Ese argayo es uno de los muchos desprendimientos que se dan en ocasión de lluvias fuertes en un tramo de la Nacional N-621, a la altura del Desfiladero de La Hermida, Asturias y Cantabria.
Cuando todo está en orden y no hay enormes rocas cortando la carretera puedes mirar hacia arriba en varios puntos complicados y verás unas mallas de acero de seguridad, de triple torsión, sujetando unos pedruscos importantes sobre las cabezas de los conductores. Pasar por debajo de ese entramado es algo que si lo piensas fríamente da pánico. Pero benditos ingenieros, palistas y operarios que acometen obras de tanta importancia para la seguridad de los que circulamos por ahí, la mayoría de las veces completamente ajenos al peligro.
Yo le tengo pavor a los vehículos con baca y cosas encima. Una vez casi me deja sin cabeza una tabla de snow. Desde entonces no círculo nunca detrás de vehículos con carga al aire.
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