Guardianes de las jirafas.
Con demasiada frecuencia, dice Ami Vitale, la fotografía de la naturaleza excluye a los humanos cuyas vidas están entrelazadas con el mundo natural. Su proyecto de una década de duración documenta los lazos entre los Samburu y la vida silvestre en el norte de Kenia y revierte este descuido, contando la historia de cómo los Samburu se convirtieron en defensores de los animales salvajes y su hábitat.
El sustento de los Samburu ha estado aparentemente reñido con la presencia de elefantes, rinocerontes, jirafas y otros grandes mamíferos con quienes comparten su tierra natal. Pero cuando los cazadores furtivos diezmaron las poblaciones de elefantes -
Mammalia proboscidea- en las últimas décadas, los pastores Samburu se dieron cuenta de que su ganado también estaba sufriendo. Los elefantes promueven el crecimiento del pasto limpiando arbustos y árboles pequeños, por lo que a medida que su número se reduce, hay menos pasto para que las vacas puedan alimentarse. En respuesta, el pueblo Samburu creo un santuario para rehabilitar a los elefantes huérfanos y otros programas de conservación que benefician a especies amenazadas como la jirafa reticulada -
Giraffa camelopardalis reticulata- la cual se muestra en esta imagen. Estos esfuerzos están cambiando las actitudes ancestrales de los Samburu hacia la vida silvestre, y muestran cómo la salud de las comunidades humanas y animales está conectada. "Las comunidades indígenas son la clave para salvar a los grandes animales de África", dice Vitale. "Donde estas comunidades están intactas, la caza furtiva ha disminuido dramáticamente"
Foto: Amy Vitale.