Buscando info para ir preparándome con lo que previsiblemente va a pasar a pocos meses vista en todas las ciudades de 50.000 o más habitantes (es decir, casi todas las capitales de provincia, y muchas grandes poblaciones) he dado con este hilo. La cosa es desesperante, cabreante, y dan ganas de mandar a TPC los vehículos (esos con los que nos haces pagar una burrada de impuestos) y que se los metan por donde los humanos expulsamos metano. Con o sin pegatina.
Pero lo que más me quema de esta situación es que luego te encuentras unos coches con unos motores del copón, con chorrocientos caballos, pero que como les han puesto un motor de lavadora para hacer unos pocos kilómetros en modo eléctrico, pues hale, ¡etiqueta eco!. Hablo de coches como el Cayenne E-Hybrid, que sólo pesa dos toneladas y media, y monta un motor biturbo de 340 CV. Por no hablar del Ferrari SF90 con su V8 de "sólo" 780 CV que monta una batería de 7,89 kWh (vamos, ¡menos de la quinta parte de la batería de un Nissan Leaf!). Pero de nuevo, etiqueta ECO.
Y quien me diga que cualquiera de estos dos coches contamina menos que un R850R de 2003, por ejemplo, debería hacéselo mirar... Porque claro, es muy bonito decir que ponen el coche en modo eléctrico y ya es eco... Lo que no dicen es que semejantes bestias en modo eléctrico se dan un par de vueltas y la batería está KO, con lo que hay que encender esos motores que en ciudad deben gastar y emitir gases lo que 8 motos juntas. Porque esa es otra: lo que importa es tener la pegatina, pero luego si no te sale de las gónadas no hace falta que uses los motores eléctricos: puedes ir con tu Porsche o tu Ferrari gastando gasofa a todo tren y emitiendo gases en consonancia por le mismísimo centro de Madrid o Barcelona. Eso da igual: lo importante es la pegatina...
Sería interesante que para desenmascarar todo este teatro, toda esta farsa que se han montado, alguien con tiempo y recursos montarse una batería de juguete y un motor eléctrico auxiliar de lavadora, no sé, a una excavadora de neumáticos de 30 toneladas, y hale, después de homologarlo como "híbrido", a darse vueltas por el centro de la ciudad. Eso sí: con la pegatina eco bien chula, ahí puesta.