No participo mucho en el foro, aunque os leo y me aprovecho de vuestra experiencia y comentarios. Por lo anterior, es puro agradecimiento, os coloco una breve reseña del último viaje realizado, del 3 al 13 de junio del actual, en el que nos hemos dado una vuelta por el macizo central francés y los Alpes. No esperéis gran cosa, no sirvo para realizar relatos, pero aporto este mínimo granito de arena.
El tan deseado viaje programado para el 2020 por fin, en junio del 2022, he podido realizarlo, acompañado de un buen amigo, también talludito, compañero de afición. Los dioses nos han mimado en nuestros deseos, todo ha salido como esperábamos.
Ha sido la Ruta de los Grandes Alpes Franceses. A destacar los siguientes puertos, entre otros muchos realizados: la Colombiere, Aravis, Saisies, Roselend, L’Iseran, Thélégraphe, Galibier, L’Izoard, Vars, Bonette, Glandón, Turini. Once días recorriendo puertos espectaculares, tanto y tantos que, viendo ahora las fotos, no consigo ubicar los paisajes, salvo aquellos que por la altura son de fácil localización.
A mayor altura, mayor borrachera, un puro espectáculo de sensaciones, vistas, sentimientos y emociones.
Hemos visto de todo. Pijos en grupos con coches deportivos y clásicos, otros con motos clásicas, otros que han decidido ir de Imserso olvidado el autobús, montados en sus motocicletas, ciclistas que, visto lo visto, son héroes dispuestos a dejarse cuerpo y alma en llegar a las cimas soñadas, locos en patinetes o con esquís con ruedas, incluso unos tipos que han decidido recorrerlos a caballo como si transitaran por Montana o Nevada.
Lo definiré en una sola frase: ha sido una pura pasada, jamás hubiera imaginado no ya los paisajes y la gente, me ha sorprendido especialmente la ilusión del gentío que me rodeaba, continuos intercambios de opiniones, comentarios, risas, la facilidad de contacto, todos con una historia y sus motivos por estar ahí. Y lo que más me ha gustado, gastados ya los 65 años, era el jovencito en casi todos los grupos que se formaban.
De fotos, aunque ha habido muchas, tengo poquísima destreza en este arte, especialmente vista la técnica y sabiduría de otros compañeros. Pero coloco estas cuatro:
La de los protagonistas de la historia, el de las gafas, un servidor:
La de las máquinas que nos han acompañado y que no han originado problema alguno:
Y dos de los muchos espectaculares paisajes que hemos visto:
Conclusiones:
Primera. - Si tienes 76 años y opinas que no es posible subir el Galibier en bicicleta, solo necesitas una mujer con paciencia, una caravana, dormir donde se pueda y, en dos días, tras escupir los higadillos, te fotografías en la cima. No son ciclistas, son espartanos de la Esparta más espartana, no hay otra explicación.
Segunda. - Hay de todo, pero nada como ver a una pareja de jovencitas, si, dos jovencitas, casi niñas, en una 250 cargada hasta los topes, haciendo el mismo recorrido que otros, ya más talluditos y mejor pertrechados, acompañados de esa potencia que no da ni el mejor motor, la juventud, la ilusión y las ganas de vivir.
Tercera. - En Francia, la cocina, lo que se dice cocina, está cargada de mucha tontería. Atención con los horarios, te quedas sin comer o cenar, los aplican a rajatabla. Eso sí, te presentan la lechuga con más teatro que si se tratara de una caldereta de marisco.
Un saludo a todos y reiterar mi agradecimiento al foro y los foreros que, con sus comentarios, han ayudado y mucho a que el resultado de este viaje haya sido excelente.
PD. - Realicé el viaje con el equipo de la foto sin forros, en el L’Iserán tuve que ponerme un forro, mucho frio, en el Galibier, raro pues caía un poco de agua nieve, no lo necesité. Eso sí, a la vuelta, pasado Viella, llegué a mi casa literalmente cocido, licuado, pocas veces he pasado tanto calor.