Ultimamente --no lo quiero ocultar-- lo que más hago es salir con mi "Correcaminos" (la Transalp 650'2006) a hacer caminos y rutas con muchas muchas curvas y con asfaltos no demasiado buenos.
Esto del trail me está enganchando muy mucho...
Algo que seguramente era esperable dada mi tendencia en los últimos años a buscar carreteras cuanto más retorcidas mejor...
Y si escondían algún lugar oculto, de esos que solo conocen los lugareños y que permanecen escondidos para el resto, mejor que mejor.
Básicamente, y aparte de las rutas puramente por campo, la mayoría de salidas transcurren por los mismos lares por los que antes circulaba tan alegremente con mi Bomber (la RT). Pero con la Correcaminos en ellas descubro un sabor nuevo... El de una moto sencilla, muy sencilla, apenas sin tecnología (ni siquiera lleva ABS), con pocos caballos (algo más de 50), ligera de peso (unos 220 kilos con gasolina), y con neumáticos estrechitos que además son mixtos (90/90/21 y 130/80/17).
Con todo y con eso, entrar en las curvas que hemos recorrido mil veces, sin apenas frenar, a saco, y confiado en un chasis y ruedas cuyo tacto es directo directo, es toda una alucinante experiencia.
Y lo del campo ya es para empezar a hablar y no terminar...
Después de toda la vida en moto de asfalto, con incursiones en circuito y motos cuanto más potentes mejor, este descubrimiento del trail es como volver a comenzar a montar en moto... Apenas nada de lo que has aprendido te sirve aquí. Las sensaciones son enteramente nuevas, y salvo el hecho de que el manejo de la moto es el de siempre (acelerador, frenos, cambios..) todo lo demás es nuevo. Y eso me gusta. Me gusta y me encanta. Y no soy el único, pues junto a mí otros compañero-amigos de mil y una rutas compartidas, se han unido a esto de la tierra, piedra y caminos.
La lógica y la razón me dicen que no tiene sentido tener una moto como la RT parada en el garage. Sin embargo, la RT es muy especial. No hay otra moto igual. Ninguna como ella. Al menos para mí.
Cada vez que veo una RT pasar me parece la moto más moto que hay, la más elegante, la más seductora, la que más me atrae.
Y luego están los días esos malos, como hoy que llueve y hace frío. He tenido que salir a hacer unos recados al centro. Adivina con qué moto los he hecho...Sí, has acertado. Con mi Bomber!!
Y es que apenas unos instantes con ella bastan para hacer que mi corazón salte de gozo y mis ojos se enciendan bajo un brillo especial, el brillo reflejado que solo la RT sabe sacar de sus dueños. No sé si de todos, pero sí --estoy seguro-- de aquellos que han sido tocados por su magia, por la magia de la estrella de las motos: La Reina de la Ruta, la RT!!
Saludos