Hoy, tras un buen almuerzo y encuentro motero en muy buena compañía, he podido probar la K16 gracias a Jose (gracias Jose). Las comparaciones con la Adventure LC son inevitables y como es de esperar, en algunas cosas cede una y en otras la otra. BMW ha hecho dos motos distintas para público y necesidades distintas aunque en ocasiones se puedan cruzar unos con otras y sentirse tan a gusto.
La comodidad que da la K es difícilmente superable y como era previsible bate con ensañamiento a la trail sobre todo en lo que a las posaderas se refiere, vamos, el culo hablando en plata, sin embargo la protección aerodinámica no es lo que se puede esperar de una moto de estas características enfocada a las rutas por vías principalmente rápidas. Para mi gusto el aire llega a molestar más que en la Adventure con la pantalla que yo llevo, que es la Puig Touring, independientemente de la altura a la que se ponga en la GT el aire me ha resultado más molesto que en la GSA en la que siempre llevo la pantalla en la posición inferior. Quizá tenga algo que ver la altura del asiento que es la más alta que se puede encargar y quienes lleven un asiento bajo no noten el aire, incluso alguna turbulencia, pero BMW debería haber pensado en estos clientes más altos, aunque realmente creo que cualquier piloto de 1,70 cm podría llevar esta moto con su asiento más alto, incluso pilotos más bajitos, no acabo de entender que haya asientos disponibles con dos tallas menos por decirlo de algún modo.
El motor me ha parecido formidable desde el momento en que lo he puesto en dynamic, tanto es así que no sabía ni en que marcha circulaba si no miraba el indicador del cuadro, aquí si que no hay color con el bóxer que requiere siempre llevar la marcha adecuada o como mucho una por encima o por debajo si no quieres que tosa o que suba de vueltas más de lo apetecible, no obstante, si quieres salir echando carbonilla hay que reducir para que suba de vueltas hasta la zona media del cuenta revoluciones y a partir de ahí tirar para arriba.
El cambio y la conexión del cardan no me han gustado, quizá es cuestión de habituarse, me parece que en la Adventure está mejor conseguido y eso que quejas no le han faltado, si no en cuanto a efectividad, que seguro que ambos son efectivos, sí en cuanto a sensaciones y sobre todo la delicadeza que reclama el cardan con el puño del gas para evitar el golpecito que se nota, sobre todo cuando se corta gas. En este punto le doy la victoria clara a la prima aventurera.
En cuanto a equipamiento nada nuevo bajo el sol, indiscutiblemente la K aporta más lujo, confort y equipamiento que la GSA y justifica mejor el precio que se paga por ella, aunque sea unos cuantos miles de euros más.
Han sido unos pocos kilómetros por carretera comarcal y nacional donde no he podido examinarla como se merece, primero porque la moto no es mía y el trato que hay que darle ha de ser exquisito y segundo porque íbamos en grupo y entre el grupo iba mi hijo que es bisoño en esto de ir en moto. No podía quitarle el ojo de encima y sobre todo motivarlo más de lo que ya estaba. Me ha faltado un buen tramo de curvas de todo tipo para ver qué tal se comporta aunque la sensación es de que se portará bien pero ni de lejos te va a dar lo que te puede dar la GSA, sobre todo en las curvas más lentas y ratoneras, ya sé que no digo nada nuevo ni nada que no se pueda esperar, pero esta ha sido mi apreciación. Los kg y el tamaño sí que importan y se notan.
Así las cosas creo que me he enfriado un poco y que de momento no daré todavía el salto a esta categoría, eso sí, si algún día lo doy estoy seguro que la mejor candidata que puedo encontrar se llama BMW K 1600 GTL (o quizá GT).
Ahora si Jose nos cuenta qué la ha parecido la Adventure podremos comprobar lo que decía al principio, que cada moto tiene su cliente o que para cliente hay una moto y lo importante es acertar con la elección.
Saludos.