Mmmh... pues vale. Estará duplicado tu user o será un fallo del foro.
En todo caso, al final todos coincidiremos en que la peligrosidad total de alguien que se mueve en un vehículo es una conjunción de la peligrosidad inherente al vehículo más la inherente a la persona concreta que lo lleva. Un patinete conducido por un anormal es a priori más molesto e incluso peligroso que un coche conducido por una pesona en sus cabales, pero a la vez te aseguro que un patinete conducido por una persona con sentido común es menos peligroso que un coche o una moto en manos de un idiota (y de estos los hay a patadas.... pero ya es que ni llaman la atención, porque a diferencia de los patinetes, no son "novedad" y nuestro cerebro ya es que ni los destaca; es como ver una arbol en el bosque: lo normal, lo esperable). Por tanto: al final vemos que la peligrosidad del vehículo queda muy, pero que muy por detrás de la que se desprende del comportamiento del usuario. Ni una moto, ni un patinete ni un coche son peligrosos por si mismos, pero pueden ser "armas" en manos de descerebrados, como puede serlo un destornillador, una botella o una muleta.
Por tanto: actúese, sí, pero sobre la persona, y eso significa formación y educación básica (desde niños), desarrollo de la responsabilidad y a quien por las buenas no le entren las normas de convivencia, pues habrá que hacérselas entender por las malas. Pero a esa persona en concreto. Es absolutamente injusto que pague un justo por cien mil pecadores. Si en mi pueblo hay 20 chavales dando por c*lo con los patinetes (yendo por las aceras, saltándose los pasos de peatones, etc...), ¿por qué he de asumir yo que me dificulten económica y admnistrativamente el uso de mi patinete, con el que voy a a por la barra del pan o casa de mis suegros, y cuando lo hago es siempre con casco y guantes -los que también uso siempre en la bici- y cumpliendo escrupulosamente las normas? ¿Porque es más fácil j*der indiscriminadamente o todos que ir de uno en uno a quien se merece un correctivo? Eso es injusto y asumir un fracaso colectivo.
Por tanto: mi absoluta oposición a la prohibición del vehículo (el patinete en este caso) en si mismo. Incluso mi oposición a tratar un patinete como si fuese un trailer de 40 toneladas pidiendo matrículas, impuestos (será que tenemos pocos), inspecciones, acreditaciones técnicas, seguros... y a este paso, una ITV cada 6 meses. Eso es, de forma indirecta, cargarse esa forma de movilidad, cuando, no perdamos de vista, estamos hablando de un puñetero patinete. Si eso sale adelante, pues ya el siguiente paso será pedir lo mismo para las zapatillas de deporte, con las que normalmente vas más rápido que andando, y también corriendo te puedes llevar por delante a una abuelillo que en un momento dado se te cruza al salir del portal. Así que los corredores con un chaleco con su DNI grabado, un seguro específico de responsabilidad civil, un carnet (con sus tasas, por supuesto) que les habilite para correr por la vía pública previa autorización concedida por la Administración...
Tomar ese camino de ultrarregulación y asfixia de algo tan trivial como un puñetero patinete es la aceptación de que somos incapaces de conseguir que la gente desarrolle el sentido común y llegado el caso, asuma su responsabilidad (reitero: por las buenas, o por las malas, vía sanciones) ¿La haces? La pagas. Desgraciadamente sé que esto es un brindis al sol y que vivimos en una sociedad donde no sólo no se castiga al que la lía (sociedad buenista que ha perdido gran parte de los valores de honestidad, esfuerzo y merecimiento, responsabilidad...) sino que incluso en ocasiones se le aplaude.