Mañana se llevan el tractor. He de decir que me alegro, porque verla languidecer en el garaje se estaba poniendo duro. Han sido muchos kilómetros, muchos países y muchas experiencias, la verdad es que me ha dado grandes momentos para recordar.
Ahora la tendrá un chaval que quiere viajar lejos. Con 26 años, este nuevo hombre, con su ímpetu y sus nuevas ilusiones, quiere ver mundo y descubrir cosas nuevas junto a su novia, ambos quieren llenarse la mirada de paisajes y paladear a qué sabe el mundo que aún no han visto. Su afán me permite albergar esperanzas en el futuro.
Si el espíritu viajero le acompaña, el tractor le llevará muy lejos, incluso hasta donde la gente habla otras lenguas y donde la inefable alianza entre los humanos y la tierra que habitan, ha parido tantos colores y olores, cocinados con parsimonia desde la noche de los tiempos.
Le deseo que obtenga la maravillosa experiencia de viajar este mundo hasta donde su voluntad y circunstancia le permitan, y que viajando entienda que las lentejas las hacemos estofadas en España y en Polonia las hacen en sopa, pero que son las mismas gentes, las mismas lentejas, y que todos somos las mismas personas y perseguimos lo mismo, aunque el acostumbrado marasmo de políticos y banqueros se empeñen en lo contrario.
Finalmente le deseo que no viaje rápido -que su retina capte lo realmente importante- y que con el paso de los muchos años pueda sentarse en casa con un buen brandy y una buena opera, a jugar a conjugar en su memoria, por ejemplo, el sorprendente contraste existente entre la luz que te blanquea la mirada en las playas de Tarifa, con la luz metálica que atraviesa las nubes para poner un parche de luz en la alfombra verde de los prados de las islas Shetland o las estivaciones de Cabo Norte, allí donde has de dar la vuelta porque no hay más carretera que rodar...
Mañana empieza una nueva historia en otras manos, savia nueva que refrendará el dicho de Pessoa de que para viajar basta con existir, y de cuya novela El Libro del Desasosiego, tomé algunas frases para mi firma en el foro y que no por copiadas son menos ciertas y válidas para general recurrencia: "el viaje no es lo que lo que vemos, el viaje es lo que somos"
Y ya me voy, que mi hija María, pobreta, ha perdido su chupete por enésima vez y me reclama.
Chalud,