Insulae. Casa romana de varios pisos. Llegaron a una altura de seis u ocho plantas y fueron objeto de terrible especulación inmobiliaria. Eran construcciones de malísima calidad, y era habitual que los edificios se viniesen abajo o ardiesen debido a la mala disposición de los fuegos en su interior, donde los subarrendatarios dejaban que fuesen docenas las personas que ocupaban una sola cámara. Cuando las leyes se endurecieron, exigiendo muros más anchos que soportasen el peso de aquellos edificios, se ha descubierto que muchos de ellos eran levantados con muros falsos, cuyo interior era rellenado con cascotes de la propia obra. El resultado era una estructura insegura que no tardaba en derrumbarse. Las leyes de Augusto prohibieron que se levantasen edificios de más de seis plantas, aunque los senadores, verdaderos especuladores de la ciudad de Roma, no parecieron hacerle demasiado caso, pues el negocio de poseer insulae en Roma era uno de los más lucrativo del momento, La situación vivió una de sus peores crisis en el año 33 d.c., cuando Tiberio ya era emperador. El <<crac del 33>> fue ocasionado por una sucesión alarmante de derrumbamientos e incendios, así como un auge exhaustivo de los intereses exigidos por los prestamistas. La gente ya no podía pagar sus casas y llegó una fiebre vendedora. Como no había liquidez, la demanda era mucho inferior, con lo que los precios cayeron en picado.
La situación del caos fue resuelta por el propio Tiberio, que tuvo que intervenir en la economía con su propia fortuna, recurriendo a un método poco ortodoxo: confiscó las minas de oro de Sierra Morena, en Hispania, bajo una falsa acusación contra su administrador, un tal Mario (multimillonario de la época al que se le debe el nombre de Sierra Morena) y acuñó gran cantidad de monedas con las que rescató a Roma de la preocupante situación, pagando muchas de las deudas y frenando la espiral de la depreciación.
Artur Balber en su novela histórica: El último Querusco (primer libro de la trilogía de Teutoburgo), que refiere sobre la romanización de Germania. En el glosario página 414 se lee la definición que se hace de la palabra Insulae.
La definición que se hace de de esta palabra me hace suponer, cual fue, una de las primeras, sino la primera burbuja, de las "tal vez" Iniciadas por los senadores (como no podía ser de otro guisa) [smiley=Flip_anim.gif]burbujas inmobiliarias [smiley=Hydrogen.gif] hasta llegar, a la que, sostenemos en los tiempos actuales.
Hala hasta luego.
La situación del caos fue resuelta por el propio Tiberio, que tuvo que intervenir en la economía con su propia fortuna, recurriendo a un método poco ortodoxo: confiscó las minas de oro de Sierra Morena, en Hispania, bajo una falsa acusación contra su administrador, un tal Mario (multimillonario de la época al que se le debe el nombre de Sierra Morena) y acuñó gran cantidad de monedas con las que rescató a Roma de la preocupante situación, pagando muchas de las deudas y frenando la espiral de la depreciación.
Artur Balber en su novela histórica: El último Querusco (primer libro de la trilogía de Teutoburgo), que refiere sobre la romanización de Germania. En el glosario página 414 se lee la definición que se hace de la palabra Insulae.
La definición que se hace de de esta palabra me hace suponer, cual fue, una de las primeras, sino la primera burbuja, de las "tal vez" Iniciadas por los senadores (como no podía ser de otro guisa) [smiley=Flip_anim.gif]burbujas inmobiliarias [smiley=Hydrogen.gif] hasta llegar, a la que, sostenemos en los tiempos actuales.
Hala hasta luego.