no es cuestión de vivir con miedo sino de ser conscientes de que muchas veces hacemos cosas que entrañan un riesgo innecesario. Los pilotos corren porque es su trabajo, [highlight]ganan mucho dinero corriendo [/highlight]y lo hacen en unas condiciones de seguridad altísimas -aunque no totalmente seguras, como hemos visto-. Nosotros vamos gratis por carreteras sin escapatorias, con tráfico a nuestro alrededor que no cumple las normas a rajatabla, con cruces, con guardarraíles, con curvas sin visibilidad, con asfalto irregular, sin ambulancias ni hospitales, sin un equipo médico en cada curva y sin banderas para avisar a los de detrás si ha pasado algo más adelante. Aún así nos gusta ir en "trenecito" apurando excesivamente nuestra distancia de seguridad con el de delante, emulando a los pilotos. Yo lo he hecho, muchos lo hacemos cuando vamos en grupo. En carretera ésto no es un lance de carrera, es no respetar la distancia de seguridad. No debe ser nada agradable arrollar a un amigo de salidas. Mucho menos que me arrollen a mí tras una caída... y que encima sea un amigo mío quien lo haga. Y no necesariamente ha de ser un accidente mortal. Te pueden dejar cojo de por vida, manco... o paralítico. No es un juego. Nos podemos divertir, pero no hace falta asumir tantos riesgos cada vez para que nos suba la adrenalina unas décimas más. Especialmente los riesgos que podemos evitar con una conducta más prudente.