por lo menos en el tramo de carretera hasta que comienza el ascenso por los pinares. Al llegar arriba, supongo que os obligan a aparcar, y en el refugio de la cuidadora del bosque, que no es caperucita, sino su pastelera madre, os dirán el precio y horario de los autobuses que suben hasta la cima. Los más osados, que sé que lo sois, elegirán hacer la subida de 3,5 km. a pie. Os diré que algunos lo hemos hecho caminando de espaldas. Son tantas las veces, que de alguna forma hay que vencer el tedio. Haced un poco la cabra por allí, incluso bañaros hasta que se os invagine la pilila, pero no os descuidéis si queréis comer en algún sitio.
Lo mejor es bajar hasta Molinos de Duero, y comer en el restaurante González; muy buen servicio, comida y precio. Lo que sea estará bueno.
De regreso hacia Abejar, y al llegar a la carretera ya conocida N-122, en dirección hacia Burgo de Osma, a unos 5 km. a la derecha os encontráis el desvío hacia Calatañazor. Es que hay que ir. No subáis con el coche hasta arriba, no seáis burros que os dejaréis los amortiguadores. Los dejáis donde están los contenedores, a la entrada del pueblo. Dad una vuelta por el castillo, lo que queda de él, merece la pena si el sol no está muy alto, ya que salen unas bonitas fotos del valle desde allí.
Al bajar por la calle real, parada obligada en el hostal, primero para reponer, y luego para dar recuerdos efusivos a Mario y David, y a sus padres si es que están( supongo que se acordarán todavía de nosotros, porque hace ya años que no vamos.
También hay algunas tiendas donde podéis comprar cosas típicas de decoración enseres rústicos, cerámicas, porcelanas, etc.
A unos 8 km. se encuentra la Fuentona de Muriel, paraje digno de visitar. Ellos mismos o indicarán como llegar.
Si decidierais cenar en el hostal, aparte de las migas, SERÍA BUENO QUE entre 3-4 os decidierais a probar unos cangrejos de río, o embutido y lomo de la orza, migas pastoriles, o chorizo de la abuela, o chuletillas, o sopa castellana, lo que sea. Los padres de estos chavales, tienen pastelería, y traen unos roscos de miedo.
En fin, se me olvidan muchas cosas, pero creo que con esto podéis venir con un buen sabor de boca. El cuadrante noroiental de la provincia, no tiene grandes cosas que ver, quizás los pueblos que se hicieron famosos por las huellas de dinosaurios encontradas, pero esto es lo único que merece la pena. En Almenar, hay un castillo impresionante, muy bonito pero privado. Ölvega, conocida por sus extraordinarios chorizos Revilla, es una población industrial y fea.
Espero que vengáis con un grato recuerdo de esta mi tierra y como no, de sus gentes.
Recibid un saludo de Isabel y Rafa, redactores de este pequeño programa.